Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
—¿Cómo sabes que no tengo ya una docena de pequeños demonios correteando por ahí?<br />
—¿Los tienes?<br />
—No, no tengo descendencia.<br />
—¿Y si das a luz a una hembra? <strong>El</strong> reino de Rothkalina es patriarcal.<br />
—Ni me lo recuerdes. En el reino de los hechiceros, en cambio, las mujeres pueden heredar la<br />
corona. Morgana es la actual emperatriz de todos nosotros. —Sabine se puso de lado, y él hizo lo<br />
mismo, con los brazos a la espalda, encadenados.<br />
—La gente no aceptaría a una hembra aquí. Me pregunto si viviré lo suficiente como para que<br />
eso se vuelva a dar. —Un mechón de cabello le cayó sobre la frente, pero con las manos<br />
esposadas no podía apartárselo de los ojos.<br />
—Estoy predestinada a concebir y a dar a luz a un hijo sano que será tu heredero.<br />
—Un hijo —¿le había temblado la voz?— al que no veré si te sales con la tuya. Al que no podré<br />
enseñar ni proteger.<br />
Sabine se quedó en silencio. Contrariamente a lo que se decía, no disfrutaba haciendo sufrir a<br />
aquellos que no le habían hecho nada malo. Pero ella no mandaba... todavía... y no podía cambiar<br />
lo que estaba escrito. Para que Lanthe y ella pudieran estar por fin a salvo, tenía que derrotar a un<br />
demonio. Al demonio que tenía al lado.<br />
Rydstrom era un daño colateral inevitable.<br />
—Espera... Si ya sabes que vas a tener a un niño sano, entonces me podrás asesinar en cuanto<br />
sepas que estás embarazada.<br />
Sabine camufló su expresión con una ilusión, para que él no pudiera ver cómo apartaba la<br />
mirada.<br />
—No dejaré atrás a mi hijo para que lo criéis aquí, entre odio y sangre. He oído los rumores de<br />
la depravación que hay en Tornin. Sacrificios y otras perversiones. En mi hogar.<br />
—Omort disfruta con esos sacrificios.<br />
<strong>El</strong> demonio se quedó boquiabierto.<br />
—¿Te estás oyendo? Estás tan acostumbrada a ello que no te das cuenta de lo enfermizo que<br />
es tu mundo.<br />
Sabine entrecerró los ojos. «Que no me estremezca, no quiere decir que no lo vea.»<br />
<strong>El</strong>la sabía de sobra lo enfermizo que era todo aquello. Por eso estaba tan decidida a irse de allí.<br />
—Nunca tendrás mi juramento, hechicera.<br />
—No descansaré hasta conseguirlo.<br />
—¿Me vas a mantener encadenado para siempre? Sé mejor que nadie que es imposible<br />
escapar de esta celda.<br />
—No es por motivos de seguridad por lo que te mantengo inmóvil. Hagamos lo que hagamos<br />
juntos, tú solo nunca podrás terminar lo que empecemos, así que al final estarás desesperado. —<br />
Cuando Sabine le deslizó un dedo por el pecho, los músculos <strong>del</strong> torso de él se contrajeron a modo<br />
de respuesta. —Pero se me ocurre que, si te mantienes tan firme sobre el hecho de no querer<br />
tener a tu descendencia aquí, es que aceptas que soy tu compañera.<br />
—¿Has pensado alguna vez en lo que eso habría sido para ti si no hubieras recurrido a la<br />
fuerza?<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 55