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ESTUDIOS<br />

1. Los señalantes: los individuos y grupos sociales señalan las amenazas históricas a<br />

través de una interpretación subjetiva. Se sienten víctimas de algo que puede dañar o<br />

desbalancear su existencia en el mundo. En tanto más se acerque el objeto temido, el<br />

señalamiento se ejerce con energía. En este punto, lo que interesa es que el señalante<br />

calcula la distancia, los contornos y los argumentos de quien lo amenaza. La señalización<br />

de lo temido es un acto reflejo, una respuesta situacional no solo ante el “enemigo”,<br />

sino ante su propia muerte. El señalamiento lleva implícito el imaginario de quien<br />

use el dedo índice: si es militar, si es presbítero, si es líder sindical, si es político, si es<br />

un empresario, si es trabajador, si es un ciudadano común.<br />

2. Los generadores: los individuos y grupos sociales se nuclean y construyen sus<br />

propios mecanismos de ejercer el miedo para obtener a cambio el dominio sobre la<br />

otredad. Quien genere el miedo tiene una voluntad de poder. Es decir, está dispuesto<br />

doblegar y proyectarse sobre los demás: es movimiento que re-acciona, que pone en<br />

marcha una acción ofensiva. El miedo cuando se infunde forma parte de una acción<br />

voluntaria, casi animal, por proteger la integridad fisiológica, psicológica e identitaria<br />

del generador, además de sus privilegios terrenales, económicos, culturales. Se usa el<br />

discurso, el rumor, la imagen, el arma, el cuerpo para conseguir la dominación de<br />

la conducta no sólo del individuo, sino de los grupos y colectivos en una coyuntura<br />

específica.<br />

Manifestaciones y creencias<br />

Peter Burke problematiza la perspectiva del miedo colectivo como estudio del pasado.<br />

Se refiere a él como un enfoque “esquivo” 26 . Creemos que tiene mucha razón; sin<br />

embargo, todo está por decirse al respecto dentro de estos nuevos enfoques que tienen<br />

la historia cultural como principio solar.<br />

Queremos ensayar, por ahora, sobre este problema que enfrenta el historiador en el<br />

micro nivel que hemos planteado arriba: saber si los grupos y comunidades que estudie<br />

actúen como señalantes o generadores. Debe quedar claro también que no le debe<br />

importar comprobar si las amenazas que enfrentaron aquellos eran reales o ficticias; al<br />

contrario, se debe dilucidar el por qué estas fueron tomadas por ciertas y legítimas en<br />

26<br />

Peter Burke escribe: “Resulta estimulante observar un interés progresivo en este terreno. Un puñado de recientes monografías<br />

se centra en la historia de la ambición, la cólera, la angustia, el miedo, la culpa, la hipocresía, el amor, el orgullo,<br />

la seguridad y otras emociones. A pesar de todo, están lejos de haber sido resueltos los problemas metodológicos que supone<br />

perseguir objetos tan esquivos como éstos”. Obertura: la nueva historia, su pasado y su futuro. En: Peter Burke. “Obertura:<br />

la nueva historia, su pasado y su futuro”. En: Formas de hacer historia. Madrid, Alianza Editorial, 2009, p. 33.<br />

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