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DOCUMENTOS<br />
Nuestro Ministro en los Estados-Unidos contesta no puede hacer nada por nosotros,<br />
por carecer de fondos por cuenta del gobierno, y que habiendo apelado<br />
á varios particulares estos no habían querido hacer la menor anticipación por<br />
la falta de pago en la Habana estado del Reino de Nueva España y crisis en que<br />
se halla la Península. Lo mismo sucede en Saint Tomás y Jamaica y en cuanto a<br />
Curazao existiendo la misma mala disposición se agrega su escasez e imposibilidad<br />
aunque les asistiese mejor buena voluntad 4 .<br />
El comisionado por el ejército en busca de auxilios que iba a solicitarlos al Reino<br />
de Nueva España se halla actualmente en la Habana, pues solo pudo llegar<br />
hasta unas 20 leguas de México desde donde no pudo pasar a la capital 5 .<br />
Desde La Habana dicen a nuestro General que nada se le puede enviar y lo mismo<br />
le participan de Puerto Rico. Tal es Señor Excelentísimo nuestra situación 6 .<br />
He meditado bien sobre nuestra posición: podré equivocarme; pero creo que la<br />
experiencia demostrará que no y así digo resumiéndome en pocas palabras que<br />
para sostener esto por parte de la Marina se necesita dinero, buques en buen<br />
estado de vida y marineros, oficiales de mar que carezco así como de algunos<br />
oficiales formados del cuerpo de la Armada. Lo que son víveres municiones y<br />
efectos navales todo sobra aquí; teniendo dinero tan barato como en Europa y<br />
es un gasto increíble el que nos ocasiona los transportes empeñándonos en traer<br />
estos socorros en especies desde la Península 7 .<br />
El Ejército está en el mismo caso: algunos soldados y mucho dinero es lo que<br />
necesita, con dinero se tendrán aquí cuántos soldados se quieran y sin él no hay<br />
nada 8 .<br />
4<br />
¡Qué miseria tan espantosa! De ninguna parte le quieren enviar auxilios. Los particulares no aventuran sus caudales<br />
sin probabilidad de indemnización y como están palpando lo que sucede y proveen el chasco que pueden llevar, no<br />
es extraño que cierren sus oídos a los clamores de la majestad y pobreza.<br />
5<br />
¿Cómo no ha de estar desesperado el Señor Laborde al ver que los raudales de oro que fluían de México a la<br />
Península ya se han obstruido por los independientes, en cuyo servicio y felicidad solo se invertirán de aquí en<br />
adelante? No es a la verdad una chanza ligera quedar repentinamente privados de tanta onza y peso fuerte como<br />
salía de las provincias de México.<br />
6<br />
Señor Laborde no se canse que de la Habana nada le enviará el zapatra español que allí mande porque teme le suceda<br />
lo mismo que á Emparan en Caracas y aunque no quiera saberlo, sepa Usted que en la Habana hay muchos patriotas<br />
y serán independientes. Esto es tan evidente que no puede dudarlo nadie que tenga un adarme de juicio por que La<br />
Habana Señor Laborde debe seguir la suerte de México y esto por razones… si Usted no las sabe estúdielas.<br />
7<br />
Por sesenta razones no se hizo la salva: la primera porque no había pólvora… La segunda…No es nada lo que necesita<br />
el Señor Laborde: dinero…Lo peor es que no tiene donde conseguirlo. En España no lo hay: en América ya<br />
está toda emancipada. Señor Laborde haga pues un viaje a las Filipinas a ver si le franquean los auxilios que pide,<br />
pero ahora que me acuerdo en dichas islas le puede ir mal porque nos parece que allí también hay malandrines que<br />
persiguen á los caballeros andantes.<br />
8<br />
Esta noticia muy vieja y quién sabe si en España se la creerán por allá tienen tan erradas ideas de las cosas de América,<br />
que los molinos de viento se les antojan gigantes, etc. Etc.<br />
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