Excodra XXVIII: La amistad

sentir del conocimiento de la belleza en su estado más puro, más ancestral:
Sentir amistad es conocer la belleza y la fortaleza de la vida en compañía, es
sentir la armonía de todo lo separado que se junta, es sentir el orden del caos
que nos rodea y agrupamos en un tú y yo que nos hace uno siendo múltiples.
Y no hay mucho más que contar por este lado, más que pensar en términos
como amistad, belleza, amor, supervivencia, continuidad como seres, es decir,
sientan lo que sientan sobre qué es la amistad, y déjense atrapar por este
número porque aunque no lo quieran les atrapará desde las citas de apertura,
os dejo desde ya con Antonio Tello y Miguel Hernández y después con todo lo
demás, que es hermoso. Disfruten.
AMIGO
Ya en el propio sonido de la voz amigo hay algo afectuoso y nutricio,
semejante a la miga del pan. Su origen castellano está en el sustantivo latino
amicus, cuyas acepciones son, aparte de amigo, las de «benévolo»,
«placentero», «favorable», «propicio», etc., que proyectan su significación
afectiva en la frase latina amicus dignitatis meœ, es decir, «celoso de
mi dignidad». Casi podría afirmarse que en el corazón de esta palabra anida el
verbo amo, «amar». Incluso algunos sabios conjeturan que es fruto de la
íntima comunión entre animus, «alma», «espíritu», y custōs, «custodio»,
«guardián», «protector», lo que equivaldría a «custodio, guardián o protector
del alma».
No sería extraño que la idea que acabó definiendo en latín la palabra que en
su forma castellana es amigo tuviera un origen griego, idioma donde expresa
la generosidad, el desprendimiento del yo individual ante otro como resultado