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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
CAPÍTULLO <strong>07</strong><br />
—¿Empiezas a creerme ahora?<br />
Igual que había hecho en un par de ocasiones anteriores, el demonio fijó sus inescrutables ojos<br />
negros en los suyos sin decir nada. Sabine se dio cuenta de que hacía eso cada vez que tenía<br />
intenciones de mentir. La mayoría de la gente apartaba la mirada en esas circunstancias, pero en<br />
cambio los ojos de Rydstrom estaban allí, desafiándola.<br />
—No me puedo ni imaginar lo frustrante que tiene que ser no poder terminar —prosiguió ella<br />
acercándose más. —<strong>El</strong> sexo tiene que ser de lo más soso. Me juego lo que quieras a que te pasas<br />
horas pensando en cómo debe de ser acostarse con una hembra y poder llegar hasta el final.<br />
Al oír esas palabras, Rydstrom frunció el cejo, como si le doliera lo que estaba escuchando, y<br />
levantó las comisuras de los labios para enseñarle los colmillos.<br />
—Ahora puedes dejar de imaginártelo. Di unas pocas palabras y me sentaré encima de ti y<br />
podrás explayarte a gusto con mi cuerpo. Lo haremos tantas veces que no podrás volver a hacerlo<br />
en mucho tiempo. —Tenía muchas ganas, estaba casi tan excitada como él.<br />
Saber al fin lo que se sentía... Sabine jamás se había planteado que él pudiera negarse.<br />
La punta <strong>del</strong> miembro de él estaba ahora completamente mojada. Ambos la estaban mirando<br />
cuando ella pudo leer por fin el pensamiento <strong>del</strong> demonio, pero sólo porque él se lo estaba<br />
ordenando en silencio.<br />
«¡Acaríciame con la lengua!», resonó claramente en su mente como si fuera un trueno.<br />
—Hazlo, tassia —gimió él en voz alta.<br />
—¿Qué significa esa palabra?<br />
—Mujer perversa, porque eso es lo que eres. Haz el favor de probar lo que sólo tú has<br />
conseguido.<br />
—Quiero hacerlo —murmuró ella sincera, acercándose más y más a su erección. Sentía un<br />
cosquilleo en los pechos, que tenía completamente erguidos. —Voy a hacerlo.<br />
Sabine supo el instante exacto en que Rydstrom pudo sentir su aliento sobre su piel, porque<br />
todos los músculos <strong>del</strong> demonio se tensaron con expectación.<br />
—Préstame juramento, Rydstrom. Conviérteme en tu reina.<br />
—Más abajo... ¡rodéame con los labios!<br />
«¡Va a hacerlo otra vez! ¡Va a rechazarme de nuevo!»<br />
—Tu juramento —repitió con frialdad, apartándose. —Dámelo o me iré.<br />
—¡Jamás lo conseguirás!<br />
Y Sabine lo soltó y se levantó.<br />
—¡No puedes vencer... sólo conseguirás hacernos perder el tiempo!<br />
—¡Termina lo que has empezado! —gritó él levantando las manos tanto como podía.<br />
—¡Son sólo unas palabras! —Creó el espejismo <strong>del</strong> vestido que llevaba antes y se lo puso. —Tal<br />
vez la próxima vez.<br />
Rydstrom empezó a hablar entonces en su lengua demoníaca, pero no hacía falta conocer el<br />
idioma para saber que la estaba insultando. No importaba. Sabine dio media vuelta y se dirigió<br />
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