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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

La escena cambió y se vio a Sabine de cara a la pared, con las manos esposadas y fijas en un<br />

gancho que había encima de su cabeza.<br />

—¿Quieres atarme?<br />

Apartó los ojos <strong>del</strong> espejismo y miró al Rydstrom de verdad, estaba fascinado observando la<br />

imagen, pero lo mejor de todo era que parecía sorprenderle lo que veía, como si de verdad jamás<br />

se hubiera atrevido a reconocer, ni siquiera ante sí mismo, que deseaba esas cosas. Estaba más<br />

excitado que nunca, su pene completamente erecto.<br />

<strong>El</strong>la volvió a rodear su miembro con los dedos, recorriéndolo desde la base hasta la punta,<br />

mientras la Sabine <strong>del</strong> espejismo se movía inquieta.<br />

—¿Se supone que quieres que trate de escapar de ti? —Al verlo negar con la cabeza, añadió: —<br />

Entonces ¿qué?<br />

Tenía intención de acariciarlo hasta hacerlo estremecer de placer, pero al ver que no<br />

contestaba se detuvo.<br />

—Quiero pasarme horas excitándote sin dejarte llegar al final —respondió él al fin. Tenía los<br />

cuernos completamente levantados, los músculos tensos y empapados de sudor le brillaban a la<br />

luz <strong>del</strong> fuego. —Se supone que estás desesperada por tocarme, por tener un orgasmo... se supone<br />

que no puedes pensar en otra cosa.<br />

En su fantasía, él le recorría el cuerpo con las manos, acariciándole y pellizcándole los pechos<br />

desnudos. Después, le separaba las piernas y tiraba <strong>del</strong> tanga hasta cogerle las nalgas y<br />

apretárselas. Cuando Rydstrom vio que su otro yo deslizaba un dedo en el interior de Sabine desde<br />

atrás, tanto el uno como la otra soltaron un gemido de placer.<br />

—Así que eso es lo que te gusta, demonio —murmuró ella, sintiéndose halagada en secreto. De<br />

todas las fantasías que alguien podría tener —tríos, acostarse con machos y hembras a la vez,<br />

fetiches, o incluso vicios varios, —los sueños <strong>del</strong> demonio se centraban en ella. Sólo en ella.<br />

A Sabine también le sorprendió ver lo erótica que le parecía esa imagen. La idea de que uno de<br />

sus enemigos la atara debería ponerla furiosa... y no excitarla. En el pasado, siempre había tenido<br />

relaciones con hechiceros, potencialmente sus enemigos, pues podían querer robarle su precioso<br />

poder. Mostrar ante ellos cualquier debilidad habría sido peligroso, y lo de relajarse en su<br />

presencia ni siquiera se lo planteaba. Si alguno de ellos le decía que le tenía miedo, y lo habían<br />

hecho varios, Sabine nunca hacía nada para disuadirlos.<br />

En las fantasías de Rydstrom éste no la temía. <strong>El</strong> demonio se comportaba como si ella le<br />

perteneciera, lo que le parecía extrañamente excitante. Con alguien así no tendría que plantearse<br />

si podía o no relajarse: él se limitaría a exigírselo.<br />

En el espejismo, Rydstrom seguía acariciándola despacio con un dedo mientras enredaba la<br />

otra mano en su melena para inclinarle la cabeza y poder besarle la nuca. Le murmuraba al oído<br />

cuánto la deseaba, y le acariciaba la piel con la mejilla, sin dejar de decirle lo preciosa que era...<br />

—¿Alguna vez has atado a una hembra? —preguntó ella sin aliento.<br />

Al ver que él no respondía, sacudió un poco el espejismo, amenazando con hacerlo<br />

desaparecer.<br />

—Nunca —farfulló el demonio.<br />

—Pero quieres hacerlo. Necesitas hacerlo.<br />

Rydstrom arqueó la espalda tanto como se lo permitieron las esposas y le acarició el brazo con<br />

los cuernos.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 65

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