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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
Rydstrom nunca habría imaginado que pudiera sentir tal dolor. Su pene lo estaba matando.<br />
Trató de ignorar la presión que sentía en su interior, de ignorar las esposas que lo apresaban, pero<br />
éstas se le clavaban en la piel.<br />
Todo era tan indigno que sentía como si un ácido lo estuviera quemando por dentro.<br />
Tenía la mente hecha un lío, y no podía parar de hacerse preguntas. ¿Iba Sabine a volver<br />
aquella misma noche? ¿Hasta cuándo lo retendría encadenado? ¿Qué más había descubierto<br />
sobre el pacto hecho con Groot? ¿Tenía previsto tenerlo prisionero durante mucho tiempo?<br />
Tenía que escapar de allí... pero ¿cómo? «Nadie escapa de las mazmorras de Tornin.» Utilizaría<br />
a la hechicera como rehén. A no ser que consiguiera convencerla de que traicionara a Omort. ¿De<br />
verdad le era leal a su medio hermano?<br />
Las ventajas de contar con alguien tan poderoso como Sabine entre sus aliados serían<br />
inmensas.<br />
Trató de recordar lo que sabía sobre el clan de las hechiceras en general. Sabía que eran muy<br />
avariciosas, y unas hedonistas a las que les encantaba dedicar el día a sus placeres y a pensar en el<br />
oro. Pero también recordó que eran muy reservadas y paranoicas, que desconfiaban de los<br />
desconocidos que aparecían sin más a las puertas de sus casas. La mayoría solía vivir en los lugares<br />
más inhóspitos de la Tierra.<br />
Sin embargo, no eran de por sí una raza malvada. «Sólo lo dices porque la deseas.» Tal vez,<br />
pero el hecho seguía siendo el mismo. En estos momentos, era la única alternativa que le parecía<br />
viable.<br />
Todavía le costaba hacerse a la idea de que ella pudiera ser su compañera, pero la Ascensión<br />
solía crear muchas parejas, originar nuevas familias. Y él había deseado en secreto encontrar la<br />
suya durante la que se estaba acercando. A lo largo de los años, había fantaseado infinidad de<br />
veces sobre su compañera, preguntándose si tendría una risa sensual o la piel suave. O un cuerpo<br />
en el que perderse.<br />
Rydstrom trató de pensar en si físicamente cambiaría alguna cosa de Sabine. Tenía la piel<br />
perfecta, las mejillas sonrosadas. Su melena brillaba como el fuego. No tenía ningún defecto.<br />
Al excitarse, los ojos de la hechicera habían pasado de su color habitual a un resplandeciente<br />
azul metálico...: eso sí que no podía fingirlo. Como tampoco podía fingir la reacción de su cuerpo.<br />
Estaba húmeda, ni rastro de vello cubría aquellos otros sensuales labios. Rydstrom se clavó las<br />
uñas en las palmas de las manos.<br />
Después de las últimas semanas, aquello era como echar más leña al fuego. Tenía demasiados<br />
conflictos en su interior. Su mente no podía trabajar así, y punto. Normalmente, a la hora de<br />
tomar una decisión, Rydstrom dibujaba diagramas en forma de árbol con todas las opciones y las<br />
consecuencias más probables de cada una de ellas. <strong>El</strong> era un ser racional, y le gustaba tener las<br />
cosas claras. Necesitaba tener las cosas claras.<br />
Y ahora las pocas que lo estaban parecían nefastas. Había regresado a su hogar, pero como<br />
prisionero. Existía la posibilidad de que hubiera encontrado a su reina, pero ésta era una arpía<br />
amoral y sanguinaria. Hasta que pudiera escapar de allí, su destino y el de todo su pueblo estaba<br />
en manos de Cadeon... y su hermano no tenía un pulso demasiado firme.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 48