BOLETÍN

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA
Antes había hecho presente a su superior que sus antecesores en el cargo estuvieron
mucho más cómodos: ¨Su permanencia era casi continua en tierra y la
mía no lo es ni puede serlo¨. Añade que, además, han estado sitiados hasta fecha
muy reciente. Porque, en efecto, el primer sitio que José Antonio Páez dirigió
sobre las fortalezas de Puerto Cabello se había prolongado desde el 1 de marzo
hasta el 19 de septiembre de ese año.
En definitiva, solicita, en forma urgente y dramática, que se le releve de ¨la ostentosa
e insignificante presidencia del tribunal de presas (…) para librarme de
una penosa tarea¨ que, por lo demás, no le es posible atender.
Luego, como bajando el tono apremiante, expresa al gobierno su ¨opinión sobre
el particular¨: que las medidas de bloqueo deben ¨ceñirse a reglas generales
bien meditadas por el gobierno¨ y no dejarse al vaivén del momento o a la
discrecionalidad de una u otra autoridad; es decir, en palabras que Laborde no
emplea pero sugiere, en forma anárquica.
Añade más adelante que la paradójica situación causada por el bloqueo ha tenido
además la consecuencia de que hayan aparecido en la escena muchos interesados
en que se amplifiquen sus declaraciones y extensiones y que es probable
que éstos consideraran cualquier restricción del bloqueo como un ataque directo
a sus intereses y propiedades. Asimismo cree¨que tal vez la opinión de estos
ha podido tener influencia en las determinaciones tomadas¨. En consecuencia
opina que no se debe hacer ninguna restricción y que él no está dispuesto a
recomendarla pues correría el riesgo de ser acusado por los que se aprovechan
de la situación de ser partidario de los insurgentes. Concluye afirmando que sus
gestiones al respecto ¨además de ser infructuosas, serían de perniciosas consecuencias¨.
Sin embargo, resulta evidente que Laborde se encuentra atrapado en un dilema
insoluble debido a la penuria de todo tipo que padece el apostadero y la certeza
de que no se recibirán auxilios de la península. Poco antes de las anteriores declaraciones
afirmaba que no tenía más alternativa que ¨contemporizar¨ respecto
a la severidad del bloqueo, al menos con los holandeses.
Efectivamente, antes informaba que saldría en campaña para situarse frente a
La Guaira, donde permanecerá a lo sumo durante diez días porque debe volver
para atender el avituallamiento del apostadero, que no tiene provisiones para
más tiempo. Pero declara que ese puerto, pese al declarado bloqueo, es frecuentado
por barcos de muchas banderas, particularmente holandeses, que vienen
a comerciar acompañados de navíos de guerra y a los cuales no puede hacer
frente porque en cosa de días deberá dirigirse al gobernador de Curazao para
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