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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

Hacía siglos que se había dicho que la Reina de los Espejismos daría a luz al heredero <strong>del</strong><br />

destronado rey de los demonios de la ira; y ese príncipe desvelaría una fuente de inconcebible<br />

poder. Si Sabine no lo hacía, el Pravus caería ante sus enemigos.<br />

—¿Ansiosa? —repitió.<br />

Antes, el demonio había inhalado profundamente, mostrando más paciencia de la que Sabine<br />

hubiera visto nunca antes en un macho. Pero tenía la sensación de qué si la coerción desaparecía,<br />

Rydstrom dejaría de ser razonable y se le acabaría la paciencia.<br />

Podía ver cómo se estaba encerrando en sí mismo. Un músculo de su marcada mandíbula se<br />

tensó, y tenía los ojos completamente negros. En un momento de lucidez, se dio cuenta de que<br />

estaba viendo un lado de él que seguramente muy pocos habían visto antes.<br />

No sabes con lo que estás jugando —dijo en un tono muy agresivo.<br />

—Dímelo tú.<br />

—No te saldrás con la tuya.<br />

—¿No? Sólo imagínatelo, Rydstrom. Puedo darte lo que quieras. Haré realidad cualquier oscuro<br />

deseo que tengas.<br />

—¿Qué sabrás tú de mis oscuros deseos?<br />

¿Se le había tensado la voz? Una vez más, Sabine había intentado explorar su mente sin<br />

conseguirlo.<br />

<strong>El</strong> demonio se paró <strong>del</strong>ante de ella, pero no hizo ningún intento de tocarla. Estando tan cerca,<br />

se sentía muy pequeña ante su gran altura. Podía percibir el calor que desprendía su cuerpo.<br />

Sin previo aviso, Rydstrom cogió la tela que cubría sus pechos y se la arrancó. Sabine soltó un<br />

suspiro.<br />

—¿Te gustan? —preguntó con voz de femme fatale, mientras intentaba tranquilizarse.<br />

Él miró sus senos con atención, y frunció el cejo a modo de respuesta.<br />

—¿No vas a tocarme? Has esperado toda tu vida para poder acariciar a tu compañera.<br />

Justo en el momento en que ella pensó que él iba a sucumbir, el demonio la cogió por el pelo y,<br />

de un tirón, se la acercó hasta que sus miradas se encontraron.<br />

—Una pequeña muchacha como tú no debería jugar con alguien como yo —dijo con otro tirón.<br />

<strong>El</strong>la apoyó las manos en su ancho pecho. —Vas a perder y, cuando lo hagas, te haré pagar por<br />

esto.<br />

—¿Eso crees...?<br />

La interrumpió con un beso brutal. Fue muy diferente a la primera vez, en que él se había<br />

esforzado por darle placer. Ahora parecía que quisiera castigarla. Pero a Sabine le gustó la dureza<br />

ese beso. Le gustaba que no le tuviera miedo, lo que era habitual en muchos machos.<br />

Sentía que se dejaba llevar, que bajaba las defensas. Cuando la oyó gemir, pareció que también<br />

él iba a entregarse; un gruñido surgió <strong>del</strong> pecho <strong>del</strong> demonio.<br />

Rozando su torso con sus pechos desnudos, le murmuró al oído:<br />

—Rydstrom, tócame. Sabes que quieres sentirme otra vez.<br />

Con un gemido de derrota, él así lo hizo. <strong>El</strong> calor y la textura de sus manos cogieron a Sabine<br />

por sorpresa. «Las manos de un guerrero, con las palmas endurecidas de empuñar la espada.»<br />

Acariciándole los pechos, la volvió a besar, haciendo que sus lenguas jugaran entre sí.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 33

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