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KRESLEY COLE<br />
<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />
6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />
Él gimió de placer y arqueó la espalda.<br />
—¡No hagas eso! ¡No lo hagas! volvió a hacerlo clavándoselas con más fuerza. Fue como si<br />
alguien hubiera encendido una mecha en el interior <strong>del</strong> demonio, igual que cuando se espolea a<br />
un caballo, y empezó su proceso de transformación: se le oscureció la piel, que brilló a la luz de las<br />
llamas. Verlo en aquel estado desconcertó a Sabine y la excitó todavía más. Mucho más.<br />
Por todos los dioses, se moría de ganas de recorrer con la lengua cada centímetro de su piel. <strong>El</strong><br />
tono de voz de Rydstrom también era distinto, e incluso había cambiado su porte. Le habían<br />
crecido los colmillos, y tenía la mirada fija en una parte <strong>del</strong> cuello de ella, justo donde la garganta<br />
se unía con el hombro.<br />
Quería morderla, marcarla como suya para toda la eternidad. Y Sabine estaba dispuesta a llegar<br />
hasta el final...<br />
—¡Oh! —exclamó ella entre jadeos— Estoy a punto de... —Las llamas se avivaron a su<br />
alrededor y la hechicera arqueó la espalda, levantando los pechos.<br />
En aquel preciso instante, Rydstrom experimentó la inconfundible sensación <strong>del</strong> interior de ella<br />
envolviéndolo. Su cuerpo se adaptaba al suyo como un guante.<br />
—¡Sabine! —Iba a eyacular en su interior. «Por fin.» Sintió una emoción indescriptible al saber<br />
que finalmente iba a derramarse dentro de su mujer, que por fin podría darle parte de sí mismo a<br />
su compañera. —Necesito... marcarte. —«La he esperado durante tanto tiempo...»<br />
—¿Vas a ponerte más demoníaco? —preguntó ella algo asustada.<br />
—Levántate...<br />
—¡No! <strong>Demonio</strong>, no lo hagas. ¡Me resistiré a ti si me muerdes!<br />
—¿No? —preguntó él. ¿Sabine le había dicho que no? Rydstrom apenas podía oírla..., el<br />
proceso de transformación estaba demasiado avanzado. —Entonces, ¡tendrás que aceptarme<br />
todo!<br />
Después de días de tormento, estaba a punto de estallar.<br />
Su instinto demoníaco tomó el control de su cuerpo. «Necesito estar dentro de ella. Dejar mi<br />
semilla en lo más profundo de su ser.» Rydstrom apoyó la frente en el frío cabezal de la cama y<br />
consiguió así el apoyo necesario para poder mover las caderas. En esa postura, empezó a<br />
arremeter sin control, hundiéndose en Sabine.<br />
«Es tan estrecha... ¿Demasiado estrecha?» Creyó oírla gritar cuando la poseyó por completo.<br />
Pero lo que predominaba eran los latidos de su propio corazón retumbándole en los oídos. ¿<strong>El</strong>la<br />
estaba tratando de apartarlo? ¿Le estaba diciendo que parara?<br />
«Es virgen.»<br />
<strong>El</strong> pensamiento se desvaneció tan pronto como la presión que sentía en su sexo se hizo<br />
insoportable. Sabine le clavó las uñas en los hombros... y a él le encantó.<br />
Rydstrom soltó un grito brutal al sentir que eyaculaba por primera vez en toda su vida.<br />
«<strong>El</strong> calor, la fuerza.»<br />
—¡Por todos los dioses, Sabine! —Notó cómo las primeras gotas de semen salían de su cuerpo<br />
para entrar en el de ella, y puso los ojos en blanco.<br />
Fuera de sí, movió las caderas una y otra vez hasta asegurarse e que ya no quedaba nada<br />
dentro de él. Abrió los ojos justo a tiempo de ver cómo Sabine echaba la cabeza hacia atrás para<br />
golpearle en la nariz.<br />
Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 101