10.03.2017 Views

Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

Rydstrom le acarició el cuello con la otra mano. Cuando lo vio fruncir el cejo al notar la cicatriz,<br />

que seguía siendo invisible, Sabine forcejeó para soltarse, pero Rydstrom la sujetó con más fuerza.<br />

<strong>El</strong>la sabía que los espejismos no tardarían en desvanecerse. Pronto el demonio vería su mechón de<br />

pelo blanco y la cicatriz <strong>del</strong> cuello. Nunca se hubiera imaginado que llegaría a estar en una posición<br />

tan vulnerable frente a él.<br />

—¿Pretendes que nos acostemos? —le preguntó, en un intento desesperado por distraerlo. —<br />

Porque ya te dije...<br />

—No.<br />

—... y fue una debacle... ¿Qué has dicho?<br />

—Te ofreceré el mismo trato que tú me ofreciste. Antes de que te haga el amor tendrás que<br />

prometerme algo. Algo que sé que jamás me prometerías por voluntad propia.<br />

Rydstrom estaba buscando el modo de vengarse por haberle arrancado el juramento<br />

matrimonial.<br />

—Me dirás: «Te suplico que me hagas tuya. Necesito que seas mi amo y señor y te entrego mi<br />

voluntad». Cuando me prometas eso, tendrás tu recompensa.<br />

—Entonces... no la tendré jamás.<br />

—Te juro que no te haré el amor hasta que me digas esas palabras. Y no dejaré que tengas un<br />

orgasmo hasta que me supliques, o hasta que hayan pasado tus tres noches.<br />

—Si no vas a exigirme que tenga relaciones contigo, ¿me retienes a tu lado sólo para vengarte?<br />

<strong>El</strong> se quedó mirándola con unos ojos oscuros como la noche.<br />

—Y porque yo siempre cuido de lo que me pertenece. —Le sujetó la nuca con las manos y le<br />

acarició los pómulos con los pulgares; luego se inclinó hacia a<strong>del</strong>ante para besarla.<br />

<strong>El</strong> último beso que se habían dado había sido frenético, enloquecedor. Como una droga. Pero<br />

esta vez Rydstrom le lamió el labio inferior con ternura antes de atraparlo entre sus dientes.<br />

Cuando por fin cubrió sus labios, deslizó la lengua en su interior, retándola a ir a su encuentro.<br />

Sabine no tardó en hacerlo, y lo saboreó hasta hacerlo gemir de placer. La erección de<br />

Rydstrom se apretaba contra el ombligo de ella, que empezó a mover las caderas para ir a su<br />

encuentro. Arqueó la espalda y pegó los pechos contra su cálido torso.<br />

Pero él se apartó, dejándola con la respiración entrecortada.<br />

Sabine todavía estaba tratando de recuperar el control, aún mareada por sus besos, cuando el<br />

demonio la cogió en brazos y la sacó <strong>del</strong> agua.<br />

—¿Qué estás haciendo?<br />

Sin decir ni una palabra, la llevó debajo de un árbol y la depositó allí, todavía mojada, con el<br />

agua chorreándole por el cuerpo.<br />

Entonces soltó la cuerda que le ataba las muñecas, pero sólo para atarla luego al tronco.<br />

—Espera... ¡No, demonio! —No sirvió de nada: Rydstrom le levantó las manos por encima de la<br />

cabeza y la ató.<br />

A continuación, se arrodilló <strong>del</strong>ante de ella.<br />

—Abre las piernas.<br />

—Vete al infierno.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 124

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!