AFTER4
habitación. Tiene las mejillas completamente rojas y la expresión de sus ojos es feroz. —¿Qué ha pasado? —Aparta a Landon y se sienta a mi lado en la cama—. He oído que gritabas. ¿Qué ha pasado? —me pasa las manos por las mejillas y me seca las lágrimas con los pulgares. —No lo sé. Estaba soñando —consigo decir. —¿Qué clase de sueño era? —pregunta Hardin casi en un susurro, y sus pulgares siguen deslizándose, tan despacio como siempre, sobre la piel de debajo de mis ojos. —Como los que tú tienes —respondo, también en un susurro. Un suspiro escapa de sus labios y frunce el ceño. —¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo tienes ese tipo de sueños? Me tomo un momento para pensarlo. —Desde que lo encontré, y sólo han sido dos veces. No sé a qué vienen. Agobiado, se pasa la mano por el pelo y se me encoge el corazón al ver el gesto familiar. —Supongo que a cualquiera que encuentre a su padre muerto le... —Se detiene a media frase—. Perdona, joder —suspira frustrado. Aparta los ojos de los míos y mira la mesilla de noche. —¿Necesitas algo? ¿Quieres agua? —Intenta sonreír, pero es una sonrisa forzada, incluso triste —. Tengo la sensación de que te he ofrecido agua como un millón de veces en los últimos días. —Sólo necesito volver a dormirme. —¿Me quedo? —dice a medio camino entre una orden y una pregunta. —No creo que... —Miro a Landon. Casi había olvidado que estaba en la habitación con nosotros. —Tranquila. —Hardin se queda mirando la pared que tengo detrás—. Lo entiendo. Al ver cómo encoge los hombros derrotado, hago acopio de toda mi fuerza de voluntad y reúno todo mi amor propio para no rodearlo con los brazos y rogarle que duerma conmigo. Necesito la seguridad de su presencia; necesito que sus brazos me envuelvan la cintura y apoyar la cabeza sobre su pecho mientras me quedo dormida. Necesito que me proporcione la misma paz a la hora de dormir que yo le he proporcionado siempre a él, pero él ya no es la red de seguridad en la que confiaba. Aunque, bien pensado, ¿cuándo lo ha sido? Siempre ha sido inconstante, siempre ha estado fuera de mi alcance, huyendo de mí y de nuestro amor. No puedo volver a perseguirlo. Sencillamente no tengo fuerzas para perseguir algo tan inalcanzable, tan irreal. Para cuando logro liberarme de mis pensamientos, sólo Landon sigue en la habitación conmigo. —Hazte a un lado —me ordena tranquilamente. Lo hago y me quedo dormida al instante, mientras lamento haber deseado mantenerme lejos de Hardin. Incluso a pesar de la inevitable tragedia que era nuestra relación, jamás borraría nada de lo sucedido. No volvería a hacerlo, pero no me arrepiento ni de un solo momento de los que he pasado con él.
CAPÍTULO 41 Hardin El clima aquí es mucho mejor que en Seattle. No llueve, y el sol ha hecho acto de presencia. Estamos en abril, ya era hora de que saliera de una vez, joder. Tessa se ha pasado el día entero en la cocina con Karen y esa tal Sophia. Estoy intentando demostrarle que puedo darle espacio, que puedo esperar hasta que esté preparada para hablar conmigo, pero me está costando más de lo que jamás habría imaginado. Lo de anoche fue muy duro para mí. Fue muy duro verla tan angustiada, tan asustada. Odio haberle pegado mis pesadillas. Mis horrores son contagiosos, y yo los viviría por ella si pudiera. Cuando Tessa era mía, siempre dormía tranquila. Ella era mi ancla, quien me infundía seguridad por la noche y combatía mis demonios por mí cuando yo estaba demasiado débil, demasiado distraído por la autocompasión, como para ayudarla a vencerlos. Ella estaba ahí, escudo en mano, luchando contra cada imagen que amenazaba a mi mente atormentada. Soportaba esa carga ella sola, y eso fue lo que terminó acabando con ella. Entonces me recuerdo que sigue siendo mía; lo que pasa es que aún no está preparada para admitirlo. Tiene que serlo. No puede ser de otra manera. Aparco el coche delante de la casa de mi padre. El agente inmobiliario se ha cabreado cuando lo he llamado para decirle que dejo el apartamento. Me ha dicho no sé qué mierda de que me iba a cobrar dos meses de alquiler por incumplir el contrato, pero lo he dejado con la palabra en la boca y he colgado. Me da igual lo que tenga que pagar, no pienso seguir viviendo allí. Sé que es una decisión impulsiva, y lo cierto es que no tengo ningún otro sitio donde vivir, pero espero que pueda quedarme en casa de Ken durante unos días con Tessa hasta que consiga convencerla de que viva conmigo, en Seattle. Estoy dispuesto a ello. Estoy dispuesto a vivir en Seattle si eso es lo que quiere, y mi oferta de casarme con ella no va a expirar. Esta vez, no. Me casaré con ella y viviré en Seattle hasta que me muera si eso es lo que quiere, si eso es lo que la hace feliz. —¿Cuánto tiempo va a quedarse esa chica? —le pregunto a Landon mientras señalo por la ventanilla el Toyota Prius que hay aparcado junto a su coche. Ha sido muy amable por su parte ofrecerse a acercarme a buscar mi coche, sobre todo después de que le gruñera por haber dormido en la habitación con Tessa. Landon señaló que yo no habría sido capaz de abrir la puerta cerrada con pestillo, pero la habría derribado si hubiera tenido energías. La idea de que ambos compartiesen una cama me está sacando de quicio desde que los oí susurrar al otro lado de la puerta. Intenté dormir en la cama vacía de la habitación que se me había asignado, pero no podía. Tenía
- Page 111 and 112: CAPÍTULO 26 Hardin —¡Vete a la
- Page 113 and 114: CAPÍTULO 27 Hardin Mientras perman
- Page 115 and 116: Después, con los hombros hundidos,
- Page 117 and 118: El Hardin gruñón y adorable de mi
- Page 119 and 120: CAPÍTULO 29 Hardin —Yo no tengo
- Page 121 and 122: Odio la imagen que Carol tiene de m
- Page 123 and 124: contenta, y tal vez, algún día, p
- Page 125 and 126: mejorara, para que se quedara. No s
- Page 127 and 128: CAPÍTULO 31 Tessa —Madre, ¿qui
- Page 129 and 130: tenido que hacerle caso. No sé qu
- Page 131 and 132: CAPÍTULO 32 Hardin Joder, Noah es
- Page 133 and 134: CAPÍTULO 33 Hardin No recuerdo cu
- Page 135 and 136: corriendo en su dirección. —De t
- Page 137 and 138: Agradezco muchísimo la presencia d
- Page 139 and 140: modos. Un movimiento capta mi atenc
- Page 141 and 142: —Lo digo en serio, Tessa. No deje
- Page 143 and 144: tiempo suficiente como para llevarl
- Page 145 and 146: CAPÍTULO 36 Tessa La lluvia ha reg
- Page 147 and 148: Resopla. —¿Amigo? ¡Sabes perfec
- Page 149 and 150: CAPÍTULO 37 Tessa Mis pies descalz
- Page 151 and 152: los faros que nos iluminan. —Ento
- Page 153 and 154: —Madre, ¿quieres dejarlo ya? No
- Page 155 and 156: ecordar qué me pasó por la cabeza
- Page 157 and 158: CAPÍTULO 39 Tessa Me despierto al
- Page 159 and 160: —¿Te importa que sea yo quien se
- Page 161: CAPÍTULO 40 Tessa —¡Tessie! ¡E
- Page 165 and 166: —¿Cuántas veces tengo que decí
- Page 167 and 168: CAPÍTULO 42 Tessa —Nueva York es
- Page 169 and 170: Los shorts deportivos que lleva le
- Page 171 and 172: —sugiere con su tono comprensivo
- Page 173 and 174: —Un iPhone. —Hago girar el tel
- Page 175 and 176: —Deja de pensar. Desconecta la me
- Page 177 and 178: sucederá cuando vuelva en sí, cua
- Page 179 and 180: CAPÍTULO 45 Tessa Aquí estoy, aqu
- Page 181 and 182: —Iré contigo —me dice sin más
- Page 183 and 184: ni está tan claro. Hay tantas cosa
- Page 185 and 186: luces. Ken se acerca por la espalda
- Page 187 and 188: golpes por culpa de sus errores. La
- Page 189 and 190: intentando ponerles remedio a veint
- Page 191 and 192: —Está... Entonces Kimberly entra
- Page 193 and 194: Cierro los puños y ella asiente—
- Page 195 and 196: —Es verdad. Se está aprovechando
- Page 197 and 198: cejas y yo sacudo la cabeza. —Put
- Page 199 and 200: para intentar enmendarlos. Si pudie
- Page 201 and 202: Sí, ¿qué haces despierta a estas
- Page 203 and 204: CAPÍTULO 49 Hardin La voz familiar
- Page 205 and 206: —Steph se ha ido de todas formas.
- Page 207 and 208: Quiero saber por qué Tessa ha vuel
- Page 209 and 210: No seas tan formal. ¿Qué haces en
- Page 211 and 212: que hacer, nadie con quien hablar.
CAPÍTULO 41<br />
Hardin<br />
El clima aquí es mucho mejor que en Seattle. No llueve, y el sol ha hecho acto de presencia. Estamos<br />
en abril, ya era hora de que saliera de una vez, joder.<br />
Tessa se ha pasado el día entero en la cocina con Karen y esa tal Sophia. Estoy intentando<br />
demostrarle que puedo darle espacio, que puedo esperar hasta que esté preparada para hablar<br />
conmigo, pero me está costando más de lo que jamás habría imaginado. Lo de anoche fue muy duro<br />
para mí. Fue muy duro verla tan angustiada, tan asustada. Odio haberle pegado mis pesadillas. Mis<br />
horrores son contagiosos, y yo los viviría por ella si pudiera.<br />
Cuando Tessa era mía, siempre dormía tranquila. Ella era mi ancla, quien me infundía seguridad<br />
por la noche y combatía mis demonios por mí cuando yo estaba demasiado débil, demasiado<br />
distraído por la autocompasión, como para ayudarla a vencerlos. Ella estaba ahí, escudo en mano,<br />
luchando contra cada imagen que amenazaba a mi mente atormentada. Soportaba esa carga ella sola,<br />
y eso fue lo que terminó acabando con ella.<br />
Entonces me recuerdo que sigue siendo mía; lo que pasa es que aún no está preparada para<br />
admitirlo.<br />
Tiene que serlo. No puede ser de otra manera.<br />
Aparco el coche delante de la casa de mi padre. El agente inmobiliario se ha cabreado cuando lo<br />
he llamado para decirle que dejo el apartamento. Me ha dicho no sé qué mierda de que me iba a<br />
cobrar dos meses de alquiler por incumplir el contrato, pero lo he dejado con la palabra en la boca y<br />
he colgado. Me da igual lo que tenga que pagar, no pienso seguir viviendo allí. Sé que es una<br />
decisión impulsiva, y lo cierto es que no tengo ningún otro sitio donde vivir, pero espero que pueda<br />
quedarme en casa de Ken durante unos días con Tessa hasta que consiga convencerla de que viva<br />
conmigo, en Seattle.<br />
Estoy dispuesto a ello. Estoy dispuesto a vivir en Seattle si eso es lo que quiere, y mi oferta de<br />
casarme con ella no va a expirar. Esta vez, no. Me casaré con ella y viviré en Seattle hasta que me<br />
muera si eso es lo que quiere, si eso es lo que la hace feliz.<br />
—¿Cuánto tiempo va a quedarse esa chica? —le pregunto a Landon mientras señalo por la<br />
ventanilla el Toyota Prius que hay aparcado junto a su coche.<br />
Ha sido muy amable por su parte ofrecerse a acercarme a buscar mi coche, sobre todo después de<br />
que le gruñera por haber dormido en la habitación con Tessa. Landon señaló que yo no habría sido<br />
capaz de abrir la puerta cerrada con pestillo, pero la habría derribado si hubiera tenido energías. La<br />
idea de que ambos compartiesen una cama me está sacando de quicio desde que los oí susurrar al<br />
otro lado de la puerta.<br />
Intenté dormir en la cama vacía de la habitación que se me había asignado, pero no podía. Tenía