Edición Marzo 2017

PERSONALIDADES
¿Cuál fue tu experiencia como activista, cuáles
fueron tus mayores retos y logros?
Aunque nací dentro del movimiento, no significa
que siempre fui feliz con el mismo, llegue a
sentir, que mi entorno estaba tan sumergido en la
lucha política y social, que muchos se olvidaban
simplemente de existir y disfrutar de los momentos
bellos de la vida junto a sus familiares,
como por ejemplo mi Madre, siempre ha sido una
mujer brillante, activista, luchadora por los Derechos
Humanos, pero a veces la encontraba en
la televisión, encadenada en las calles exigiendo
justicia social para Colón y sentí muchas veces
que las personas no valoraban el esfuerzo que
ella hacía y traté de jurarme a mi misma, que
nunca sería activista, intenté honrar esa promesa
cuando entre a la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas, e incluso siempre creí que me dedicaría
completamente al mundo de los negocios, pero
cuando tienes conciencia social, difícilmente
puedes escapar de tu misión o al menos parte
de ella. Antes de terminar la carrera una Activista
del Movimiento Afrodescendiente y de mujeres,
la Licda. Cecilia Moreno, a la cual le debo y le
agradezco mucho; vino a visitar a mi Madre a
casa de mi Abuelo y allí me vio, y se enamoró del
hecho de que fuera tan joven y estuviera a punto
de graduarme de Abogada y me dijo… necesitamos
que jóvenes como tú se involucren más en
el movimiento, en ese momento la miré y le dije que si
alguien quería abrir un negocio que contaran conmigo,
pero de menos jamás! Cuando terminé la carrera en
Derecho, al mismo tiempo deje de creer en la política
convencional, y me apasione por los Derechos Humanos,
dediqué más de una década de mi vida a luchar
intensamente, para que muchas voces hasta entonces
ignoradas, fueran escuchadas y eso me llevó a sumarme
a la lucha que existió mucho antes que yo llegara y
que seguirá existiendo, mientras continúe la injusticia
social.
Participé de Redes de Mujeres, coordiné redes y articulaciones
de juventudes tanto a nivel nacional como
internacional, contribuyendo de alguna manera a que
se crearan espacios desde sus propias perspectivas,
para poder transformar realmente sus realidades.
Un gran reto al principio fue ser muy joven, en espacios
que habían sido dominados históricamente por
personas mayores, con mucha experiencia y convicción.
Lo primero que hice fue disponerme a entender y
aprender todo lo posible y lo siguiente fue abrir espacios
de participación, que consideré eran necesarios,
utilizando las herramientas que me habían otorgado y
respetando hasta el sol de hoy, la sabiduría y el conocimiento
que siempre han tenido los que llegaron mucho
antes que yo y que han sido para mi mentores(as),
maestros(as) y guías excepcionales. Otro de los retos
y siento que aun lo estoy enfrentando, es mostrarle a
mi generación el valor de esas herramientas y expe-
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