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Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

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KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

—Ah. ¿Con quién? ¿Con Durinda?<br />

Parecía una esposa despechada. Sólo le faltaba un cigarrillo colgando <strong>del</strong> labio inferior y un<br />

renacuajo pegado a la cadera.<br />

<strong>El</strong> se ciñó la espada a la cintura.<br />

—Así es.<br />

—¿Me estás diciendo que a las mujeres les está permitido montar a caballo? —preguntó ella<br />

con fingida sorpresa. —¿Y también pueden llevar armas? ¿O las echarán <strong>del</strong> Clan <strong>del</strong> Oso<br />

Cavernario? —Al ver que él no picaba el anzuelo, le preguntó: —¿Qué tiene de interesante esa<br />

diablesa?<br />

—Me gusta que se preocupe más de los demás que de ella misma —contestó Rydstrom. —<br />

Admiro que sea tan noble y virtuosa.<br />

Sabine soltó un bufido.<br />

—Yo también puedo ser virtuosa si me lo propongo.<br />

—¡Tú ni siquiera sabes lo que quiere decir esa palabra! respondió él, escéptico.<br />

—Por supuesto que sí. Quiere decir que tengo que ponerme ropa interior blanca.<br />

Rydstrom levantó la vista al cielo pidiendo paciencia.<br />

—Mira —dijo, —me gusta hablar con ella. Eso es todo. Es agradable poder charlar con alguien<br />

sin discutir.<br />

—Ya, te gusta charlar con ella. —Se acercó de rodillas hasta donde estaba Rydstrom. —Estoy<br />

segura de que si sigues charlando con ella te olvidarás de todo lo que te hice con los labios. —<br />

Levantó la vista para mirarlo. —Las charlas suelen ser un preludio excelente para el sexo oral.<br />

Seguro que dentro de poco te habrás olvidado <strong>del</strong> calor que desprende mi boca, de lo hambrienta<br />

que estaba de ti. —Se pasó la lengua por el labio inferior.<br />

Rydstrom tragó saliva y se excitó visiblemente.<br />

—Por supuesto que no me olvidaré. Pienso en ello constantemente. Pero también es muy<br />

agradable poder estar tranquilo con alguien, compartir cosas. Si pudiera tener todo eso contigo.<br />

—¿Compartir cosas? —Sabine entrecerró los ojos. —¡Te has acostado con ella!<br />

—¡Por supuesto que no! ¿Por qué dices eso?<br />

—Por el modo en que te mira. Y por el modo en que me mira a mí.<br />

—¿Qué es lo que más te molesta de todo esto? ¿<strong>El</strong> cariño que empiezas a sentir por Puck o que<br />

a mí me guste pasar tiempo con otra hembra? —Al salir de la tienda, añadió: —Volveré al<br />

anochecer.<br />

Genial. Había conseguido que se fuera de allí enfadado y excitado. Y encima iba a ver a otra.<br />

Sabine no tenía otra cosa que hacer que pasarse las horas mirando el techo de la tienda y<br />

pensar en su situación. ¿Qué haría si pudiera huir? Las leyendas acerca de las bestias que<br />

habitaban el reino de Grave, y teniendo en cuenta su reciente encuentro con los tigloths, le daban<br />

suficiente motivo para no querer irse de allí. Pero no podía evitar preguntarse si podía haber algo<br />

peor que enfrentarse a la falta de morsus.<br />

Si llegase a Tornin sin estar embarazada <strong>del</strong> demonio, Omort se abalanzaría sobre ella en un<br />

abrir y cerrar de ojos. Sería incluso capaz de negarle la dosis de morsus hasta que se hubiera<br />

acostado con él.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 174

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