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Excodra XVI: La lucha

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ÍNDICE<br />

Narrativa<br />

Vida terca, Beti Mármol<br />

Comida para perros ­extracto­, Gsús Bonilla<br />

<strong>La</strong> conquista de las palabras, Sergio del Molino<br />

<strong>La</strong> mirada del perro, Carmen de Agustín Pavón<br />

Apesta, Cristina López Lumbreras<br />

Poesía<br />

38 se llevan a tu madre, Dante Alarido<br />

Cantando mi silencio, Diana Álvarez<br />

Manual de convivencia, Andrés Mauricio Cabrera<br />

Guerras perdidas, Ana Pérez Cañamares<br />

Dale, Santiago Tena<br />

<strong>La</strong>berinto pluricelular + Nivel 0, Ari Ann Wire<br />

Nada es suficiente, Lucía Domínguez<br />

El club de la <strong>lucha</strong> emocional, José Manuel Vara + Raquel Delgado<br />

Pintura<br />

Carlos Esteban Resano Vasilchik<br />

Marta Adserias<br />

Agustín Calvo Galán<br />

Jalón de Aquiles<br />

Fotografía<br />

Eli Mora<br />

Raquel Calvo<br />

Nadia del Pozo<br />

Ludovica Bastianini<br />

Entrevista<br />

Cecilía Quílez


EDITORIAL<br />

En este nuevo número de la Revista <strong>Excodra</strong>, nos enfrentamos a <strong>La</strong> <strong>lucha</strong>, a la<br />

<strong>lucha</strong> como vida, sintiendo el vivir como <strong>lucha</strong> constante por permanecer,<br />

donde <strong>lucha</strong> y vida son la misma palabra. Desde este lado de mi piel, dejo aquí<br />

el motivo de hacer un número tal, sensación que hizo que cada día sienta en<br />

mi cabecita como una sonata que me dice a cada segundo “I don't life: I fight.”<br />

Permítanme dedicarle este número a mi hija Blanca, va por ti mi amor. Gracias<br />

infinitas a todos y cada uno de los participantes en este número tan especial,<br />

para mí, y para todos, ya lo leeréis, ya lo veréis, página a página. Luchen.<br />

Vivan. Sientan este número en cada vena.<br />

Que todo se apague, por favor, que todo se apague<br />

y vuelva a comenzar de cero.<br />

Que me muera yo y nos muramos todos como dice Juan Trigo, todos<br />

y vuelva todo a comenzar de cero:<br />

Donde no existan padres o madres que dan palizas de muerte a sus hijos o<br />

hijas.<br />

Donde no existan padres o madres que odien a sus hijos o hijas.<br />

Donde no existan padres o madres que abandonan a sus hijos o hijas.<br />

Donde no existan las violaciones.<br />

Donde aquél que fue herido, no cierre su herida con más sangre.<br />

Donde la justicia exista de verdad y no sea un negocio donde mandan a los<br />

padres al sufrimiento como a los soldados a la muerte en las guerras.<br />

Donde no exista el desprecio a los hijos o hijas.<br />

Donde tú estés conmigo hija mía.<br />

Por favor, que todo se apague, que se apague ya mismo.<br />

Que todo se apague por favor y vuelva a comenzar de cero todo.


Que se haga la noche y se haga el silencio.<br />

Que no quede nada y nos muramos todos y todo comience de nuevo de<br />

manera diferente.<br />

De manera transparente.<br />

Que todo se apague por favor.<br />

Y nazcamos de nuevo sin odio en nuestra sangre.<br />

Sin violencia.<br />

Donde no exista este dolor inmenso que tengo o que podamos tener.<br />

Donde no exista nadie que cause dolor a otros para calmar su dolor.<br />

Donde tú estés conmigo hija mía.<br />

Donde aquel que daña, sin más, desaparezca.<br />

Donde tú estés conmigo hija mía.<br />

Por favor, que se calme todo y todo desaparezca y de nuevo amanezca sin la<br />

gente que tiene odio en sus venas.<br />

Donde tú estés conmigo hija mía.<br />

Donde tú estés conmigo.<br />

Que todo se muera, que todo se apague, que nada quede, que la noche venga,<br />

y nos lleve:<br />

Donde tú estés conmigo hija mía.<br />

Y si mi plegaria no funciona, y aquí no se muere ni dios, ningún hijo de puta<br />

muerto ni nadie muerto, dame aliento, dame cojones, para querer seguir<br />

viviendo en esta mierda de vida que nosotros hemos creado, porque estamos<br />

podridos por dentro, porque nos pudren por dentro, que se mueran los que<br />

nos pudren, que se mueran, desaparezcan, que se calme mi dolor, hija mía,<br />

que se calme. Que no se muera nadie, que no se pudra nadie, que se mueran<br />

todos, que todo amanezca, que todo se pudra, que todo arda, que todo vuele,<br />

que reviente, que reviente, que reviente, que se pudran sus vientres, que se<br />

mueran todos, joder que se mueran todos, que revienten, que revienten, que<br />

revienten.


Reventad hijos de puta, reventad.<br />

Y así yo desaparezca.<br />

Y todo comience.<br />

Diferente.<br />

Pero que tú estés conmigo hija mía.<br />

Pero que tú estés conmigo mi peque.<br />

Quisiera dormir a tu lado, por siempre. Sin que nada reviente. Me digo a mí<br />

mismo, que tengo que escribir porque me siento morir, y tengo el odio<br />

nadando en mis venas, y quiero que desaparezca, sé que el odio pueda dar<br />

sentido a una vida, pero no lo quiero permitir, no quiero convertirme en<br />

animal herido, sé que no lo voy a permitir. Pero tampoco quiero mi mirada<br />

fría. Me estoy pudriendo hija mía, me estoy pudriendo, llevo así siete años ya<br />

y tú has sido mi único aliento, tu mirada de vida llena, tus sentimientos tan<br />

hermosos, tu emoción ante la vida, tu inocencia tan inteligente, que nada te<br />

pase, que todo lo venzas, yo estaré a tu lado siempre.


NARRATIVA<br />

Vida terca<br />

Dedicado a ti, amigo Alite,<br />

porque tus bellos trazos en negro, rojo y azul,<br />

fueron también terca vida<br />

en una de mis mañanas de invierno.<br />

<strong>La</strong>s puertas del ascensor se abrieron como un telón torpe y ruidoso. Dos<br />

celadores del hospital vestidos de blanco escoltaban una camilla en la que<br />

yacía el cuerpo de mi padre, tapado con una sábana. Nadie me había dicho<br />

aún que había muerto, pero yo simplemente lo supe al ver sus canas, gruesas y<br />

rebeldes, asomando por un extremo de la tela que le cubría. Los dos hombres<br />

hicieron rodar la estructura metálica hacia el descansillo con maniobras<br />

precisas, ensimismadas. De pronto, uno de ellos me miró con los ojos muy<br />

redondos, como si le sorprendiera verme allí. Alzó la vista hacia el rótulo de la<br />

pared, y dijo, “joder, esto es la planta baja”. Volvieron a introducir la camilla<br />

en el ascensor de un empujón. Recuerdo que pregunté estúpidamente dónde<br />

iban, y uno de ellos respondió sin mirarme, “al depósito, semisótano<br />

segundo”, al tiempo que golpeaba varias veces una de las teclas del panel con<br />

el puño cerrado. Me quedé quieta, los ojos fijos en aquella mata espesa de<br />

cabello desordenado, hasta que las puertas se cerraron del todo.<br />

***


<strong>La</strong> Sala Cuatro recordaba al vestíbulo de un hotel barato, las paredes pintadas<br />

de beige oscuro, los muebles gastados y funcionales, las lámparas de cartulina<br />

quemada, imitando pergamino. En el extremo más alejado de la entrada<br />

estaba la caja, apoyada en un soporte que facilitaba la visión completa del<br />

cuerpo a corta distancia. Permanecí sentada toda la tarde en la misma silla, sin<br />

hablar, sin llorar, estrechando con desgana las manos de toda aquella gente sin<br />

rostro. Era tarde cuando decidí acercarme a verle. Llegué hasta el ataúd<br />

cojeando un poco a causa del yeso que cubría mi pierna derecha, hasta la<br />

rodilla. Observé sus manos, los dedos largos y cuadrados extrañamente<br />

inmóviles sobre su pecho. Alguien le había afeitado por completo, dejando a la<br />

intemperie una porción desconocida de piel blanda y mate que contrastaba<br />

obscenamente con el tono curtido de la frente y los pómulos. Un ungüento<br />

brillante y pegajoso lograba el milagro de mantener su pelo cuidadosamente<br />

peinado. Apreté los párpados tratando de evocar la agilidad de sus<br />

movimientos mientras colocaba el yeso en mi tibia fracturada tan sólo unos<br />

días antes, y su cara barbuda, y sus ojos burlones, casi oblicuos. Al volver a mi<br />

silla, pensé que aquel pedazo de escayola en la pierna y la ausencia de<br />

lágrimas en mis ojos, eran lo único real en aquella habitación enorme,<br />

atestada de fantasmas irreconocibles.<br />

***<br />

Me condujo por un largo pasillo hacia la cafetería, “tienes que cenar algo”,<br />

dijo. Habíamos salido juntos durante unos meses en la Universidad, y<br />

conservábamos desde entonces una amistad profunda y sin exigencias.<br />

Supliqué que me sacara de allí. Recorrimos las calles de Madrid en su coche<br />

hasta que aparcó frente a mi casa y subió conmigo. Nada más entrar, besé sus<br />

labios largamente, tratando de sortear su desconfianza inicial con la<br />

determinación de mis gestos. Le conduje hasta el sofá, haciendo que me


penetrara enseguida, sin ternura, sin juegos. Cuando terminó, se mantuvo<br />

dentro de mí unos minutos, como si hubiera entendido, e inmediatamente<br />

después quise volver al tanatorio. Al bajar del coche y sentir el semen tibio<br />

resbalando entre mis muslos, pensé que, tal vez entonces, sería capaz de llorar<br />

junto al cuerpo helado de mi padre.<br />

BM


Comida para perros ­extracto­<br />

II.<br />

COMIDA PARA PERROS<br />

(el cuaderno de la prosa)<br />

PIENSO<br />

I.<br />

nunca hemos sido mucho de llorar, pero la soledad es un miedo colectivo.<br />

caímos abatidos sobre un charco; como animales muertos y mojados el frío<br />

nos hizo instante, inmortalizó el momento. no habíamos batallado en vano,<br />

pues la <strong>lucha</strong> volvería y otro disparo. en la admiración no se cruza una<br />

palabra, te alejas de allí como quien se abandona a su suerte o se encoge de<br />

hombros. había perdido un ojo y me enamoré de ella. era tarde y había sido<br />

un día muy duro.<br />

II.<br />

fue cuando vi tu rostro, pero no tu número de placa, que asomaba al otro lado<br />

de la verja;<br />

por el óxido de la cerradura me acerqué,<br />

con la precaución que condiciona a los animales más cobardes.<br />

era sorprendente cómo abrías la boca.<br />

en ella había una sociedad civilizada; supe, entonces, que allí sería donde<br />

habitarían los próximos pobladores del mundo; todos ellos esclavos y estériles,<br />

todos ellos enfermos por el brillo del plomo de las monedas añejas. me<br />

adentré como pude hasta tu garganta y me topé con la frontera de otro<br />

tiempo, un círculo de sal. el vicio de la sed, al fin y al cabo<br />

la necesidad.


no vamos a sembrar más huesos, tampoco derramar ni una sola gota más de<br />

sangre<br />

estaba escrito en una madera brusca, anudada mal, se tambalearía a poco que<br />

el viento nos hubiese acompañado.<br />

para mí eran símbolos extraños que no reconocía; quise descifrar el jeroglífico.<br />

no tuve esa capacidad. por el contrario escribí en un espejo empañado, muy<br />

cerca de tu hígado, que la verdad había que buscarla en cualesquiera de las<br />

<strong>lucha</strong>s por una causa justa, no pude contener las lágrimas y me emocioné.<br />

el eco de aquel llanto reverbera todavía hoy, como una motocicleta mala, de<br />

baja cilindrada. acepté la invitación al ruido, olvidé el miedo y me subí.<br />

era el viaje que anhelaba, hasta el estómago.<br />

escribir otro libro fue mi siguiente parada, ésta. mi nuevo punto de partida, la<br />

meta<br />

que olvidé en su momento, el monte de piedad, la casa de empeño, el hilo<br />

mostrador en la oficina de los objetos perdidos, los seres indefensos que me da<br />

por dibujar: sonresistiendo, en esta servilleta tan estúpida. los ladridos de tus<br />

perros. el miedo mío<br />

y el de mi gente:<br />

///<br />

HUESOS<br />

1.<br />

aquellas garras desabotonaban la inmensidad del alma;


la grandeza de los pájaros no estaba en su vuelo sino en el descanso sobre los<br />

cables eléctricos, empapándose de agua de lluvia.<br />

en esa acidez, la transmutación a fieras; y en ese sinvivir se violaba la intimidad<br />

de las personas, escarbando sobre los pechos desnudos; luego entonces, cuchillos<br />

obcecados; seres, insisto, de otra dimensión.<br />

///<br />

cómo palpar el despropósito, cómo arrepentirse.<br />

qué felices éramos acurrucados en el comedero, junto a la yerba.<br />

qué tiempo más dulce entre el rencor de las ventanas.<br />

esa era la causa.<br />

tu <strong>lucha</strong>.<br />

teníamos asignada la custodia, el milagro de la sed.<br />

para su defensa corazas de barro y saliva endurecidas al sol de media tarde.<br />

el origen de los alimentos nos pertenece.<br />

creamos el papel, la tinta y una punta de flecha que, poco a poco, nos iba<br />

quitando el miedo.<br />

qué va a ser de nosotros, de nuestras herramientas. volar era un misterio<br />

asombroso, aún así, suspendidos en el óxido, el espacio nuestro. lo propio.<br />

resistir.<br />

///<br />

su labor con los niños invidentes consistía en quitarles el miedo, en hurtarles<br />

poco a poco el pequeño tesoro de los animales libres; los abandonaba a su suerte,<br />

como el que se esfuerza en entender la poesía social de nuestro tiempo. no<br />

bastaba con mirar hacia otro lado, tenéis que cerrar los ojos, les obligaba a


memorizar.<br />

retenían las palabras en una vieja jaula.<br />

todo lo contrario era una lectura positiva, una demostración palpable.<br />

y empecé a recordar, también, que te ponías estupendo en la profundidad de los<br />

órganos vitales.<br />

///<br />

allí estaba la tercera edición del poema más importante de la vida, pero que<br />

nadie quería nunca imprimir; nadie se atrevía a nacer, nadie era capaz de ser<br />

luciérnaga.<br />

jamás habíamos visto un animal tan horrible, preocupado por tanta criaturita<br />

llena de soledad. decidimos, en un primer verso, y sin pensarlo, establecernos<br />

fuera de las esdrújulas, en la llanura enharinada de la hogaza; solo con un fin<br />

único, la ubicación del lugar exacto en la asamblea.<br />

era una idea preciosa. como una piedra de plomo.<br />

y tú, que eras verdad y dolor, no podías faltar:<br />

///<br />

2.<br />

hace muchos años, y otras razones, la belleza consistía en el drama de los santos<br />

inocentes, concebidos en la aparatología pensada por los seres preciosistas de<br />

nuestra era. colores, prendas y la tristeza, en primer término, que desprendían<br />

sus rostros.


una experiencia estética que concluyó nada más nacer.<br />

///<br />

todos los partos eran iguales, la piel se separaba del hueso.<br />

no era lepra sin embargo, sí una enfermedad antigua. la herida siempre al<br />

descubierto; gusanos, moscas y los consejeros delegados del terror adecuaban sus<br />

larvas en la parte más acogedora del fluido, que como pequeños embalses<br />

conservaban los orificios causados por las balas.<br />

tú todavía preguntabas por qué, y olvidas que es incomprensible. pero por qué el<br />

instinto de la lágrima.<br />

///<br />

sabíamos que recorrería la mejilla hasta la comisura de los labios.<br />

cogidos de la mano nos acercamos a conocer el llanto y entendí el interrogante<br />

como pasajero y violento al mismo tiempo. nos impresionaba tanto la imagen, su<br />

olor, que era emocionante como la cronología del ruido tiempo atrás.<br />

fue hoy, más allá, cuando abrimos un canal de estrellas sin tonos, muertas en<br />

matices, y en esa vereda tuvimos la capacidad, como objetos intangibles, de<br />

reconducir la locura mundial.<br />

en ese instante nos sentimos como pastores sorbiendo el agua de un pozo de<br />

negro infinito, como un concepto absoluto, el significado de un pueblo nómada:


ya habíamos vivido en las entrañas y aquello era un abismo.<br />

la abundancia, siempre la abundancia; y entretanto, el frío inequívoco, sin<br />

distinción de sexo, secta, raza o condición. visualizábamos mujeres en una fila<br />

aparte; ancianos, niños y otros animales marcados en un hombro con el fuego, de<br />

ellos surgió esta luminaria, por ellos el silencio;<br />

las libertades, asunto menor, en boca de los látigos.<br />

///<br />

qué hacer entonces con la piel. qué era simular.<br />

qué hacer de la corteza estriada, a veces estúpida, de un limón.<br />

pido que derrames sobre nosotros sus nombres, sus caras, que extiendas los<br />

brazos.<br />

suplico tus labios. y recibo la visita sorpresa de otra música.<br />

es un canto atroz; así lo registra la actividad frenética de nuestras venas.<br />

///<br />

mientras tanto ordenabas apalear todas las bocanadas de aire, el último beso de<br />

aquella época.<br />

mamá tiembla cuando lo cuento, luego, poco después lo olvida. es el expolio de<br />

los naipes, la estrategia del as de corazones. eso es todo:<br />

///


3.<br />

así y todo la <strong>lucha</strong> por la permanencia en una lágrima era la primera de las<br />

batallas.<br />

había un interrogante bien pintado; también recuerdo las preguntas en torno al<br />

aire, casi todas las mañanas.<br />

para qué el hombre y su rabia, para qué el niño, para qué su espada.<br />

al margen de tanto dolor, viendo sus barcos pasar, reflejados en un charco de<br />

sangre; del aire entonces decir que cumplía todos sus requisitos.<br />

imitaba tu canto, preciso y cruel. atrás quedó el tiempo, un tirón de orejas y los<br />

matrimonios decentes.<br />

///<br />

se tenía sed y no se podía combatir el fuego.<br />

encontraron la manera de castrarnos; pero como quiera que fuese nos<br />

multiplicábamos en panes,<br />

nos multiplicábamos en peces. simultáneamente aplicamos una lectura, mientras<br />

tanto. querían agasajarnos con superlativos acordes y más adjetivos rebuscados.<br />

oh, la huelga de los pescadores, de los visionarios de turno, sus conventículos;<br />

qué habrá sido de todos los despertadores del mundo.<br />

///<br />

como nos vimos capaces nos vimos incendiarios,


entonces habría que escribir dinamiteros y lluvia con la mejor caligrafía que<br />

heredamos.<br />

todo sería más justo desde el principio, desde la base.<br />

llegamos a un acuerdo. eran ellos los que habían de ocuparse de los cadáveres;<br />

por el contrario, nosotros del desagradable trabajo del desescombro.<br />

todavía hoy, nacido nuestro primer hijo, nos dura el desconsuelo.<br />

///<br />

por qué quieren apropiarse del sueño, tomar parte en esta maravilla.<br />

a tu madrugada llegará el acero de la camioneta de los desperdicios, haciendo un<br />

ruido, como el que intenta domar a un acordeón; mientras, los operarios a<br />

sueldo, adiestrados para perseguir deseos, recogerán los restos del atardecer.<br />

///<br />

domesticados, reconocerán el olor a hueso.<br />

porque a pocos molesta, hemos considerado taparnos los oídos con un corcho<br />

viejo, pero bello como una palabra recién estrenada.<br />

no tendremos miedo, sin embargo el aire antes del amanecer será como el de un<br />

sanatorio maldito y nos obligarán a masticarlo. está escrito en los anaqueles del<br />

tiempo excelente, antes de los primeros escribas,<br />

mucho antes de los cadáveres más adelantados de la fosa.


¿recuerdas?<br />

los viste concluir.<br />

abrochándose las pieles desabotonadas de nuestros animales, y discretos, nos<br />

asombrábamos de su paraguas siemprenegro. extendiéndolos empezaban a<br />

caminar. pocos pasos después se detenían frente a la ventana.<br />

tú ya habías dibujado a carboncillo tantos orificios y tan inmensos como el<br />

cuenco vacío y aletargado de tus ojos; por entonces tenías un péndulo por<br />

corazón y solidario habías asignado un tragaluz por cabeza.<br />

dos, quizá tres, pasos más y pegaban sus caras sobre la cristalera hasta<br />

desfigurar el rostro amigo; sonreían de ese modo.<br />

–estáis locos, nunca llueve a mediados de mayo­ y así un día y otro<br />

día, y otro más.<br />

repetitivos como el olor a sexo de los escorpiones; supusimos la importancia del<br />

amo, el fluido nacarado de sus encías. se tiritaba y él para quitarnos el frío nos<br />

ofrecía sus sábanas mojadas, así lo habían vaticinado en nuestra vigilia y así es<br />

como lo trazo.<br />

GB


<strong>La</strong> conquista de las palabras<br />

Hacia nuestro primer cumpleaños, mes arriba o mes abajo, vivimos uno de los<br />

acontecimientos más emocionantes, vertiginosos e inexplicables de nuestras<br />

vidas. Por muchas aventuras que corramos, por muchas cicatrices que nos<br />

dejen los años por vivir y por muchos mundos más allá de Orión que tengamos<br />

la suerte de contemplar, ningún episodio de nuestra biografía tendrá más<br />

importancia ni exigirá más entrega y pasión. Que no lo recordemos no le quita<br />

épica y, en cualquier caso, quienes elegimos ser padres, tenemos el privilegio<br />

de vivirlo en nuestros hijos.<br />

No entiendo cómo algo tan fascinante ha podido ser despreciado e ignorado<br />

durante tantos siglos. <strong>La</strong> ciencia no se fijó en ello hasta que Jean Piaget fundó<br />

la psicología infantil, pero ni la literatura ni el arte le han prestado ninguna<br />

atención. El mundo entero lo ignora porque es una gesta de alfombra y<br />

dormitorio, tan íntima que parece resistirse a toda forma narrativa, y hasta los<br />

padres procuran no enfatizar demasiado sobre algo que, sin duda, les tiene<br />

asombrados y emocionados con una intensidad que no podían suponer. Pero<br />

no lo mencionan mucho fuera de casa, por miedo a que los tachen de cursis y<br />

estúpidos.<br />

En torno a los diez meses, se produce un quiebre en el proceso de adquisición<br />

del lenguaje del bebé, que pasa del balbuceo a la llamada fase holofrástica.<br />

Más allá del sobrevalorado instante de la primera palabra, en esta etapa, el<br />

bebé construye holofrases, es decir, neopalabras, conjuntos de un par de<br />

sílabas que comprimen una oración o varias palabras. El proceso es diferente<br />

en cada bebé. Cada uno de nosotros escogemos holofrases distintas, según<br />

nuestro carácter y nuestro entorno. Hay niños más atrevidos o imaginativos<br />

que otros. Hay niños que juegan con las palabras con más audacia que otros.<br />

Pero, cualquier padre que preste un poco de atención, no dejará de<br />

maravillarse ante la fuerza de su voluntad.


<strong>La</strong> palabra que los científicos han escogido para este proceso no le hace<br />

justicia. Adquisición del lenguaje. <strong>La</strong> adquisición remite a un acto burgués y<br />

contractual. Se adquiere una casa o una corbata, no un lenguaje. O a algo<br />

pasivo: el colchón adquiere la forma de nuestro cuerpo. Pero ni lo notarial ni<br />

lo pasivo son características de la forma en que los niños aprenden a hablar.<br />

Lo suyo es una <strong>lucha</strong>. <strong>La</strong> mayor <strong>lucha</strong> que se nos plantea.<br />

No existe un lenguaje como tal. El idioma, por más que la academia se<br />

empeñe en limpiarlo, fijarlo y darle esplendor, es distinto en cada hablante. No<br />

hay dos personas que hablen igual, más allá de dialectos y sociolectos. Cada<br />

ser humano hace suya su lengua, y su forma de expresarse es sólo suya. El<br />

niño, cuando empieza a formar holofrases, no es parte de un aprendizaje<br />

pasivo, sino que está entregado a una operación de conquista. Aprender a<br />

hablar significa en realidad apropiarse del lenguaje. No lo adquiere, sino que<br />

lo toma por la fuerza, entre peleas y dolores. Desde su primera holofrase hasta<br />

que domina todos los recovecos de la gramática (en torno a los tres años), los<br />

niños viven en un combate que ningún adulto tendría fuerza para emprender.<br />

Ni el más complejo sistema filosófico puede comparársele en audacia.<br />

Yo asisto maravillado a la conquista del lenguaje de mi hijo. Registro sus<br />

avances, celebro sus posiciones ganadas, le ayudo a mantener la retaguardia<br />

para que la gramática no recupere el terreno que mi hijo le ha ganado. Se<br />

esfuerza por hacer suyo, radicalmente suyo, un lenguaje que sus padres le<br />

hemos puesto delante. No lo toma de la escuela. No lo toma de la versión<br />

académica y domesticada de los libros de texto, sino de la nuestra expresión<br />

salvaje, personal e intraducible. Es una <strong>lucha</strong> animal, contraria a toda<br />

civilización. En la escuela le enseñarán a hablar bien. Es decir, le enseñarán a<br />

deshablar, pero no conseguirán anular del todo su forma de decir única.<br />

Ningún colegio sabe fabricar hablantes normalizados puros. Ningún manual<br />

de gramática tiene fuerza para penetrar en el núcleo de la persona y subvertir<br />

su identidad.


Al contemplar los triunfos de mi hijo sobre el idioma, me doy cuenta de que<br />

los escritores planteamos nuestro trabajo en unos términos parecidos. El oficio<br />

de escribir es una réplica a escala de la <strong>lucha</strong> por la apropiación del lenguaje.<br />

<strong>La</strong> diferencia, además de la modestia de nuestro empeño (un niño es mucho<br />

más ambicioso que el más sublime de los escritores), es que no <strong>lucha</strong>mos<br />

contra el lenguaje, sino contra su forma literaria. Un escritor no cultiva la<br />

literatura, sino que se enfrenta a ella. <strong>La</strong>s obras literarias se escriben contra la<br />

literatura.<br />

Escribir es una forma de apropiación de la literatura. Una apropiación<br />

violenta, de conquista y sangre. Se escribe contra una tradición, contra la<br />

propia infancia, contra las propias formas de decir, contra los libros que se<br />

leyeron. El escritor busca una forma radicalmente única y personal de decir las<br />

cosas. Una forma tan personal e irreductible que trascienda las barreras del<br />

propio idioma y se reconozca incluso en las traducciones. A Cavafis se le siente<br />

Cavafis en cualquier lengua. Porque Cavafis no escribe en griego. Ha destruido<br />

el griego para crear un idioma que sólo domina Cavafis, y que se entiende y se<br />

percibe pese a todos los intermediarios y traductores que se pongan en medio.<br />

Yo fui consciente de que la escritura era una forma de <strong>lucha</strong> cuando escribí mi<br />

libro más violento y dulce, <strong>La</strong> hora violeta. Cuando quise decir la enfermedad<br />

y muerte de mi primer hijo, la literatura devino enemiga. Luego me he dado<br />

cuenta de que la literatura ha sido un enemigo para todos los escritores que<br />

han querido escribir sobre algo que les importaba y les dolía de veras. <strong>La</strong><br />

retórica no sirve en esos empeños. <strong>La</strong>s normas de construcción narrativa no<br />

sirven. El canon no sirve. A veces (sólo a veces), ni siquiera sirve la norma<br />

gramatical. <strong>La</strong> literatura y sus leyes y tradiciones, en lugar de sublimar la<br />

experiencia, la banalizan, amarrándola al lugar común. No se puede decir con<br />

palabras de otros lo que sólo uno siente y sufre. El escritor ha de encontrar su<br />

propia forma de decir, y al hacerlo, ha de romper la literatura. De esa <strong>lucha</strong><br />

paradójica nacerá la literatura.


Porque la literatura surge del combate contra la literatura. Quien no se atreve<br />

a entablar esa <strong>lucha</strong> jamás escribirá literatura, aunque externamente lo<br />

parezca. Su trabajo se parecerá tanto al arte como el de los pintores que hacen<br />

copias de cuadros clásicos en los bancos de los museos. Serán amanuenses,<br />

copistas, filólogos, pero no literatos. <strong>La</strong> literatura sólo existe en el momento en<br />

que se destruye. Fuera de ese instante, no es nada. Polvo de biblioteca, saludo<br />

de catedrático a las autoridades presentes en la sala.<br />

Pero, con toda su inexplicable e irreductible grandeza, no hay una sola obra de<br />

la historia de la literatura que iguale en belleza y emoción a la forma en que<br />

un niño conquista, sílaba a sílaba, su propio lenguaje. Es una suerte que no lo<br />

recordemos, pues nos fatigaría la sola evocación de esos años, pero también es<br />

un privilegio presenciar esa <strong>lucha</strong> desde la atalaya del padre, desde la<br />

tranquilidad que da saber que el hijo va a ganar la guerra, que va a salir<br />

victorioso por ardua que sea, que el lenguaje no tiene nada que hacer contra<br />

él. Yo, en mi vida, no he contemplado nada más prodigioso.<br />

SdM


<strong>La</strong> mirada del perro<br />

Respuesta de <strong>lucha</strong> o huida (no me gusta perder la aliteración, fight or flight,<br />

una pena): Dícese del conjunto de reacciones fisiológicas que acompañan a la<br />

detección de un peligro por parte de un animal (un predador, un competidor).<br />

Dichas reacciones se producen por la activación del sistema nervioso simpático (y<br />

la consiguiente inhibición del sistema nervioso parasimpático) e incluyen:<br />

Liberación de adrenalina y corticoides (con el consiguiente incremento de la<br />

presión sanguínea, de glucosa en sangre, y de inhibición del sistema inmune),<br />

midriasis (dilatación de la pupila), relajación de los esfínteres (y por tanto,<br />

disminución de peso)… El cuerpo se prepara para el enfrentamiento o la<br />

carrera: Si se vence al oponente o se consigue escapar de él, sobrevivimos.<br />

Entonces, pese a lo que nos hayan intentado hacer creer, la huida sí es una<br />

opción. No tenemos por qué <strong>lucha</strong>r por causas perdidas, tenemos la opción de<br />

huir, de sobrevivir. No entiendo por qué me repugna tanto esa idea. Si tan<br />

cansada estoy de <strong>lucha</strong>r, ¿por qué no me siento capaz de huir? Me fijo en el<br />

anuncio pegado en la pared del metro: Un cachorro mira fijamente a los<br />

viajeros con resignación. Frío, maltratado, abandonado. Me repugna, todo ese<br />

buenismo: Adopta un puto cachorro por Navidad. Comprendo por qué me<br />

repugna: No <strong>lucha</strong>, pero tampoco puede huir. Sabe que no puede hacer nada,<br />

está paralizado, está a merced de cualquiera. <strong>La</strong> repugnancia ­la náuseacrece,<br />

se me anuda el estómago. Si tuviera enfrente a ese cachorro, le daría<br />

una buena patada, para que se largase corriendo, o para que me mordiera la<br />

pierna, en cualquier caso, para arrancar de sus ojos esa mirada sin esperanza,<br />

sin dignidad. Y él no haría ni una cosa ni la otra, seguiría observándome, la<br />

mirada vacía, el convencimiento de que no puede <strong>lucha</strong>r, de que no puede<br />

huir (y así nos quieren, y así han conseguido tenernos). Miro alrededor, a los<br />

otros pasajeros del metro. Si al menos uno de ellos no tuviese la mirada del<br />

perro… Pero no, todos, todos la tienen. Sólo me queda huir, seré mejor que


ellos, todavía soy capaz de huir.<br />

Me abro paso hasta la puerta, casi a empellones. Y entonces el vidrio me<br />

abofetea devolviéndome mi imagen, y en el fondo de mis pupilas descubro la<br />

mirada del perro.<br />

CdAP


Apesta<br />

1: Todos tus recuerdos han sido falseados<br />

2: Nunca exististe<br />

3: No eres ella ni él – Eres tú, ahora<br />

No existe una realidad pasada, todos tus referentes los has creado tú mismo<br />

para otorgarte, de forma estúpida, un criterio de autoridad. No obstante y<br />

para tu tranquilidad, siempre podrás acudir a la ilusión de pasado en la que<br />

cada recuerdo es cada vez más perfecto y un perfecto sustituto para todo este<br />

presente alienado.<br />

4: Se acabó<br />

5: Cada quien escoge sus batallas<br />

6: Apesta<br />

Apestas a humanidad y te das cuenta de ello al ducharte con el mismo odio<br />

cada mañana. Te das cuenta cuando en ese traje sales a trabajar con miedo a<br />

que te descubran y tener que escupirles en la cara o coserte un nuevo disfraz.<br />

Apesto<br />

Apestas por todas las batallas que te dicen son perdidas y por las que sigues<br />

librando para liberar esa desgraciada alma tuya cuya custodia compartes con<br />

el estado: Sólo fines de semana y festivos a cambio de unos pocos privilegios<br />

que se tornan cada vez más insignificantes.<br />

Esa hija de puta que algún tiempo pareció valiente y <strong>lucha</strong>dora, ni si quiera se<br />

resistió al embargo, ni tampoco crees que recuerde lo que alguna vez fuisteis<br />

juntas. Los reencuentros son fríos, distantes, como entre viejos amigos a los


que los recuerdos han devorado.<br />

Apesto<br />

Apestas y esa etérea desertora resbala desde tu cabeza hasta la fría suela de<br />

tus botas, siguiendo tus pasos junto a un cuerpo ajeno que no responde. Un<br />

cuerpo de bostezo eterno y estatismo inherente que ya no merece, te han<br />

dicho.<br />

Apesto<br />

Apestas y a veces supones que por eso creces, porque se te acumulan ideas<br />

apestosas y batallas perdidas bajo las suelas; otras sin embargo, piensas que el<br />

absurdo de estos pasos sólo puede augurar un despegar inminente, una<br />

respuesta u otra pregunta por la que echar a volar definitivamente; y otras<br />

veces... otras veces hay que quemar yerba porque aquí – apesta.<br />

CLL


POESÍA<br />

38 se llevan a tu madre<br />

Se llevan a tu madre<br />

por una puerta grande de hierro<br />

y te la cambian por un aro pequeño<br />

del que pende una llave,<br />

un número sin reverso,<br />

una espera de acero.<br />

Se llevan a tu madre<br />

y tú quieres seguirla pero<br />

sueldan todas las bisagras<br />

y las puertas anti­incendios<br />

para que la ansiedad no desborde<br />

la unidad de quemados,<br />

no infeste el hospital entero,<br />

no se atesten las vías, los goteros<br />

de uñas mordidas y puños prietos.<br />

Se la llevan y tú la sigues<br />

a través del aro pero es<br />

tan estrecho<br />

que ni el tiempo<br />

sucede.


Y la espera se vuelve<br />

sed en los labios,<br />

polución en los párpados,<br />

se la llevan en bata verde<br />

y los relojes pierden el norte<br />

y entre las cinco y las cinco y cinco<br />

una muchedumbre de inciertos y terribles<br />

en blanco hospital<br />

aluminio hospital<br />

zócalo sin minutero<br />

desespero grande como un padre<br />

y revista sin tapas<br />

y ¿cómo va el mundo a girar?<br />

Si se han llevado a tu madre y en su lugar<br />

una llavecita que no da<br />

certidumbre ni regreso.<br />

El cáncer<br />

es un enemigo pequeño<br />

una fusa entre sintagmas, un ligero<br />

desequilibrio de proteasas basta<br />

y las ciclinas marchan<br />

hacia la indiferenciación<br />

y su patria su causa<br />

su victoria y su bandera todas son<br />

mi madre.<br />

Hace cinco siete meses erais<br />

un amasijo de calmas,


otundas como una trenza de cangrejos,<br />

pero el cáncer es<br />

un enemigo pequeño<br />

se filtra entre las grietas<br />

a desflorarte de calmas:<br />

aguantas,<br />

no aguantas.<br />

Se la llevan<br />

y miras el ojo de la nada<br />

que asoma tras el si no vuelve<br />

tras el si algo falla<br />

y piensas<br />

taquicardia,<br />

reacción adversa<br />

si tendrá miedo o le hará falta<br />

otra manta.<br />

Y cuán grande habrán abierto en ella el agujero<br />

por donde sacar el cáncer, por el que drenar el miedo<br />

el monstruo en su sangre y su sombra,<br />

sobre el tallo de ti, que es tu madre.<br />

Y se desgarra<br />

tu cinturón negro de todo irá bien,<br />

tu cinturón de los pesos pesados de la paciencia<br />

de los mil andenes y las mil aceras<br />

tus mil horas de vuelo en los techos<br />

de las más altas esperas<br />

se desintegra, tu madre al borde


de un abismo de metal estéril y tú rezas<br />

al dios cirujano al ángel laparoscopia a la virgen ciencia<br />

y te enciendes velas en los dedos<br />

hasta que las alarmas suenan<br />

los cristos se descuelgan,<br />

se ausentan los santos se arrancan los ojos<br />

se llevan a tu madre y en tus manos queda<br />

temblando una esperanza ciega:<br />

Aguantas aguantas, desesperas.<br />

(el cáncer es un enemigo lento<br />

que aguarda al borde de una anomalía mitótica)<br />

D. Alarido


Cantando mi silencio<br />

Nací un día devorado<br />

entre sombras.<br />

Los ojos abiertos, la mente preclara.<br />

Nací un día muerto,<br />

tejido de madrugada.<br />

En pasos certeros<br />

forjé un nombre,<br />

con el alma entregada,<br />

con sueños rotos.<br />

Crecí,<br />

nubes turbias,<br />

flores marchitas,<br />

ultraje en el alma.<br />

Crecí, paralizada,<br />

latente en mis horas.<br />

Crecí, perdida,<br />

en hilos de latón.<br />

Forcé el suicidio<br />

de mis estrellas.<br />

Forcé el suicidio<br />

de soles de hielo.


Forcé la muerte voluntaria<br />

de mi mente.<br />

Anduve por los senderos<br />

de la demencia.<br />

Deambulé, solitaria,<br />

por lunas desiertas,<br />

arrancando sangre<br />

del alma derrotada.<br />

Paseé por caminos de sal,<br />

soñando entre danzas,<br />

vestigios pasados.<br />

Tras mil soles,<br />

el infinito me atravesó.<br />

Y recobré la pureza,<br />

besé mis labios,<br />

forjadas las palabras<br />

que me encierran.<br />

Y volqué mi destino,<br />

agua dulce sobre mis pies.<br />

Y envolví mis manos<br />

con luz de plata<br />

y voz de estrellas.


Encerrada en mis cadencias,<br />

ahogo serpientes de papel.<br />

Y pienso que muero,<br />

pero mis muertes nunca son eternas.<br />

Astros suspendidos<br />

por hilos de hiel.<br />

Entonces,<br />

robadas las letras,<br />

heridos los sones,<br />

muertos los versos.<br />

Entonces renací.<br />

D. Álvarez


Manual de convivencia<br />

I<br />

¿Luchar? ¿Eso me has dicho?<br />

"Sí, lo he dicho". Me repito.<br />

Me repito a mí mismo.<br />

Luchar contra todos<br />

Por todo<br />

Frente a todo<br />

Gracias a todo.<br />

Luchar cuando no queden manos<br />

Cuando las piernas se arrastren<br />

Cuando los alacranes naden entre los dedos<br />

Cuando los ratones crucen<br />

(y un poco más allá)<br />

<strong>La</strong> mirada<br />

Cuando no quede más distancia<br />

Entre la vida y la muerte<br />

Que el polvo.<br />

II<br />

Y la tierra.<br />

Luchar por lo que ha sido<br />

Por lo que fue<br />

Por lo que es


Por lo que puede<br />

Que<br />

Tal vez<br />

Algún día<br />

"Sea".<br />

III<br />

Luchar para que la vida trascienda al sujeto<br />

Para que los pasos queden marcados:<br />

En la pupila de alguien más<br />

En la boca del ser amado<br />

En los ladridos del perro.<br />

IV<br />

Luchar por los que se fueron<br />

Por los que quedan<br />

Por los que van a estar.<br />

V<br />

Al final, siempre al final,<br />

Sigo siendo ese:<br />

El que arranca caricias a las luces de los semáforos;<br />

El que se contenta con las sonrisas de los parabrisas<br />

Que gimen bajo la lluvia;<br />

El que aúlla en medio de la calle


Cuando nadie está.<br />

Cuando los gatos se refugian<br />

En las canecas<br />

Y los niños duermen...<br />

Con el resto de la gente.<br />

VI<br />

Soy todo eso<br />

Y lo que no hicieron de mí.<br />

AMC


Guerras perdidas<br />

I<br />

Hay un lugar entre la impotencia y el heroísmo.<br />

Entre el pozo y la cera derretida por la cercanía del sol.<br />

Entre el desengaño y la otra mejilla.<br />

Hay un lugar. Cada día lo bautizo con mi nombre.<br />

II<br />

He corrido por las calles huyendo del pasado y el futuro. El presente no era<br />

más que una subasta de nichos.<br />

He querido convertir las calles en un periódico que dijera la verdad, nada más<br />

que la verdad. Que lo leyeran desde los balcones.<br />

He sudado miedo y una sustancia viscosa parecida a la esperanza. Me he<br />

divido en dos. Una sudaba y otra bebía las calles.<br />

He llorado viendo las luces como luciérnagas de carbón. Lágrimas en lugar de<br />

abrazos por no abrazar las calles.<br />

He creído en los que corrían en los que escribían pasos en los que sudaban<br />

lágrimas en los que lloraban calles.<br />

He amado las calles. Sigo siendo dos. Pero una de las dos es sólo vuestra.<br />

III<br />

Cómo ganar una guerra perdida:<br />

Uno. Excavar trincheras con palas, lápices y saxofones. De las grietas, hacer<br />

cicatrices hondas.<br />

Dos. No llevar uniformes. Cada cual adoptará el disfraz que menos le ofenda.


Tres. No distinguir noche y día. Permitir la soledad a quien la elija. Adoptar<br />

perros y recién llegados.<br />

Cuatro. Celebrar una fiesta por cada trinchera. Llegará el enemigo y no<br />

entenderá nuestro lenguaje.<br />

Les será imposible la conquista: ellos no aman a los perros mestizos ni<br />

arrancan orgasmos a las palabras. Perderemos la guerra de las mayúsculas<br />

pero la vida está de nuestra parte: lloramos y celebramos la brizna.<br />

IV<br />

He limpiado los límites<br />

de toda mala hierba<br />

para evitar la tentación<br />

de salvarme en el último segundo.<br />

Al filo de los abismos<br />

la pregunta es sólo una:<br />

¿Has venido aquí a volar?<br />

APC


Dale<br />

Dale el alma a la <strong>lucha</strong>, la fe, el amor, el cieno, dale tu soledad y haber<br />

comido, dale paz y batalla, y querer y yo más, y poder, y seguir, y abatirse, y<br />

llorar.<br />

Dale no haber <strong>lucha</strong>do y no entender, querer y no saber, dale armar la batalla,<br />

gozarla, padecerla, sentirla, parecer más batalla y sin batalla y llegar sin llegar,<br />

y dormir, y estrellarse, y volver y no estar.<br />

Dale batalla al aire, dale no haber vivido, dale estar vivo ya, y grita, grita<br />

fuerte, grita de dios y lo hondo, del abismo hacia dentro, de lo que se<br />

desgarra, de lo que estás rompiendo carne a carne y pulmón y corazón y frío,<br />

de lo que no has cantado, de lo que no has vivido, dale un gritar perverso y un<br />

gritar impreciso, pero fuerte, real, desatento, vencido, y grita de lo cierto y de<br />

lo lleno y vivo, y más en la batalla, más en la <strong>lucha</strong> el grito.<br />

Y hazlo tuyo, que es mío, que es de todos, que es niño, hazlo paz y certeza y<br />

estar más fe y más tino. Hazlo cierto por fuerte y vital por destino, hazlo paz<br />

de la muerte, hazlo vida del sino: Fuerte, coral y río.<br />

ST


<strong>La</strong>berinto pluricelular<br />

He conocido a mujeres<br />

que han trabajado<br />

como economistas,<br />

como cocineras,<br />

como psicólogas,<br />

como cuidadoras de ancianos,<br />

como niñeras,<br />

como transportistas,<br />

como profesoras,<br />

como decoradoras,<br />

como asesoras de imagen,<br />

como esclavas del sexo y la procreación,<br />

como floristas,<br />

expertas en protocolo,<br />

en belleza y masajes,<br />

coaching y terapias naturales,<br />

camareras,<br />

mujeres de la limpieza,<br />

mensajeras,<br />

directoras de recursos humanos,<br />

y todo para la misma empresa familiar.<br />

He conocido a mujeres pluriempleadas<br />

que se han pasado la mayor parte de su vida<br />

al servicio de una sola familia<br />

y no han podido disfrutar<br />

de un céntimo propio,<br />

de una habitación propia,


de unos minutos propios,<br />

de un cuerpo propio,<br />

de un alma propia.<br />

He conocido a mujeres<br />

que han cedido su vida<br />

a los demás,<br />

a otros hombres,<br />

a otras mujeres,<br />

a otros animales;<br />

y han visto cómo se desdibujaba su imagen,<br />

cómo se les caía el pelo,<br />

cómo se les hinchaban las manos y los pies.<br />

He conocido a mujeres<br />

que han aprendido a olvidar quiénes eran<br />

antes de convertirse en mujeres pluriempleadas.<br />

He conocido a mujeres<br />

que han aprendido a no mostrar quiénes eran<br />

ante el resto de componentes de esa misma empresa familiar.<br />

Y he visto cómo un día han despertado<br />

extrañas, extranjeras, libres,<br />

y se han puesto a escribir,<br />

y han decidido retomar el hilo<br />

que las conducía por fin al centro del laberinto,<br />

ante su propio Minotauro,<br />

y han encontrado un pozo donde dormían sus ojos,<br />

su pelo, sus manos, sus pies.<br />

Y han reencontrado su hogar.


Nivel 0<br />

Nivel 0.1<br />

Sentir que has <strong>lucha</strong>do hasta la última gota,<br />

Sentir que has entregado hasta el último átomo de tu ser,<br />

Sentir que ya no queda nada,<br />

Que te tumbó el león,<br />

Que soltaste las amarras por falta de fuerzas,<br />

Que arrojaste tus huesos al suelo<br />

Y que ya no sabes cómo vivir.<br />

Llorar porque no sabes por qué.<br />

Para deshacer las cuerdas, los intestinos, las venas.<br />

Rezar a todas y a ninguna parte.<br />

Aullar hasta que llegue de nuevo la señal.<br />

Perder el conocimiento.<br />

Dormir. Morir. Soñar.<br />

Sentir que ya no hay cuerpo,<br />

Sentir que ya no hay dentro,<br />

No sentir.<br />

Nivel 0.2<br />

Sentir que ya no entiendes dónde está el norte,<br />

Ni dónde está el sur,<br />

Perder, morir.<br />

Romperte la nariz, las costillas.<br />

Quedarte muda, ciega.<br />

Tratar de palpar lo que queda.


Cortarte, pincharte, quemarte.<br />

Sentir que el mar se esconde.<br />

Tratar de llegar al mar.<br />

Reunir a la sal.<br />

Caer desde lo alto de una roca afilada.<br />

Hundirte hasta el fondo del estómago.<br />

Gritar sin piel.<br />

Rendirte, esperar.<br />

AAW


Nada es suficiente<br />

A Luz M.<br />

Siempre tuya.<br />

"Lo que pasa..."<br />

Dijo Luz cuando ya<br />

íbamos por la última ronda,<br />

"...Es que ellos no han aprendido a través del corazón".<br />

Yo había tenido una semana dura,<br />

cagué sangre un par de veces,<br />

sufría unos terribles calambres<br />

que me hicieron permanecer en cama<br />

­aunque fue más el miedo<br />

el que llegó a tumbarmepor<br />

lo que me olvidé de los plazos de entrega,<br />

y no tanto de los hombres que<br />

decidieron huir, una vez más.<br />

"Pero algún día mostraremos lo que sabemos".


Amén, le digo alzando la copa,<br />

luego voy al baño y me toco los muslos<br />

antes de subirme el pantalón,<br />

comprobando que aún puedo resultar<br />

atractiva ­al menos para mí misma­,<br />

y pienso en la cita que me espera el lunes<br />

y eso hace que estomáticamente<br />

el mundo resulte algo más agradable,<br />

incluso debajo de mi propia piel.<br />

"Porque si piensas que soy fría, sólo roza mi cara"<br />

...<br />

"Verás que soy cálida"<br />

De veras que Luz se está marcando<br />

un discurso que podría llegarle a cualquiera.<br />

Le digo que algunas cosas<br />

no dependen exclusivamente de uno mismo.<br />

Pero la cerveza está caliente<br />

en mi barriga ­y en la copaasí<br />

que, me doy por convencida.<br />

Salimos del bar para llegar a casa<br />

antes de que empiece a amanecer.<br />

"<strong>La</strong> vida siempre ha sido la misma".<br />

...


"Puede que algo cambie cuando decidas si soportarla".<br />

En ese momento un ruido tremendo<br />

nos hace girar la cabeza:<br />

Una chica y su bici están en el suelo.<br />

Corremos hasta ella, me agacho a su lado,<br />

­hay más sangre de la que pueda ver<br />

al tirar de la cadena de cualquier retretey<br />

no reacciona por mucho que la zarandee<br />

ni por muchas veces que le pregunte cuál es su nombre.<br />

Se acercan más personas y avisan a emergencias.<br />

Después de una noche en el hospital,<br />

me he despertado con una terrible resaca.<br />

Le hicieron pruebas y sólo pude quedarme<br />

hasta que terminó el horario de visitas.<br />

­Espero que todo estuviera bien­.<br />

Volví a casa y leí un mensaje donde pone que<br />

la cita del lunes ha sido cancelada y algunos editores<br />

andan detrás mío preguntándome dónde están mis relatos.<br />

De veras que quiero a Luz.<br />

Ella cree en la <strong>lucha</strong>,<br />

yo sólo en el azar que tienen estas cosas.<br />

LD


El club de la <strong>lucha</strong> emocional<br />

El club de la <strong>lucha</strong> emocional,<br />

<strong>lucha</strong><br />

emocional<br />

el club donde la locura comienza,<br />

bendita locura,<br />

compartiendo mil kilos de ternura<br />

coherencia relativa<br />

y el delirio es pura caricia<br />

de emociones fieras,<br />

caricias indómitas,<br />

susurros dominantes.<br />

Fragmentos de lluvia en el iris de los deseos,<br />

dilatación automática,<br />

deseos puros,<br />

<strong>lucha</strong>dores emergiendo de la espesura de la niebla<br />

que oculta el bosque del Perpetuo Silencio.<br />

¿Escuchas las voces del silencio?<br />

Raza poética ancestral<br />

donde el verbo extermina la tristeza<br />

como punto álgido del acto<br />

de un mundo arrasado por las llamas de la mediocridad.<br />

El club de la <strong>lucha</strong> emocional,<br />

trapecistas jugando en la cuerda floja,<br />

puñetazos violentos en el corazón


de los Tiranos del sentimiento,<br />

sombras y sepias disfrazadas con carmín<br />

que habitan en burbujas de Narcisismo<br />

más allá de la frontera de su propio Abismo.<br />

El club de la <strong>lucha</strong> emocional,<br />

<strong>lucha</strong><br />

emocional<br />

un local inundado de roja penumbra,<br />

donde el delirio es pura caricia<br />

de emociones fieras.<br />

JMV + RD


PINTURA<br />

PINTURA I<br />

Carlos Esteban Resano Vasilchik


PINTURA II


Marta Adserias


PINTURA II<br />

Marta Adserias


PINTURA III<br />

Agustín Calvo Galán


PINTURA IV<br />

Jalón de Aquiles


FOTOGRAFÍA<br />

FOTOGRAFÍA I<br />

Eli Mora


FOTOGRAFÍA II<br />

Raquel Calvo


FOTOGRAFÍA III<br />

Nadia del Pozo


FOTOGRAFÍA IV<br />

Ludovica Bastianini


ENTREVISTA<br />

Cecilia Quílez, por RDF.<br />

Hola Cecilia, un placer y un honor tenerte como entrevistada para este nuevo<br />

número de la Revista <strong>Excodra</strong>, con <strong>La</strong> <strong>lucha</strong> como tema central, que la iremos<br />

abordando desde tu literatura y desde tu vida. Creo que es un tema especial,<br />

porque todos, sea en la forma que sea, <strong>lucha</strong>mos día a día en demasiados<br />

frentes ­y a veces casi sin darnos cuenta de que estamos <strong>lucha</strong>ndo, creo que<br />

hasta el <strong>lucha</strong>r se torna rutina en según qué aspectos­.<br />

Luego cuando me fui al DRAE a ver qué me contaba sobre esto, me respondió<br />

tal que así:<br />

<strong>lucha</strong>r.<br />

(Del lat. luctāri).<br />

1. intr. Dicho de dos personas: Contender a brazo partido.<br />

2. intr. Pelear, combatir.<br />

3. intr. Disputar, bregar, abrirse paso en la vida.<br />

Me llamó la atención muchísimo en su primera acepción, creo que harto<br />

desencaminada para ser la primera al menos para lo que yo siento, pero<br />

bueno, cosas de la RAE. Me quedo con lo último: Abrirse paso en la vida. Ahí<br />

sí estamos en el <strong>lucha</strong>r que deseo comentar en este número. Luego busqué por<br />

más diccionarios y lugares, y me he encontrado con que tiene una definición<br />

muy vaga, no sé explicarlo, pero intuyo que para la mayoría de las personas, el<br />

<strong>lucha</strong>r es mucho más amplio y hondo.


Comentemos qué sea esto del <strong>lucha</strong>r.<br />

ENTREVISTA a Cecilia Quílez<br />

¿Qué es para ti la <strong>lucha</strong>?<br />

El simple hecho de sobrevivir ya es una <strong>lucha</strong>. También lo es cuando una vez<br />

perdidas algunas batallas uno lo interioriza como un acto de pacificación, que<br />

es al fin y al cabo, permanecer vivo, una manera de defender un territorio<br />

temporal que sin ser nuestro, es el que nos permite seguir respirando. Nacer es<br />

una <strong>lucha</strong>, no tanto como morir, como rendición irremediable a nuestro<br />

destino, así que peleamos consciente o inconscientemente, aunque no<br />

tengamos tiempo para detenernos a pensar en esto.<br />

Para mí es un poco una lástima que a día de hoy para mucha gente esto<br />

de la <strong>lucha</strong> se relacione con términos como el fight! que nos llega del<br />

mundo de la infancia de los videojuegos o películas como Figth Club, no<br />

sé. Es decir, <strong>lucha</strong>r puede tener que ver con puñetazos físicos, pero detrás<br />

de la acción de lanzar un puñetazo, del enfrentamiento, de pasar a la<br />

violencia física o psicológica hacia otros como ataque o defensa, está el<br />

porqué de querer tomar esa acción, y ese porqué, ese tomar la decisión<br />

hacia el enfrentamiento o hacia la huida, es la <strong>lucha</strong>, la toma de decisión<br />

de enfrentarse o no ya sin remedio a lo que nos impide vivir con<br />

tranquilidad, eso es lo que siento como la verdadera <strong>lucha</strong>, Cecilia,<br />

¿cuándo has <strong>lucha</strong>do hasta sentirte desfallecer? Extiéndete a placer ­o a<br />

dolor­ por favor.<br />

Bien, yo he tenido una infancia liberada de ese tipo de juegos. Nunca me he<br />

sentido atraída por el enfrentamiento o la necesidad de ganar nada que no me


eportara un mínimo de bienestar espiritual. No hablo de lo material ­quizás<br />

porque mi generación ha sido bienhechora de muchos caprichos que nuestros<br />

abuelos o padres no tuvieron en su momento y tenían casi por obligación<br />

moral de recompensarlo a sus herederos­. Por otra parte, en los juegos<br />

infantiles no me iba mal... sabía manejar la comba o el patinete ­debo decir<br />

que lejos de esa competitividad, me atraía el riesgo en muchos de esos juegos­.<br />

Con los años, me temo, una se vuelve más cauta y no arriesga perder los<br />

dientes poniéndose unos patines o deslizándose calle abajo sobre una tabla<br />

con cuatro ruedas. Pero volviendo a tu pregunta, creo que actualmente,<br />

educamos de manera diferente porque lo que rige sobre ese afán de edificar<br />

en la comprensión y ayudar a otros es ahora mismo y por encima de todo<br />

llegar al liderazgo, ser ya no bueno, competente, si no el mejor. Este asunto<br />

nos deshumaniza y hace que volvamos en parte a la edad de piedra (yo al<br />

menos, lo percibo como una involución). Recuerdo cuando mi hija era<br />

pequeña y solíamos ir al parque con otros niños. Los padres estábamos atentos<br />

mientras ellos jugaban con sus cubos y palas en la arena. Como es natural, a<br />

veces surgían entre ellos disputas por querer los de otros niños. Una día una<br />

madre ­quizás con una actitud demasiado protectora­ acudió al llanto del suyo<br />

porque otro le había pegado y robado uno de sus muñecos. Lejos del consuelo<br />

en un momento así, le recriminó mientras le dio un consejo al que estuve días<br />

dando vueltas: Si te pegan, pegas. Esto me hizo cuestionarme si lo<br />

verdaderamente importante para ayudar a crecer y madurar a mi hija era<br />

enseñarla a defenderse de esta manera o inculcarla otro tipo de valores que la<br />

protegieran de ese otro mundo que nadie desea.<br />

No sólo <strong>lucha</strong>mos con lo que uno tiene en frente, sino que también contra<br />

nuestras opciones de acción como decíamos antes, a veces la <strong>lucha</strong> más<br />

cruel sino la mayor es la que tenemos en nuestro interior. Cuéntanos de<br />

tus <strong>lucha</strong>s interiores, cuáles son, cómo las gestionas, cómo las llevas...


No tengo <strong>lucha</strong>s internas, tengo dudas... quizás eso es precisamente lo que me<br />

mantiene alerta. Debo andar ya en ese meridiano de la conciencia en que no<br />

es más lo que uno dice sino lo que uno calla mientras intenta hacer lo que con<br />

menos años ni siquiera te cuestionabas. Es complicado si además te empeñas<br />

en seguir escribiendo sobre esa actitud de la espera a no se sabe qué. Es una<br />

forma de no decir, aún a riesgo de decir de más, lógicamente. Pero asumo ese<br />

azar como necesidad vital de pasar por aquí.<br />

¿Has llegado a sentir aquello que comentaba Nietzsche del Fatalismo ruso<br />

­soldado que se tumbaba en la nieve esperando lo que fuera por no poder<br />

más, por no poder seguir en la <strong>lucha</strong>...­?<br />

Siempre hay momentos en que uno, sin llegar a rendirse, debe dejar las cosas<br />

como están, pero sin perder la energía en lo que básicamente nos hace actuar<br />

hacia otros horizontes más esperanzadores. Comprendo qué es agotarse, pero<br />

más tarde o más temprano surge el deshielo... hay que saber mantener la<br />

calma antes de dar algo por perdido mientras caminas. Quien no se mueve, no<br />

siente las cadenas, como dijo Rosa de Luxemburgo.<br />

Ya entrando en tu literatura pero no aún de lleno, o tal vez sí, sobre tu<br />

infancia, ¿<strong>lucha</strong> o cálido descenso hasta el ser mujer? <strong>La</strong> siento muy<br />

presente, en tu literatura, a tu infancia, es sólo una percepción, pero<br />

siento que tu literatura es una <strong>lucha</strong> por romper con la infancia, por<br />

entenderla. Para abrirte en canal... pero muéstranos cuanto desees por<br />

favor.<br />

Siempre soñé con crecer, es cierto. Supongo que algunos de los que me<br />

educaron entenderán pronto lo que quiero decir. Qué empeño tienen los<br />

adultos en saber qué queremos ser de mayores. A esa pregunta, siempre


espondía igual: “Mayor, quiero ser mayor”. Fue una infancia complicada,<br />

dolorosa si me apuras. Ahora estoy escribiendo sobre esto. Es verdad que en<br />

todos los libros hay poemas recurrentes a la memoria de los primeros años.<br />

Cada niño lleva un calidoscopio en su mirada. Hay que procurar que nadie le<br />

robe esa visión a la inocencia.<br />

Vamos entrando en tu literatura, y como siempre, empecemos por los<br />

inicios, ¿cuándo comienzas a escribir con el sentido de hacer literatura?<br />

Y, claro, la <strong>lucha</strong> por hacerse oír, por publicar... coméntanos...<br />

Comienzo a escribir porque no tenía más remedio. Soy hija de padres<br />

separados y en aquellos tiempos no había muchas opciones para<br />

comunicarnos. Mi padre ha sido maestro y vivía lejos. Ni siquiera tenía ­por<br />

voluntad propia­ un teléfono. Así que las cartas eran el único modo de estar en<br />

contacto. Llegábamos a escribirnos una o dos por semana. Él me corregía las<br />

faltas de ortografía y estilo, me aconsejaba lecturas o me mandaba sus poemas<br />

o cuentos que hacía para mí y otros niños. En ese intercambio empecé a<br />

mandarle también los míos ­algunos aún los conservo­. Con doce años mi<br />

profesora de literatura me presenta a un concurso de poesía y consigo una<br />

mención especial. Disfrutaba, sobre todo, en narrativa (fue lo primero que<br />

publiqué) pero seguía escribiendo poesía al margen de pretender publicar<br />

algún día. Había, tal vez, un respeto absoluto por los maestros, un no saberse<br />

seguro de nada al escribir lo propio. Temía enseñar aquellos poemas hasta no<br />

estar satisfecha. Había, digo, necesidad de conocerlos personalmente, asistir<br />

desde el pupilaje a sus discursos, sus lecturas. Idealizaba todo eso, pero nunca<br />

tuve prisa. <strong>La</strong> oportunidad llega muchos años después y a través de mi trabajo<br />

con otros artistas. Un día me presentan a mi primer editor y así es como acabo<br />

publicando. Lo demás ha venido dado gracias a que he seguido escribiendo y<br />

que me han permitido seguir publicando. Como puedes ver, otra vez aquí


emarco el hecho de que por mucho que queramos algo a veces ni es destino<br />

ni fatalidad ni batalla... las cosas ocurren sin que una tenga la sensación de<br />

haber tenido que dejarse la piel en ellas.<br />

Tu poesía es vitalista, existencialista, diría, creo que con ella sobre todo<br />

nos llevas a lo que supone eso de tener uno una existencia. ¿Qué buscas<br />

transmitir cuando escribes?<br />

Entenderme. Asistir en primera persona cómo voy asimilando el paso de los<br />

años, la transformación de los recursos emocionales en otros más livianos.<br />

Tengo la sensación de ir simplificando progresivamente la gravedad de lo<br />

inevitablemente mortal. Es el único destino donde nada podremos hacer.<br />

Tengo este poema tuyo clavado, aquí en el pecho, y aquí va ­ahora te<br />

pregunto­:<br />

Mi habitación da a un patio<br />

donde oigo voces<br />

desde la cama.<br />

Antes, eso era antes,<br />

buscaba tras la ventana<br />

el rastro de algún bosque<br />

y una arboleda a lo lejos<br />

hecha de memorias.<br />

Y soñaba<br />

sin cerrar los ojos<br />

y dormía soñando que vivía…


Hoy quiero que me canten<br />

las hojas de los castaños,<br />

que entren por mi balcón<br />

y hagan de mí una estela<br />

que me cubra de olvidos.<br />

Y pregunto: ¿Es el olvido una forma de <strong>lucha</strong>r?<br />

Es la <strong>lucha</strong> más ingrata, sin duda. Pero también es la que escribe la historia.<br />

Nuestro deber es hacer una disección de conciencia y separar lo personal de lo<br />

que somos como resultado de lo que nos han ido dejando nuestros<br />

antepasados en la memoria e intentar mejorar los errores que se han cometido<br />

contra la humanidad, y que por desgracia, siguen sucediéndose.<br />

Poniéndonos más ligeros ¿Qué tienes ahora entre manos, cómo sientes<br />

que será tu próximo poemario?<br />

En breve, aparecerá mi quinto libro de poesía “<strong>La</strong> hija del capitán Nemo”. Son<br />

selección de textos en prosa y en verso que he ido recopilando a lo largo de<br />

estos tres últimos años en una etapa probablemente de decepción personal<br />

pero también como ejercicio de escritura automática la mayoría de ellos.<br />

Quizás sea, junto con mi segundo libro “Un mal ácido”, una catarsis necesaria<br />

en lo emocional, una ruptura en el modo pasivo de esa a menudo sensación<br />

absurda de estar por estar con la intención de darle otra vuelta de tuerca a la<br />

realidad. Se trata de ir cerrando y abriendo capítulos vitales, como ya<br />

comentado antes. Ahora estoy escribiendo un libro que está alejado<br />

completamente de esto que comento y donde intento dar voz al recuerdo<br />

desde que tengo percepción de respuestas a través de la experiencia de lo ya<br />

vivido.


Has organizado bastantes eventos, me quedo con uno de los recientes,<br />

creo que el más reciente, el de Directores de Festivales de Poesía,<br />

corrígeme si me equivoco por favor, pero éste ¿qué tal fue? Es una<br />

iniciativa curiosa la verdad, ¿cómo surge?<br />

En el círculo de amigos poetas, siempre hemos sentido la curiosidad de cómo<br />

funcionan ciertos festivales de poesía, sobre todo en <strong>La</strong>tinoamérica, donde se<br />

llegan a convocar en grandes espacios todo tipo de público. Mi intención al<br />

organizar este ciclo es tener la opinión de la mano de sus principales<br />

directores con otros responsables de festivales españoles o europeos, debatir<br />

sobre los modelos a seguir para acercar la poesía a los lectores españoles.<br />

Algunos de esos amigos que ya han estado allí han conseguido leer ante<br />

cientos de personas, algo que lamentablemente, sucede muy raramente en<br />

España.<br />

Cecilia, para terminar, se me ocurre: ¿Por qué <strong>lucha</strong>rías por lo que aún no<br />

has <strong>lucha</strong>do?<br />

Claramente por mi hija... ni ella ni nadie debería vivir lo que está ocurriendo<br />

ahora, ya no digo aquí, si no en el mundo en general. Aunque sospecho que<br />

esta visión de lo que debería ser irreal ha hecho que muchos de nosotros<br />

empecemos a despertar de este mal sueño. En cualquier caso, la <strong>lucha</strong> no se<br />

mide en parámetros demasiado complicados, simplemente se ha de querer<br />

cambiar lo que no guste. Y hacerlo.


COLABORADORES<br />

Beti Mármol<br />

Beti Mármol es el pseudónimo tras el que se esconde una jurista vallisoletana que escribe y<br />

publica en Facebook pequeños relatos sobre cualquier cosa. En tan solo un año, ha<br />

conseguido un grupo creciente de variopintos y fieles seguidores que le animan a seguir<br />

publicando casi a diario. Si aun no le has pedido amistad para poder visitar su muro, ya<br />

estás tardando. https://www.facebook.com/beti.marmol.7


Gsús Bonilla<br />

Gsús Bonilla (Don Benito, 1971). Ha publicado los poemarios El Forro (Edición de autor,<br />

2007); Ovejas esquiladas, que temblaban de frío (Bartleby Ed. 2010); Menú del día… A día<br />

(Baile del Sol, 2011); mi Padre, el rey (Ed. <strong>La</strong> Baragaña, 2012) y aMoremachine [POEMAS<br />

CLARADEHUEVO](Ed. Escalera, 2013). Su poesía está referida en Poesía de la conciencia<br />

crítica 1987­2011 (Tierra de Nadie Ed. 2013), tesis doctoral del poeta y estudioso Alberto<br />

García­Teresa; algunos de sus textos están recogidos en la antología El tejedor en:…<br />

Madrid (L.U.P.I, 2010); y en libros colectivos, como Bukowski Club, jam session de poesía<br />

06­08 (Ed. Escalera, 2008); Heterogéneos (Ed. Escalera,2011); Puta poesía (Luces de<br />

Gálibo, 2011); Viscerales (Ed. del Viento, 2011) ó Poemash (Vinalia Trippers, 2010, 11,<br />

13); Negra Flama (C.N.T. Jaén, 2013); El Descrédito (Lupercalia, 2013); Voces del extremo<br />

[Poesía y Resistencia] (Amargord, 2013) ó Imagina cuántas palabras (Alkibla, 2013).<br />

Coordinador del libro colectivo Al otro lado del espejo [Narrando Contracorriente] V.V.A.A.<br />

(Ed. Escalera, 2011); y, junto a José Ángel Barrueco, del libro Disociados [Antilogía. (Ya lo<br />

dijo Casimiro Parker, 2013). En la actualidad coordina y dirige, en el barrio de Vallecas, el<br />

ciclo de poesía contemporánea POéTIKAS [en <strong>La</strong> esquina del zorro].


Sergio del Molino<br />

Sergio del Molino nació en Madrid en 1979, pero reside en Zaragoza. Ha sido periodista y<br />

no sabe si sigue siéndolo, aunque publica casi tanto como cuando trabajaba en la redacción<br />

de un periódico. Su último libro es <strong>La</strong> hora violeta, (Literatura Mondadori), por el que ha<br />

recibido el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2013, concedido por Radio Nacional de España,<br />

y el Premio Tigre Juan 2013 (ex aequo con Marta Sanz). Además, es autor del libro de<br />

relatos Malas influencias (Tropo Editores, 2009), del ensayo­reportaje Soldados en el jardín<br />

de la paz (Prames, 2009), de la antología de artículos y piezas breves El restaurante favorito<br />

de Nina Hagen (Anorak Ediciones, 2011) y de la novela No habrá más enemigo (Tropo<br />

Editores, 2012). Escribe una sección dominical en Heraldo de Aragón titulada <strong>La</strong> ciudad<br />

pixelada, colabora con la televisión y la radio autonómicas Aragón TV y Aragón Radio y<br />

escribe habitualmente en varios medios impresos y digitales.


Carmen de Agustín Pavón<br />

València, 1980. Estudió Biología y se doctoró en Neurociencias por la Universitat de<br />

València. Actualmente y por poco tiempo, está de paso por Barcelona, tras escala en<br />

Cambridge con breve transbordo en Roma. Rata de biblioteca, su carácter pragmático la<br />

llevó a sustituir sus poco realistas aspiraciones literarias por las científicas, quedándose a<br />

medias en ambas.<br />

Como divulgadora científica, escribe para las revistas “Mente y Cerebro”, “Historia y Vida” y<br />

la desaparecida “Redes para la ciencia”. En el blog “De ratones y hombres” intenta<br />

combinar la neurociencia con retazos de historia y literatura<br />

(http://www.investigacionyciencia.es/blogs/psicologia­y­neurociencia/30/posts), mientras<br />

que en “Carmen a la romana” narra las aventuras de una pequeña científica cabreada en el<br />

exilio (http://carmenalaromana.blogspot.com).


Cristina López Lumbreras<br />

Cristina López Lumbreras. 1987. Siempre errante. Castellana renegada. Oaxaqueña de<br />

adopción. Irrelevante. Licenciada en Filología Inglesa y Comunicación Audiovisual.<br />

“Soy yo, soy la que escribe y la inspiración. Soy tres. Soy ella y yo misma pensando en la<br />

otra que me gustaría ser, tratando de crearla frase a frase, párrafo a párrafo, punto a punto.<br />

Somos yo. Ellas son compañeras y yo portavoz, ellas alma y yo cuerpo agrietado y<br />

boikoteador, soy la representación manifiesta, la que exterioriza temores, consiente<br />

excentricidades y justifica debrayes. Soy yo, ella y aquélla, soy las otras y yo misma pero a<br />

veces no consigo distinguirlas porque sólo junto a ellas soy Cristina.”


Dante Alarido<br />

Poeta y Licenciado en Bioquímica por la UAB, máster en Biología Molecular y Biomedicina<br />

(UAB). Ha pertenecido a la compañía de teatro juvenil Paranoia Teatre. Es un asiduo<br />

participante de los Slam Poetrys, y ha sido acreedor del Campeonato de Slam Poetry<br />

España.<br />

Ha colaborado en la iniciativa Proyecto Slam de Jaén enfocado a la difusión y promoción de<br />

la literatura y oralidad entre los jóvenes. Ha colaborado en las publicaciones ALGA, Dolores<br />

chica y Culturaka. Habitual del Prostíbulo Poético y del espectáculo 6 en raya, Poesía a<br />

tiros.


Ana Pérez Cañamares<br />

Ana Pérez Cañamares (1968) nació en Santa Cruz de Tenerife y vive en Madrid. Algunos de<br />

sus cuentos han aparecido en antologías como Por favor sea breve (Editorial Páginas de<br />

Espuma,), Mujeres cuentistas (Editorial Baile del Sol), Beatitud. Visiones de la Beat<br />

Generation (Baladí) o Al otro lado del espejo. Narrando contracorriente (Escalera), entre<br />

otras. También colabora con sus poemas en las antologías Resaca/Hank Over. Un homenaje<br />

a Charles Bukowski (Random House Mondadori), 23 Pandoras. Poesía alternativa española<br />

(Editorial Baile del Sol), <strong>La</strong> manera de recogerse el pelo. Generación Bloguer (Bartleby<br />

Editores), Mujeres en su tinta. Poetas españolas del S. XXI (A Fortiori), etc., así como en<br />

distintas revistas impresas y digitales. En el año 2007 publicó su primer libro de poemas, <strong>La</strong><br />

alambrada de mi boca (Editorial Baile del Sol), cuya segunda edición apareció en el 2009.<br />

En la misma editorial se reeditó su libro de relatos En días idénticos a nubes, y publicó su<br />

segundo poemario, Alfabeto de cicatrices. En 2012 han visto la luz Entre paréntesis (Casi<br />

cien haikus), con la editorial <strong>La</strong> Baragaña y <strong>La</strong>s sumas y los restos, “V Premio de Poesía Blas<br />

de Otero­ Villa de Bilbao 2012”, publicado por la editorial Devenir.


Diana Álvarez<br />

Poeta nacida en Canarias el 13 de marzo de 1978. Lectora y escritora precoz que dejó la<br />

escritura y la retomó hace un año y medio. Ha tardado mucho en decidirse a intentar<br />

publicar siendo más por apoyo e insistencia de los lectores, aunque ya ha publicado en<br />

revistas digitales como en Tarántula, Admirabilia y en Círculo de Poesía. En la actualidad,<br />

su poemario "<strong>La</strong> disyuntiva de los amantes" se encuentra en proceso de publicación.<br />

Además gestiona la interesantísima y divertida web: www.diana­alco.com.<br />

Andrés Mauricio Cabrera<br />

Poeta.


Lucía Domínguez<br />

Lucía Domínguez: Nace en Barcelona en 1991, actualmente está trabajando en su primera<br />

novela. Sus textos han aparecido en varias revistas y lleva su blog literario:<br />

www.luciaclementine.blogspot.com


Santi Tena<br />

Santiago Tena nació el 29 de julio de 1965 en Montevideo (Uruguay). Es español y reside<br />

en Madrid.<br />

En 1994 obtuvo el IX Premio de Poesía Antonio Oliver Belmás, de Cartagena (Murcia) con<br />

su libro Última voz, que publicó en 1995 la Editora Regional de Murcia. <strong>La</strong> mansedumbre<br />

calculada fue publicada en 1998 por SIAL (Madrid). Esta misma editorial publicó en 2004<br />

Aunque Dios tenga sed. Los tres son libros de poemas. Colabora como articulista en el<br />

diario ABC de Madrid desde 1997.


Ari Ann Wire<br />

Ari Ann Wire (Ariadna Salvador, Barcelona, 1983) artista multidisciplinar. Formada en<br />

danza, teatro, canto, Bellas Artes y Gestión Cultural. Ha publicado poesía, cuentos, trabajos<br />

fotográficos, diseños gráficos y textiles. Actualmente trabaja como cantante de swing­jazzblues<br />

en diversos proyectos que suelen mezclar música, poesía, danza y teatro. Ha<br />

trabajado como traductora del francés al español para la editorial Salamandra. Imparte<br />

talleres artístico­literarios y de escritura creativa en diversos centros cívicos de Barcelona.


José Manuel Vara<br />

Nacido en 1965. LIBROS PUBLICADOS:<br />

Ego Pervertum, junto a Denisse Sánchez. Neurótika Books, 2010.<br />

Daño Selectivo. Neurótika Books, 2011, <strong>Excodra</strong> Editorial, 2013.<br />

<strong>La</strong> habitación roja. Neurótika Books, 2011.<br />

Poesía bastarda de saldo, Neurótika Books 2012.<br />

Dead Zone, poesía de Lucía de Fraga y José Manuel Vara. Neurótika Books, 2012.<br />

Pecados capitales y emociones asociadas. Neurótika Books, 2013.<br />

FANZINES, ANTOLOGÍAS, ETC.:<br />

Resaca, Hank Over, un homenaje a Charles Bukowski. Ed, Caballo de Troya. Vinalia<br />

Trippers, Plan 9 del espacio exterior. Viscerales. Ediciones del Viento. Esto no rima,<br />

antología de poesía indignada. Editorial Origami. Una navidad de muerte. Editorial<br />

Origami. Vinalia Trippers, Trippers from the Crypt. Vinalia Trippers, Spanish Quinqui.<br />

Underground Boys. Neurótika Books.<br />

Gestiona:<br />

Editorial Neurótika Books: http://issuu.com/varaneurotika<br />

Blog: http://atrocityexhibitionfanzine.blogspot.com.es/


Raquel Delgado<br />

Raquel Delgado, charnega, nació en Barcelona en 1979. Es licenciada en Filología<br />

Hispánica. En 2001 inició un estudio lingüístico sobre Spanglish que le llevó a centrar su<br />

investigación sobre el pueblo chicano. En 2006 colaboró en la organización de las primeras<br />

Jornadas Chicanas en Casa Amèrica de Catalunya en las que presentó su lectura En Busca<br />

de un Aztlán, donde realiza un análisis tanto lingüístico como cultural del pueblo chicano<br />

comparándolo con los catalanes de primera generación. Dos años después se celebraron las<br />

segundas Jornadas Chicanas donde presentó la lectura <strong>La</strong> conciencia fronteriza en el nuevo<br />

arte chicano. Allí conoció a los artistas Guillermo Gómez­Peña y Roberto Sifuentes,<br />

miembros fundadores del colectivo <strong>La</strong> Pocha Nostra. El mismo año realizó un taller de<br />

performance con ellos en Evora, Portugal.<br />

En 2009 presentó su performance Post­Colonial Malinches: Tongues of Fire en El Mundo


Zurdo: The First International Conference on Gloria Anzaldúa en la University of Texas at<br />

San Antonio, y en <strong>La</strong> Milwaukee Avenue Arts Festival en Chicago.<br />

En 2010 presentó su trabajo Entrails' Wail en <strong>La</strong> Cova de les Cultures, en Barcelona y en el<br />

Milwaukee Avenue Arts Festival en Chicago. También ha participado como poeta en el<br />

Festival de Flor y Canto en San Francisco, en el Festival de Flor y Canto. Yesterday • Today<br />

• Tomorrow en Los Angeles, siendo la primera española que participa en este festival<br />

chicano desde que se inició en 1973. También participó en Mujerismo en la Avenue 50th<br />

Studio.<br />

Es conocida como <strong>La</strong> Pocha Catalana, que es una reinvención del término charnega, y que<br />

expresa el gran paralelismo que existe entre charnegos y chicanos.<br />

Su primer poemario publicado ha sido El centro de la llama, <strong>Excodra</strong> Editorial, 2013.


Carlos Esteban Resano Vasilchik<br />

Carlos­Esteban Resano Vasilchik. Buenos Aires 22 de octubre de 1956. Vive en Buenos Aires<br />

hasta 1976. Se traslada a Mar del Plata, provincia de Buenos Aires donde estudia<br />

arquitectura. Obtiene el título de arquitecto en 1982 y comienza la tarea profesional. Dicta<br />

cursos de dibujo arquitectónico para la ASOCIACIÓN DE ARQUITECTOS DE MAR DEL<br />

PLATA. Exposiciones colectivas de arquitectura y dibujo artístico. Colaboración con revista<br />

de arte i cultura (INTEGRARTE). Se traslada a Barcelona en 1988. Fija su domicilio en El<br />

MASNOU, província de Barcelona.Desarrollat la tarea profesional juntamente acon la<br />

plástica.Colaboración con publicaciones del àmbito local (Castelldefels) y de Argentina<br />

(INTEGRARTE). Exposición Colectiva EL ARTE EN EL CÓMIC\" en Sant Pol de Mar, Galeria<br />

Sant Pol Art (2003)Exposición Individual restaurant EL BLAU, El Masnou (2004)Exposició<br />

Individual restaurant EL BLAU, El Masnou (2009)Exposició Colectiva \" RECORDANDO A<br />

GENIA\", en Sant Pol de Mar, Galeria Sant Pol Art (2010). Exposición permanente en<br />

Espacio de arte de ARQNOU scp. Exposición Indiv¡dual Sala Leix del Raval, Febrer/2011.


Jalón de Aquiles<br />

Nacido en Barcelona... un 31 de julio de 1982. Prematuramente destaco su interés por el<br />

Color. Tras finalizar sus estudios básicos, sabia bien cual era el camino a seguir, así tuvo<br />

lugar su entrada en una escuela de arte, allí transcurrieron cinco años de su vida, durante<br />

los cuales sus creaciones adquirieron personalidad propia.<br />

Con un estilo pictórico influenciado mayormente por el surrealismo el modernismo y el<br />

impresionismo, sus obras muestran mundos fantásticos y situaciones cotidianas. El color es<br />

el protagonista en sus obras, lo cual hace que haya gran variedad de temas. <strong>La</strong> música es<br />

uno de los principales factores de inspiración en su obra.<br />

Hoy en día con exposiciones varias, profesor de pintura, diseñador, ilustrador y muralista<br />

urbano persiste su pasión por la pintura...


Marta Adserias<br />

Marta Adserias nació en Barcelona el 3 de marzo de 1992.<br />

Ha ido exponiendo en algunos bares de Barcelona, basa sus trabajos principalmente en la<br />

feminidad, con ellos quiere hablar sobre las limitaciones de una mujer, paralizadas y<br />

inexpresivas tan sólo comunicándose con miradas. realiza la mayoría de sus obras con<br />

lápiz y bolígrafo, aunque sus próximostrabajos son a acuarela. También es aficionada a las<br />

fotografías, siempre siguiendo un mismo dogma sobre la feminidad y sus controversias.<br />

<strong>La</strong> podéis encontrar en su blog: http://cargocollective.com/madserias/admin


Agustín Calvo Galán<br />

Barcelona, 1968. Ha publicado los libros de poemas: Letras transformistas, una selección de<br />

sus poemas conceptuales y visuales (2005), Otra ciudad (libro objeto, 2006) Poemas para el<br />

entreacto (2007) y A la vendimia en Portugal, (2009). Y, desde el colectivo <strong>La</strong>bcrom di Sol,<br />

ha promovido la publicación de homenajes a poetas experimentales contemporáneos. Su<br />

obra como poeta visual ha sido recogida en diferentes antologías especializadas como<br />

Poesía experimental española, Ed. Marenostrum (2004), Breviario de poesía experimental y<br />

mailart. Ed. Corona del Sur (2006). Poesía visual española (antología incompleta) Ed.<br />

Calambur (2007), Fragmentos de entusiasmo, poesía visual española. Ayuntamiento de<br />

Guadalajara (2007). Esencial visual Instituto Cervantes de Fez (Marruecos, 2008). Ojos que<br />

sí ven, antología de poetas experimentales de México y España Ed. Corona del Sur (2010),<br />

etc. En marzo de 2008 participó como ponente en el I encuentro con la poesía española<br />

contemporánea en la Universidad de Bari (Italia). Colabora habitualmente en revista y<br />

publicaciones de poesía. Desde noviembre de 2006 hace crecer un blog de interconexión<br />

entre poetas españoles llamado [las afinidades electivas]. Exposiciones: Por otro lado, ha<br />

participado en numerosas exposiciones colectivas con sus poemas visuales, además, ha<br />

realizado exposiciones en solitario: “Letras transformistas”, poemas visuales y collages,<br />

junio de 2003, Centre Cívic Drassanes (Barcelona), “Fotopoemas”, diciembre de 2006, <strong>La</strong><br />

Vaquería (Tarragona), “Proyecto Desvelos”, abril de 2008, Sala Valentina (Barcelona),<br />

"Poemas y objetos" octubre de 2008, Ateneu Igualadí (Igualada, Barcelona), "Fotopoemas"<br />

julio de 2010, Centre Cívic Ca l'Herrero, Portbou (Girona) y "Paisatges i poemes visual" abril<br />

de 2011, Biblioteca de Ripollet.


Eli Mora<br />

Eli Mora. Nacida en Barcelona en 1984, licenciada en Biología. En la actualidad se está<br />

perparando para doctorase en biología evolutiva. Fotográfa Amateur des de 2008, ha<br />

colaborado con diferentes revistas y medios de comunicación. Puedes ver su trabajo aquí<br />

www.elimoraphotography.com


Raquel Calvo<br />

Fotógrafa. Ha publicado Live is life. Esta revista la conoció a través de este trabajo, la vio de<br />

refilón y en persona en un show Loopoético de Jordi Corominas i Julián para después ver<br />

las fotografías del evento y quedar más prendado. Por estas casualidades de la vida el editor<br />

se topó con ella por la calle mientras iba con su hija, y la chiquitina que no quiso decirle el<br />

nombre pues iba enfadada, así que aprovechamos la ocasión: Su nombre es Blanca ­seguro<br />

te lo dice en persona...­. Y extraemos estas palabras de la bio de su libro ­todo lo demás, es<br />

misterio­: “<strong>La</strong> exposición “Live is Life” es, por una parte, el testimonio de la fotógrafa<br />

Raquel Calvo de la escena musical en la ciudad de Barcelona, que tuvo lugar entre los años<br />

2008 y 2012. Escena que continua evolucionando, y que ha sido ­y continúa siendo­ caldo<br />

de cultivo en el que se encuentran muchas de las inquietudes que inspiran el universo de la<br />

mirada de Raquel. <strong>La</strong> experiencia de la exposición “Live is Life” se completa con una serie<br />

de textos, gracias a la colaboración de grandes personalidades en el mundo del periodismo<br />

y la literatura, textos que son indisociables a las imágenes de Raquel, y que en ocasiones se<br />

nos antojan como las piezas de un misterio que el espectador deberá descubrir por sí<br />

mismo.”


Nadia del Pozo<br />

Nadia del Pozo (Palma de Mallorca, 1982). Licenciada en Periodismo y Humanidades, y<br />

Máster en Guión de cine, ha trabajado en productoras y televisión. Ha colaborado en<br />

publicaciones sobre arte, en el ABC, en la revista <strong>La</strong> Bolsa de Pipas y eventualmente escribe<br />

para la revista mexicana Telecápita. Ha publicado relatos de viajes en diversas antologías.<br />

Ha vivido en Francia y Alemania, entre otros países, y actualmente reside en Oaxaca.


Ludovica Bastianini<br />

Ludovica Bastianini es Licenciada en la Facultad de Conservación del Patrimonio Artístico,<br />

realizó los Cursos de Dibujo y de Ilustración en la Escuela Comix de Nápoles y<br />

publicó con las Editoriales "L'isola dei ragazzi" y "<strong>La</strong>rcher editore", además fue premiada en<br />

el Concurso Fotográfico "Cucu tete", sobre la relación entre la ciudad y los niños. Ahora<br />

estudia la especialización universitaria de Historia del Arte Contemporáneo en la<br />

Universidad Suor Orsola Benincasa de Nápoles, participando también en el Curso<br />

Profesional de Fotografía de Autor en el Instituto Idep de Barcelona. Parte de sus obras<br />

pueden ser vistas aquí: http://www.ludovicabastianini.com/Home.html


Cecilia Quílez<br />

Cecilia Quílez Lucas, Algeciras (Cádiz). Tiene publicados cuatro libros de poemas: <strong>La</strong><br />

posada del dragón (Ed. Huerga & Fierro) Un mal ácido (Ed. Torremozas), El cuarto día (Ed.<br />

Calambur) y Vísteme de largo (Ed. Calambur). Ha colaborado en programas de radio y<br />

coordinado y dirigido exposiciones de pintura y escultura los catálogos de éstas. Tiene<br />

relatos y artículos publicados en diversas revistas y publicaciones. También ha participado<br />

como ponente en diferentes jornadas sobre literatura y realizado recitales y conferencias<br />

nacionales e internacionales, programas de televisión y radio. Ha sido incluida en<br />

recopilaciones junto a otros poetas: “Entre el clavel y la rosa” (Ed. Espasa Calpe), “Madrid<br />

Capital” (Ed. Sial), “Madrid: una ciudad muchas voces“ (Ed.Arteidea),“Fuga de la Nada“<br />

(Bohodón Ediciones), “El río de los amigos” (Ed. Calambur), “Poetas a orillas de Machado“<br />

(Abada Editores, 2.010), “Mujeres en su tinta“ (Ed. Atemporia & UNAM) y “Por donde pasa


la poesía” (Ed. Baile del Sol). Coordina y dirige varios recitales de poesía (“A­Puesta en<br />

Blanco”, “Cruce de caminos”, etc.). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés,<br />

italiano, portugués, árabe y holandés. Actualmente colabora con algunos proyectos sobre<br />

redes y con la Asociación Poética Caudal. Su blog personal es<br />

http://ceciquilez.blogspot.com/<br />

Imagen de portada: Jalón de Aquiles


LA LUCHA<br />

NÚMERO <strong>XVI</strong>V<br />

ENERO 2014<br />

REVISTA EXCODRA<br />

http://www.excodra.com

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