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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
una razón por la que este pecho es precioso: no hace senderismo por caminos escarpados. Aquí<br />
me entra arena y me araña los pechos. ¡Ya los tenía de por sí demasiado sensibles después de que<br />
te hayas pasado toda la noche besándolos y lamiéndolos!<br />
A la mente de Rydstrom acudió el recuerdo de la noche anterior, y se le escapó un gemido.<br />
Durante todo el día había es rememorando con placer todo lo que le había hecho, y ya estaba<br />
planeando lo que le haría esa noche.<br />
«¿Lo más excitante de los últimos siglos?» Sí, tenía razón.<br />
—<strong>Demonio</strong>, ¿me estás oyendo? Esto no es justo. Yo no dejé que sufrieras dolor o que te<br />
hicieras daño.<br />
—Eres inmortal. Estarás curada cuando se ponga el sol…<br />
—¡Mira mis pechos! Están irritados y doloridos. ¡Oh! ¡Y apuesto a que tengo la cara todavía<br />
más quemada!<br />
Lo estaba. Le habían aparecido pecas en el puente de la nariz lo que le confería un aspecto<br />
menos malicioso. «Maldita sea.» Su cuerpo era tan frágil..., no era como el de otras hembras de la<br />
Tradición. Una valkiria o una furia se estarían riendo de una travesía por un terreno como aquél.<br />
—¿Quieres que lo solucione? —Le desabrochó el corsé; quitó y lo dejó caer al suelo.<br />
Si había esperado que ella se quejara, se había equivocado: al contrario, suspiró, flexionando la<br />
espalda y haciendo movimientos circulares con el cuello.<br />
En efecto, tenía los pechos irritados. Sus pezones quedaron ante de sus ojos, y a él se le hizo la<br />
boca agua pensando en lamérselos y besárselos...<br />
—¡Oh, ni se te ocurra, demonio!<br />
—¿Te atreves a estar enfadada conmigo? —¿Enfadada por su deseo? ¿Por la misma necesidad<br />
que encendía su fuego?<br />
<strong>El</strong>la lo miró furiosa, desnuda de cintura para arriba, con la melena suelta refulgiendo al sol.<br />
—¡Sí, me atrevo! —Y le dio un puntapié en la espinilla con la punta metálica de la bota.<br />
—Haz eso otra vez, hechicera, y no te gustará el resultado —dijo él apretando los dientes.<br />
—Estoy empezando a pensar que tendría que haber ordenado un par de duchas más con los<br />
chicos.<br />
Rydstrom abrió mucho los ojos, y seguidamente los entrecerró.<br />
—Estás deseando más azotes, ¿verdad? Pues sigue así y los tendrás.<br />
—Te gustaría, ¿verdad? Creo que el motivo por el que no me quieres liberar es porque<br />
entonces perderías tu furia, y no me podrías tratar como a tu esclava sexual cada noche. Es bueno<br />
para ti; no puedes soportar la idea de dejarlo estar.<br />
—Quizá tengas razón. —Le puso una mano en la nuca.<br />
—¡Por supuesto que la tengo! —Tenía los ojos azules y la respiración jadeante. Estaba tan<br />
jodidamente sexy..., incluso demasiado.<br />
Él la apretó contra su pecho. ¿Se había puesto de puntillas?<br />
Y entonces se volvieron a besar de una forma salvaje y loca. Como la noche en que él la<br />
reclamó. Besar su temblorosa boca era una locura, una adicción. Soltaba aquellos pequeños y<br />
jadeos ahogados... Podría estar besándola toda la vida.<br />
<strong>El</strong>la arqueó la espalda, y Rydstrom levantó la mano para posarla en sus maltratados pechos...<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 137