Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
CAPÍTULLO 33<br />
—¡Dioses! ¡Los va a matar! —gritó alguien unas horas más tarde. Fuera lo que fuese lo que<br />
estaba atacando a los demonios, Sabine le deseó toda la suerte <strong>del</strong> mundo. Estaba dando vueltas a<br />
las palabras que Rydstrom le había dicho: «...que me guste pasar tiempo con otra hembra...».<br />
Bastardo.<br />
<strong>El</strong> demonio había salido con Durinda hacía horas, y ya hacía rato que Puck se había ido a cenar.<br />
<strong>El</strong> sol se había puesto, la noche estaba cayendo y Rydstrom todavía no había vuelto. La luna<br />
estaría preciosa esa noche. Incluso romántica.<br />
—¡Que alguien los ayude!<br />
Sabine resopló irritada y se las apañó para ponerse de pie. Entonces, consiguió apartar la<br />
cortina con la cabeza para salir de la tienda. <strong>El</strong>la también quería disfrutar <strong>del</strong> espectáculo...<br />
Se quedó boquiabierta. Un dragón rojizo estaba persiguiendo a los demonios por doquier,<br />
levantando las tiendas en el aire. Su enorme cola batía contra el suelo mientras rugía. <strong>El</strong> sonido<br />
retumbaba en los oídos y agitaba la noche.<br />
<strong>El</strong> guarda de Sabine no estaba, se había unido a otros, que parecían estarse planteando atacar<br />
al animal.<br />
<strong>El</strong> dragón acorraló a un grupo de demonios en un recoveco <strong>del</strong> cañón, a punto de abalanzarse<br />
sobre ellos, proyectando su bífida lengua en el aire.<br />
Cuando hubiera acabado con ellos, Sabine sería para él presa fácil, atada a una estacada y ¡sin<br />
ningún guarda que la protegiera! Y mientras, Rydstrom haciendo de Romeo con aquella mosquita<br />
muerta.<br />
Pudo ver a una noble, una diablesa <strong>del</strong> grupo de Durinda que muy nerviosa, iba corriendo<br />
arriba y abajo, hablando consigo misma.<br />
—¡Eh, lady diablesa! —la llamó Sabine. —Si me desatas, puedo salvaros a todos con mis<br />
poderes.<br />
La otra se detuvo, dudando y frotándose las manos.<br />
«Frotándose las manos y caminando —pensó Sabine disgustada. —Acciones repetitivas: es el<br />
momento de pasar a la acción ¿no lo veis?»<br />
—¿Quieres que mueran?<br />
—Los machos están defendiendo a las mujeres y a los niños. —<strong>Demonio</strong>s con antorchas<br />
estaban preparados para atacar a la bestia. —<strong>El</strong>los nos salvarán...<br />
—Gracias. Creo que me acaba de venir una arcada —«¡Esta sociedad realmente necesita ser<br />
reescrita por completo!». —Las antorchas de esos chicos sólo le harán cosquillas. Así que<br />
desátame...<br />
—Si te desato, el rey Rydstrom se pondrá furioso.<br />
—Bueno, él no está aquí, ¿verdad?<br />
—Tienes la cabeza en otra parte —le dijo Durinda.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 176