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ESTUDIOS<br />
La noticia de este suceso fue acogida con grandes muestras de contento en la capital<br />
de la República; y así el Gobierno como los hombres de la política oficial aprovecharon<br />
la oportunidad para encomiar la conducta del General Montilla 90 . Tanto<br />
el Consejo de Gobierno como el Ejecutivo aprobaron el decreto expedido por dicho<br />
General, porque había obrado, dijeron, con arreglo a la autorización que se le había<br />
dado para garantizar la vida de sus comprendidos en los sucesos revolucionarios de<br />
Maracaibo, además no se había extendido a la concesión de los grados militares, ni a<br />
otra alguna, fuera de las vidas y propiedades de los reformistas, pero si incluía separar<br />
temporalmente, dentro o fuera del país a los indultados cuya presencia pudiese amenazar<br />
la tranquilidad pública.<br />
El General Montilla había girado en la limitada órbita de sus atribuciones, dando<br />
en su decreto lo que legalmente pudo dar; pero su proclama que daba culminación a<br />
este conflicto fue claro y preciso en ir más allá, al llamar a la unión de los venezolanos,<br />
a someterse a las leyes y a estar en concordancia con el espíritu conciliador del gobierno,<br />
a desechar las confrontaciones entre los divididos y, por eso la honrosa necesidad<br />
de someterlos a la amnistía acordada con el gobierno, por ello afirmaba el general<br />
Montilla, a los habitantes de Maracaibo:<br />
“Que no se recuerden entre vosotros los hombres odiosos de los partidos que produjeron<br />
la fatal división: que se olvide para siempre la conducta y hasta las opiniones<br />
de los que obraron en las pasadas disensiones: todos sois venezolanos, todos sois<br />
hermanos y todos debéis ser amigos. ¿Preferiríais el triste placer de un momento de<br />
increpar a los que extraviados por desgracia, han entrado en la senda de su deber,<br />
a la dulce complacencia de confundir vuestras quejas con las inspiraciones de la<br />
generosidad y del patriotismo? Negaréis vuestro respecto a la amnistía acordada<br />
a nombre del Gobierno y sin la cual no podéis ser dichosos. No debo temerlo, porque<br />
media vuestro propio interés y porque no es creíble que haya entre vosotros<br />
quien desconozca los sentimientos generosos del patriotismo, quien se aparte de la<br />
marcha que ha seguido el Gobierno, quien se desobedezca las leyes que acaban de<br />
restablecerse” 91 .<br />
y por consecuencia se nombró como Comandante de Armas de la Provincia de Maracaibo al Coronel José Félix<br />
Blanco y para desempeñar la Gobernación de dicha provincia al Comandante Diego Jugo quien se desempeñaba<br />
como Comandante de Armas y finalmente en su cargo era designado el Comandante Antonio Pulgar.<br />
90<br />
Esto se confirmó con la aprobación del indulto a los “Sometidos en la Plaza de Maracaibo en la Sesión 696 del<br />
Consejo de Gobierno Constitucional.” Documentos para los Anales de Venezuela (Segundo Periodo), Tomo Segundo.<br />
Pp. 85-87.<br />
91<br />
“Alocución del segundo Jefe del Ejército Constitucional Mariano Montilla, General de División, Segundo Jefe<br />
del Ejército Constitucional y Comandante de Operaciones sobre Coro y Maracaibo”, Maracaibo 7 de Enero de<br />
1836Documentos para los Anales de Venezuela (Segundo Periodo), Tomo Noveno, pp.89-90.<br />
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