You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
Los libitine, cuatro zombis alados portadores de muerte, fruncieron el cejo e inclinaron la<br />
cabeza cuando Lanthe pasó por <strong>del</strong>ante. Para divertirse, forzaban a los hombres a autocastrarse a<br />
cambio de no matados. No podían entender la necesidad de ella de tener compañía masculina.<br />
Supuso que, a la hora ganarse su respeto, no le había ayudado nada el hecho de haberse tirado<br />
al noventa y siete por ciento de los machos que allí había, excepto, claro está, a los zombis que<br />
protegían las puertas. Matemáticamente, se podía decir que Lanthe era el equivalente al putón <strong>del</strong><br />
instituto.<br />
Nunca había ido al instituto, pero había visto películas como Grease, en las que se hablaba de<br />
eso.<br />
No le había gustado ninguno de sus amantes, pero le encantaba el sexo, montones de sexo, y<br />
bueno, quizá estaba loca, pero una vez un macho le robó sus poderes en pleno orgasmo, y ella no<br />
iba a dejar que volviera a pasarle algo así.<br />
Sabine le había suplicado que no se acostara con hechiceros, pero a los vampiros sólo les<br />
interesaba su sangre, y los demonios y centauros eran considerados como animales. ¿Y el resto de<br />
criaturas? Espeluznaaaaantes.<br />
Pasó junto al enigmático vampiro Lothaire, que había servido como general en su ejército,<br />
comandando un regimiento de viciosos vampiros caídos. Conocido como el Enemigo de la<br />
Tradición, era escalofriante verlo, con su cabello albino y sus ojos, que tiraban más a rosados que a<br />
rojos, en su impasible rostro.<br />
Era uno de los pocos vampiros que conocía que estaban interesados en el sexo aparte de en la<br />
sangre. Aun así, no tenía la mínima intención de darle a Lanthe una oportunidad.<br />
Sólo había habido un hombre en toda su larga vida que la había mirado con cariño, aceptándola<br />
plenamente. Lanthe se temí tal como indicaban sus libros de autoayuda, que estuviera<br />
acostándose con un hombre tras otro buscando encontrar su mirada<br />
Al contrario de lo que Sabine creía, la noche de la muerte de s padres no había sido la primera<br />
vez que veía al joven vrekener.<br />
Pero Thronos se había convertido en su peor enemigo...<br />
Desde su trono, Omort la avistó y la fulminó con la mirada. Lanthe no sabía qué había hecho<br />
para merecerse ese desprecio, pero se había acostumbrado a ello. Sabine le dijo que era porque la<br />
temía. Después de todo, si Lanthe consiguiera recuperar sus habilidades, podría hacer que Omort<br />
perdiera la cabeza y olvidara cómo controlar sus poderes.<br />
La oráculo trescientos ocho le había dicho a la joven que «un peligroso incidente provocado»<br />
despertaría su persuasión una vez más. A pesar de que ya había pasado medio milenio desde<br />
entonces, Lanthe seguía esperando impaciente el momento.<br />
—¿Qué novedades me traes? —preguntó el brujo cuando ella llegó al pie de la escalera <strong>del</strong><br />
estrado.<br />
Como era habitual, Hettiah sonreía frívolamente a su lado, una imitación barata de Sabine.<br />
Aunque los rasgos de la concubina y de Sabine eran similares, Hettiah se veía insulsa comparada<br />
con la glamurosa y bella hechicera.<br />
Lanthe carraspeó. «Sabine se ha ido a cazar demonios y ha conseguido uno con dos cuernos.»<br />
No, demasiado displicente. En cambio dijo:<br />
—Nuestra hermana ha tenido éxito. Ha capturado al demonio.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 31