BOLETÍN

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA
sexos, que ya desde la víspera se mantiene y aún después ocupando lo mas del tiempo,
así de día como de noche en bailar, jugar gallos, naipes y dados de manera que
se toma el culto y obsequio del glorioso santo para motivo de obscenidades y otros
desordenes en un irreligioso desprecio de los santos y sus festividades que la iglesia
ha establecido para que los fieles se ocupen en acciones piadosas con que poniendo
por intercesores a los santos alcancen de Dios Nuestro Señor su gracia” 71 .
Pero el obispo en sus providencias mundanas también solicita escuelas, pide que se
estudie gramática, y los grandes textos de la antigüedad clásica 72 , solicita censura para
las obras de teatro, pero igualmente exige piedad y buen trato para los esclavos. A sus
amos ordena cuidarlos en su vejez o cuando enfermen, así como prohíbe el maltrato
físico y la libertad de que deben disponer para contraer nupcias 73 .
Conclusiones
Tenemos una aproximación al mundo del pecado en la Diócesis de Caracas a través
de la prolija obra del obispo Mariano Martí. Don Mariano es un continuador de la
obra de su predecesor, el obispo Antonio Diez Madroñero, en relación a la vigilancia,
condena y castigo del pecado, en términos de una total identidad. Lo resaltante de la
obra pastoral de Martí, a diferencia de Madroñero es su extensión y alcance por toda la
Diócesis. La aproximación al pecado resulta, como hemos señalado, de la delación favorecida
e inducida por el propio Obispo. Mariano Martí le ha pedido a la población
que actúe como delatora. En consecuencia, más que reivindicar el estado general del
pecado, conviene tomar en cuenta para la época el número de delatores, que no están
reflejados como procede en los libros del Obispo, y también el aspecto cuantitativo de
71
Ibídem, p. 287.
72
Especialmente la de Antonio de Nebrija, las obras de Homero, Ovidio y Virgilio: “Que el maestro enseñe y explique
la Gramática por el arte de Antonio de Nebrija, cuidando que sus discípulos aprendan de memoria sus reglas y que
hagan frecuente ejercicio de ellas y de sus cinco libros. Como de que no se pases de uno a otro libro sin estar plenamente
instruidos en el antecedente, y que impuestos ya en el cuarto, no se hable sino en Latín dentro de la Aula, siempre que se
preguntares y respondieren, y mediante a que sin duda son siempre más útiles las mismas reglas que según el texto latino
en los géneros pretéritos y libro cuarto da a su continuación o cita por números en sus propios lugares el mismo Nebrija en
su arte. Se ordena al maestro cuide que sus discípulos se arreglen a ellas haciéndoles estudiarlas y aprovechar en ello todo
aquel tiempo que gastarían en dedicarse a decorar ciertos cuadernitos o libretes que se titulan Explicación de Géneros y
Pretérito del Libro cuarto. Ordenase también al maestro que sus discípulos construyan o traduzcan del latín al castellano
el Breviario Romano, el Santo Concilio de Trento, las Epístolas de San Gerónimo u otro libro de algún autor devoto.
Por lo que toca a Bezia, a Ovidio, Virgilio, Marcial y Homero y otros curo estudio instruya en el aire, y elegancia del
idioma, y que no sean peligrosos por sus asuntos a la juventud, y por lo respectivo al estudio de retorica que deberá enseñarles
perfeccionados bien en la Gramática, se dirigirá por Soario, y Pomey y para la construcción les dará las Epístolas
y oraciones selectas de Cicerón. Todos los cuales libros repartirá para dicho fin a sus discípulos según la proporción de su
estudio”. Ibídem, p. 120.
73
Ibídem, pp. 90, 141, 132.
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