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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

Estaba tumbado encima de ella, tratando de estar lo más cerca posible, apenas había un<br />

centímetro de piel de uno que no estuviera en contacto con la <strong>del</strong> otro. Él le cogió los brazos y se<br />

los colocó por encima de la cabeza, cubriéndolos luego con los suyos y entrelazando los dedos con<br />

los de ella.<br />

Rydstrom tenía el torso empapado de sudor y le atormentaba los pechos con él. Meciéndose de<br />

ese modo, iba a volverla loca: Sabine se sentía bombardeada a sensaciones. No podía dejar de<br />

temblar de lo maravilloso que era todo lo que le e haciendo.<br />

Otro espectacular movimiento de caderas, más palabras susurradas al oído.<br />

—Es imposible que alguien pudiera darme más placer...<br />

En esa postura, ella notaba una fricción maravillosa en su sexo, y Rydstrom la incrementaba con<br />

cada embestida. Se arqueó bajo él.<br />

—Te necesito, demonio.<br />

Él apretó los dedos que tenía entrelazados con los suyos.<br />

—Dilo otra vez.<br />

—Te necesito.<br />

Rydstrom levantó la cabeza y fijó sus ojos negros en el cuello de Sabine.<br />

—Entrégate a mí.<br />

¡Ah, por todos los dioses, iba a morderla! Sabine sabía que iba a suceder, y su cuerpo parecía ir<br />

directo hacia el orgasmo que él había ido convocando con cada uno de sus <strong>del</strong>iberados<br />

movimientos.<br />

Con los brazos alrededor de la cabeza de ella, Rydstrom le besó el cuello, le recorrió la piel con<br />

la lengua. La sedujo.<br />

—He esperado tanto tiempo... —Y en ese instante la mordió, hundió los colmillos en la piel de<br />

la hechicera.<br />

Sabine se quedó quieta debajo de él, incapaz de hacer nada excepto llegar al orgasmo y<br />

provocar el suyo, mientras Rydstrom la marcaba.<br />

<strong>El</strong> clímax la sacudió con cegadoras oleadas, y gritó de placer. Su Sexo se apretaba contra la<br />

erección <strong>del</strong> demonio una y otra vez exigiéndolo todo.<br />

Rydstrom gimió y se movió con más fuerza, con más intensidad hasta lo más profundo. Por fin<br />

dejó de morderla y, antes de levantar la cabeza, pasó la lengua por las pequeñas heridas.<br />

—Ahora sí que eres mía —dijo con voz ronca.<br />

Bajó las manos entrelazadas de ambos, y hundió a Sabine en el colchón, moviéndose de nuevo<br />

entre sus muslos, lanzándola al precipicio de otro orgasmo.<br />

—¡Rydstrom, no pares! —gritó ella, moviendo la cabeza de un lado a otro al mismo ritmo que<br />

las caderas de él. Más... más… cerca... más.<br />

Y entonces el clímax la sacudió de nuevo, con tanta intensidad que no pudo evitar gritar,<br />

arquear la espalda, pegar su cuerpo <strong>del</strong> demonio.<br />

—¡Sabine! Voy a... voy a estallar...<br />

Tenía los músculos tensos, temblorosos <strong>del</strong> esfuerzo, y de repente se quedó inmóvil, su<br />

miembro contrayéndose en su interior. La miró a los ojos, su cuerpo a punto de partirse a causa de<br />

la presión que había llegado a resistir.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 212

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