10.03.2017 Views

Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

¿O quizá lo había hecho porque no podía matarlo? Si el brujo no fuera el Que no Muere,<br />

¿podría ella llegar a derrotarlo? Tal eso era precisamente lo que estaba tramando. ¿Y si Rydstrom<br />

lograba convencerla de que la espada podía funcionar? ¿Le mostraría Sabine sus cartas?<br />

«Es la reina <strong>del</strong> ajedrez, espera el momento oportuno para tacar.»<br />

Él podría ayudarla. ¿Qué iba a perder?<br />

Sabine se cruzó de brazos por encima <strong>del</strong> corsé de metal.<br />

—Supongo que no tienes intención de darme las gracias por haberte salvado la vida. Eres un<br />

desagradecido, además de completo estúpido.<br />

Rydstrom jamás había estado tan seguro de que iba a morir, ella le había salvado. Pero...<br />

—Para empezar... ¡es culpa tuya y de tas espejismos que esté aquí! —Una punzada de dolor lo<br />

dejó sin aliento.<br />

—Es por mí por lo que Omort te ha perdonado la vida durante todos estos años. ¿No te pareció<br />

raro que no volviera a tratar de matarte?<br />

Sí, se lo había preguntado muchas veces, en especial después de instalarse en Nueva Orleans y<br />

pasar meses y meses en el mismo lugar. Le gustaba vivir allí. Al menos hasta que pudiera recuperar<br />

su reino. Hasta que pudiera recuperar Tornin y limpiarlo de todos aquellos parásitos. Al recordar<br />

todo lo que había visto noche anterior, cerró los ojos.<br />

—¿Te acuestas con Omort?<br />

—No me acuesto con él ni con nadie. Se supone que tengo que dar a luz a un heredero, y no<br />

quiero que nadie cuestione su paternidad.<br />

No había negado que se hubiera acostado alguna vez con el brujo, pero Rydstrom estaba<br />

convencido de que no lo había hecho. O tal vez, sencillamente, se negaba a creerlo... porque eso<br />

eliminaría de su futuro para siempre.<br />

—¿Por qué luchaste contra Hettiah? —preguntó. Ahora cada palabra le costaba un poco menos<br />

de pronunciar.<br />

—<strong>El</strong>la me atacó. Lleva siglos tratando de encontrar el modo de vengarse de mí.<br />

—¿Por qué?<br />

—Seguramente porque me hice un collar con sus intestinos y se lo enseñé a toda la corte. Y<br />

porque le he arrancado un par de órganos en un par de ocasiones. Y quizá porque los tengo<br />

metidos en jarras en la mesilla de noche.<br />

—¿Tú...? No es verdad. —«¿Y el vampiro me dijo que yo la estaba matando?»<br />

—Sí, sí lo es. Creo que ha perdido el apéndice y el bazo. —Se puso de pie y se acercó a la mesa,<br />

en la que había dispuesta la comida —Y hablando de esas cosas, ¿no tienes hambre?<br />

Él miró despectivamente la bandeja, llena de fruta y verdura, ni un pedazo de carne por ningún<br />

lado.<br />

—Mira, hechicera, si de verdad quieres que me cure... ¿por qué me das a comer hierbas?<br />

En toda la semana, no le habían dado ni un poco de carne ni brebaje demoníaco, una potente<br />

bebida fermentada. Las hechiceras bebían vinos asquerosamente dulces y licores, y se atrevían a<br />

decir que el brebaje demoniaco era un «mejunje repugnante». Rydstrom no podía soportar ni el<br />

olor de las azucaradas bebidas que a ellas les gustaban.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 89

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!