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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

—Rydstrom, ¿crees que me gusta retenerte aquí encadenado y tener que utilizarte? —Lo vio<br />

fruncir el cejo, y continuó:<br />

—Está bien, me gusta un poquito. Pero preferiría hacerte el amor como una mujer normal. O al<br />

menos tanto como fuera posible, teniendo en cuenta tus fetiches.<br />

—¡Yo no tengo ningún fetiche!<br />

<strong>El</strong>la sacudió una mano y creó un espejismo que hizo que la celda pareciera su habitación, con la<br />

brisa entrando por los ventanales y las banderolas rojas y blancas ondeando fuera.<br />

—Es mi habitación —observó él, confuso.<br />

—Nuestra habitación. Llevo años durmiendo en esos aposentos, esperándote.<br />

Rydstrom apartó la mirada de la escena y optó por recorrer el cuerpo de Sabine con los ojos.<br />

Iba vestida casi igual que el día anterior, excepto que los lazos parecían incluso más<br />

complicados que los de entonces. <strong>El</strong> corsé estaba hecho de oro y plata, dibujaba unos complejos<br />

círculos en los pechos para luego cerrarse en el cuello. Llevaba los ojos pintados de color lila<br />

oscuro, casi negro.<br />

—Otra vez me estás devorando con los ojos. ¿Te gustaría verme <strong>del</strong> todo? —le preguntó. —<br />

Podría hacerte un striptease.<br />

Tardó largo rato en responder, pero al final el demonio asintió como si no pudiera evitarlo.<br />

Sabine empezó con los guantes largos que llevaba, desrizándoselos por los brazos hasta<br />

dejarlos caer en el suelo, a su espalda. Tardó muchos minutos en desabrochar el corsé, y,<br />

mientras, los ojos de Rydstrom se mantuvieron fijos en sus dedos. A cada segundo que pasaba,<br />

parecía excitarse más y más.<br />

—¿Te has puesto ese corsé por mí? —le preguntó con la respiración entrecortada.<br />

—Sí, quería gustarte.<br />

—Más despacio —le ordenó con voz ronca cuando ella empezó a quitarse la falda. Sus ojos<br />

estaban casi en llamas, y su expresión era puro deseo. Parecía no ser consciente de que estaba<br />

moviendo sutilmente las caderas.<br />

Sabine se deslizó la falda hasta los tobillos y luego la apartó de una patada, quedándose sólo<br />

con el tanga de seda negra y las medias.<br />

—Ahora eso —dijo él, señalándole el tanga con la barbilla.<br />

<strong>El</strong>la se agachó y lo enroscó hacia abajo, atormentándolo hasta límites insospechados.<br />

Cuando se apartó de la ropa interior, tirada en el suelo, con un movimiento bastante elegante,<br />

oyó cómo Rydstrom gemía.<br />

—Basta.<br />

Ya sólo llevaba la diadema, el collar y las medias.<br />

—Date la vuelta.<br />

Sabine lo hizo.<br />

—¿Acaso no te parece que éste sea el cuerpo de una reina, Rydstrom? Vamos, demonio.<br />

Reconoce que te gusto. —Volvió a mirarlo. «Ojos hambrientos y un rostro peligroso.» Un<br />

escalofrío la recorrió entera.<br />

¿Cómo podía excitarla tanto que la mirara así?<br />

Sabine le sostuvo la mirada y se acercó a él con calma.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 74

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