Revista

EDITORIAL
Por medio de esta revista buscamos que cada persona
tenga su creatividad e imaginación dándole vida a los
cuentos y narrativas.
Gracias a esta revista pudimos investigar y conocer la forma
de interpretación de cada persona.
ÍNDICE
“LA ÚLTIMA VISITA QUE LE HICE A LA TÍA CONSUELO” ………………….PÁG 3
“SOLO ERA UNA BROMA”………………………………………………………………..PÁG 4

El cuento nos habla de la forma
de vida que tenía la tía consuelo era
una mujer sin escrúpulos de clase
humilde con una perspectiva espontanea
impuesta gracias a la educación
estricta. Coleccionaba piezas
importantes como muebles porcelanas
europeas cuando se sentía intrigada
consultaba un libro que registraba
todas las marcas y sus evoluciones
.disfrutaba de las comidas
bien condimentadas de alta cocina
una persona que se desplazaba por
la vida sin tropiezos. Entendía a los
jóvenes y aceptaba las situaciones
adversas constantemente procuraba
implantar el trabajo y el orden en
torno suyo conservaban fotos de
sus viajes se ha perdido casi todo lo
que significaba los estragos del
tiempo en el cuerpo de una mujer
hermosa e imperativa. Comenzaron
aparecer las dificultades y las enfermedades
primero le apuntaron un
ceno luego tuvo una caída en el jardín
se rompió la cadera toco someterse
a una larga recuperación los
médicos le diagnosticaron glaucoma
quedo totalmente ciega. La muerte
de la tía lucero creo que le dolió a la
tía consuelo más que sus mutilaciones.
A partir de entonces mencionaba
a su hermana tímida la que requería
ayuda para subir a los tranvías
externando sus preocupaciones
se quejó de tener una pésima
memoria. Comenzaron a tener nuevos
cambios de vida pues mantenían
recordando de la familia entera
ya no era como antes los anillos
bailoteaban tejía con agujas y estambres
gruesos por último se imaginaba
un pez grande atrapado por
una enorme red.

Esta imagen refleja la soledad que vivió la tía
después de la muerte de su hermana, donde
ya las cosas eran diferentes y solamente quedaban
los recuerdos.

La historia comienza cuando Carmen Acosta Rosas del Castillo despierta un sábado y siente
que ese día no va ser el mejor para ella, se asegura que todo este orden en la oficina y decide
tomar rumbo a Liverpool donde ira hacer unas compras, no le gustas los almacenes grandes
por temor a gastar en cosas innecesarias, pero quería comprar unos aretes que hicieran juego
con su ropa.
En el almacén decide comprar unos aretes acomodados en estuche de terciopelo, pensó que algunas
veces había que darse algunos gustos. Sintió que los años habían pasado muy rápido y
que los días comenzaban a contar. Se tomó un café con algunas galletas, tuvo un recuerda de la
infancia cuando una de sus compañeras que se burlaba porque ella tenía la costumbre de lavarse
el cabello solo los sábados. Aquella era una niña acomodada a la cual le envidiaba por contar
con muchas cosas que ella no tenia, y la veía como si fuera un demonio tras ese bello rostro,
por la crueldad que demostraba hacia ella, termina pensando en quería ser su amiga, pero
nunca se atrevió por temor al rechazo.
Bebió una segunda taza de café, vio unas joyas que le gustaron y después de mucho pensarlo
las compro. Guardo todo en su bolsa, sintió necesidad de orinar y fue al baño, dentro de este
encontró a alguien, pero no detallo mucho por el afán que tenía, entro en el baño y cuando estaba
tirando de la cadena sintió que alguien extendió la mano y tomo su bolso. Ella salió apresuradamente
a mirar quien la había robado y dio aviso a las autoridades por lo había ocurrido.
Se dirigió a su casa, el enojo se convirtió en depresión. Regresa el lunes a su trabajo normalmente
y recibe una llamada de la supuesta ladrona pidiendo disculpas por sucumbir a un impulso
cleptomaniaco que ni los mejores psicoanalistas habían remediado y acordaron encontrarse
en los mismos baños donde había ocurrido el percance, Carmen se mostró dispuesta a
perdonar y acudió a la cita, pero nadie audio a ella, de regreso a su casa con ganas de refugiarse
en su cama, se dio cuenta que un cambio de mudanzas salía a toda prisa de su casa.