AguaTinta N°22
Inmigración y Exilio - Marzo de 2017
Inmigración y Exilio - Marzo de 2017
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U.C.L. y de la Vrije Universiteit Brussel V.U.B., los que<br />
consiguieron más de un millón de francos belgas gracias a<br />
la venta de obras de arte donadas por artistas locales, a fin<br />
de sostener a todos los jóvenes estudiantes chilenos que<br />
llegaban como asilados. La creación especial de un comité<br />
científico permitió a los estudiantes, que por supuesto<br />
no tenían ningún documento oficial de sus respectivas<br />
universidades chilenas, proseguir sus carreras (6) .<br />
¿Cuál es la principal diferencia entre un exiliado<br />
(migrante político) y un migrante económico?<br />
“Primero, el exilio no es algo que tú eliges, eres<br />
forzado a partir a causa de condiciones donde tú arriesgas<br />
tu vida o tu libertad, lo que te obliga a salir de tu país. No<br />
es como cuando tú emigras y has elegido cambiar de país<br />
para tener una vida más fácil, o el acceso a cosas que en tu<br />
propio país no tienes y puedes volver cuando te dé la gana,<br />
claro que a veces por el dinero no es tan simple. El migrante<br />
económico sabe cuáles son las causas, generalmente la<br />
miseria, y asume renunciar a ciertas cosas por escapar a<br />
esa miseria y ya está; no son capaces, o no les interesa,<br />
darse cuenta de que tras esa miseria hay causas políticas.<br />
“La gente que emigra por razones políticas, no tiene<br />
nada que ver con eso, en la mayor parte de los casos parten<br />
y no pueden volver sin correr el riesgo de ser encarcelados.<br />
Es decir que parten forzados con un fusil por la espalda<br />
y llegan acá con pies de plomo (NdlR: con dificultad para<br />
avanzar). El exiliado no puede nunca dejar de pensar en<br />
las causas políticas que lo forzaron a abandonar su país y<br />
le acompaña una permanente tristeza. Esa idea de saber<br />
que no puede decidir cuándo volver, ¡es muy dura! Y yo<br />
vi gente con la maleta siempre preparada bajo la cama,<br />
estuve en sus casas, y esas maletas ya contenían algunos<br />
recuerdos de su paso por Bélgica, a la espera de poder<br />
volver. Hay gente que no soportaba la idea de estar lejos<br />
de su país, de no hablar su idioma, de no tener su cultura y<br />
que apenas se abrió la posibilidad de retornar, aun con los<br />
riesgos que ello significaba en plena dictadura, lo hicieron.<br />
“Creo que una de las cosas más violentas del exilio<br />
es que te despoja de tu personalidad. Porque además de<br />
aprender otro idioma, debes aprender otros códigos,<br />
hay un desfase de información política, social, cultural,<br />
geográfica. Pienso en el humor, los chistes... porque lo que<br />
hace reír a los belgas a ti –al principio– no te hace reír y<br />
toma muchísimo tiempo el que puedas sintonizar con ese<br />
tipo de humor. Y el otro aspecto brutal del exilio, es que se<br />
constituye en una pena que se amplifica a la descendencia<br />
del exiliado”.<br />
p Dos afiches que reflejan la solidaridad belga con los exiliados chilenos, parte de una colección de la ya desaparecida artista plástica Lao<br />
Córdova.<br />
(6) Galand, Pierre. El Chile de Allende, un punto de partida para construir el futuro. Cuadernos de Educación Permanente, Luc Pire, 2003.<br />
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