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FORMACIÓN DE UNA NUEVA VIDA<br />

Introducción<br />

El comienzo de una nueva vida se lleva<br />

a cabo en un lapso de unos pocos<br />

segundos mediante la denominada<br />

fecundación. Este es el proceso por el<br />

cual la célula masculina se une con la<br />

femenina para formar una sola célula<br />

(cigoto), el cual pasa por varios<br />

procesos hasta convertirse en un ser<br />

vivo.<br />

Fertilización<br />

La fertilización, o concepción, es el<br />

proceso por el cual se combinan el<br />

espermatozoide y el óvulo (los<br />

gametos, es decir, las células sexuales<br />

masculina y femenina) y forman una<br />

sola célula llamada cigoto, que a<br />

continuación se divide una y otra vez<br />

por división celular hasta producir<br />

todas las células que forman a un bebé.<br />

Pero la concepción no ocurre tan<br />

fácilmente como parece. Varios<br />

sucesos independientes tienen que<br />

coincidir para concebir un niño. Y como<br />

veremos más adelante, no toda<br />

concepción culmina en un nacimiento.<br />

Al nacer, una niña tiene alrededor de<br />

dos millones de ovocitos (huevos<br />

inmaduros), en sus dos ovarios, cada<br />

uno en un folículo, o pequeño saco. En<br />

la mujer sexualmente madura, la<br />

ovulación ( la ruptura del folículo<br />

maduro de un ovario y la expulsión del<br />

óvulo) ocurre aproximadamente una<br />

vez cada 28 días hasta la menopausia.<br />

El óvulo es arrastrado por cilios (vellos<br />

diminutos) a lo largo de las trompas de<br />

Falopio hasta el útero, en el vientre.<br />

Los dos espermatozoides se producen<br />

en los testículos, las glándulas<br />

reproductivas de un hombre que ha<br />

alcanzado la madurez sexual, a un<br />

ritmo de varios cientos de millones<br />

diarios, y salen expulsados con el<br />

semen en el clímax sexual. Depositados<br />

en la vagina, tratan de nadar por el<br />

cuello uterino, la apertura del útero,<br />

hasta las trompas de Falopio; pero<br />

apenas una fracción llega tan lejos.<br />

Como veremos, qué espermatozoide<br />

llega al óvulo tiene implicaciones<br />

gigantescas para la nueva persona.<br />

Por lo general, la fertilización ocurre<br />

cuando el óvulo pasa por la trompa de<br />

Falopio. Si no se fertiliza, el óvulo<br />

muere, lo mismo que las células<br />

espermáticas que estén en el cuerpo de<br />

la mujer. Los leucocitos de ella<br />

absorben a los espermatozoides y el<br />

óvulo pasa por el útero y sale por la<br />

vagina.<br />

Etapa embrionaria<br />

Durante la etapa embrionaria, la<br />

segunda etapa de gestación, que va<br />

aproximadamente de la segunda a la<br />

octava semanas, se forman con rapidez<br />

los principales aparatos y sistemas<br />

orgánicos: aparato respiratorio,<br />

aparato digestivo y sistema nervioso. Es<br />

un periodo crítico, durante el cual el<br />

embrión es más vulnerable a<br />

influencias destructivas del ambiente<br />

1<br />

prenatal. Un aparato o estructura que<br />

esté en desarrollo en el momento de la<br />

exposición tiene más probabilidades de<br />

resultar afectado. Los defectos que<br />

ocurren en etapas posteriores del<br />

embarazo son menos graves.<br />

Los embriones más dañados no<br />

sobreviven el primer trimestre del<br />

embarazo. Un aborto espontáneo es la<br />

expulsión de un embrión o feto que no<br />

puede vivir fuera del útero. Hasta uno<br />

de cuatro embarazos reconocidos<br />

terminan en aborto espontáneo antes<br />

de que una mujer se percate de que<br />

está embarazada. Alrededor de tres de<br />

cuatro abortos ocurren en el primer<br />

trimestre (Neville, sin fecha). Casi todos<br />

los abortos son de embarazos<br />

anormales; alrededor de 50 a 70%<br />

consisten en anomalías cromosómicas<br />

(Hogge,2003, citado en Papalia, 2009).<br />

Tabaquismo, alcoholismo y<br />

drogadicción aumentan los riesgos de<br />

sufrir un aborto espontáneo (American<br />

of Obstetrician and Gynecologists,<br />

2002, citado en Papalia, 2009).<br />

Los varones tienen más probabilidades<br />

de ser abortados o mortinatos (mueren<br />

en la vigésima semana de gestación o<br />

después). Así, aunque se conciben<br />

alrededor de 125 varones por 100<br />

hembras (un hecho que se atribuye a la<br />

mayor movilidad del espermatozoide<br />

que porta el cromosoma Y, que es más<br />

corto), sólo nacen alrededor de 105<br />

niños por cada 100 niñas. La mayor<br />

vulnerabilidad de los niños se extiende<br />

después del nacimiento: son más los<br />

que fallecen a temprana edad o bien<br />

son más susceptibles a muchos<br />

trastornos. Por consiguiente, en<br />

Estados Unidos hay alrededor de 96<br />

hombres por cada 100 mujeres<br />

(Martin, Hamilton et al., 2007<br />

Spraggins, 2003, citado en Papalia,<br />

2009).


Etapa fetal.<br />

La aparición de las primeras células<br />

óseas alrededor de las ocho semanas<br />

marca el comienzo de la etapa fetal, la<br />

última fase de la gestación. En este<br />

periodo, el feto crece rápidamente<br />

hasta unas 20 veces su longitud<br />

anterior, y los aparatos y órganos<br />

incrementan su nivel de complejidad.<br />

Hasta el nacimiento, continúa el<br />

desarrollo de las uñas y los párpados.<br />

Los fetos no son pasajeros pasivos en el<br />

vientre de su madre. Respiran, patean,<br />

giran, se flexionan, se sobresaltan,<br />

bizquean, tragan, cierran el puño, les<br />

da hipo y se chupan el dedo. Las<br />

membranas flexibles de las paredes<br />

uterinas y el saco amniótico que<br />

rodean la protección amortiguadora<br />

del líquido amniótico permiten y<br />

estimulan algunos movimientos<br />

limitados. El feto también siente dolor,<br />

aunque es poco probable que ocurra<br />

antes del tercer trimestre (Lee, Ralston,<br />

Drey, Partridge y Rosen, 2005, citado<br />

en Papalia, 2009).<br />

Los científicos pueden observarlos<br />

movimientos fetales por medio de<br />

ultrasonido, un método de ondas<br />

sonoras de alta frecuencia que permite<br />

detectar el contorno del feto. Con otros<br />

instrumentos se vigila el pulso, cambios<br />

en el nivel de actividad, estados de<br />

sueño y alerta y reactividad cardiaca.<br />

Los movimientos y nivel de actividad<br />

del feto muestran marcadas<br />

diferencias individuales y varía la<br />

regularidad y velocidad del ritmo<br />

cardiaco. Durante la gestación, el feto<br />

masculino, sin que importe su talla, es<br />

más activo y se mueve con más vigor<br />

que el feto femenino. Por ello la<br />

tendencia de los niños a ser más<br />

activos que las niñas es, al menos en<br />

parte, innata (DiPietro, Hodgson,<br />

Costigan, Hilton y Johnson, 1996,<br />

citado en Papalia, 2009).<br />

A partir de más o menos la duodécima<br />

semana de gestación, el feto traga y<br />

aspira el líquido amniótico en el que<br />

flota. Dicho líquido contiene<br />

compuestos que, luego de cruzar la<br />

placenta, pasan del torrente sanguíneo<br />

de la madre al feto. La asimilación de<br />

estos compuestos estimula los sentidos<br />

rudimentarios del gusto y el olfato y<br />

contribuirían al desarrollo de órganos<br />

necesarios para la respiración y la<br />

digestión (Mennella y Beauchamp,<br />

1996a; Ronca y Alberts, 1995;<br />

Smotherman y Robinson, 1995, 1996,<br />

citado en Papalia, 2009). Las células<br />

gustativas maduras aparecen hacia las<br />

14 semanas de gestación. El sistema<br />

olfativo, que controla el sentido del<br />

olfato, ya está bien desarrollado antes<br />

de nacer (Bartoshuk y Beauchamp,<br />

1994; Mennella y Beauchamp, 1996a,<br />

citado en Papalia, 2009).<br />

El feto responde a la voz y los latidos<br />

de la madre y a las vibraciones de su<br />

cuerpo, lo que indica que oye y siente.<br />

Cuando siente hambre, los lactantes,<br />

cualquiera que sea la posición que<br />

tengan, giran hacia el pecho en la<br />

dirección en la que oyen la voz de su<br />

madre (Rovee-Collier, 1996, citado en<br />

Diane E. Papalia, 2009). La familiaridad<br />

con la voz de la madre indica que<br />

puede tener una función evolutiva de<br />

supervivencia: hacer que los recién<br />

2<br />

nacidos localicen la fuente de<br />

alimento. Las respuestas al sonido y la<br />

vibración parecen comenzar hacia las<br />

26 semanas de gestación. Luego, se<br />

acentúan hasta estabilizarse hacia la<br />

trigesimasegunda semana (Kisilevsky,<br />

Muir y Low, 1992, citado en Papalia,<br />

2009).<br />

Referencias<br />

Papalia, Diane E. y Wendkos Olds, Sally<br />

y Duskin Feldman, Ruth (2009).<br />

Desarrollo Humano. México: McGraw<br />

Hill.


SUSTANCIAS QUE AFECTAN AL EMBRIÓN O FETO<br />

Introducción<br />

Prácticamente todo lo que toma una<br />

mujer embarazada llega al útero. Las<br />

drogas pueden cruzar la placenta, tal<br />

como el oxígeno, el dióxido de carbono<br />

y el agua. La vulnerabilidad es mayor<br />

en los primeros meses de gestación,<br />

cuando el desarrollo es más acelerado.<br />

Medicamentos<br />

Entre las medicinas que pueden ser<br />

dañinas durante el embarazo destacan<br />

el antibiótico tetraciclina, ciertos<br />

barbitúricos, opiáceos y otros<br />

depresores del sistema nervioso<br />

central, como el metotrexato, y<br />

Acutane, una medicina que se receta<br />

para el acné grave (Koren, Pastuszak e<br />

Ito, 1998, citado en Papalia, 2009). Los<br />

inhibidores de la enzima convertidora<br />

de la angiotensina y los<br />

antiinflamatorios no esteroides (AINE),<br />

como naproxeno e ibuprofeno, han<br />

sido relacionados con defectos de<br />

nacimiento cuando se toman a partir<br />

del primer trimestre. Además, ciertos<br />

antipsicóticos que se usan para<br />

manejar trastornos psiquiátricos graves<br />

pueden provocar serios efectos en el<br />

feto, entre ellos, el síndrome de<br />

abstinencia al nacer (AAP Committee<br />

on Drugs, 2000, citado en Papalia,<br />

2009). El Committee on Drugs (1994)<br />

de la American Academy of Pediatrics<br />

(AAP) recomienda que la mujer<br />

embarazada o lactante no tome ningún<br />

medicamento que no sea esencial para<br />

su salud o la de su hijo (Koren et al.,<br />

1998, citado en Papalia, 2009).<br />

Alcohol<br />

La exposición prenatal al alcohol es la<br />

causa más común de retraso mental y<br />

la principal causa prevenible de<br />

defectos de nacimiento en Estados<br />

Unidos. El síndrome de alcoholismo<br />

fetal (SAF) se caracteriza por una<br />

combinación de retraso de<br />

crecimiento, malformaciones del rostro<br />

y el cuerpo y trastornos del sistema<br />

nervioso central. Se calcula que el<br />

síndrome de alcoholismo fetal y otras<br />

condiciones relacionadas con el<br />

alcohol, menos graves, ocurren en casi<br />

uno de 100 nacimientos (Sokol,<br />

Delaney-Black y Nordstrom, 2003,<br />

citado en Papalia, 2009).<br />

Incluso las cantidades pequeñas que se<br />

beben en sociedad pueden perjudicar<br />

al feto, y cuanto más beba la madre,<br />

mayor es el efecto. Beber en forma de<br />

moderada a excesiva durante el<br />

embarazo trastorna el funcionamiento<br />

neurológico y conductual del niño, lo<br />

que podría afectar los primeros<br />

contactos con la madre, que son vitales<br />

para el desarrollo emocional. Las<br />

bebedoras empedernidas que siguen<br />

bebiendo durante el embarazo pueden<br />

tener bebés con crecimiento craneano<br />

durante el embarazo y cerebral menor<br />

que los de abstemias o mujeres que<br />

dejaron de beber al embarazarse<br />

(Handmaker et al., 2006, citado en<br />

Papalia, 2009).<br />

Los problemas relacionados con el<br />

síndrome de alcoholismo fetal son, en<br />

la infancia, menor reacción a los<br />

estímulos, tiempos de reacción lentos y<br />

3<br />

menor agudeza visual (Carter et al<br />

2005; Sokol et al, 2003, citado en<br />

Papalia, 2009) y, durante toda la<br />

infancia, margen de atención corto,<br />

distracciones,<br />

inquietud,<br />

hiperactividad, trastornos del<br />

aprendizaje, deficiencias de la memoria<br />

y trastornos del estado de ánimo (Sokol<br />

et al., 2003, citado en Papalia, 2009),<br />

así como agresividad y problemas de<br />

conducta. La exposición prenatal al<br />

alcohol es un factor de riesgo que<br />

puede provocar la aparición de<br />

problemas y trastornos del alcoholismo<br />

en la juventud (Alati et al., 2006; Baer,<br />

Sampson, Barr Connor y Streissguth,<br />

2003, citado en Papalia, 2009).<br />

Algunos efectos del SAF, como retraso,<br />

problemas de conducta y aprendizaje e<br />

hiperactividad, persisten. Sin embargo,<br />

es probable que los niños afectados<br />

tengan menos peligro de sufrir<br />

problemas conductuales y de salud<br />

mental si son pronosticados pronto y se<br />

educan en ambientes estables y<br />

acogedores. Como no se puede hablar<br />

de un consumo seguro de alcohol en el<br />

embarazo, lo mejor es evitarlo desde el<br />

momento en que la mujer empieza a<br />

pensar en embarazarse y hasta que<br />

deja de amamantar.<br />

Nicotina<br />

El tabaquismo materno se ha señalado<br />

como el factor que más incide en el<br />

bajo peso al nacer en los países<br />

desarrollados. Las mujeres que fuman<br />

durante el embarazo tienen una y<br />

media veces más probabilidades que<br />

las no fumadoras de tener bebés de<br />

bajo peso (que pesan menos de 2.5<br />

kilogramos al nacer). Incluso fumar<br />

poco (menos de cinco cigarros al día) se<br />

relaciona con un riesgo mayor de bajo<br />

peso al nacer.


Fumar durante el embarazo también<br />

aumenta el riesgo de aborto, retraso<br />

del crecimiento, mortinato,<br />

circunferencia craneal menor, muerte<br />

súbita infantil, trastorno de<br />

hipercinesia (movimiento excesivo) y<br />

problemas duraderos respiratorios,<br />

neurológicos, cognoscitivos y<br />

conductuales. Los efectos de la<br />

exposición prenatal al humo de<br />

segunda mano sobre el desarrollo<br />

cognoscitivo empeoran si el niño tiene<br />

dificultades socioeconómicas, como<br />

una vivienda inconveniente,<br />

desnutrición y ropa inadecuada<br />

durante los dos primeros años (Rauth<br />

et al., 2004, citado en Papalia, 2009).<br />

Cafeína<br />

La mayoría de los resultados sobre el<br />

consumo de la cafeína son<br />

contradictorios. Parece claro que la<br />

cafeína no es teratógenica para los<br />

bebés humanos (Christian y Brent,<br />

2001, citado en Papalia, 2009). En un<br />

estudio controlado de 1205 madres<br />

primerizas y su bebé no se demostró<br />

ningún efecto del consumo declarado<br />

de la cafeína en peso bajo al nacer,<br />

nacimiento prematuro o retraso del<br />

crecimiento fetal.<br />

Por otro lado, en un estudio<br />

controlado de 1063 mujeres<br />

embarazadas, las que tomaban más de<br />

dos tazas de café o de cinco latas de<br />

refresco con cafeína al día corrieron<br />

dos veces más riesgos de aborto que<br />

las que no consumían cafeína (Weng,<br />

Odouli y Li, 2008, citado en Papalia,<br />

2009). Cuatro o más tazas de café al día<br />

durante el embarazo aumenta de<br />

manera notable el riesgo de muerte<br />

súbita en la infancia (Ford et al., 1998,<br />

citado en Papalia, 2009).<br />

Mariguana, cocaína y<br />

metanfetaminas<br />

Hay pocos estudios sobre el consumo<br />

de mariguana entre mujeres<br />

embarazadas; sin embargo algunas<br />

pruebas indican que el consumo<br />

excesivo puede causar defectos<br />

congénitos, bajo peso al nacer,<br />

síntomas de abstinencia (mucho llanto<br />

y dolores) y mayor riesgo de sufrir<br />

trastornos de atención y problemas de<br />

aprendizaje a lo largo de la vida (March<br />

of Dimes Birth Defects Foundation,<br />

2004b, citado en Papalia, 2009). En dos<br />

estudios longitudinales el consumo<br />

prenatal de mariguana se asoció con<br />

deterioro de la atención, impulsividad y<br />

dificultades para ejercer las habilidades<br />

visuales y perceptivas después de los<br />

tres años, lo que indica que la droga<br />

afecta el funcionamiento de los lóbulos<br />

frontales cerebrales (Fried y Smith,<br />

2001 , citado en Papalia, 2009).<br />

El consumo de la cocaína durante el<br />

embarazo se ha relacionado con aborto<br />

espontáneo, crecimiento demorado,<br />

trabajo de parto prematuro, bajo peso<br />

al nacer, cabeza pequeña, defectos<br />

congénitos y deterioro del desarrollo<br />

neurológico. En algunos estudios,<br />

neonatos expuestos a la cocaína<br />

mostraron síndrome agudo de<br />

abstinencia y trastornos del sueño. En<br />

un estudio más reciente, la exposición<br />

prenatal intensa a la cocaína se asoció<br />

con problemas de conducta en la<br />

infancia, independientemente de los<br />

efectos de la exposición al alcohol y el<br />

tabaco.<br />

El consumo de las metanfetaminas<br />

entre las mujeres embarazadas es una<br />

preocupación creciente en Estados<br />

Unidos. En un estudio de 1618 infantes,<br />

4<br />

se descubrió que 84 habían sido<br />

expuestos a metanfetaminas. Estos<br />

niños tuvieron más probabilidades de<br />

sufrir bajo peso al nacer y de ser<br />

pequeños para su edad gestacional que<br />

el resto de la muestra. Estos resultados<br />

indican que la exposición prenatal a las<br />

metanfetaminas impone restricciones<br />

al crecimiento fetal (Smith et al., 2006,<br />

citado en Papalia, 2009).<br />

Referencias<br />

Papalia, Diane E. y Wendkos Olds, Sally<br />

y Duskin Feldman, Ruth (2009).<br />

Desarrollo Humano. México: McGraw<br />

Hill.

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