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61 Galicia
Y ahora sí, por fin
llegamos al destino
de peregrinaje más
famoso del mundo:
Santiago de
Compostela
catedral de santiago
A Coruña. No encuentras el momento de
irte de allí. Sentado en ese banco puedes
ver desde el cabo Estaca de Bares al cabo
de Ortegal. Allí las palabras que te van a
salir son... nada, no vas a decir nada. Sus
impresionantes vistas son las que hablan.
Te quedas absorto. La armonía entre cielo,
tierra y mar te llevan a tal estado mental,
que te olvidas de todo. Un deleite para los
sentidos.
Nos situamos ahora en la ciudad de A
Coruña, y sin más rodeos iremos directamente
a ver la famosa Torre de Hércules.
Se concibió como faro durante el siglo
I y está considerado como el único faro
romano del mundo en funcionamiento, y
el tercero más alto de España, 597 m. Si te
atreves a subir sus 237 escalones, llegarás
a un mirador desde donde hay una gran
vista de A Coruña, así como de las rías de
Sada, Betanzos, Ares y Ferrol, así como las
islas Sisargas frente a Malpica.
Pero si la torre en sí misma es interesante,
sus alrededores no lo son menos. Allí se
encuentra el Parque Escultórico con obras
de varios artistas, no voy a mencionar todos,
hay muchas. En este paraje te sentirás
como en un sitio de leyenda, como un
cuento de hadas.
Breogán está en el acceso a la Torre de
Hércules. Era el caudillo celta de Brigantia
(Actual A Coruña) que según la tradición
celta, erigió una torre (posiblemente donde
está la de Hércules) para ver su tierra,
Irlanda a más de 900 Km.
Los Menhires dispuestos en forma de
círculos marcan la diferencia entre la naturaleza
y el hombre y su entorno, su mundo.
Como en todas las ciudades encontrarás
museos y lugares de interés cultural.
Y ahora sí, por fin llegamos al destino de
peregrinaje más famoso del mundo:
Santiago de Compostela
Cuando entras en la Plaza del Obradoiro
con la Catedral presidiéndola, ves gentes
de todos los lugares del mundo, creyentes
y no creyentes, que peregrinan a este lugar
durante todo el año desafiando a todos los
elementos. Retos personales que son fruto
de lo que al ser humano nos ha ido forjando
como lo que somos: la fe, fe en personas,
cosas o deidades. Pero yo me inclino
a la fe que tenemos en nosotros mismos.
De llegar allí y decir "lo logré, ya estoy aquí".