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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

«Ya es suficiente.» Inspiró gimiendo contra sus labios, y se volvió a concentrar en el beso. La iba<br />

a poseer de una forma u otra.<br />

Sus respiraciones se volvieron frenéticas. Rydstrom apenas se dio cuenta de las ilusiones de<br />

fuego que se formaban en la celda.<br />

Con la mano que le quedaba libre, Sabine le desabrochó los pantalones y los empujó para que<br />

cayeran hasta sus tobillos.<br />

Lo cogió por el pene y lo condujo a la cama.<br />

Se seguían besando como si sus vidas dependiesen de ello mientras se acercaban al colchón.<br />

Con las muñecas esposadas, Rydstrom no podía mantener el equilibrio, pero en el último instante<br />

se movió de tal forma que consiguió evitar caer encima de ella.<br />

Entre besos, se acomodaron hasta que Sabine quedó debajo, tendida de espaldas en la cama.<br />

Haciendo caso omiso <strong>del</strong> dolor, se puso de rodillas. Una vez más se sentía frustrado. No podía<br />

subirle la falda, no le podía romper las bragas, no la podía acariciar.<br />

—Quítate la falda.<br />

Aturdida, ella se desanudó el lateral de la falda y dejó que ésta cayera.<br />

—Ahora eso. —Señaló con la cabeza el tanga negro.<br />

Sabine se lo bajó hasta los tobillos y luego, de una patada, apartó quedándose sólo con el casco<br />

y el collar puestos. Tenía los párpados cerrados y la sombra de ojos azul metálico que llevaba<br />

brillaba.<br />

—Abre las piernas —susurró.<br />

Mientras ella lo hacía, a Rydstrom le pareció oírla gemir, sonido ahogado surgió de la garganta<br />

<strong>del</strong> demonio al ver sus rizos pelirrojos y la brillante piel.<br />

—Tócate. Déjame verte mientras...<br />

Sabine obedeció al instante y sus <strong>del</strong>icados dedos empezaron a tocar su sexo. Él respiró hondo.<br />

«Lo hace con destreza. Sin dudarlo.» Por primera vez en su vida, iba a tener a la hembra que<br />

secretamente siempre había deseado.<br />

Estaba maravillosa debajo de él, con el cabello esparcido por la cama, las llamas reflejándose en<br />

sus ojos y su cuerpo estremecido mientras se masturbaba.<br />

—Dame tu palabra, demonio. Me convertirás en tu reina.<br />

«¿Reina de la gente a la que ha matado?» Pero entonces Rydstrom le vio dos regueros de<br />

sangre que corrían paralelos de cuello al pecho.<br />

—¿Qué es eso?<br />

<strong>El</strong>la movió la mano y los hizo desaparecer cubriéndolos con una ilusión.<br />

—Un vampiro ha intentado morderme, pero mi armadura lo ha parado justo a tiempo.<br />

—¿Por qué un vampiro?<br />

Con un bufido, Sabine apartó la mano de su sexo y se incorporó, apoyándose en los codos y<br />

retirando de un soplo un mechón que le había caído sobre los ojos.<br />

—Estamos en guerra, no intentarán matarme a besos.<br />

«¿No ha estado matando a mi gente?»<br />

—¿Estáis en guerra con los vampiros?<br />

—Con alguno de ellos. ¿Qué pensabas?<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 97

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