AFTER4

06.04.2017 Views

CAPÍTULO 46 Hardin Cuando llaman a la puerta y abro, no me molesto en ocultar la decepción al ver la sonrisa incómoda de Ken en lugar de a la chica a la que quiero. Se queda ahí de pie, esperando claramente a que le dé permiso para entrar. —Quería hablar contigo del bebé —señala tentativamente. Sabía que esto llegaría, y por desgracia para mí no hay forma de evitar esta mierda. —Pues pasa —respondo. Me aparto de su camino y me siento en la silla junto al escritorio. No tengo ni puta idea de lo que va a decir o de lo que voy a contestar yo, ni de cómo va a acabar esto, pero no veo que vaya a ir bien. Ken no se sienta. Se queda de pie junto a la cómoda con las manos en los bolsillos de sus pantalones de vestir grises. El hecho de que el gris vaya a juego con las rayas de la corbata y que lleve un jersey negro dice a gritos: «¡Soy el rector de una universidad de renombre!». Pero mirando más allá, veo la preocupación en sus ojos marrones y cómo frunce las cejas hasta que quedan unidas. Su forma de mover las manos es tan patética que siento la necesidad de sacarlo de su miseria. —Estoy bien —le aseguro—. Supongo que seguramente habías pensado que rompería cosas y me volvería loco pero, sinceramente, me da igual que vayáis a tener un hijo —digo al final. Suspira, aunque no parece tan aliviado como creía que se quedaría. —No pasa nada si estás un poco enfadado por esto —me dice—. Sé que es inesperado y sé lo que piensas de mí. Sólo espero que esto no haga que me odies aún más. Mira al suelo y yo empiezo a desear que Tessa estuviera aquí a mi lado y no vete tú a saber dónde con Karen. Necesito verla antes de que se marche. He prometido darle espacio, pero no esperaba toparme con este momento padre-hijo. —No tienes ni idea de lo que pienso de ti —replico. «Mierda, es que creo que ni siquiera yo mismo lo sé.» —Espero que esto no cambie ni borre los progresos que hemos ido haciendo. Sé que tengo mucho por lo que compensarte, pero de verdad confío en que me dejes seguir intentándolo —me dice mostrando una vez más su infinita paciencia conmigo. Cuando oigo eso, siento una familiaridad entre nosotros que no había sentido antes. Ambos somos un completo desastre, ambos nos hemos dejado llevar por decisiones estúpidas y también por nuestras adicciones, y me cabrea tener ese rasgo suyo por haberme criado con él. Si me hubiera criado Vance, no habría sido así. No estaría tan jodido por dentro. No habría temido que mi padre volviera a casa borracho y no me habría sentado en el suelo junto con mi madre durante horas mientras lloriqueaba, sangraba y luchaba por seguir consciente después de haber soportado los

golpes por culpa de sus errores. La rabia hierve en mi interior, zumbando en mis venas, y estoy a un paso de llamar a Tessa. La necesito en momentos así... Bueno, la necesito siempre, pero sobre todo ahora. Necesito su dulce voz dándome ánimos. Necesito su luz para luchar contra la oscuridad que hay dentro de mi mente. —Quiero que formes parte de la vida del bebé, Hardin —dice Ken a continuación—. Creo que esto puede ser algo muy bueno para todos nosotros. —¿Nosotros? —espeto. —Sí, todos nosotros. Formas parte de esta familia. Cuando me casé con Karen y me hice cargo de Landon como padre, sé que te sentiste como si te olvidara, y no quiero que te pase lo mismo en relación con el bebé. —¿Olvidarme? Te olvidaste de mí mucho antes de casarte con Karen —escupo. Sin embargo, ya no siento la misma satisfacción al echarle cosas en cara ahora que sé la verdad sobre su pasado con mi madre y Christian. Lo siento por Ken, y lamento la que liaron esos dos, pero al mismo tiempo estoy muy cabreado con él por ser un padre de mierda hasta el año pasado. Aunque no fuera mi padre biológico, era el encargado de cuidar de nosotros, aceptó el papel y luego lo abandonó por la bebida. Así que no puedo evitarlo. Debería reprimirme, pero la ira hierve en mí y necesito saberlo. Tengo que saber por qué intentaría hacer las paces conmigo si no estuviera completamente seguro de que es mi padre. —¿Cuándo te enteraste de que mi madre se estaba follando a Vance a tus espaldas? —le pregunto, lanzando las palabras como si fueran una granada. La habitación se queda sin aire y Ken parece que vaya a desmayarse de un momento a otro. —¿Cómo...? —Se detiene y se frota la barbilla con la mano—. ¿Quién te ha dicho eso? —Déjate de rollos. Lo sé todo sobre ellos. Esto es lo que pasó en Londres: los pillé juntos. Ella sentada en la encimera de la cocina. —Dios mío —dice, con voz ahogada y la respiración agitada—. ¿Antes o después de la boda? —Antes, pero se casó de todas formas. ¿Por qué estabas con ella si sabías que lo quería a él? Respira unas cuantas veces y pasea la mirada por la habitación. Al final se encoge de hombros. —Porque la quería —dice simplemente. Me mira a los ojos, la sinceridad más pura parece borrar cualquier distancia que pudiera existir entre nosotros. —No tengo ninguna razón además de ésa —prosigue—. La quería, te quiero y esperaba sin descanso que algún día dejara de quererlo a él. Ese día nunca llegó.... y aquello me estaba devorando. Sabía lo que hacía ella y lo que hacía él, mi mejor amigo, pero tenía tantas esperanzas puestas en nosotros que pensé que al final me elegiría a mí. —Pues no lo hizo —apunto.

CAPÍTULO 46<br />

Hardin<br />

Cuando llaman a la puerta y abro, no me molesto en ocultar la decepción al ver la sonrisa incómoda<br />

de Ken en lugar de a la chica a la que quiero.<br />

Se queda ahí de pie, esperando claramente a que le dé permiso para entrar.<br />

—Quería hablar contigo del bebé —señala tentativamente.<br />

Sabía que esto llegaría, y por desgracia para mí no hay forma de evitar esta mierda.<br />

—Pues pasa —respondo.<br />

Me aparto de su camino y me siento en la silla junto al escritorio. No tengo ni puta idea de lo que<br />

va a decir o de lo que voy a contestar yo, ni de cómo va a acabar esto, pero no veo que vaya a ir<br />

bien.<br />

Ken no se sienta. Se queda de pie junto a la cómoda con las manos en los bolsillos de sus<br />

pantalones de vestir grises. El hecho de que el gris vaya a juego con las rayas de la corbata y que<br />

lleve un jersey negro dice a gritos: «¡Soy el rector de una universidad de renombre!». Pero mirando<br />

más allá, veo la preocupación en sus ojos marrones y cómo frunce las cejas hasta que quedan unidas.<br />

Su forma de mover las manos es tan patética que siento la necesidad de sacarlo de su miseria.<br />

—Estoy bien —le aseguro—. Supongo que seguramente habías pensado que rompería cosas y me<br />

volvería loco pero, sinceramente, me da igual que vayáis a tener un hijo —digo al final.<br />

Suspira, aunque no parece tan aliviado como creía que se quedaría.<br />

—No pasa nada si estás un poco enfadado por esto —me dice—. Sé que es inesperado y sé lo<br />

que piensas de mí. Sólo espero que esto no haga que me odies aún más.<br />

Mira al suelo y yo empiezo a desear que Tessa estuviera aquí a mi lado y no vete tú a saber<br />

dónde con Karen. Necesito verla antes de que se marche. He prometido darle espacio, pero no<br />

esperaba toparme con este momento padre-hijo.<br />

—No tienes ni idea de lo que pienso de ti —replico.<br />

«Mierda, es que creo que ni siquiera yo mismo lo sé.»<br />

—Espero que esto no cambie ni borre los progresos que hemos ido haciendo. Sé que tengo mucho<br />

por lo que compensarte, pero de verdad confío en que me dejes seguir intentándolo —me dice<br />

mostrando una vez más su infinita paciencia conmigo.<br />

Cuando oigo eso, siento una familiaridad entre nosotros que no había sentido antes. Ambos somos<br />

un completo desastre, ambos nos hemos dejado llevar por decisiones estúpidas y también por<br />

nuestras adicciones, y me cabrea tener ese rasgo suyo por haberme criado con él. Si me hubiera<br />

criado Vance, no habría sido así. No estaría tan jodido por dentro. No habría temido que mi padre<br />

volviera a casa borracho y no me habría sentado en el suelo junto con mi madre durante horas<br />

mientras lloriqueaba, sangraba y luchaba por seguir consciente después de haber soportado los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!