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UNIDAD 1<br />
MOMENTO 1: TALLER 1. COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN<br />
DEL DISCURSO NARRATIVO<br />
Presentado por:<br />
INES COPETE CAICEDO<br />
BLANCA FADID MARTÍNEZ GONZÁLEZ<br />
GRUPO: 768<br />
TUTOR(A):<br />
KARINA LUCIA TORRES CUESTA<br />
CURSO ACADEMICO:<br />
COMPETENCIAS COMUNICATIVA<br />
CODIGO 90003B-360<br />
Universidad Nacional Abierta y a Distancia “UNAD”<br />
Centro de Educación Abierta y a Distancia “CEAD-Quibdó”<br />
Escuela de Ciencias Administrativas, Contables, Económicas y de Negocios<br />
“ECACEN”<br />
Programa Administración de Empresas<br />
NUQUI – CHOCO, MARZO 2017
INTRODUCION<br />
Este trabajo trata de la Recopilación de diferentes textos con estructura narrativa, a<br />
partir de la temática: Fáctica o de hechos reales realizando la autobiografía como<br />
forma fáctica; la Cotidiana realizando una anécdotas que recuerde hechos personal,<br />
familiar, barrial, social o laboral; y la Ficticia, realizando una epopeya, cuentos,<br />
novelas, leyenda, o fábula.<br />
El objetivo del curso es fortalecer e incrementar habilidades interpretativas,<br />
argumentativas y propositivas, como recursos que configuran las Competencias<br />
Comunicativas, posibilitando desenvolverse e interactuar en relaciones de<br />
aprendizaje en Ambientes Virtuales de Aprendizaje, en el marco de un proceso<br />
académico-profesional.<br />
Que la Competencias. Es la forma en que la persona moviliza los recursos que<br />
posee para actuar de manera eficaz frente a distintas situaciones, lo que implica el<br />
dominio de recursos cognitivos, procedimentales, actitudinales, así como de los<br />
recursos que ofrece el contexto y la capacidad para movilizarlos de manera acertada<br />
en las situaciones que deba enfrentar<br />
ACTIVIDAD A DESARROLLAR
Recopilación de diferentes textos con estructura narrativa, a<br />
partir de la temática seleccionada, en tres de sus formas:<br />
1. Fáctica o de hechos reales (historia, noticia, biografía, autobiografía) En<br />
este ítem se solicita entregar la autobiografía como forma fáctica<br />
La Fáctico son hechos real o verdadero, que requieren de datos o hechos tangibles,<br />
o sea los elementos empíricos como experiencia común o experimental, Estos<br />
elementos son la base para desarrollar conjeturas, razonamientos hipótesis.<br />
AUTOBIOGRAFIA<br />
INES COPETE CAICEDO, Nació el 1 de enero<br />
de 1974, en Nuquí – Chocó, costa Pacífica; hija<br />
de Francisco Ever <strong>Copete</strong> Sánchez (QEPD) y<br />
Jesusita Caicedo Palacios; Piel negra; realizó<br />
sus estudios primarios en la Escuela Urbana<br />
Diego Luís Córdoba de Nuquí, y la Secundaría<br />
en el Instituto Femenino Integrado de<br />
Enseñanza Media y Profesional en la ciudad de<br />
Quibdó, en donde optó el título de Bachiller<br />
Comercial Sistematizado en 1991, casada con<br />
el señor Adriano Hernández Perea de cuya<br />
unión sobreviven cinco hijos, de religión<br />
Católica; le gusta escuchar música cristiana,<br />
leer la Biblia, por ende es Laica Comprometida,<br />
Catequista preparando niñ@s y jóvenes, para<br />
la Primera Comunión y el Bautismo. Hace parte<br />
del Ministerio de Lectores en la Capilla de<br />
Nuquí, adelanta estudios Universitarios en<br />
Administración de Empresas en la Universidad<br />
Nacional Abierta y a distancia UNAD; es<br />
miembro voluntaria de la Defensa Civil<br />
colombiana con sede en Nuquí. Es la Última de 11 hermanos, criada con mucha<br />
humildad, donde desde niña le toco asumir muchas responsabilidad, ayudando en<br />
las labores del hogar. Sus anhelos desde muy pequeñas era ayudar y servir al<br />
hermano, compartiendo lo poco con los demás, ayudar a familias en situaciones de<br />
vulnerabilidad; hoy, gracias a todo ese sueño, y viendo la necesidad de su pueblo,<br />
creó una Fundación, la cual es la Directora Ejecutiva y Rep. Legal, con el nombre<br />
de FUNDACION SUEÑOS PARA VIVIR, cuyo objeto es Fortalecer aspectos<br />
esenciales para el desarrollo íntegro de la mujer y la familia, para que conozcan y<br />
hagan valer sus derechos personales, sociales y familiares, con el fin de brindar
espuesta a sus necesidades e iniciativas evidenciándose en oportunidades<br />
económicas, políticas, académicas, personales y de liderazgo, para lograr óptima<br />
calidad de vida enmarcada en los principios de dignidad humana.<br />
Igualmente en compañía con su esposo, es prestadora de Servicios Turísticos de<br />
alimentación, hospedaje, y transporte en Cabañas de tipo Posadas Turísticas<br />
Nativas, ubicadas frente al Mar, en Termales - Nuquí<br />
2. Cotidiana (sucesos personales, anécdotas, rumores, chistes) En<br />
este ítem se solicita una anécdota que recuerde. Puede ser<br />
personal, familiar, barrial, social o laboral.<br />
ANÈCDOTA<br />
Un día en mi infancia, cuando cursaba el grado 7º de Bto, junto con una amiga<br />
llamada Mara Dávila Sánchez, (teníamos 12 años); estaba programa la fiesta del<br />
colegio o semana cultural, y había que dar una cuota para poder participar, y cono<br />
nuestros padres eran pobres no tenían con que darnos la cuota, y queríamos<br />
participar, ya todos los <strong>otro</strong>s compañeros habían dado su cuota; mi amiga se<br />
consiguió una Cámara Fotográfica desea época, pero no tenía rollo solo funcionaba<br />
el Flas cuando se oprimía, entonces nos inventamos una estrategia: de Fotogramas<br />
y comencé a sacarles fotos a algunos alumnos que tenían con que pagar y a los<br />
maestros porque trabajaban y tenían la plata para pagar; comenzamos su trabajo e<br />
iniciamos a sacarles fotos, varias a cada uno en diferentes lugares del colegio, pero<br />
con el Flas, y les decíamos que tenían que pagar por adelantado, para poder<br />
mandar a revelar los rollos a la Capital que era Quibdó; pero mi amiga no quería<br />
mucho porque le daba miedo y yo continué sola; y así recolectamos no solamente<br />
para dar la cuota, sino también para comparar los mecatos o dulces para llevar a la<br />
fiesta y al paseo y nos quedó plata.<br />
Autora,<br />
INES COPETE CAICEDO
3. Ficticia (epopeya, cuentos, novelas, leyenda, fábula)<br />
FABULA:<br />
LA CIGARRA Y LA HORMIGA. FÁBULA SOBRE EL ESFUERZO.<br />
La cigarra era feliz disfrutando del Verano El sol<br />
brillaba, las flores desprendían su aroma...y la<br />
cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga<br />
y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día<br />
entero trabajando, recogiendo alimentos.<br />
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar?<br />
Descansa un rato conmigo mientras canto algo<br />
para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.<br />
- Mejor harías en recoger provisiones para el<br />
invierno y dejarte de tanta holgazanería – le<br />
respondía la hormiga, mientras transportaba el<br />
grano, atareada.<br />
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso<br />
a su amiga.<br />
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío<br />
intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin hojas y del cielo caían<br />
copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta. Vio a<br />
lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.<br />
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes<br />
mucha comida y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.<br />
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.<br />
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué<br />
hacías mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?<br />
- Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.<br />
- ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-<br />
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.<br />
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el<br />
tiempo.<br />
BIOGRAFIA<br />
http://www.guiainfantil.com/1385/fabulas-para-ninos-la-cigarra-y-la-hormiga.html
B. Aplicación de la estrategia de comprensión lectora a uno de los<br />
cuentos que se encuentra en la bibliografía anexa en el Syllabus del<br />
curso bajo el título cuentos para leer.<br />
Cuentos para leer:<br />
Espejo, B. Cuentos reunidos. México, D.F., MX: FCE - Fondo de Cultura<br />
Económica, 2004. ProQuest ebrary. Web.<br />
3 February 2017. Recuperado de<br />
http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/reader.action?ppg=25&d<br />
ocID=11205954&tm=1486139553114<br />
OJO NO SE DEJA ENTRAR PARA TRABAJAR.<br />
C. Elaboración de un resumen sobre el ejercicio de comprensión lectora<br />
y el cuento seleccionado.<br />
NO HE PODIDO HACER EL RESMEN PORQUE NO DEJA ENTRAR AL<br />
ENLACE.
Unidad 1<br />
<strong>Momento</strong> 1: taller 1. Comprensión y producción del discurso narrativo<br />
Presentado por:<br />
Blanca Fadid Martínez González<br />
Código: 35586624<br />
Presentado a:<br />
Karina Lucia Torres Puerta<br />
Tutora<br />
Universidad Nacional Abierta y a distancia – UNAD<br />
Competencias comunicativas<br />
90003B_360<br />
Marzo - 11 - 2017<br />
Quibdó - Chocó<br />
Identificación y comprensión de textos:<br />
Selección de una temática.
Recopilación de diferentes textos con estructura narrativa, a partir de la temática<br />
seleccionada, en tres de sus formas:<br />
Fáctica o de hechos reales (historia, noticia, biografía, autobiografía) En este ítem se<br />
solicita entregar la autobiografía como forma fáctica<br />
<br />
<br />
Cotidiana (sucesos personales, anécdotas, rumores, chistes) En este ítem se solicita<br />
una anécdota que recuerde. Puede ser personal, familiar, barrial, social o laboral<br />
Ficticia (epopeya, cuentos, novelas, leyenda, fábula)<br />
_________________________________________________________________________<br />
Temática seleccionada:<br />
Ficticia – cuento<br />
El traje nuevo del Emperador<br />
[Cuento infantil - Texto completo.]<br />
Hans Christian Andersen<br />
Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas<br />
sus rentas en vestir con la máxima elegancia.<br />
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo,<br />
a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del<br />
día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el Consejo”, de nuestro hombre se<br />
decía: “El Emperador está en el vestuario”.<br />
La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a<br />
ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron dos trúhanes que se hacían pasar por<br />
tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores<br />
y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la<br />
milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera<br />
irremediablemente estúpida.<br />
-¡Deben ser vestidos magníficos! -pensó el Emperador-. Si los tuviese, podría averiguar qué<br />
funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan. Podría distinguir entre los
inteligentes y los tontos. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mandó abonar a<br />
los dos pícaros un buen adelanto en metálico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.<br />
Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A<br />
pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, que se<br />
embolsaron bonitamente, mientras seguían haciendo como que trabajaban en los telares<br />
vacíos hasta muy entrada la noche.<br />
«Me gustaría saber si avanzan con la tela»-, pensó el Emperador. Pero había una cuestión<br />
que lo tenía un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera estúpido o inepto para su<br />
cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por sí mismo; sobre este punto<br />
estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a <strong>otro</strong>, para cerciorarse de cómo<br />
andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular<br />
virtud de aquella tela, y todos estaban impacientes por ver hasta qué punto su vecino era<br />
estúpido o incapaz.<br />
«Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pensó el Emperador-. Es un hombre<br />
honrado y el más indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no<br />
hay quien desempeñe el cargo como él».<br />
El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los<br />
cuales seguían trabajando en los telares vacíos. « ¡Dios nos ampare! -pensó el ministro para<br />
sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!». Sin embargo, no<br />
soltó palabra.<br />
Los dos fulleros le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos el<br />
color y el dibujo. Le señalaban el telar vacío, y el pobre hombre seguía con los ojos<br />
desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada había. « ¡Dios santo! -pensó-. ¿Seré tonto<br />
acaso? Jamás lo hubiera creído, y nadie tiene que saberlo. ¿Es posible que sea inútil para el<br />
cargo? No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».<br />
-¿Qué? ¿No dice Vuecencia nada del tejido? -preguntó uno de los tejedores.<br />
-¡Oh, precioso, maravilloso! -respondió el viejo ministro mirando a través de los lentes-. ¡Qué<br />
dibujo y qué colores! Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado<br />
extraordinariamente.<br />
-Nos da una buena alegría -respondieron los dos tejedores, dándole los nombres de los colores<br />
y describiéndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en<br />
la memoria para poder repetirlas al Emperador; y así lo hizo.<br />
Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir<br />
tejiendo. Todo fue a parar a sus bolsillos, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos<br />
continuaron, como antes, trabajando en las máquinas vacías.
Poco después el Emperador envió a <strong>otro</strong> funcionario de su confianza a inspeccionar el estado<br />
de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero;<br />
miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.<br />
-¿Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, señalando y explicando el<br />
precioso dibujo que no existía.<br />
«Yo no soy tonto -pensó el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Sería muy fastidioso.<br />
Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y<br />
ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.<br />
-¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.<br />
Todos los moradores de la capital hablaban de la magnífica tela, tanto, que el Emperador<br />
quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud<br />
de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se<br />
encaminó a la casa donde paraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus<br />
fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.<br />
-¿Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. Fíjese Vuestra<br />
Majestad en estos colores y estos dibujos -y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás<br />
veían la tela.<br />
« ¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tan tonto? ¿Acaso<br />
no sirvo para emperador? Sería espantoso».<br />
-¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el<br />
telar vacío; no quería confesar que no veía nada.<br />
Todos los componentes de su séquito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en<br />
limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: -¡oh, qué bonito!-, y le<br />
aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela en la procesión que<br />
debía celebrarse próximamente. -¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en<br />
boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.<br />
El Emperador concedió una condecoración a cada uno de los dos bribones para que se las<br />
prendieran en el ojal, y los nombró tejedores imperiales.<br />
Durante toda la noche que precedió al día de la fiesta, los dos embaucadores estuvieron<br />
levantados, con dieciséis lámparas encendidas, para que la gente viese que trabajaban<br />
activamente en la confección de los nuevos vestidos del Soberano. Simularon quitar la tela<br />
del telar, cortarla con grandes tijeras y coserla con agujas sin hebra; finalmente, dijeron: -<br />
¡Por fin, el vestido está listo!
Llegó el Emperador en compañía de sus caballeros principales, y los dos trúhanes, levantando<br />
los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:<br />
-Esto son los pantalones. Ahí está la casaca. -Aquí tienen el manto… Las prendas son ligeras<br />
como si fuesen de telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo, más precisamente esto<br />
es lo bueno de la tela.<br />
-¡Sí! -asintieron todos los cortesanos, a pesar de que no veían nada, pues nada había.<br />
-¿Quiere dignarse Vuestra Majestad quitarse el traje que lleva -dijeron los dos bribones- para<br />
que podamos vestirle el nuevo delante del espejo?<br />
Quitose el Emperador sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido<br />
nuevo, que pretendían haber terminado poco antes. Y cogiendo al Emperador por la cintura,<br />
hicieron como si le atasen algo, la cola seguramente; y el Monarca todo era dar vueltas ante<br />
el espejo.<br />
-¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. ¡Vaya dibujo y vaya<br />
colores! ¡Es un traje precioso!<br />
-El palio bajo el cual irá Vuestra Majestad durante la procesión, aguarda ya en la calle –<br />
anunció el maestro de Ceremonias.<br />
-Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? – y volviose una<br />
vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.<br />
Los ayudas de cámara encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para<br />
levantarla, y avanzaron con ademán de sostener algo en el aire; por nada del mundo hubieran<br />
confesado que no veían nada. Y de este modo echó a andar el Emperador bajo el magnífico<br />
palio, mientras el gentío, desde la calle y las ventanas, decía:<br />
-¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué hermoso<br />
es todo!<br />
Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por<br />
incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como<br />
aquél.<br />
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.<br />
-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue<br />
repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.<br />
-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.<br />
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay<br />
que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron<br />
sosteniendo la inexistente cola.<br />
FIN.<br />
Cotidiana – anécdota familiar<br />
Un día viaje con mi hermana a la ciudad de Bucaramanga, a comprar zapatos<br />
para vender, y nos teníamos que regresar el mismo día en la noche y compramos<br />
y compramos, y cuando llegamos a la terminal a comprar los tiquetes de regreso<br />
a la casa nos habíamos quedado sin plata y tuvimos que llamar a mi mama que<br />
nos girara.<br />
Fáctica – Autobiografía<br />
Me llamo Blanca Fadid Martínez González, nací en Quibdó – Chocó un 24 de mayo de 1.975,<br />
lo que a continuación voy a relatar, es un hecho real que yo en persona pude, o me vi obligado<br />
a vivir, hace mucho, mucho tiempo. Debía tener yo unos cinco añitos en adelante.<br />
Estando de esta edad mi mamá fue trasladada al municipio del Medio Baudo – corregimiento<br />
de Pie de Pepe – Chocó. Era un lugar maravilloso con un rio azul y habían muchos peces,<br />
también el pueblo estaba rodeado de una naturaleza impresionante, habían muchos árboles<br />
con diferentes frutos en lo cual yo me trepaba a los árboles y cogía los frutos como guayaba<br />
dulce, caimito, churima, guama. Lulo, marañón etc… y me los comía. Mi madre le gustaba<br />
criar animales como cerdos, pollos yo y mi hermana mayor Sayo, éramos muy feliz<br />
echándole la comida, pero cuando mataban los animales para nuestro sustento o alimentos<br />
no comía porque me colocaba triste ya que no iba a ver más a esos animales. Mi mama<br />
siempre me decía que tenía que superar eso pero hasta hoy no he podido.<br />
Con mi hermana mayor Sayo, hacíamos azoteas de matas aromáticas como cilantro, poleo,<br />
albahaca, menta, orégano, también nos gustaba ir al rio a pescar y abañar bastante. Pero<br />
como en la vida nada es para siempre fue trasladada otra vez mi madre para <strong>otro</strong> ciudad<br />
llamada Istmina, donde nos tocaba estar dentro de la casa, debido a que esta ciudad no era<br />
como el pueblo aquel donde reinaba la naturaleza, aquí habían muchos carros, motos, calles
casas grandes, teléfonos, colegios grandes etc… y permanecimos mucho tiempo en aquella<br />
ciudad sin olvidarnos de aquel lugar lleno de naturaleza, siempre vive en nuestros recuerdos.<br />
Por: Blanca Fadid Martínez González<br />
Estrategia de comprensión lectora<br />
Nombre del texto: El monograma de oro<br />
Autor: Espejo Beatriz<br />
Antes de leer el texto<br />
¿Qué se sobre ¿Qué espero encontrar<br />
el tema que en el texto?<br />
leeré?<br />
Después de leer el texto<br />
¿Qué aprendí del texto que leí?<br />
Yo sé que el texto que<br />
voy a leer es un cuento,<br />
por el título se puede<br />
tratar de un cuadro.<br />
Una lectura interesante,<br />
que me deje alguna<br />
enseñanza o ejemplo, para<br />
ponerla en práctica en mi<br />
vida diaria.<br />
Del texto aprendí que hay que valorar a las<br />
personas, las cosas y respetar las decisiones<br />
que tomen las personas que viven con<br />
nos<strong>otro</strong>s.<br />
Resumen<br />
Cuento seleccionado: El monograma de oro<br />
Don Antonino Príncipe, y su esposa y sus hijos les gustaba comer en familia<br />
para disgustar de los servicios de la vajilla con el consabido monograma de oro.<br />
En ocasiones también existía el arzobispo de Yucatán, el cual le gustaba después<br />
de tomar el café beber coñac.<br />
Doña Beatriz en cambio se acostumbró a callar y a esperar en silencio y desde<br />
afuera se inquietaba recordando que su marido estaba condenado de muerte, y<br />
ella le insistía con el examen médico, pero Don Antonio era terco.<br />
Un día su hija Beatricita le presento a Heriberto y no le gusto a Don Antonio y<br />
el debido a eso mando buscar al médico para operarse y poder curarse y dejar a
su hija bien casada, porque él no quería que Beatricita se casara con Heriberto.<br />
Pero su tumor no aguanto y estallo y murió y su hija Beatricita se enfermó y en<br />
su lecho repetía y repetía Heriberto pero su madre por una insospechada actitud<br />
de viuda inabordable negó la entrada.<br />
Link cuento grabado:<br />
https://www.youtube.com/watch?v=Ok3RMZL8vVs<br />
Referencias bibliográficas<br />
- http://campus16.unad.edu.co/ecsah11/mod/page/view.php?id=5738<br />
- http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/read<br />
er.action?ppg=25&docID=11205954&tm=1486139553114<br />
- http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2048/login?user=prov<br />
eedor&pass=danue0a0&url=http://bibliotecavirtual.unad.e<br />
du.co:2051/login.aspx?direct=true&db=a9h&AN=1204246<br />
41&lang=es&site=ehost-live<br />
- http://ciudadseva.com/texto/el-traje-nuevo-del-emperador/<br />
Blanca Fadid Martínez González
http://www.yumpu.com/en/account/magazines/edit/58050422