06.04.2017 Views

AFTER4

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Ya, ya... —Hardin pone los ojos en blanco.<br />

—Yaaa, yaaaaa —repite Landon burlón.<br />

Los oigo bromear y lanzarse pullas inocentes mientras cojo los cereales del armario más alto.<br />

Estoy de puntillas cuando noto que Hardin da un tironcito a mis pantalones cortos para que no se me<br />

vea nada.<br />

Una parte de mí quiere subírselos aún más, o quitárselos del todo, para ver la cara que pone<br />

pero, por el bien de Landon, decido no hacerlo.<br />

En vez de eso, el gesto de Hardin me hace gracia y le pongo los ojos en blanco mientras le quito<br />

la pinza a la bolsa de cereales.<br />

—¿Y los frosties? —pregunta Hardin.<br />

—En el armario —contesta Landon.<br />

Me viene a la mente un recuerdo de Hardin refunfuñando porque mi padre se había comido todos<br />

sus cereales. Sonrío al recordarlo. Ya no siento pena al pensar en mi padre. He aprendido a sonreír<br />

al recordar su buen humor y lo positivo que fue durante el poco tiempo que lo tuve en mi vida.<br />

Decido darme una ducha antes de ir a trabajar. Landon le está contando a Hardin que a su jugador<br />

de hockey favorito lo ha fichado otro equipo y, para mi sorpresa, Hardin se queda sentado a la mesa<br />

con él y no me sigue al baño.<br />

Una hora después, estoy vestida y lista para ir andando al restaurante. Hardin está sentado en el sofá,<br />

poniéndose las botas, cuando entro en el salón.<br />

Alza la vista y me sonríe.<br />

—¿Lista?<br />

—¿Para qué? —Cojo el delantal de la silla en la que lo dejé y me meto mi móvil en el bolsillo.<br />

—Para ir a trabajar —dice como si fuera evidente.<br />

Es un bonito detalle. Asiento sonriendo como una tonta y lo sigo fuera de casa.<br />

Pasear por Nueva York con Hardin es un poco raro. Encaja con su estilo y su forma de vestir,<br />

pero al mismo tiempo es como si su voz y su alegría llenaran la calle e iluminaran este sombrío día.<br />

—Ése es el único problema..., bueno, uno de los problemas que tengo con esta ciudad... —dice<br />

señalando al aire. Le doy un segundo para que se explique—. No se ve el sol —dice al fin.<br />

Sus botas resuenan en el asfalto mientras caminamos, y me doy cuenta de que me encanta ese<br />

sonido. Lo echaba de menos. Es una de esas pequeñas cosas que no me percaté de que me encantaban<br />

hasta que lo dejé. De repente estaba paseando por las ruidosas calles de la ciudad y echaba de menos<br />

la forma que tiene Hardin de dejar que se oigan sus botas al caminar.<br />

—Pero si vives en Washington y allí siempre está lloviendo —replico—. No puedes quejarte de<br />

la falta de sol en Nueva York.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!