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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
CAPÍTULLO 44<br />
«Se le ha parado el jodido corazón... casi se muere.»<br />
Rydstrom jamás olvidaría lo que sintió cuando volvió a oír el primer débil latido <strong>del</strong> obstinado<br />
corazón de la hechicera, luchando por seguir a<strong>del</strong>ante.<br />
Se sentó con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, sujetándola en sus brazos,<br />
meciéndola mientras ambos sudaban de dolor.<br />
—Estoy contigo, amor. Estoy contigo —le murmuró cuando ella gimió.<br />
Cada vez que la tocaba, Rydstrom sentía cómo el sufrimiento emanaba de su piel, así que<br />
continuamente le acariciaba la frente y la cara con la palma de la mano, con la esperanza de<br />
aliviarla.<br />
Había tormenta, y los rayos caían alrededor de la casa, cada trueno resonaba en los cristales.<br />
Con el destello de cada relámpago, la cara de Sabine parecía todavía más mortalmente pálida.<br />
Media hora antes, cuando Cadeon entró con Nïx en el dormitorio, la mirada de la valkiria se<br />
clavó en el rostro <strong>del</strong> demonio, como si tratara de evaluar su cordura. Sus cuernos estaban<br />
enhiestos, y sabía que tenía los ojos negros, pero seguía aguantando.<br />
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó. —Lo único que Cadeon me ha dicho es: ¿has deseado<br />
alguna vez asistir a una escena de <strong>El</strong> Exorcista en persona?<br />
—Está enferma —contestó Rydstrom. —Me ha dicho que era por un veneno. Tú sabes de<br />
venenos. Dime qué debo hacer<br />
En la oscuridad de la habitación, una procesión de leves espejismos empezaron a aparecer,<br />
mientras la hechicera farfullaba.<br />
Nïx se acercó a la cama e inclinó la cabeza.<br />
—Tiene los labios azules. —Cogió el brazo de Sabine y lo levantó.<br />
Al inspeccionar la pálida piel, vio una irregular herida roja, como una quemadura. Seguía por<br />
todo el brazo hasta la palma, donde formaba una X.<br />
La valquiria soltó el brazo de golpe y se restregó la mano en los pantalones.<br />
—Ha sido condenada.<br />
—¿Condenada? ¿De qué mierda estás hablando?<br />
—Esto es morsus, el veneno más cruel, porque causa un dolor horroroso cuando se deja de<br />
tomar. Seguro que Sabine tomaba una dosis con frecuencia para mantenerlo a raya.<br />
—Ah, por todos los dioses, ella trató de volver a Omort hace días. Y yo... no la dejé.<br />
—Entonces él es quien le ha hecho esto. Tiene sentido que lo utilizara para tenerla controlada<br />
todos estos años.<br />
—¿Y qué le pasará?<br />
—¿Le has tocado la piel? ¿Has sentido ese dolor? —Al ver asentir al demonio, dijo: —Pues has<br />
percibido un uno por ciento de lo que ella está sintiendo en estos momentos. Se supone que no<br />
hay peor agonía. Es como si te hubieras escaldado, y te estuvieran apuñalando a la vez, mientras<br />
te arrancan la piel con pinzas. <strong>Demonio</strong>, esto irá mil veces a peor. <strong>El</strong> dolor será tan grande que<br />
seguramente su cuerpo entrará en un estado de shock tan intenso que su corazón se parará.<br />
—¡Ya lo ha hecho! —Inhaló profundamente, intentando calmarse. —¿Qué puedo hacer?<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 227