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BANH_390
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DOCUMENTOS<br />
adquirir víveres y suministros y mal podría esperar ser bien recibido y atendido<br />
por éste si impide que sus barcos accedan a La Guaira.<br />
Informa que hizo al Jefe del Ejército de tierra, Francisco Tomás Morales, esas<br />
mismas consideraciones, y que, en vista de que a los efectivos de ambos se les<br />
ha dejado abandonados a su suerte, que no puede ser ¨más miserable y desgraciada,<br />
es necesario contemporizar¨. En consecuencia, se ha visto obligado a<br />
acordar con Morales no contrariar el comercio holandés con los insurrectos de<br />
Tierra Firme.<br />
Al año siguiente, en 1823, Ángel Laborde salió precipitadamente de Puerto Cabello<br />
con destino a La Habana para evitar ser capturado por las fuerzas patriotas,<br />
una vez que la situación del apostadero llegó a ser del todo insostenible e imposible<br />
su defensa. En 1824 continúa en Cuba entonces nombrado Comandante<br />
del Apostadero de La Habana, desde mucho tiempo atrás la más importante<br />
de las bases navales españolas en América, lo cual significaba un ascenso en<br />
su carrera militar, sin duda plenamente merecido por un hombre que había<br />
demostrado en las costas venezolanas, ante la adversidad y la derrota, su gran<br />
capacidad militar.<br />
En el conjunto de la documentación del Archivo Laborde, como se aprecia en<br />
estos dos documentos aquí reseñados, hay un contraste revelador que llama<br />
poderosamente la atención entre su contenido, que nos transmite una situación<br />
desesperada, insostenible y dramática, y el estilo, elegante, analítico y respetuoso,<br />
en que aquellas circunstancias se expresan, entre el fondo, entretejido de<br />
dilemas y paradojas, y la forma, ponderada, reflexiva y adecuada a la condición<br />
de un capitán marinero responsable del destino asignado y obediente a las órdenes<br />
de sus superiores aun en las más precarias condiciones del ejercicio de<br />
su comando.<br />
Eulides Ortega<br />
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