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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

Se imaginó la lucha de voluntades que se entablaría entre los dos, las consecuencias... Un<br />

montón de fantasías se agolparon en su mente, pensamientos que en general Rydstrom solía<br />

acallar. Secretos que hacía tiempo que ocultaba y que había negado toda la eternidad.<br />

—Todo esto es una pérdida de tiempo —dijo él, pero no pudo evitar que la voz le sonara ronca.<br />

—¿Por qué estás tan seguro de que no puedo hacerte hacer lo que quiera a cambio de recibirte<br />

en mi cuerpo?<br />

«Porque hay mucho en juego.» Rydstrom jamás había estado tan cerca de su objetivo como en<br />

aquellos momentos.<br />

Tenía que escapar de allí y encontrar a su hermano antes de que éste "hiciera algo<br />

monumentalmente equivocado. Cadeon era un mercenario que acababa de encontrar lo que<br />

había estado buscando durante toda la vida.<br />

—Antes no has conseguido alejarme de mi deber, y entonces ni siquiera sabía quién eras.<br />

«Hazte el duro, Woede.»<br />

Sabine se puso en pie y echó los hombros hacia atrás.<br />

—Todavía no has visto todas las armas con las que puedo tentarte —dijo, tirando de la cinta de<br />

su corpiño.<br />

<strong>El</strong> vestido se abrió y cayó por encima de sus pechos para deslizarse luego hacia su cintura y caer<br />

junto a sus pies.<br />

Lo único que quedaba en el exquisito cuerpo de la hechicera era una finísima tela de seda<br />

blanca que le cubría los pechos, y las braguitas más pequeñas que el demonio había visto jamás.<br />

Rydstrom entreabrió los labios y tuvo la sensación de que su erección iba a romperle los<br />

pantalones. Con los ojos resplandecientes, Sabine irguió la barbilla, consciente <strong>del</strong> efecto que<br />

estaba teniendo en él.<br />

Si aquella mujer no fuera tan malvada, sería gloriosa.<br />

«Cuando consiga escapar de aquí, me la llevaré como botín de guerra», decidió él en aquel<br />

preciso instante.<br />

Y no tendría ningún reparo en utilizarla para salir de aquella mazmorra.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 29

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