AFTER4
—Hardin, él no ha hecho nada malo. Es mi mejor amigo y sólo quería ayudar —digo. Sé de lo que Hardin es capaz, y la sola idea de que Landon sea su objetivo me pone enferma de preocupación. Él no se vuelve, sólo contesta: —No te metas en esto, Tessa. —¿De qué estáis hablando? —pregunta Landon, aunque creo que sabe perfectamente por qué Hardin está tan enfadado—. Espera, ¿es por lo de Nueva York? —¡Claro que es por lo de Nueva York, joder! —le grita Hardin. Landon se levanta y Sophia le lanza a Hardin una mirada asesina de advertencia. Entonces decido que me parece perfecto que Landon y ella sean algo más que vecinos cordiales. —¡Sólo me estaba preocupando por Tessa cuando la invité a venir conmigo! Habías roto con ella y estaba destrozada, hecha polvo. Nueva York es lo mejor para ella —le explica Landon con calma. —¿Eres consciente de lo cabrón que eres? Has fingido ser mi puto amigo y luego vas y me la juegas así. —Hardin empieza a andar otra vez arriba y abajo, esta vez en pequeños círculos por el salón. —¡No estaba fingiendo! ¡Volviste a fastidiarla y yo quise ayudar a mi amiga! —contesta Landon a gritos—. ¡Soy amigo de los dos! El corazón se me acelera cuando veo a Hardin cruzar el comedor y agarrar a Landon de la camisa. —¡Ayudándola a alejarse de mí! —chilla empujándolo contra la pared. —¡Estabas demasiado colocado para que te importara! —se defiende Landon gritándole en las narices. Sophia y yo contemplamos la escena petrificadas. Conozco a Hardin y a Landon mucho mejor que ella y no sé ni qué decir ni qué hacer. Esto es un caos: ambos se gritan como verracos, Ken y Karen bajan por la escalera corriendo, vasos y platos rotos por el modo en que Hardin ha arrastrado a Landon contra la pared... —¡Sabías perfectamente lo que te hacías! —prosigue—. ¡Confiaba en ti, hijo de perra! —¡Adelante! ¡Pégame! —exclama Landon. Hardin levanta el puño pero Landon ni siquiera pestañea. Grito el nombre de Hardin y creo que Ken hace lo mismo. Con el rabillo del ojo, veo a Karen tirando del bajo de la camisa de Ken para que no se entrometa entre ellos. —¡Pégame, Hardin! Ya que eres tan duro y tan violento, adelante, ¡pégame! —lo reta Landon de nuevo. —¡Eso haré! Te voy a... —Hardin baja el puño y luego vuelve a levantarlo. Landon tiene las mejillas encendidas de la rabia y la respiración alterada, pero no da la impresión de tenerle ni pizca de miedo a Hardin. Parece muy enfadado y contenido a la vez. Yo me siento justo al revés: creo que, si las dos personas que más me importan en el mundo se pelean, no voy a saber qué hacer. Miro otra vez a Ken y a Karen. No parece que les preocupe la integridad física de Landon. Están demasiado tranquilos mientras él y Hardin se gritan sin parar. —No vas a hacerlo —dice Landon.
—¡Lo haré! Voy a partirte esta escayola en la ca... —Pero Hardin retrocede. Mira a Landon, se vuelve y me mira a mí antes de volver a concentrarse en él—. ¡Que te jodan! —grita. Baja el puño, da media vuelta y sale del comedor. Landon sigue arrinconado contra la pared, como si estuviera a punto de pegarle un puñetazo a algo. Sophia se acerca entonces para consolarlo. Karen y Ken hablan en voz baja entre sí mientras caminan hacia Landon, y yo... Bueno, me quedo de pie en mitad del salón, intentando comprender qué ha pasado. Landon le ha pedido a Hardin que le pegara. Hardin estaba desatado, se sentía traicionado y herido de nuevo, y sin embargo no le ha pegado. Hardin Scott ha preferido no recurrir a la violencia, ni siquiera en lo peor de su estallido.
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que Hardin es capaz, y la sola idea de que Landon sea su objetivo me pone enferma de preocupación.<br />
Él no se vuelve, sólo contesta:<br />
—No te metas en esto, Tessa.<br />
—¿De qué estáis hablando? —pregunta Landon, aunque creo que sabe perfectamente por qué<br />
Hardin está tan enfadado—. Espera, ¿es por lo de Nueva York?<br />
—¡Claro que es por lo de Nueva York, joder! —le grita Hardin.<br />
Landon se levanta y Sophia le lanza a Hardin una mirada asesina de advertencia. Entonces decido<br />
que me parece perfecto que Landon y ella sean algo más que vecinos cordiales.<br />
—¡Sólo me estaba preocupando por Tessa cuando la invité a venir conmigo! Habías roto con ella<br />
y estaba destrozada, hecha polvo. Nueva York es lo mejor para ella —le explica Landon con calma.<br />
—¿Eres consciente de lo cabrón que eres? Has fingido ser mi puto amigo y luego vas y me la<br />
juegas así. —Hardin empieza a andar otra vez arriba y abajo, esta vez en pequeños círculos por el<br />
salón.<br />
—¡No estaba fingiendo! ¡Volviste a fastidiarla y yo quise ayudar a mi amiga! —contesta Landon<br />
a gritos—. ¡Soy amigo de los dos!<br />
El corazón se me acelera cuando veo a Hardin cruzar el comedor y agarrar a Landon de la<br />
camisa.<br />
—¡Ayudándola a alejarse de mí! —chilla empujándolo contra la pared.<br />
—¡Estabas demasiado colocado para que te importara! —se defiende Landon gritándole en las<br />
narices.<br />
Sophia y yo contemplamos la escena petrificadas. Conozco a Hardin y a Landon mucho mejor que<br />
ella y no sé ni qué decir ni qué hacer. Esto es un caos: ambos se gritan como verracos, Ken y Karen<br />
bajan por la escalera corriendo, vasos y platos rotos por el modo en que Hardin ha arrastrado a<br />
Landon contra la pared...<br />
—¡Sabías perfectamente lo que te hacías! —prosigue—. ¡Confiaba en ti, hijo de perra!<br />
—¡Adelante! ¡Pégame! —exclama Landon.<br />
Hardin levanta el puño pero Landon ni siquiera pestañea. Grito el nombre de Hardin y creo que<br />
Ken hace lo mismo. Con el rabillo del ojo, veo a Karen tirando del bajo de la camisa de Ken para<br />
que no se entrometa entre ellos.<br />
—¡Pégame, Hardin! Ya que eres tan duro y tan violento, adelante, ¡pégame! —lo reta Landon de<br />
nuevo.<br />
—¡Eso haré! Te voy a... —Hardin baja el puño y luego vuelve a levantarlo.<br />
Landon tiene las mejillas encendidas de la rabia y la respiración alterada, pero no da la<br />
impresión de tenerle ni pizca de miedo a Hardin. Parece muy enfadado y contenido a la vez. Yo me<br />
siento justo al revés: creo que, si las dos personas que más me importan en el mundo se pelean, no<br />
voy a saber qué hacer.<br />
Miro otra vez a Ken y a Karen. No parece que les preocupe la integridad física de Landon. Están<br />
demasiado tranquilos mientras él y Hardin se gritan sin parar.<br />
—No vas a hacerlo —dice Landon.