You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
—¿Sabes cuál es ese poder? —Se lo preguntó porque la verdad era que él no lo sabía.<br />
—Quizá sí. Pero no te preocupes, que no lo contaré. Me gusta dejar libre la imaginación de<br />
cada uno. Algunos piensan que es una prisión mística, una base de poder, que concede deseos.<br />
Oh, y que resucita a los muertos. ¿Qué sabes tú?<br />
—Sé que la raza de demonios a la que pertenezco fue creada exclusivamente para proteger ese<br />
Pozo. Tornin se construyó para resguardarlo. Es mi deber protegerlos a ambos.<br />
—Y tú siempre cumples con tus deberes. ¿No se vuelve aburrido en algún momento? Creo que<br />
por eso te sientes atraído por mí, porque he desmontado tu vida tranquila, racional y ordenada.<br />
Me atrevo a decir que has sentido más excitación conmigo en la última semana que en los últimos<br />
siglos.<br />
Ahí acertó de lleno.<br />
—Y yo creo que nunca he conocido a nadie tan egocéntrico como tú.<br />
—¿Egocéntrica? Quizá segura de mí misma. ¿Tendría que sumisa? ¿Te gustaría más si fuera así?<br />
—No. Nunca he querido una hembra sumisa como compañera. Siempre he querido a una<br />
reina...<br />
—Pues ahora nenes una.<br />
Siguieron en silencio mientras el terreno se volvía cada vez as abrupto, permitiendo que<br />
Rydstrom reflexionara sobre lo que ella le había dicho. A pesar de su historia, la realidad era que<br />
tenía a Sabine.<br />
La compañera a la que llevaba tanto tiempo deseando encontrar.<br />
Sabine volvía a rezagarse. Afortunadamente, la maleza se abría un poco más a<strong>del</strong>ante,<br />
dejándoles ver un maravilloso paisaje. <strong>El</strong> sol caía sobre un estanque verde y transparente,<br />
alimentado por docenas de cascadas.<br />
—¿Tenemos que cruzar toda esa agua? —Se frotó la frente con el hombro para evitar que el<br />
sudor le cayera en los ojos. —No puedo nadar. Ni siquiera con las manos desatadas.<br />
<strong>El</strong> abrió la cantimplora y la ayudó a beber. A continuación, tomó un buen trago.<br />
—Todas las criaturas de la Tradición saben nadar. Es un instinto.<br />
Sabine sonrió amargamente. No sabes cuan falso es lo que acabas de decir.<br />
—¿Te has ahogado alguna vez?<br />
—No sé nadar. Nunca he aprendido. No soy una mujer de aire libre.<br />
—¿Te... has... ahogado? —repitió la pregunta.<br />
—Más... de... una... vez —contestó ella con los ojos cada vez mas azules de rabia.<br />
Obviamente, se trataba de un tema sensible para la hechicera.<br />
—Estoy cansado de esto, Sabine. Dime cómo eres, cuéntame tu historia. ¿Se supone que tengo<br />
que pasarme todo el día preguntándome si te has ahogado o no? ¿O por qué no te gusta te<br />
toquen la cara...?<br />
—¡Lo siento, pero no me apetece charlar ahora! ¡Estoy sin aliento y necesito descansar!<br />
Rydstrom negó con la cabeza.<br />
—Debemos continuar...<br />
—¡Tenemos que parar! Me estoy haciendo daño. Mis brazos llevan veinticuatro horas<br />
dormidos. ¿Y cuándo fue la última vez que llevaste una pieza de metal sobre la piel desnuda? Hay<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 136