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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
CAPÍTULLO 04<br />
Lanthe se dirigía hacia la corte, absorta, escuchando su iPod.<br />
Unos meses atrás, estaba en otra dimensión, sentada en una tienda de electrónica, mirando la<br />
codiciada televisión por cable. Daban un reportaje sobre los <strong>del</strong>fines en cautividad.<br />
Cuando los animales parecían estar aletargados y aburridos, sus entrenadores metían pescado<br />
en recipientes varios, de forma que ellos debían ingeniárselas para abrirlos y acceder así al<br />
pescado.<br />
Recordó que entonces había pensado que Sabine se parecía a uno de aquellos agotados<br />
<strong>del</strong>fines, que no podían nadar libremente ni cazar por su cuenta.<br />
Su hermana había sido convertida en una asesina, pero no tenía a quién matar, una<br />
superviviente de una inexistente catástrofe. Lo que hacía de ella una bruja agotada. Lo había sido<br />
durante siglos.<br />
Pero esa noche, cuando su hermana había mirado a Rydstrom, Lanthe se dio cuenta de que<br />
había sido como si le hubiesen enseñado un recipiente, <strong>del</strong> tamaño de un demonio, lleno de<br />
pescado. Al fin...<br />
Para llegar de las mazmorras a la corte, la joven tenía que caminar al aire libre, y la noche<br />
parecía burlarse de ella, reavivando viejos temores.<br />
«¿Qué narices es eso?» Creyó oír un ruido por encima de la música.<br />
Se quedó inmóvil un instante, escuchando concentrada. Sólo silencio. «Me estoy volviendo<br />
loca.»<br />
Sus nervios se la estaban jugando; tenía que ser eso. No ayudaba que en su iPod hubiera<br />
seleccionado Don't Fear the Reaper y 24, de Jem.<br />
«<strong>El</strong> sol dorado se pone, aunque yo envejezca, no iba a ser...»<br />
Hacía semanas que estaba pensativa, temerosa de que Thronos la encontrase cuando cambiaba<br />
de dimensión. O que, Dios no lo quisiera, descubriera cómo saltar a la dimensión de Rothkalina.<br />
Cuando Sabine había creado el complicado espejismo de aquella noche, Lanthe se preguntó<br />
cómo no había llamado la atención de los vrekeners.<br />
No podía evitar estar asustada, aunque su hermana se enfadase al verla así. Había algo que la<br />
acechaba en el horizonte, y sabía que no era bueno.<br />
Una vez llegó al vestíbulo principal, se apresuró hacia la entrada de la corte. Allí, dos zombis<br />
estaban de guardia frente a los grandes portones. Al acercarse ella, abrieron sin mirarla.<br />
Odiaba tanto ir a la corte como estar fuera de allí. Al pasar junto a los miembros <strong>del</strong> Pravus,<br />
éstos susurraron a su espalda, tapándose la boca con la mano, tratándola como si fuera una<br />
forastera a pesar de ser de la misma sangre que Omort.<br />
Lanthe era una princesa <strong>del</strong> reino, y una de las seis grandes torres <strong>del</strong> castillo de Tornin era<br />
suya. Aun así, ellos la trataban igual que lo hacía su medio hermano.<br />
Las invidia, con sus salvajes cornamentas, los látigos colgando de sus cinturones y sus pezones<br />
en forma de estrella, se reían de ella. Las undines, ninfas malignas de cuerpo pintarrajeado, se<br />
burlaban en cambio abiertamente.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 30