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principal motor?<br />
Todo movimiento que haya implicado una mejora de las condiciones de cada<br />
uno de los hombres en el intento de dar cobijo a la inclusión de la alteridad, al<br />
compromiso y a un intento de construcción de una comunidad implicaría, no<br />
<strong>amistad</strong> en el sentido del que venimos hablando, pero sí una relación con<br />
sentimientos procedentes de la misma familia. Uno de los grandes momentos<br />
de la Historia de la Filosofía que coincide por lo demás con un acontecimiento<br />
histórico sería la que tuvo lugar a finales del XVIII y principios del XIX cuando<br />
en pleno Romanticismo y en torno al Athenäum de los hermanos Schlegel, se<br />
generó una comunidad de pensamiento en la que se trataba de pensar “con los<br />
otros” y “para los otros” y en la que, eliminando cualquier atisbo de<br />
individualismo, incluso se publicaba de forma anónima. Desde luego este<br />
círculo se nutre de un momento histórico en el que tiene lugar la Revolución<br />
Francesa, la Revolución de la Libertad (1789), que dará pasó a la Revolución<br />
de la Igualdad (1830) y a la Revolución de la Fraternidad (1848).<br />
Relacionando todo lo anterior: ¿<strong>La</strong> <strong>amistad</strong> sería un valor cultural o<br />
natural?<br />
Somos seres sociales situados en un “entre” en el que quedan enlazados<br />
Naturaleza (ámbito de la naturaleza) e Historia (que ampara lo social y lo<br />
cultural, entendido como productos del ser humano), lo que implica que la<br />
<strong>amistad</strong> es, por un lado natural (sentimos inclinación, por ejemplo, o simpatía<br />
de forma natural por algunas personas y no otras), pero asentado en los<br />
valores culturales que se tejen a través de mediaciones y mecanismos de<br />
reconocimiento. Toda <strong>amistad</strong> para consagrarse necesita también de ciertos<br />
ritos que cristalizan y fijan los afectos y los hacen simbólicamente<br />
reconocibles, pero también que los integran en la memoria. Por ello los ritos