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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
—¿No lo sabes? ¿No hablas demoníaco? —preguntó él incrédulo.<br />
—Se considera un insulto aprender esa lengua, y está prohibido hablarla en el castillo. Además,<br />
ya domino cinco lenguas. Cinco es mi límite; la pizarra está llena.<br />
—¿Así que no me entendías cuando te estaba maldiciendo?<br />
—Nada de nada. Pero me has llamado suficientes veces zorra y malvada como para poder<br />
deducir...<br />
Las campanas de la torre <strong>del</strong> castillo empezaron a tocar, resonando en la distancia.<br />
—¿Ahora suenan tres minutos pasada la medianoche? —preguntó disgustado. —¿Por qué tres<br />
minutos? ¿Significa eso que tienes un malévolo dios al que adorar? ¿Uno que se muere de ganas<br />
de recibir sacrificios de sangre?<br />
—¿Quieres que sea una ferviente seguidora de la razón, como tú?<br />
—Podría ser peor.<br />
—¿Quieres saber un secreto, Rydstrom? —dijo. —Yo adoro las ilusiones.<br />
—¿Y qué significa eso?<br />
Sabine alargó la mano y le apartó el pelo que le caía por la frente.<br />
—La ilusión es el tímido amante de la realidad, que la anima cuando está deprimida. Con su<br />
experiencia de tantos años, la ilusión es astuta, y a la vez olvidadiza de su conocimiento. Eso es lo<br />
que es sagrado para mí.<br />
—¿Te ves a ti misma como una ilusión?<br />
Sabine le sonrió.<br />
—¿Quieres ser mi realidad? —Cuando sus penetrantes ojos verdes se fijaron en sus labios,<br />
añadió: —¿Estás soñando con nuestro beso, demonio? Eso espero, porque yo no dejo de pensar<br />
en él. Me gustó la forma en que me besaste.<br />
—¿Y por qué has venido aquí esta noche? —preguntó con los ojos entrecerrados.<br />
«Para olvidar la repugnancia que Omort me ha hecho sentir.»<br />
—Para avisarte. La próxima vez que venga, no mostraré ningún tipo de piedad. —No podía, ya<br />
que con cada día que pasaba disminuían sus probabilidades de quedarse embarazada.<br />
Las hechiceras no eran una especie demasiado fértil comparada con otras de la Tradición.<br />
<strong>El</strong> demonio escrutaba atento su cara, como si tratara de hurgar bajo la máscara de sus<br />
ilusiones.<br />
—Sabine, no creo que seas tan mala como aparentas.<br />
—Conmigo nada es lo que parece. Siempre es mucho, mucho peor.<br />
—No. No creo que realmente quieras hacernos todo eso ni a mí ni a mi gente.<br />
—¿Hacer qué cosas? ¿Luchar por el poder? ¿Capturar a un demonio? —Al no responder<br />
Rydstrom, su tono se hizo más frío: —Crees que me puedes cambiar, ¿verdad? Convertirme en<br />
alguien bueno, incluso rehabilitarme.<br />
—En mis circunstancias, tengo que creer eso. Puedes aprender a ver las cosas de otra forma. Yo<br />
te puedo enseñar a...<br />
Al levantarse, pareció que la habitación se desmoronaba con su furia. Encima de ellos, en la<br />
ilusión de cielo, caía una lluvia de estrellas.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 57