ODC0100322016_reporte_drogas_colombia_2016

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28.02.2017 Views

Microtráfico Organizaciones criminales (proveedores). Bodegueros (encargados de cuidar el sitio de acopio). Caleteros (encargados de la construcción de los mecanismos de ocultamiento del producto). Transportadores. Actores que proveen seguridad para la organización criminal. Agentes estatales corruptos. Comercialización Manufacturadores y empacadores (transformación del producto base en producto final y empaque en dosis). Abastecedor (encargado de transportar paquetes de dosis -“bombas”- a los expendedores). Jefes de línea (encargados de la distribución de uno o varios productos a una red de expendedores). Aprovisionador (encargado de la reposición de dosis para los expendedores). Expendedores (encargados de la venta directa al consumidor - narcomenudeo). Recaudadores (responsables de la recolección del dinero producto de la venta de SPA en calle). Actores que proveen seguridad. Seguridad privada para el crimen. Campaneros. Redes de protección de expendedores. Agentes estatales corruptos. Fuente: Microtráfico y comercialización de sustancias psicoactivas en pequeñas cantidades en contextos urbanos, Cartilla de Guía Metodológica, Ministerio de Justicia y del Derecho - Fundación Ideas para la Paz. Bogotá, 2016. Al usar el concepto de «división del trabajo criminal» se facilita el uso del concepto de organización criminal porque se requiere una cierta dirección de estas actividades para alcanzar los fines de crecimiento, supervivencia y producción de utilidades. 3.1.2 Problemática: Tendencias y dinámicas Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia Los fenómenos de distribución y comercialización de drogas de origen natural y sintético, evidencian mayor capacidad de afectación sobre la gobernabilidad y sobre las capacidades de las personas y las comunidades en los territorios donde se presentan. Estos fenómenos, que demuestran su mayor grado de exposición pública en el contacto directo entre expendedor y consumidor en calle y que afectan directamente la percepción de seguridad de la ciudadanía, continúan siendo un motivo central de preocupación para los diferentes niveles del Gobierno Nacional, departamental y municipal. Según datos del Observatorio de Drogas de Colombia - ODC, en los últimos años, el consumo de sustancias como marihuana, cocaína, basuco, heroína y drogas sintéticas se ha incrementado (Tabla 1). Se presume que este aumento en el consumo de sustancias, obedece en parte a un reacomodamiento de la forma como algunas estructuras criminales desarrollan sus actividades de distribución y comercialización de sustancias, en las que se anota el redireccionamiento de mercados, nuevas y diferentes sustancias y formas de consumo y nuevas estrategias de enganche y fidelización de usuarios de drogas. Estas actividades, en algunos casos como lo demuestran las aproximaciones al entendimiento del mercado de basuco, vinculan altos niveles de uso de violencia como medio de regulación del comportamiento y control territorial por parte de las organizaciones criminales. Un aspecto que ha sido poco debatido pero que comienza a ser importante en los análisis de mercados urbanos de drogas y criminalidad, es el papel que juegan los jóvenes y el peso de los mismos en calidad de víctimas y victimarios. Existe la necesidad de subrayar que, dentro del amplio mundo de la distribución y comercialización de drogas, los jóvenes demuestran ser uno de los objetivos centrales de las estructuras del microtráfico para adelantar con éxito sus proyectos 112

criminales. De un lado, los jóvenes son inducidos con mayor facilidad a consumos riesgosos que rápidamente pueden convertirse en problemáticos y dependientes, lo que contribuye a la expansión y crecimiento de los mercados de sustancias. De otro lado, los jóvenes evidencian altos porcentajes de participación en las economías criminales de las ciudades, principalmente como fuerza proveedora de mano de obra y sobre la cual los eslabones fuertes de las cadenas criminales terminan transfiriendo la mayoría de los riesgos. Cálculos efectuados por el Ministerio de Justicia y del Derecho y la Fundación Ideas para la Paz en 2015, indican que el 40% de las personas vinculadas al mercado urbano de drogas en Bogotá, son niños y adolescentes. Parte de la evidencia recolectada en los territorios por parte del Ministerio de Justicia y del Derecho, indica que es un hecho común que las estructuras criminales regalen dosis de diferentes sustancias a niños, niñas y adolescentes con el fin de expandir la demanda a partir de la generación de adicciones. De igual forma, se reclutan muchos jóvenes para que hagan parte de las estructuras criminales a partir de su adicción. En muchas ocasiones, las actividades criminales se pagan con dosis de sustancias. Las dinámicas propias del funcionamiento de los mercados urbanos de drogas, enseñan que la operatividad criminal muta para evadir los controles de las autoridades y esto genera mayores niveles de vulnerabilidad entre las poblaciones que se ven directamente afectadas como es el caso de los jóvenes. En este orden de ideas, para el Ministerio de Justicia y del Derecho resulta fundamental acercarse al fenómeno con una perspectiva diferencial. Como se puede observar en los siguientes infogramas, aparte de ser visible la actividad de las autoridades en la lucha contra la criminalidad en cuanto al desmantelamiento de bandas criminales, también se observa que para 2013, del total de personas capturadas por porte, tráfico o fabricación de drogas, el 94% portaba cantidades que no excedían los 250 gramos siendo la mayoría, el 48% portadores de marihuana. Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia Fuente ODC, con datos de la Policía Nacional, 2013, Resultados Estratégia ETEMC y Plan Choque “Comunidades Seguras y en Paz 2015”, CICRI-DIJIN,2013-UNODC-MJD, Área Investigativa Delitos Especiales – Tráfico de Estupefacientes. 113

criminales. De un lado, los jóvenes son inducidos con mayor facilidad a consumos riesgosos<br />

que rápidamente pueden convertirse en problemáticos y dependientes, lo que contribuye a la<br />

expansión y crecimiento de los mercados de sustancias. De otro lado, los jóvenes evidencian altos<br />

porcentajes de participación en las economías criminales de las ciudades, principalmente como<br />

fuerza proveedora de mano de obra y sobre la cual los eslabones fuertes de las cadenas criminales<br />

terminan transfiriendo la mayoría de los riesgos.<br />

Cálculos efectuados por el Ministerio de Justicia y del Derecho y la Fundación Ideas para<br />

la Paz en 2015, indican que el 40% de las personas vinculadas al mercado urbano de <strong>drogas</strong> en<br />

Bogotá, son niños y adolescentes. Parte de la evidencia recolectada en los territorios por parte del<br />

Ministerio de Justicia y del Derecho, indica que es un hecho común que las estructuras criminales<br />

regalen dosis de diferentes sustancias a niños, niñas y adolescentes con el fin de expandir la<br />

demanda a partir de la generación de adicciones. De igual forma, se reclutan muchos jóvenes<br />

para que hagan parte de las estructuras criminales a partir de su adicción. En muchas ocasiones,<br />

las actividades criminales se pagan con dosis de sustancias.<br />

Las dinámicas propias del funcionamiento de los mercados urbanos de <strong>drogas</strong>, enseñan que<br />

la operatividad criminal muta para evadir los controles de las autoridades y esto genera mayores<br />

niveles de vulnerabilidad entre las poblaciones que se ven directamente afectadas como es el<br />

caso de los jóvenes. En este orden de ideas, para el Ministerio de Justicia y del Derecho resulta<br />

fundamental acercarse al fenómeno con una perspectiva diferencial.<br />

Como se puede observar en los siguientes infogramas, aparte de ser visible la actividad de<br />

las autoridades en la lucha contra la criminalidad en cuanto al desmantelamiento de bandas<br />

criminales, también se observa que para 2013, del total de personas capturadas por porte, tráfico<br />

o fabricación de <strong>drogas</strong>, el 94% portaba cantidades que no excedían los 250 gramos siendo la<br />

mayoría, el 48% portadores de marihuana.<br />

Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia<br />

Fuente ODC, con datos de la Policía Nacional, 2013, Resultados Estratégia ETEMC y Plan Choque “Comunidades Seguras y en Paz 2015”,<br />

CICRI-DIJIN,2013-UNODC-MJD, Área Investigativa Delitos Especiales – Tráfico de Estupefacientes.<br />

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