10.03.2017 Views

Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

que matarlos. —Al ver que Lanthe enarcaba las cejas, su hermana se lo explicó: —Nos<br />

quedaríamos sin castillo. Y ya sabes lo mal que se me da compartir.<br />

—¿Y no podrías hacer una excepción con tu marido?<br />

Esa palabra otra vez. Sabine dudó unos instantes, peto respondió:<br />

—Piensa en lo que Rydstrom nos pediría a cambio: obediencia, que acatáramos sus leyes. Sí,<br />

sería mucho mejor que lo que tenemos ahora, pero no tan bueno como si tú y yo estuviéramos al<br />

mando.<br />

—Eso es verdad. —Lanthe se levantó para irse a su habitación. —Trata de obtener algo de<br />

información esta noche. Tal vez los demonios tengan su propio plan.<br />

—Veré lo que puedo hacer. —Después de que su hermana se fuera Sabine terminó de vestirse y<br />

empezó a maquillarse. Se difuminó pintura negra y gris alrededor de los ojos, con sombras que se<br />

extendían hasta las sienes.<br />

Se miró al espejo. ¿Estaba lo bastante atractiva como para convencer a Rydstrom de que dejara<br />

de estar enfadado con ella? <strong>El</strong> espejo le dijo que sí.<br />

Pero de repente un pensamiento atravesó su mente. En realidad fue más un impulso. Uno que<br />

descartó en seguida. Se rió nerviosa, y miró a ambos lados de la habitación.<br />

Durante unos segundos, había estado tentada de... decirle al demonio que lo lamentaba.<br />

A pesar de que estaba furioso con ella, Rydstrom quería que Sabine fuera a verlo.<br />

Estar separado de aquel modo no era natural, iba en contra de todos sus instintos demoníacos.<br />

Se moría de ganas de marcarla, de oler su propio aroma en su piel. Necesitaba recorrerle el cuerpo<br />

con los cuernos.<br />

Abrió y cerró los puños. «Maldita sea, ¿cuándo volverá?»<br />

Alguien se materializó en la celda: Lothaire. «Tengo que matarlo.»<br />

—No me mires como si quisieras arrancarme la yugular —dijo el vampiro con su marcado<br />

acento. —Puedo ayudarte a escapar. —con una mano sujetaba una llave y en la otra una mochila.<br />

—Tu libertad. Y provisiones. Puedo teletransportarte hasta el reino de Grave, pero me es<br />

imposible llevarte a otra dimensión.<br />

—¿Por qué ibas tú a ayudarme? —quiso saber Rydstrom, preguntándose a qué jugaba el<br />

vampiro.<br />

—Quiero algo de ti. Tienes que hacerme un juramento. —¿Un juramento de qué?<br />

—Cuando te pida algo en el futuro —contestó el otro— lo que sea, tendrás que concedérmelo.<br />

—Déjame en paz.<br />

—Piénsalo. Por lo que veo, no tienes demasiadas opciones.<br />

Ninguna. Y tal como estaban las cosas, a Rydstrom no se ocurría nada que pudiera pedirle<br />

Lothaire que fuera peor que lo que perdería si se quedaba allí: su mujer, su hijo, su reino y, tarde o<br />

temprano, su propia vida.<br />

—¿Por qué has decidido ayudarme justamente ahora?<br />

—Porque, en este preciso instante, Hettiah, la hermana de Sabine, está bajando hasta aquí a la<br />

pata coja para drogarte con afrodisíaco. Y no puedo permitir que eso suceda.<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 110

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!