Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
—Por favor, Lanthe está en peligro... —Las palabras se le atragantaron al intentar explicárselo,<br />
mientras se concentraba en escuchar la voz de Lanthe o algún aleteo. —¡Hay vrekeners por<br />
doquier!<br />
Rydstrom la acabó de atar y volvió a darle la vuelta para tenerla de cara. «No me está<br />
escuchando.»<br />
—¡Tengo que ayudarla! —insistió, intentándolo otra vez, pero no servía para nada: el demonio<br />
no escuchaba, no razonaba. «Le he destrozado.» Él, que había sido tan racional, tan razonable —Si<br />
le pasa algo... —Tenía el corazón a punto de estallar <strong>del</strong> miedo que sentía por Lanthe. Ese miedo<br />
se convirtió en furia y después en náuseas. —¡No tienes derecho alguno a retenerme! —gritó —<br />
¡No tienes derecho a atacarme ni a lanzarme contra el barro!<br />
—Has mentido... y pagarás por ello.<br />
—¡Sal de encima de mí, animal! ¡Tienes que soltarme, ya!<br />
—Nunca, Sabine. Nunca. —La levantó, se la echó al hombro e inició el camino de vuelta a casa.<br />
—¡No! —gritó ella cuando Rydstrom la alejó <strong>del</strong> portal, de Lanthe. —No me lleves de vuelta. —<br />
Aunque la lluvia había empezado a remitir, seguía sin oír a su hermana.<br />
—Se quedará conmigo sea como sea. —Rydstrom murmuraba para sí. —Encadenada a la cama<br />
si es necesario. <strong>El</strong> demonio que hay en mí quedará satisfecho esta noche...<br />
<strong>El</strong>la miró hacia atrás por encima <strong>del</strong> hombro, estremeciéndose ¿Dónde estaba Lanthe? Sabine<br />
tenía que volver con ella, tenía que escapar de Rydstrom.<br />
Cuando el vendaval amainó, intentó una vez más contarle lo de Lanthe. Pero era como hablar<br />
con la pared. No la escuchaba. Ni cuando llegaron a la casa, ni cuando él la desnudó. Ni cuando<br />
salió afuera en busca de unas cadenas con que sujetarla a la cama.<br />
«Sólo hay un modo de lidiar con una mujer así.»<br />
Rydstrom apenas oía lo que ella le estaba diciendo. No necesitaba escuchar más mentiras de<br />
Sabine. «Sólo debo marcarla »<br />
Estaba tumbada en la cama, con la melena pelirroja esparcida a su alrededor, su pálido cuerpo<br />
expuesto y temblando. Él se quitó los pantalones y se colocó encima de ella.<br />
Sabine abrió mucho los ojos.<br />
—¡Tienes que dejarme ir! —gritó. —Tengo que volver.<br />
«No hagas nada irrevocable...» Pero tenía que hacerlo, de todos modos, no estaba dispuesta a<br />
quedarse. «Tengo que marcarla como mía.»<br />
<strong>El</strong> demonio se arrodilló entre sus piernas.<br />
—Iba a hacerte el amor despacio —le dijo, colocando las manos a ambos lados de su cara<br />
mientras la miraba. Su erección vibraba contra el caliente sexo de la hechicera.<br />
«Contrólate. ¡Te vuelve loco! Me tiene hecho un lío...»<br />
—¡No me hagas esto, demonio! —Levantó los ojos: tenía una mirada suplicante.<br />
—Dijiste que te quedarías. Y yo te creí.<br />
—Rydstrom, tengo que ayudar a Lanthe, mi hermana. Si no vuelvo, la matarán. Confía en que<br />
volveré a ti, lo haré.<br />
—¿Creías que lo nuestro acabaría si volvías con Omort? Yo iría a buscarte. —Acariciándola con<br />
el pene, le susurró al oído: —Cwena, si no estamos juntos es porque aún no he encontrado e<br />
modo de derribar tas defensas.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 197