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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

charco de helado, había dos barriles de cerveza vacíos, justo encima de unas <strong>del</strong>icadas alfombras<br />

orientales.<br />

Siguió la mirada de Rydstrom. Encima de ellos, había una espectacular lámpara de oro con<br />

colgantes de cristal y complicadísimos brazos. Y de uno de ellos colgaba... un tanga.<br />

<strong>El</strong> demonio se iba poniendo furioso por momentos.<br />

—Esto parece la casa de Cadeon.<br />

A Sabine no le importaba el aspecto que tuviera. Lo único que quería era encontrar una cama...<br />

que no oliera como aquel salón.<br />

—Quizá haya sido Rök —dijo él, ausente, mientras observaba el destrozo.<br />

—¿Quién es Rök?<br />

—<strong>El</strong> compañero de piso de Cadeon.<br />

Oyeron unas risas procedentes de fuera y Rydstrom corrió hacia allá, arrastrando a Sabine<br />

hasta la terraza que dominaba unos cuidadísimos jardines con una piscina enorme, que ahora<br />

estaba repleta de hembras despampanantes. Todas iban en bikini. O algo así. Y jugaban a guerra<br />

de topless.<br />

—¿Tus amigas han venido a hacerte una visita?<br />

—No conozco ni a la mitad. Diría que son valquirias y brujas.<br />

«¿Brujas?» En circunstancias normales, Sabine se habría puesto en guardia ante un grupo como<br />

aquél, pero aquellas féminas estaban todas en el agua. Por la fuerza de la costumbre, echó un<br />

vistazo a sus poderes, pero no encontró ninguno que le compensara el no dormir.<br />

Sin embargo, la atención de Rydstrom estaba centrada en una hembra en concreto, una belleza<br />

menuda acostada en una tumbona, fumando un habano y hablando por el móvil.<br />

Llevaba un bikini rojo, tacones y una camiseta que decía: «Tacones altos... bikinis pequeños».<br />

Tenía el cabello negro y brillante.<br />

—No, no vamos a pagar por él —la oyó decir Sabine. —Porque lo habéis mandado a la casa<br />

equivocada. <strong>El</strong> chaval le ha hecho un striptease a la abuelita viuda de la casa de al lado. Por lo que<br />

sabemos, la señora tiene intención de quedarse con el chico y con la linterna de plástico que<br />

llevaba. —Otra pausa. —¿Acaso cree que soy médico? ¿Cómo quiere que lo sepa? ¿Hola? ¿Hola?<br />

—¿Quién es ésa? —le preguntó Sabine al demonio.<br />

—Voy a matarla —contestó él entre dientes. Antes de que Sabine pudiera preguntárselo de<br />

nuevo, la hembra lo vio.<br />

—¡<strong>Demonio</strong>! ¡Has vuelto! —Lanzó el habano a la piscina y corrió hacia ellos. —Y te has traído a<br />

una hechicera malvada al equipo de los buenos. ¡Sabía que podía confiar en ti!<br />

Se colocó las gafas de sol encima de la cabeza y dejó al descubierto unas orejas puntiagudas... y<br />

unos vacíos ojos dorados. Sabine sintió que de ella emanaba un gran poder.<br />

—Hola, soy Nïx —dijo la valquiria saludándola. —La Que Todo lo Sabe, la Adivina de las<br />

Estrellas. —Le tendió la mano.<br />

La hechicera levantó la suya, lista para entrar en combate.<br />

—Rydstrom, ¿qué diablos es todo esto? —preguntó. —Sabes que somos enemigas.<br />

—Nïx no te hará nada. Te lo prometo.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 188

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