Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
EPÍLLOGO<br />
Dos meses más tarde<br />
Nuevo Tornin, reino de Rothkalina.<br />
—¡Ha sido como quitarle un caramelo a un niño! —exclamó Sabine, colgándose la bolsa con el<br />
botín al hombro.<br />
—¡Igual que pescar en un barril! —respondió Lanthe.<br />
<strong>El</strong>la y su hermana no se habían dado cuenta de que Rydstrom estaba sentado plácidamente en<br />
su trono, a pesar de que la corte estaba vacía. Lanthe había abierto allí un portal, en el único lugar<br />
donde se suponía que ese día no iba a haber nadie. Pero Rydstrom había terminado antes de lo<br />
previsto y había ido allí para relajarse un rato, y para disfrutar de las nuevas instalaciones antes de<br />
que su esposa regresara de «ir de compras».<br />
—¿Lo habéis pasado bien? —preguntó, y su voz resonó en la sala.<br />
Las dos se quedaron petrificadas, y, despacio, giraron la cabeza hacia él.<br />
—Espero que hayáis pagado todo lo que habéis comprado.<br />
—Nos ha pillado —murmuró Lanthe. —Estaré en mi habitación —dijo antes de desaparecer.<br />
Sabine se recuperó de la sorpresa inicial y fue a saludar a su marido.<br />
—No hemos pagado con dinero propiamente dicho, pero hemos pagado con karma.<br />
—¿A quién le habéis estado robando?<br />
—A ese medio demonio <strong>del</strong> que nos habló Nïx. Ese capo <strong>del</strong> cártel de Colombia.<br />
Rydstrom hizo crujir los dedos.<br />
—¿Y por qué ibais vosotras a hacer tal cosa?<br />
—La valquiria nos dijo que deberíamos ir a hacerle una visita. Y como le debía un favor por<br />
haberme echado un cable, pensé que no me costaba nada hacer lo que me pedía. Y no creíamos<br />
que fue ras a enfadarte porque le hubiéramos robado a uno de los malos.<br />
—No estoy enfadado. Pero estoy furioso porque hayas vuelto a ponerte en peligro.<br />
—¡Si no nos ha visto nadie! Y Lanthe ha conseguido utilizar un poquito de su persuasión, la<br />
suficiente como para que estuviéramos a salvo.<br />
Rydstrom suspiró resignado.<br />
—Veamos, enséñame lo que habéis traído.<br />
Jamás conseguía enfadarse con ella, y mucho menos cuando Sabine era tan feliz allí con él y con<br />
la nueva vida que llevaban juntos.<br />
Cuando ella se sentó en su regazo y él la rodeó con los brazos Sabine se dispuso a enseñarle<br />
orgullosa todo su botín, que consistía en monedas de oro muy antiguas.<br />
Obviamente, aquél no era el primer atraco que su esposa había cometido desde que se habían<br />
casado. Y Rydstrom sabía que no iba a ser el último.<br />
Pero claro, ella siempre se salía con la suya. Todas las criaturas de la Tradición sabían que si<br />
alguien tocaba ni que fuera sólo un pelo de la cabeza de la hechicera, tendría que vérselas con un<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 245