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Año 10 | Número <strong>66</strong><br />

OCTUBRE - NOVIEMBRE 2016<br />

CONSEJO EDITORIAL<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Jorge González<br />

Luz Henríquez<br />

Antonio Dalto<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDICIÓN<br />

Carla Pandolfo<br />

COORDINACIÓN<br />

Hugo Cayssials<br />

Melina Dorfman<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Conci|Melnizki edd<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

Fernanda Argüello, Laura Berti, Ana María<br />

Cabanellas, Juan Cibeira, Horacio de Dios,<br />

Marina García, Martín Garrido, Nancy<br />

Giampaolo, Silvia Honpenhayn, Nadia Koval,<br />

Roger Koza, Christian Kupchik, Felipe Pigna,<br />

Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Emilia Simison,<br />

Mónica Tracey, Maximiliano Tomas, Nando<br />

Varela Pagliaro, Sergio Varela y Agustina<br />

Zabaljáuregui.<br />

PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />

Tel.: 4943-8219/22<br />

Patagones 2463 | C1282ACA | CABA<br />

Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com / Sección <strong>Quid</strong><br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de <strong>Quid</strong>, publicación<br />

de Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />

del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />

la fuente.<br />

Los editores no son responsables por las opiniones<br />

vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />

firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />

Registro Nacionl de la Propiedad Intelectual<br />

Nº 50<strong>66</strong>70. ISSN 1<strong>66</strong>9738-3<br />

Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />

de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />

El honor y la lealtad eran los pilares principales sobre los que se desempeñaba<br />

la vida de un samurái. La traición era la vergüenza más abyecta y el código ético<br />

y moral con el cual se regían –el bushido– señalaba cómo seguir el camino del<br />

honor hasta el final, con la práctica del seppuku.<br />

El ritual determinaba que el guerrero debía practicar el seppuku si su señor<br />

perdía la batalla, en señal de lealtad. No practicarlo implicaba ser un traidor<br />

y esa vergüenza recaía sobre su familia y las generaciones futuras, el despojo<br />

de sus tierras y la segura muerte por inanición.<br />

Para evitar la más leve sospecha de traición, el samurái preparaba su seppuku<br />

siguiendo cuidadosamente todos los pasos. Escribía un poema sobre su abanico<br />

de guerra, nombraba a un kaishaku –un hombre de confianza que se colocaba<br />

a su derecha empuñando una espada, que luego utilizaría para cortarle la<br />

cabeza–, colocaba las mangas de su kimono blanco debajo de las rodillas (para,<br />

al caer, no hacerlo hacia atrás, símbolo de doblez), tomaba su daga –yoroidoshi–<br />

y se practicaba un corte en el vientre de izquierda a derecha. Este corte debía<br />

ser lo suficientemente profundo como para mostrar las entrañas, lo más verdadero<br />

y profundo de un hombre. Mostrar las entrañas era mostrar la lealtad.<br />

Saigo Takamori fue el último samurái. Pero con él no se extinguieron las reglas<br />

del bushido, que significa literalmente, “el camino de la vida del samurái”.<br />

Hoy, en Japón, aún se imparten esas mismas lecciones morales en las escuelas<br />

y universidades, y a través de las artes marciales contemporáneas.<br />

Disfruten este nuevo número de <strong>Quid</strong>.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa


Sumario<br />

<strong>66</strong><br />

Nota de tapa. Christian Kupchik se adentra en el<br />

08 cielo infernal de los traidores y habla de los más<br />

53<br />

paradigmáticos para concluir con la filosofía de Deleuze.<br />

Alternativa. Sergio Varela escribe sobre Wallflower,<br />

el último trabajo de la canadiense Diana Krall.<br />

42<br />

76<br />

20 62<br />

12<br />

El señalador. Maximiliano Tomas escribe sobre Truman<br />

Capote y desgrana tres de sus trabajos más importantes:<br />

A sangre fría, Música para camaleones y Plegarias atendidas.<br />

Todos con una traición bajo la manga.<br />

60<br />

Entrevista 8. Chango Spasiuk habla de su último trabajo,<br />

Otras músicas, donde reúne sus composiciones para cine<br />

y producciones televisivas.<br />

16<br />

Tema de tapa 1. Roger Koza analiza el clásico<br />

Qué bello es vivir (1946), de Frank Capra, con<br />

James Stewart como protagonista.<br />

<strong>66</strong><br />

Entrevista 10. El multifacético Mike Amigorena<br />

presenta su primer disco solista, Amántico.<br />

25<br />

Tema de tapa 2. Silvia Hopenhayn escribe sobre<br />

Jorge Luis Borges y la traición, presente en varios<br />

de sus relatos.<br />

74<br />

Tema de tapa 5. La politóloga Emilia Simison escribe<br />

sobre el mejor escenario de las traiciones: la política.<br />

28<br />

54<br />

38<br />

34<br />

Ser editor. Nuestra invitada en esta edición es Ana<br />

María Cabanellas, titular de la Editorial Claridad.<br />

32 81<br />

Entrevista 11. Luciano Lamberti, luego de tres libros<br />

de cuentos y uno de poesía, habla de su inquietante<br />

primera novela, La maestra rural.<br />

36<br />

Tema de tapa 3. Juan Cibeira recuerda las traiciones<br />

que canta el tango y las de Los Redondos, pasando<br />

por Gustavo Cerati y Fito Páez.<br />

86<br />

Tendencia. Los libros de dietas para adelgazar le<br />

dieron paso a los de dietas específicas donde el eje<br />

está firmemente puesto en la comida saludable.<br />

46<br />

Tema de tapa 4. La guionista Agustina Zabaljáuregui<br />

escribe sobre las traiciones de Hollywood. De los<br />

directores a sus actores, pasando por madres<br />

enloquecidas por la pantalla grande.<br />

90<br />

Arte. En la Fundación Proa, una visita imperdible,<br />

la retrospectiva de Kazemir Malevich.<br />

84<br />

96<br />

56<br />

Dossier<br />

Tecnología<br />

Nicola Tesla<br />

El injuriado<br />

Edison supo tomar las ideas más brillantes de Tesla para comercializarlas<br />

mientras el croata bregaba por la electricidad gratuita. Nacido en 1856, fue<br />

un gran visionario, reconocido recientemente por quienes hacen la tecnología<br />

de hoy. Él había vaticinado: “Cualquier persona, en tierra o mar, podrá<br />

recibir noticias de cualquier lugar del mundo o mensajes particulares destinados<br />

solo a ella con un aparato sencillo y barato que cabe en el bolsillo”.<br />

20. Eduardo Rabasa, un catálogo de arrebatos<br />

28. Luis Chaves, fuera del radar<br />

34. Juan Forn y sus viernes<br />

38. Alberto Manguel, de bibliotecas y curiosidades<br />

42. Pablo Ramos. Vivir para contarlo<br />

54. Elena Bashkirova, una parte del cuerpo<br />

56. Pedro Aznar hasta el último día<br />

62. Violeta Urtizberea. Cordobesa y surrealista<br />

76. Guillermo Martínez, un paso más allá<br />

84. Ana María Shua, de madres y de hijas<br />

96. Turismo: Hawai, el paraíso de las olas


MISCELÁNEAS<br />

La perra de mi vida<br />

Este es el primer título en español del<br />

escritor Claude Duneton, filólogo,<br />

historiador, profesor y actor cinematográfico<br />

(trabajó bajo las órdenes de<br />

Tavernier y Kieslowski). La traducción<br />

y el prólogo son de Antonio<br />

Soler y fue publicado por Malpaso.<br />

Lejos del sentimentalismo que cabe<br />

suponer, La perra de mi vida tiene<br />

humor, sensibilidad, está magistralmente<br />

amalgamada con la rudeza y<br />

violencia de una casa de campesinos<br />

de la posguerra. Un libro imperdible.<br />

La gran Nina<br />

Se estrena en DVD y CD el documental<br />

What Happened, Miss Simone?,<br />

la historia de la cautivante pianista,<br />

cantante, performer y luchadora por<br />

los derechos civiles.<br />

Con imágenes de archivo y entrevistas<br />

con familiares, amigos y colegas,<br />

el film, con guión y dirección de Liz<br />

Garbus, traza un fascinante retrato de la legendaria Nina<br />

Simone. Contiene un DVD, con material adicional no incluido<br />

en el documental original, y un CD con sus mejores canciones.<br />

Atención, para artistas del interior<br />

Se inauguró CHULA, un nuevo Espacio dedicado al arte contemporáneo,<br />

en el barrio de Palermo, Ciudad de Buenos Aires.<br />

Este nuevo espacio, que organizará muestras tanto de artistas<br />

consagrados como de emergentes, incluirá especialmente la<br />

difusión del Arte de aquellos artistas noveles no residentes en<br />

la Ciudad de Buenos Aires. Estos artistas del interior, además<br />

de ser invitados a exponer, tendrán la posibilidad de trabajar,<br />

durante el período de su propia muestra, en el taller que el<br />

Espacio CHULA tiene en la planta superior.<br />

En octubre está programada la exposición de Carolina<br />

Brons; en noviembre, la de Carlos Noceda, y cerrará el año<br />

una exposición colectiva cuya temática incluirá el Street Art.<br />

Para más información: espaciochula@gmail.com<br />

PARA VER EN CASA<br />

Tres estrenos en DVD<br />

El primero es Lejos de ella, dirigida<br />

por Jia Zhang-Ke (una de<br />

las revelaciones del Bafici de 1999<br />

con su film Xiao Wu), que narra<br />

una historia familiar desplegada<br />

en tres episodios, en momentos y<br />

lugares distintos. Los primeros dos<br />

episodios, sobre todo, logran que el<br />

lenguaje singular de este director,<br />

junto a la actuación de Zhao Tao,<br />

sean memorables. No así su tercer<br />

episodio, por momentos, al borde de<br />

la caricatura. Vale la pena verla.<br />

La segunda propuesta es Regreso<br />

con gloria, dirigida por Jay Roach y<br />

guión de John McNamara, basado<br />

en el libro Dalton Trumbo, de Bruce<br />

Cook; y protagonizada por Bryan<br />

Cranston (sí, el actor de Breaking<br />

Bad). Trumbo fue uno de los Diez<br />

de Hollywood, artistas (en su mayoría<br />

guionistas) afiliados al Partido Comunista<br />

que en 1947 se negaron a delatar<br />

a otros compañeros durante las<br />

audiencias del Comité de Actividades<br />

Antiestadounidenses lideradas por el<br />

senador Joseph McCarthy, por lo<br />

que debieron purgar varios meses en<br />

prisión y se vieron en la lista negra,<br />

impedidos de trabajar en la industria.<br />

Esta película cuenta su historia.<br />

El tercero es un film de fantasía, Dioses<br />

de Egipto, dirigido por el maestro<br />

de la acción Alex Proyas (Señales del<br />

futuro; Yo, Robot), con guión a cargo<br />

de Matt Sazama y Burk Sharpless,<br />

dúo responsable de los guiones<br />

de El último cazador de brujas (2015)<br />

y Drácula: la historia jamás contada<br />

(2014). El reparto de actores lo componen<br />

Gerard Butler Nikolaj<br />

Coster-Waldau, Brenton Thwaites,<br />

Courtney Eaton y Geoffrey<br />

Rush. No es recomendable para niños<br />

menores de 7 años.<br />

Ángeles Gutiérrez Urquijo, Ana Giovinazzo y Marcelo Barchi


8<br />

Nota<br />

de tapa<br />

LA FUERZA VITAL<br />

POR Christian Kupchik<br />

Dante reservó el Noveno Círculo de su Infierno a los traidores.<br />

Antes de llegar a él, hay un pozo rodeado de gigantes,<br />

masas brutales e inertes que son sepultados en la tierra,<br />

confundidas con torres. Dentro, hay un pozo de cuatro zonas<br />

distintas oprimidas por hielos gruesos, donde el constructor<br />

de la Torre de Babel, el mismo que impidió al mundo hablar<br />

la misma lengua. En el centro de la Tierra, entre paisajes<br />

gélidos que envuelven las sombras, se encuentra Lucifer con<br />

medio cuerpo fuera de la superficie glacial, masticando a<br />

Judas como juguete de plástico.<br />

Las cuatro zonas llevan los nombres de sus huéspedes paradigmáticos.<br />

En la primera, la Caína, se encuentran quienes<br />

cometieron –como se entiende lo hizo Caín con Abel– traiciones<br />

familiares y como castigo se ven sumergidos con la<br />

cara bajo el hielo. La segunda, Antenora, recuerda al troyano<br />

que traicionó su ciudad y se ven hundidos con el rostro hacia<br />

arriba. La tercera lleva el nombre del rey egipcio Tolomeo,<br />

quien traicionó al huésped Sexto Pompeyo. Este tipo<br />

de traidores se verán sumergidos en el hielo con la cabeza<br />

echada hacia atrás, para que se les congelen las lágrimas. Por<br />

último, la cuarta zona es la Giudecca, por Judas Iscariote, el<br />

mismo que traicionó a Jesús. Aquí se hallan los traidores de<br />

los benefactores, plenamente inmersos en el hielo, pero en<br />

diferentes posiciones.<br />

El Infierno de los traidores en la Divina Comedia, entonces,<br />

es la casa de Lucifer, solo que en vez de estar rodeada por<br />

llamas, Dante le asigna el frío, tinieblas y confusión. Lo cual<br />

le otorga al traidor un peso especial: es el peor de los enemigos,<br />

por entender que hasta solo un momento atrás estaba<br />

confundido entre nosotros.<br />

La palabra traición proviene del latín vulgar traditionem que<br />

significa “entrega, rendición”, comparte en lenguaje culto el<br />

mismo origen con la palabra “tradición”, ambas provenientes<br />

del verbo tradere (“entregar”). La lengua antigua tiene una<br />

palabra que se ha mantenido invariable por tres mil años,<br />

hasta nuestros días, para nombrar la traición. Como si los<br />

modernos hubieran sentido escrúpulos de cambiar la forma<br />

de nombrar algo tan feo, como esa gente que no se atreve<br />

a mirar ni a tocar ciertas cosas del solo asco que provocan.<br />

Prodosía es esa palabra intocable, que señala en su raíz la<br />

esencia misma de un comercio ilícito y abyecto. También<br />

el inglés conserva esa raíz latina en el término trade, que<br />

significa “comercio”. Solo que en la traición, la mayoría de<br />

las veces ese comercio se transa a espaldas de aquel a quien<br />

estamos entregando; es más, casi siempre sin su consentimiento,<br />

violando una lealtad y muchas veces hasta un pacto y<br />

un juramento.<br />

También los antiguos griegos supieron bastante acerca de la<br />

traición, y del peso político que conlleva. La figura paradigmática<br />

en esta cultura es Efialtes De Traquis, un oscuro<br />

granjero que vendió a su pueblo a cambio de nada. Cuenta<br />

Heródoto que en el año 480 a.C. las tropas persas al mando<br />

de Jerjes I estaban listas para invadir Grecia. De hecho,<br />

una apertrechada fuerza de 4800 soldados ya había avanzado<br />

imparable, hasta que se topó con un escollo imposible: el<br />

temido paso de las Termópilas, las “Puertas calientes”. Se<br />

trataba de un escabroso acantilado rodeado de aguas termales<br />

que se recortaba contra el mar, dejando al pie un estrecho y<br />

rocoso desfiladero de unos doce metros de ancho, expuesto<br />

al oleaje y las mareas. Además de las dificultades geográficas,<br />

el paso estaba resguardado por una pequeña pero aguerrida<br />

fuerza de resistencia de trescientos espartanos comandados<br />

por el general Leónidas. La orden era resistir o morir, y fue<br />

cumplida con entereza. Las fuerzas de Leónidas resistieron<br />

los embates persas durante dos días y sus noches, y hubieran<br />

logrado impedir el ataque enemigo si no fuera porque el<br />

traidor Efialtes, creyendo que Jerjes le daría una jugosa recompensa,<br />

mostró al rey un oculto sendero por el que evitar<br />

el desfiladero y atacar a los espartanos por la retaguardia. Así,<br />

embestidos igualmente por delante y por detrás, los 300 fueron<br />

finalmente sorprendidos y masacrados. Para nada, porque<br />

el gesto de Efialtes no solo se vio impedido de recompensa<br />

alguna sino que poco después moriría asesinado.<br />

Todo lo cual conduce a la pregunta acerca del motivo que<br />

mueve al traidor. ¿Lo hace por treinta monedas de plata,<br />

como Judas, o razones algo más altruistas? Bruto mató a<br />

Julio César porque llegó a la conclusión de que su mentor<br />

se había convertido en un tirano que quería acabar con la República<br />

de Roma. De ser así, su participación en el magnicidio<br />

estaría justificada. En muchos traidores hay, según quien<br />

lo vea, un libertador. Claus Stauffenberg, el aristócrata<br />

alemán que intentó asesinar a Hitler, es, a todos los efectos,<br />

un mártir en Alemania. Alguien dejó escrito en su epitafio:<br />

“Fui traidor y fui infiel: infiel a todo fanatismo y traidor a<br />

todo régimen totalitario”.<br />

En el número 112 de la revista Sur, Jorge Luis Borges<br />

habría de incluir un breve texto de apenas mil palabras:<br />

“El tema del traidor y del héroe”, que luego se sumaría a<br />

Artificios (1944) y formaría parte de Ficciones. Allí, Borges<br />

narra la historia del descubrimiento de Ryan, descendiente<br />

del ficticio héroe revolucionario irlandés Fergus Kilpatrick.<br />

Ryan descubre que su pariente fue condenado como traidor,<br />

pero que, para que la causa de la rebelión no quedara mancillada,<br />

muere teatralizando como héroe La tragedia de Julio<br />

César de William Shakespeare. Kilpatrick pudo así haber<br />

intercalado palabras de su cosecha al recitar los versos, como<br />

pistas que llevaran a una verdad en el futuro.<br />

Al tener que firmar su propia sentencia de muerte, Kilpatrick<br />

considera que todo en su vida fue una sucesión de traiciones,<br />

pero en su hora final decidió que su muerte, al menos, propiciara<br />

la rebelión. Ese acto no lo redime, ni tampoco lo vuelve<br />

heroico ante quienes conocen cómo acontecieron realmente<br />

los hechos. Es apenas un acto contra la vida entera de otras<br />

personas que se ofrendaron al servicio de sus ideales. Allí es<br />

9<br />

Ilustraciones de Gustave Doré - La Divina Comedia


10<br />

donde se mueve el enigma del título del relato, ese oxímoron:<br />

quien fue recordado por los libros de historia como un<br />

héroe, era un traidor; pero el traidor tuvo, ante su muerte, el<br />

heroísmo de lograr que su fallecimiento propicie la rebelión<br />

para beneficio de su pueblo.<br />

A la inversa, el doctor Thomas Stockmann, protagonista de la<br />

célebre obra Un enemigo del pueblo (1882), de Henrik Ibsen,<br />

también es sindicado como traidor cuando luego de encontrar<br />

una bacteria en el agua que podría resultar mortal, los sectores<br />

poderosos de la comunidad entienden que la revelación de la<br />

noticia podría causar graves consecuencias para la economía<br />

del balneario donde vive y todos confabulan por hacer imposible<br />

la vida de Thomas y la de su familia. En este caso, alguien<br />

que lucha con armas nobles por el colectivo acaba como traidor<br />

en función de los intereses a los que se enfrenta.<br />

La traición, en tanto supuesto engaño, implica una pasión<br />

burlada, frustrada, que encuentra un mecanismo de reparación<br />

en la venganza. Quien la cumple cree alcanzar por el<br />

acto una realización de sí mismo, completa algo que la humillación<br />

al verse traicionado dejó en evidencia, como suele<br />

ocurrir con el engaño amoroso. Otelo, después de su crimen,<br />

satisfecha su venganza al enterarse de la traición de Yago,<br />

vuelve a reflexionar con una lucidez asombrosa, se define a sí<br />

mismo y descubre los móviles de sus celos. Esta autognosis<br />

revela que la venganza cumplida despierta a la razón de su<br />

alucinada y obsesiva idea fija. La venganza cumplida devuelve<br />

al origen y hace sentir al vengador más satisfecho de su ser,<br />

más completo y acabado. Si la traición que llevó a la venganza<br />

se revela que no fue tal, sobrevendrá la culpa y los intentos<br />

por seguir justificando la reacción.<br />

En Tesis sobre Feuerbach, Karl Marx afirma que el pensamiento<br />

no es puramente teórico, sino práctico. La verdad<br />

o falsedad de una hipótesis (“él/ella me traicionó”) solo se<br />

demuestra en la praxis. La “víctima” de la traición la alimentará<br />

imaginándola de mil formas hasta quedarse en esta ensoñación,<br />

para la que recopilará todo tipo de pruebas que demuestran<br />

la profecía autocumplida. Eso justificará la venganza.<br />

Pero ejecutarla no significa solo cumplir un proyecto sino la<br />

radical negatividad del otro. Subsanar la fisura que plantea una<br />

traición implica un riesgo por el cual el vengador se afirma y<br />

se unifica. Ya no hay hiato entre lo que promete y lo que es.<br />

Realizar el acto vengativo supone reponer la parte herida, no<br />

se desmiente ni traiciona (de allí que en los códigos marciales<br />

la traición –en tantas ocasiones también mal interpretada–<br />

se paga con el mayor precio posible: la muerte).<br />

“Amo la traición, pero odio al traidor”, declaró Julio César<br />

para revelar una de las anatomías posibles del poder. Pero<br />

podemos encontrar otras aristas también a esta cita. En una<br />

serie de conversaciones sostenidas con Claire Parnet<br />

que fueron agrupadas bajo el título de Diálogos, Gilles<br />

Deleuze se detiene en el traidor para reflexionar no solo<br />

sobre su carácter, sino también vinculado a la amistad. El<br />

traidor, aclara, no es el personaje que hace trampas, aquel<br />

que por medio de artimañas procura no ser descubierto y<br />

que prepara una salida a la luz siempre favorable, un labrador<br />

de porvenires. El traidor emprende un viaje sin retorno, sin<br />

precauciones, para devenir distinto del que es. No se trata<br />

de la conspiración que esconde una identidad dentro de otra<br />

para preservarla en el hábito más recóndito, sino del que vaga<br />

por el desierto en una fuga sin referentes ni secretos. Es el<br />

nómade. En la conspiración del tramposo, el secreto es la<br />

garantía de un porvenir favorable, mientras que su ausencia<br />

es la característica del devenir indómito que acompaña al<br />

traidor en su fuga.<br />

“Traduttore, tradittore”, expresó Calvino. Nadie puede<br />

guardar fidelidad absoluta al original, es preciso traicionarlo<br />

en algo para devolverle su carácter. La filosofía de Deleuze<br />

no cesa de estar en dicha fuga y por lo mismo en un trance<br />

de traición. No reconoce fidelidades a las que atenerse, mas<br />

no por resentimiento, sino debido a una inocencia capaz de<br />

violentar con su distancia cualquier vínculo. El traidor guarda<br />

una distancia absoluta con el amigo y por lo mismo jamás<br />

lo traiciona. El traidor es el amigo en el pensamiento en la<br />

medida que constituye la sombra que insiste y que lo fuerza<br />

a pensar la diferencia.<br />

En esta encrucijada se forjan los nuevos problemas, aquellos<br />

por los que no es posible encontrar subjetividades inocentes.<br />

Todos traicionamos, todos hemos sido traicionados, en mayor<br />

o menor medida. Aceptarlo, también es un ingrediente vital


12<br />

El<br />

señalador<br />

Es probable que para cuando usted haya<br />

leído este artículo, ya se sepa el destino<br />

final del lote que la casa de subastas<br />

Julien’s, de Los Ángeles, saca a remate<br />

el 23 de septiembre de 2016, compuesto<br />

por objetos del gran Truman Capote,<br />

muerto en 1984 y desde entonces canonizado<br />

un par de veces por Hollywood.<br />

Entre algunas cosas triviales (fotografías,<br />

libros, ropa) hay por lo menos una que<br />

me llamó particularmente la atención:<br />

una caja de madera con sus cenizas. Es<br />

la desgracia de vivir en el otro lado del<br />

mundo. Porque estoy seguro de que si<br />

convoco a algunos amigos periodistas<br />

y escritores, para quienes Capote fue<br />

y sigue siendo algo así como un santo<br />

laico, llegaríamos sin problemas al precio<br />

anunciado de salida a remate: unos 2000<br />

dólares. Así, cada uno de nosotros podría<br />

tener en su casa una pequeña porción<br />

de uno de los grandes escritores del siglo<br />

XX, quien hizo de la honestidad una<br />

ética de escritura, honestidad que de<br />

ninguna manera excluía la traición, sino<br />

que la comprendía y hasta la abrazaba.<br />

Vamos a explicarnos. Capote tiene tres<br />

libros capitales. A sangre fría, la investigación<br />

de unos sangrientos asesinatos<br />

en Holcomb, Kansas, que luego de siete<br />

años de investigación (cuando el libro estaba<br />

asociado a términos como “obra” y<br />

no a otros como “producto”, un autor podía<br />

dedicar ese tiempo a un solo proyecto)<br />

publicó en 19<strong>66</strong> y le granjeó la fama<br />

inmediata. Los relatos de Música para<br />

TRUMAN,<br />

HONESTIDAD<br />

BRUTAL<br />

POR Maximiliano Tomas*<br />

camaleones, con su célebre prólogo en el<br />

cual hace mención a dones y látigos. Y el<br />

póstumo e inconcluso Plegarias atendidas,<br />

donde propinó su última estocada<br />

a una clase social, la alta y neoyorquina,<br />

que veía en él solo a un gordito simpático<br />

y homosexual de voz aflautada, amigo de<br />

Marilyn Monroe.<br />

Empecemos por el más conocido, A<br />

sangre fría. Perry Smith y Dick<br />

Hicock son dos ladrones de poca monta<br />

que creyendo que un granjero ocultaba<br />

una caja fuerte en su casa de Holcomb<br />

deciden asaltarlo y, al no encontrar más<br />

de 50 dólares, en un inexplicable acto de<br />

violencia, narrado en detalle por Capote<br />

en el libro, lo asesinan junto a su mujer<br />

y sus dos hijos. Capote hace de esta historia<br />

una novela de no ficción magistral,<br />

pero tenía un problema. A lo largo de<br />

las entrevistas con Smith y Hicock en<br />

prisión desarrolla con ellos una suerte<br />

de relación amistosa, mientras los delincuentes<br />

pasan dos mil días esperando<br />

la horca. Capote no puede terminar el<br />

libro, que lo obsesiona, no al menos hasta<br />

saber qué pasa con ellos, y se debate<br />

entre la conmiseración y el deseo de<br />

terminar su obra. Finalmente, la noche<br />

antes a ser ahorcado, Smith le suplica a<br />

Capote que presente una apelación, pero<br />

el escritor elige la prescindencia,<br />

y ponerle punto final a su libro. La obra,<br />

se dijo, está antes que nada. Incluso<br />

antes que la amistad.<br />

En Música para camaleones es donde<br />

Capote, catorce años después de<br />

A sangre fría, explicita su ética de trabajo.<br />

Era una celebridad, era rico, era uno<br />

de los grandes autores americanos del<br />

siglo XX, y sin embargo en el prólogo del<br />

libro, que contiene relatos inolvidables<br />

como “Ataúdes tallados a mano” o “Una<br />

adorable criatura”, escribe: “Cuando<br />

Dios le entrega a uno un don, también<br />

le da un látigo; y el látigo es únicamente<br />

para autoflagelarse”. Repasa uno a uno<br />

sus libros publicados, y no exento de<br />

vanidad y coquetería, anota: “Leí cada<br />

palabra que había publicado, y decidí<br />

que nunca, ni una sola vez en mi vida de<br />

escritor, había explotado por completo<br />

toda la energía y todos los atractivos<br />

estéticos que encerraban los elementos<br />

del texto. Aun cuando era bueno, vi que<br />

jamás trabajaba con más de la mitad, a<br />

veces con solo un tercio, de las facultades<br />

que tenía a mi disposición. ¿Por qué?”.<br />

Esa revisión del compromiso literario<br />

incluye A sangre fría, y también a Plegarias<br />

atendidas, en el cual confiesa seguir<br />

trabajando. El resultado de haber vuelto<br />

a la escuela primaria de la escritura, de la<br />

decisión de narrar con todas las energías<br />

y con todo el talento disponible estaba<br />

a la vista, para el propio Capote, en ese<br />

libro: Música para camaleones. Honestidad<br />

brutal.<br />

Si el ahorcamiento de Smith y Hicock<br />

fue una suerte de traición a sí mismo, lo<br />

cierto es que la divulgación de escenas,<br />

ambientes y anécdotas apenas maquilladas<br />

de sus amigos de clase alta en<br />

Plegarias atendidas (editado tres años<br />

después de la muerte de Capote, pero<br />

del cual había publicado en vida algunos<br />

capítulos en revistas de tirada masiva)<br />

fue considerado una alta traición social.<br />

Capote pasó a ser una suerte de paria, al<br />

menos en los salones del poder que frecuentaba.<br />

Para todos ellos Capote tuvo<br />

apenas una frase, genial como muchas de<br />

las que nacían de su cabeza de publicista:<br />

“¿Qué esperaban? Soy un escritor y puedo<br />

usarlo todo. ¿Acaso esa gente pensaba<br />

que yo solo servía para entretenerlos?”.<br />

La verdadera literatura no sabe de compromisos,<br />

ni de buenos modales<br />

* Editor literario, crítico y periodista cultural.


EL DOBLEZ<br />

DE LA CULPA<br />

Opinión<br />

POR Lic. Gabriel Rolón<br />

14<br />

Desde niño Santiago Fischbein había<br />

anhelado conocer a un héroe. Por eso<br />

se emocionó tanto cuando escuchó<br />

hablar de Francisco Ferrari.<br />

En aquella época, todo barrio que se<br />

preciara debía tener sus compadritos, y<br />

el suyo no era una excepción. Lo vio por<br />

primera vez cuando encaró a un matón<br />

de San Cristóbal; presenció cómo este<br />

huía con el rabo entre las piernas, y supo<br />

que siempre lo admiraría.<br />

Ferrari vestía de negro, era alto y buen<br />

mozo. Él, por el contrario, era un<br />

pelirrojo menudo y frágil que no podía<br />

escapar de la burla de los demás. Por eso<br />

cambió el “Jacobo” por Santiago. Le sonaba<br />

más viril. Aun así no pudo evitarlo.<br />

Cierta vez caminaba junto a su madre<br />

y su tía y unos muchachos comenzaron<br />

a molestarlos. Tembló de miedo, hasta<br />

que apareció Ferrari y con su sola<br />

presencia puso fin al pleito. Cuando los<br />

hombres agacharon la cabeza, lo miró<br />

y le dijo:<br />

–Si no tenés nada que hacer, pasá luego<br />

por el boliche.<br />

Santiago se sabía cobarde y, como tal,<br />

admiró su valentía.<br />

Un sábado a la noche se diecidió y fue<br />

al almacén en el que paraba el héroe. Se<br />

arrimó de a poco a la mesa que ocupaba<br />

junto otros. En un comienzo la barra lo<br />

resistió, pero terminaron aceptándolo<br />

porque así lo quiso Ferrari. El guapo<br />

sintió amistad por él, por el desprecia-<br />

ble, hecho que le generaba emociones<br />

confusas: la alegría de saberse elegido, el<br />

dolor de no sentirse digno.<br />

Poco tiempo después le encargaron un<br />

trabajo: debería rondar una fábrica y<br />

observar las puertas. Así lo hizo. Entregó<br />

su informe y Ferrari decidió que el asalto<br />

sería un viernes. Él haría de campana.<br />

El matón notó el temor en sus ojos y le<br />

dijo que confiaba en él, que sabía que se<br />

portaría como un hombre.<br />

Dos días antes del robo tomó la decisión.<br />

Eligió su mejor ropa, subió al subte<br />

de Lacroze, y fue hasta la calle Moreno.<br />

Aquél viernes parecía no pasar nunca,<br />

como si los minutos se estiraran.<br />

Deseaba que todo concluyera cuanto<br />

antes. A las diez de la noche, según lo<br />

convenido, se juntaron, caminaron hasta<br />

la fábrica y Santiago ocupó su puesto<br />

de vigilancia. Uno de los muchachos no<br />

acudió a la cita y supo que esa sería su<br />

salvación: culparían de todo al ausente.<br />

La noche amenazaba con llover. Estaba<br />

solo en la puerta del fondo cuando vio<br />

aparecer a la policía. Caminaban lentamente.<br />

Les franqueó la entrada y al rato<br />

lo sobresaltaron cuatro disparos. Algunos<br />

de los muchachos salieron esposados. A<br />

Ferrari lo llevaban a la rastra, lo habían<br />

ardido a balazos. A él, para disimular,<br />

también lo llevaron detenido, pero a los<br />

pocos días recuperó su libertad.<br />

Jamás habló de este suceso de juventud,<br />

ni siquiera con su mujer o sus<br />

amigos. Pero ahora, que era un viejo,<br />

acababa de revelar lo ocurrido a un extraño.<br />

¿Por qué Borges, en su cuento<br />

“El Indigno”, pone al personaje en esa<br />

situación?<br />

Quizás porque sabía que “mientras<br />

dura el arrepentimiento dura la culpa”.<br />

A lo mejor, porque entendió que más<br />

tarde o más temprano, no importa de<br />

qué manera, las traiciones siempre se<br />

terminan confesando


Harvey Keitel<br />

El Judas Iscariote<br />

de Scorsese<br />

16<br />

Tema de tapa<br />

uno<br />

LAS REGLAS DE LA<br />

CONVENIENCIA<br />

POR Roger Koza<br />

Mantener la palabra, ¿a quién le importa? Los ejemplos de<br />

incumplimiento se multiplican por todos lados y no se divisa<br />

prácticamente ninguna área del quehacer humano donde la<br />

regla y no la excepción esté signada por faltar a la palabra.<br />

La conveniencia rige la conducta, un inescrupuloso pragmatismo<br />

campea como vulgar filosofía de vida. No es un fenómeno<br />

vernáculo; la universalización de esta inconsistencia<br />

del discurso es sorprendente. Prometer no es comprometerse.<br />

Así, un candidato político puede enunciar un plan en su<br />

campaña y luego hacer exactamente lo contrario; el contexto<br />

suele doblegar el texto, un clásico de los tiempos. Traicionar<br />

al oyente, al partido, a la tribuna, al otro no infringe, aparentemente,<br />

ningún contrato explícito entre iguales respecto<br />

de un mínimo sentido de verdad compartido en los actos de<br />

habla. Las reglas de la conveniencia vindican otra lógica del<br />

intercambio. La traición microscópica es una ética del yo,<br />

una operación necesaria en la consecución de fines.<br />

No faltará el reaccionario de ocasión para adjudicarle a la<br />

cultura contemporánea una corrupción nacida del liberalismo<br />

de las costumbres y de la disolución de los absolutos. La<br />

cantinela de que en el pasado se resguardaban los valores<br />

eternos y que las sociedades estaban inmunes a su decadencia<br />

moral es un mito célebre de quien prefiere la heteronomía<br />

y la obediencia a una fuente de autoridad que legisle<br />

sobre las conductas de los hombres comunes y las amedrente.<br />

En distintos períodos de la historia los contemporáneos<br />

sienten la ruina moral de su tiempo y añoran una época dorada<br />

en la que las costumbres, se presume, lucían impolutas.<br />

En verdad, traidores los hay en todas las épocas y en todas<br />

partes, sujetos que prefieren lo conveniente frente a lo<br />

decente también. La misma teología cuenta con un magnífico<br />

protagonista: Judas Iscariote; la razón de su traición ha<br />

incitado argumentos disímiles sobre su proceder, pero el<br />

acto es indesmentible. El propio hijo del Altísimo conoció<br />

la tristeza de comprobar que un discípulo muy amado había<br />

elegido una acción en su contra; la exégesis de aquel acto<br />

puede justificar procedimientos que escapan al sentido<br />

común y al limitado saber de los mortales, pero la traición<br />

existió. A propósito del tema, La última tentación de Cristo,<br />

de Martin Scorsese, quizás sea más interesante de “leer”<br />

siguiendo la amorosa relación entre Judas y Cristo que la<br />

vida imaginaria que el hijo de José y María llegó a desarrollar<br />

después de la crucifixión.<br />

La traición desconoce una aplicación específica. Frente<br />

a la aludida versión vertical y ligada a la fe, se pueden de<br />

inmediato hallar distintas situaciones menos legendarias y<br />

definitivamente más humanas. En política la traición es un<br />

tema recurrente, un acto consustancial a las alianzas que se<br />

tejen a menudo para detentar el poder. A nuestro movimiento<br />

político más poderoso e indiscutiblemente vernáculo, el<br />

peronismo, que cuenta en su propio calendario de conmemoración<br />

un día reservado a la lealtad, la inversión dialéctica<br />

de ese valor que sella la unión de su líder con el pueblo<br />

no le es ajena. La traición no se festeja, y sería un despropósito<br />

que se la reivindique, pero esa acción que tiende a<br />

fracturar la unidad de las voluntades en la consecución de<br />

un propósito común simbolizado por la justicia ha sido una<br />

característica innegable del movimiento. Sería estupendo<br />

ver una película que tomara casos recientes y los revisara<br />

con la libertad que otorga la ficción para poder entonces<br />

explorar la psicología del poder y los tipos de asociación a las<br />

que empuja una coyuntura en la que el concepto de traición<br />

tiene vigencia. Pero la timidez de nuestros cineastas frente<br />

a estos tópicos parece imbatible; no contamos entre nosotros<br />

con un Raymundo Gleyzer, capaz de hacer un film<br />

en tiempo presente que interpele la actualidad sin ningún<br />

consentimiento. ¿Quién podría filmar Los traidores en el<br />

2016? ¿Quiénes serían hoy los sindicalistas de ese hipotético<br />

film? Pocas veces los cineastas argentinos incorporan lo<br />

contemporáneo en sus tramas; prefieren el pasado mítico<br />

y monumental o los acontecimientos que no suscitan una<br />

inmediata extrapolación a la Historia de la que son protagonistas<br />

involuntarios.<br />

La estrategia de la araña, de Bernardo Bertolucci, es<br />

uno de los films políticos sobre la traición de los que no se<br />

puede prescindir. No es el mejor de los suyos, ni tampoco el<br />

más radical de sus inicios. La cosecha estéril, Antes de la revolución<br />

y El doble son títulos prodigiosos, y El conformista,<br />

que también trabaja lateralmente el tema de la traición, son<br />

ostensiblemente mejores, pero es justamente en su cuarto<br />

film que el famoso director italiano trabajó a fondo el tema<br />

de la traición.<br />

Inspirado en el famoso texto breve de Jorge Luis Borges,<br />

“Tema del traidor y del héroe”, publicado en Artificios en<br />

1944, Bertolucci se apropia de la temática y contextualiza<br />

la mentira estructural de su relato (justificado por un fin legítimo)<br />

en plena Resistencia italiana al fascismo victorioso de<br />

la década de 1930. En el heterodoxo cuento de Borges, los<br />

hechos y los personajes remiten a Irlanda y el siglo elegido<br />

es el precedente al de la película.<br />

La historia que se desarrolla en el film se circunscribe a la<br />

visita de Athos Magnani al pueblo de su progenitor, máximo<br />

héroe de la resistencia, quien fuera asesinado por los<br />

fascistas unas décadas atrás. El hijo regresa con una misión:<br />

esclarecer los hechos y entender mejor la muerte de su<br />

padre. La pesquisa deparará sorpresas, y lo que se revelará<br />

allí no es otra cosa que la constitución de un mito que, como<br />

suele suceder, tiene en su genealogía una tergiversación de<br />

los eventos. Lo que Bertolucci pone en escena no es otra<br />

cosa que la operación por la cual un acto infame es ocultado<br />

para dar lugar a un ejemplo eterno de heroísmo, en el que<br />

los pobladores encontrarán inspiración para hacer frente al<br />

17


18<br />

monstruo que nunca deja de ser una amenaza y que martiriza<br />

a los hombres. Lo conveniente resulta ser la destitución<br />

de la verdad por un ideal.<br />

El pasaje preciso que toca el tema de la traición es inolvidable:<br />

el héroe camina en un balcón para despedirse de su<br />

querida Tara, su tierra. Allí está junto con sus camaradas que<br />

han descubierto su perfidia, y con ellos decide compaginar un<br />

mito que habrá de obtener su legitimidad y genealogía de un<br />

asesinato impío. “Para Tara, para toda la región, mi nombre<br />

tiene el sonido de la rebelión y el coraje. Si descubren mi<br />

traición todo nuestro trabajo será visto como inútil. No me<br />

matarán. Incluso un traidor muerto es dañino. El héroe es<br />

más beneficioso. Un héroe que la gente pueda amar”. Lo notable<br />

de la escena desde un punto de vista formal es la decisión<br />

de Bertolucci de cómo seguir al personaje, que siempre<br />

le da la espalda a la cámara mientras se mueve de derecha<br />

a izquierda. El registro se anticipa en ocasiones gracias un<br />

travelling lateral que profundiza la relación del personaje y su<br />

comunidad. El contraste visual entre el falso héroe y el fondo<br />

en el que se ve su pueblo sugiere físicamente la relación<br />

entre el emisor de la quimera y el receptor de la misma.<br />

La felonía es siempre considerada desde el punto de vista<br />

exterior. Un hombre o una mujer traicionan a otros. Puede<br />

ser el miembro de un partido político, el socio de un club,<br />

un monje de una congregación. Hay otro tipo de traiciones,<br />

acaso más intensas y dolorosas que comprometen, por ejemplo,<br />

la amistad. Un hombre o una mujer pueden traicionar<br />

a un amigo querido al desear a su esposa o esposo; a veces,<br />

la lógica del deseo es ingobernable y la lealtad se desvanece<br />

frente a las pasiones. En casos así, la conveniencia se impone<br />

a la conciencia: el beneficio es mayor o más atractivo que el<br />

sacrificio y el cuidado de los otros. Pero hay una misteriosa<br />

forma de la traición que está disociada de la conveniencia,<br />

pues nunca le conviene a quien la ejecuta, una expresión<br />

de la defección que tiene otras reglas y que se escabulle del<br />

centro de la conciencia. En efecto, un hombre puede traicionar<br />

a otros, pero también es capaz de desoír el clamor de su<br />

propio ser y desobedecer a la sintaxis primaria de su deseo.<br />

Nada más doloroso que corroborar después de mucho tiempo<br />

que la traición ha sido cometida contra uno mismo.<br />

Hay un film navideño que nadie desconoce. Es un clásico,<br />

y uno tan hermoso como perverso. Su título es ¡Qué bello<br />

es vivir!, su director, Frank Capra, y su actor estelar, el<br />

grandioso James Stewart. El argumento es muy sencillo:<br />

un hombre decide acabar con su vida debido a que las<br />

deudas de su financiera lo acosan de tal forma que le resulta<br />

imposible seguir viviendo. En las vísperas de la Navidad,<br />

George Bailey decide tirarse de un puente y acabar con su<br />

vida. En el instante que va a saltar otro hombre lo hace en su<br />

lugar. La inesperada situación desactiva la desesperación de<br />

George y convoca su solidaridad frente al otro desesperado.<br />

Como se sabe, el segundo suicida es el ángel de la guarda y<br />

su accionar es parte del plan para salvar a su protegido.<br />

La estrategia angelical para resignificar la vida de George<br />

proviene de una exclamación comprensible de esa alma en<br />

pena que tiene que redimir. “¡Ojalá no hubiera nacido!”,<br />

expresa George, mientras el ángel y él secan sus respectivos<br />

atuendos después del salvataje en el río. Ese deseo proferido<br />

por George, que bien podría haber sido manifestado por un<br />

lector de Cioran, será la llave salvífica y el motor narrativo<br />

del film. El ángel le concederá, literalmente, experimentar<br />

la perspectiva de ver su propio mundo sin que este hubiera<br />

sido habitado por él. De esa forma, George podrá estimar<br />

paulatinamente la importancia de su presencia en el mundo,<br />

una vez que recorra lugares y se encuentre con sus conocidos<br />

y pueda observar cómo su ausencia determinó un conjunto<br />

de situaciones y acciones que convirtieron a su ciudad en<br />

una especie de infierno sometido a la inclemencia de un rico<br />

todopoderoso. La doctrina que fundamenta ese truco existencial<br />

es resumible: los hombres tienen asignado un rol que<br />

cumplen en su paso por el mundo, pero no siempre saben<br />

leer la importancia que comporta semejante reparto en la<br />

marcha de la Historia. Parece una idea reconfortante, pero el<br />

examen de esa postulación develará su insania y crueldad.<br />

En una escena fundamental, George está almorzando con<br />

su padre. En ese momento discute con él sobre sus planes y<br />

sueños. George quiere viajar y conocer el mundo. Él no lo<br />

sabe, pero su padre está a punto de morir, y ese infortunio<br />

tendrá consecuencias sobre su propia vida: se hará cargo de<br />

la única compañía financiera que ayuda a los hombres más<br />

necesitados y menos privilegiados de la sociedad. El film<br />

postulará que aquello que en principio parecía traicionar sus<br />

sueños no era otra cosa que el pasaje y ascenso a un destino<br />

mayor (y filantrópico) por el cual la vida de George tuvo una<br />

trascendencia mayúscula.<br />

Sin embargo, la propia puesta en escena detenta algo que<br />

no se dice en el relato. En el decorado, en el fondo de la<br />

escena, se pueden distinguir algunos cuadros con mariposas<br />

disecadas. La charla entre el padre y el hijo tiene como<br />

fondo la presencia de los insectos, hermosos cadáveres<br />

que residen fijados por un clavo en una lámina y que son<br />

la representación más fiel de lo que ocurrirá con el propio<br />

George. Ese mismo cuadro se volverá a ver en una escena<br />

posterior, más cercana al final, en donde George ya vive con<br />

su mujer y sus hijos. Los cuadros con mariposas disecadas<br />

también se han mudado y siguen ahí, como una exteriorización<br />

siniestra de las arcanas motivaciones del personaje.<br />

Una lectura antipática pero posible de todo el film de Capra,<br />

probablemente a contramano del deseo de su realizador, es<br />

concebir ¡Qué bello es vivir! como una de las más grandes<br />

películas acerca de la traición que un hombre comete contra<br />

sí. La traición, además, es aquí doble y perversa. No solamente<br />

George jamás viajó, sino que un buen día un enviado<br />

del cielo lo convenció elípticamente de que sus deseos eran<br />

vanos y egoístas. Su misión era servir, lo que, por cierto, no<br />

es equivalente a desear


20<br />

Nota Entrevista<br />

de unotapa<br />

Contra el quietismo<br />

en movimiento<br />

La primera novela de EDUARDO RABASA (Ciudad de México, 1978), La suma de los ceros<br />

(Ediciones Godot), es un sorprendente catálogo de arrebatos: la pasión amorosa, la conflictiva<br />

relación entre un padre y un hijo, y, sobre todo, la crítica a la democracia en clave de sátira política<br />

POR Christian Kupchik<br />

Con la historia de la candidatura del joven Max Michels a la<br />

presidencia de Villa Miserias, Rabasa plantea una inesperada<br />

vuelta de tuerca a la novela de crítica social al construir un laboratorio<br />

narrativo en un futuro impreciso donde el autor busca<br />

la fórmula que sirva para pensar y entender el presente. El<br />

desafío de Max al orden preestablecido tiene el fracaso asegurado,<br />

pero su autor es de los que piensan que toda aventura es<br />

reveladora. Graduado en Ciencias Políticas en la UNAM con<br />

una tesis sobre el concepto de poder en la obra de George<br />

Orwell, además de escritor, Rabasa también tiene ganado un<br />

prestigio como uno de los fundadores de la editorial Sexto Piso,<br />

uno de los sellos más interesantes en lengua castellana.<br />

–Su tesis doctoral se basó en Orwell. ¿La suma de los<br />

ceros es una versión narrativa de esa tesis? Sí y no. Por<br />

la afirmativa, obviamente, porque en la novela está muy<br />

clara la influencia de Orwell, pero de manera explícita, no<br />

es algo que intentara ocultar. Es un autor que ha sido no<br />

solo muy importante en mi formación, sino también en la<br />

concepción de mis ideas políticas. Por otra parte, creo que<br />

también hay diferencias muy importantes. Hacia el final de<br />

1984 hay una escena en la que se está torturando a O’Brien,<br />

el protagonista, y le preguntan: “¿Quieres saber cómo va a<br />

ser el futuro?”. Y de inmediato aparece una bota aplastándole<br />

el rostro. Es una imagen bastante explícita del poder, y yo<br />

creo que los mecanismos actuales se han vuelto quizá mucho<br />

más sutiles, en tanto la violencia es un último recurso. En<br />

cambio se trabaja con la manipulación de la conciencia, de<br />

producción del deseo, elementos que también pertenecen a<br />

la distopía orwelliana para explorar los mecanismos específicos<br />

del poder. En este sentido estoy de acuerdo con las ideas<br />

de Nietzsche y Foucault. Por un lado, Nietzsche decía<br />

que todas las relaciones –y no solo el gobierno o sus instituciones–<br />

son relaciones de poder. Por el otro, para Foucault,<br />

el poder no solo nos oprime, sino también nos crea: cuenta<br />

con mecanismos más sutiles que se alojan en la conciencia de<br />

las personas, pero no por ello son menos efectivos ni menos<br />

terribles. De cierta manera, son peores.<br />

–Max Michels, el protagonista, ¿es un álter ego suyo o<br />

hay una distancia? Resulta inevitable no verlo como un álter<br />

ego, aun a pesar de mí. Es un sujeto que está en lucha constante<br />

contra partes de sí mismo con las que no se reconoce<br />

y mantiene un permanente combate. Con ese rasgo un poco<br />

esquizofrénico sí que me identifico. En el período previo a la<br />

escritura del libro tuve una crisis personal muy fuerte. Fui entonces<br />

a ver una terapeuta, y expresé el gran repudio que siento<br />

por mi familia paterna, que tiene una posición política que se<br />

encuentra en las antípodas de la mía. Yo estaba allí, quejándome<br />

de mi familia en la terapia, hasta que la analista me dijo:<br />

“Está muy bien, quéjate lo que quieras, pero no te olvides que<br />

tú eres uno de ellos”. Por otra parte, creo que de alguna manera<br />

Max claudica, y así cada vez se va alejando más de sí mismo.<br />

–Hay dos conceptos que maneja que dan sustento a la<br />

base política de la novela: el quietismo en movimiento<br />

y el equilibrio de lo desigual. Se puede apreciar algo<br />

de Maquiavelo en estos planteos, ¿considera que sobre<br />

estas dos ideas está planteada la democracia actual? Sí,<br />

en buena medida sí porque creo que hay una suerte de abismo<br />

entre el discurso, la fachada de la democracia y la realidad.<br />

Esa ilusión por la que se supone que todo el mundo tiene<br />

el mismo peso político a nivel abstracto se hace trizas con<br />

solo abrir el periódico cada día. Nada se corresponde con esa<br />

visión edulcorada que se nos quiere vender de la democracia.<br />

La realidad es muy violenta, muy desigual. Está demostrado<br />

que la enorme mayoría de la gente muere en la misma clase<br />

social en la que nació, es decir que de ninguna manera existe<br />

a gran escala la movilidad social que la democracia promete.<br />

Por eso me parecen tan importantes las ficciones del self<br />

made man, porque son una suerte de siniestra alegoría: si<br />

no lo logramos no es culpa del sistema, si no de uno, porque<br />

uno nace con los dados en contra. Y no puede haber mayor<br />

engaño que ese. Que alguien lo crea es otro gran triunfo del<br />

sistema: la meritocracia es otro producto del mercado. Y<br />

hacia allí apunta la idea del quietismo en movimiento de mi<br />

novela. En mi opinión, nuestro sistema es muy cruel.<br />

–¿Y a qué obedece? ¿Existe un poder oculto detrás del<br />

poder? Creo que sí, pero ni siquiera como teoría conspirativa,<br />

no hay tipos en un cuartito decidiendo el futuro de la humanidad.<br />

Veamos un ejemplo. La Procuradora de México es la<br />

hermana de uno de los más altos ejecutivos de Televisa, que ha<br />

tenido ochocientos escándalos por corrupción. Si uno hiciera<br />

una especie de mapeo de los vínculos de poder en México (e insisto:<br />

no estoy hablando de una teoría conspirativa), todos estarían<br />

enredados entre sí. En el estado de Veracruz han ocurrido<br />

hechos horrorosos en los últimos años, hay quince periodistas<br />

muertos solo en los últimos cuatro. Llegan las elecciones y los<br />

candidatos a presentarse son primos, que se pasaron la campaña<br />

acusándose mutuamente de pederastia o robo, y no importa<br />

quién gane porque el que lo haga seguirá en lo mismo, porque<br />

hay un sistema diseñado para que ellos lleguen y eso sea así. De<br />

modo que hay un poder oculto pero no tanto; lo que es claro es<br />

que ninguno de esos primos representa el poder real.<br />

–México se ha vuelto tristemente noticia por el grado<br />

extremo de violencia que aparece (los femicidios, los<br />

estudiantes masacrados, los narcos en ciertas zonas…),<br />

¿cómo se manifiesta como lenguaje esa violencia? Es<br />

una muy buena pregunta que no sé si tiene fácil respuesta.<br />

En efecto, es uno de los momentos más espeluznantes de la<br />

historia de México: todos los días, pero todos, nos desayunamos<br />

con decapitados, calcinados, desmembrados, etc. Incluso,<br />

al ser tan cotidiano, uno se va insensibilizando un poco.<br />

O vas y te suicidas o sigues viviendo con eso esperando que<br />

no te toque. Lo atinado de tu pregunta refiere a que muchas<br />

de las causas que explican esa violencia viven tranquilamente<br />

en el lenguaje cotidiano. En la manera que nos expresamos<br />

día a día están inscriptas las huellas del racismo, el clasismo,<br />

la exclusión. Un ejemplo concreto lo da el hecho de que en<br />

México decir “pinche indio” es un insulto que está absolutamente<br />

naturalizado. Esto, en un país donde la mayor parte de<br />

21


22<br />

su población es de raíz indígena. Surge de modo automático,<br />

ni siquiera representa una reflexión sobre el tema. Lo mismo<br />

ocurre con las empleadas domésticas, por supuesto todas de<br />

origen indígena, que viven en una situación de semiesclavitud,<br />

en condiciones miserables, y ya no solo en la televisión<br />

u otros medios de comunicación se las representa como<br />

estúpidas, sino que se acuñó una expresión que ganó cierta<br />

popularidad: “son como las gatas”, por vivir en la calle arreglándose<br />

con nada. Por eso creo que en el lenguaje cotidiano<br />

vive el germen de esa violencia que todos repudiamos pero<br />

que de alguna manera todos formamos parte.<br />

–En la novela, el escenario central se llama Villa Miserias,<br />

expresión que en este país tiene una connotación<br />

definida. Si bien los personajes hablan en un mexicano<br />

coloquial, da la impresión de que Villa Miserias excede<br />

no solo su espacio, sino también el tiempo… Sí, exacto.<br />

Y además hay un detalle interesante que se vincula a lo<br />

que hablábamos del lenguaje: aquí existen villas miserias,<br />

en Brasil favelas, en España chabolas, en Estados Unidos<br />

guetos, pero en México no tenemos un término para este<br />

tipo de asentamientos. Y eso solo se explica por la hipocresía<br />

social, porque en México hay más de cincuenta millones de<br />

personas que están fuera del sistema, no es una realidad que<br />

nos resulte ajena. Es como si al no nombrarla la negáramos,<br />

no existe, es algo que no está allí. Es cierto, como dices, que<br />

la mexicanidad del libro queda expresada en la coloquialidad<br />

de los personajes, pero más que reflejar un espacio geográfico<br />

determinado, refleja una época. La decisión de no ubicarlo<br />

en el México contemporáneo ni dar referencias explícitas de<br />

la realidad tiene un poco que ver con eso, tratar de ubicarlo<br />

en un lugar ideal que refleje la mentalidad y el discurso de un<br />

tiempo histórico que se parece mucho al que vivimos.<br />

–¿Cómo conjuga su rol de editor con el de escritor?<br />

¿Dónde se siente más cómodo? Me gusta mucho la<br />

escritura. Es un espacio solitario por definición. En mi caso<br />

particular lo ejerzo muy temprano por la mañana, en silencio,<br />

sin mail ni teléfono. Disfruto mucho ese espacio. Pero luego<br />

hay otra parte de la escritura con la que no me llevo muy<br />

bien, y es justamente la parte pública. No es que nadie me<br />

pare por la calle, pero dar entrevistas y demás no es lo que<br />

más disfruto. Y me ocurre algo similar como editor: lo que<br />

menos me gusta es la relación con los autores. El mundo del<br />

libro es muy curioso, porque es superjerárquico, muy vertical,<br />

están muy bien delimitados los lugares que cada quien<br />

debe ocupar. Como editor no me gusta y como escritor me<br />

conflictúa un poco.<br />

–En un mercado particularmente difícil, con Sexto Piso<br />

han logrado un trabajo notable, tanto en calidad como<br />

en cantidad de títulos, ¿cuántos llevan? Unos 350. Yo<br />

siempre digo un poco en broma y un poco en serio que cuando<br />

comenzamos con la editorial no teníamos ni la más remota<br />

idea de qué se trataba el negocio. No sabíamos absolutamente<br />

nada de edición. El primer libro que publicamos, El<br />

crepúsculo de la cultura americana, del historiador cultural<br />

y crítico Morris Berman (que a mí me gusta mucho) es<br />

muy bueno… el contenido, porque la edición era una basura.<br />

Merecería un lugar destacado en “Cómo no hay que hacer las<br />

cosas”. Pero quizá justamente por no saber, también hicimos<br />

ciertas cosas que son un poco atípicas, pero que salieron muy<br />

bien más por ignorancia antes que estrategia o arrojo. Mucha<br />

gente que viene de la industria del libro llega con una actitud<br />

derrotista: “No, si en este país nadie lee”. Y si bien es cierto<br />

que en México hay una caída de lectores, acaba condicionándote<br />

luego a la hora de editar


POR Silvia Hopenhayn<br />

Tema de tapa<br />

dos<br />

25<br />

A propósito del 30º aniversario del fallecimiento de JORGE LUIS BORGES, la autora escribe sobre la traición<br />

en su literatura. Para hacerlo, analiza tres de sus cuentos: “Tres versiones de Judas”, “La forma de la<br />

espada” y “Tema del traidor y del héroe”, todos pertenecientes a Artificios, que integra el volumen Ficciones


26<br />

La literatura le proporciona tramas a la realidad. Le<br />

rehúye a lo establecido, desdeña generalizaciones y de<br />

este modo se vuelve universal. Asienta la lengua que va<br />

cambiando sus modulaciones y sacude el polvo de los<br />

valores anquilosados en los discursos de la época. Así,<br />

algunas figuras acusadas en otros ámbitos, en el espacio<br />

literario circulan con libertad, ofrecen sus aristas, excesos<br />

y debilidades. No hacen daño real a pesar de que vienen a<br />

dar cuenta de él.<br />

La figura del traidor, por ejemplo, tan condenada y repudiada,<br />

ocupa sendas páginas en la literatura universal. En<br />

Shakespeare es figura repetida, pero también en Jorge<br />

Luis Borges o Roberto Arlt. Sobre este último, Oscar<br />

Masotta, fundador de la Escuela Freudiana de Buenos<br />

Aires, publicó un libro interesantísimo titulado Sexo y<br />

traición en Roberto Arlt (Eterna Cadencia Editora), donde<br />

muestra la traición en su doble faz, sobre todo en la novela<br />

de Arlt, El juguete rabioso. Cuando su protagonista Silvio<br />

Astier, traiciona a su amigo el Rengo, lo hace también por<br />

fidelidad a los valores de clase. “Delatando demostrará al<br />

delatado que él, Astier, nada tiene que ver con aquello que<br />

se creía de él. Es un verdadero acto de desapegamiento en<br />

el cual Astier se recupera para sí” (Masotta). La traición<br />

es aquí una forma de adquirir un destino, de separarse de<br />

lo que supuestamente le estaba asignado vivir. Traiciona<br />

al amigo, para no parecérsele. Como en Dostoievski, se<br />

trata de ser alguien a través de un acto y luego tomarse el<br />

resto de la vida, para redimir ese mismo acto. Ser alguien,<br />

aunque sea malvado o traicionero, para pensarse después.<br />

Borges va más allá de la traición en una clase social, entre<br />

humillados y ofendidos, como ocurre en varios textos de<br />

toda su carrera y hasta su vida. Runeberg propone una<br />

relectura del personaje de Judas Iscariote considerando un<br />

error en la Escritura. Esta suposición resulta “intolerable,<br />

pero no menos intolerable es admitir un hecho casual en<br />

el más precioso acontecimiento de la historia del mundo.<br />

Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho<br />

prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de<br />

la redención”.<br />

Por otra parte, se refiere a la motivación del traidor. Por<br />

lo general, la traición está asociada a propósitos viles, a la<br />

ambición o la mezquindad; es un acto complejo, implica<br />

una lealtad anterior, y una rivalidad incipiente. Provoca repudio,<br />

una mirada de recelo y sanción. Pero aquí es donde<br />

la ficción descorre los velos de los discursos establecidos.<br />

El traidor puede no estar siempre impulsado por lo que<br />

habitualmente se lo condena. El oprobio es a veces una<br />

falta de consideración. Como escribe Borges en el cuento:<br />

“Imputar el crimen de Judas a la codicia es resignarse al<br />

móvil más torpe”. Nils Runeberg, el protagonista prefiere<br />

tratarlo como un asceta, más que traidor: “(Judas) renunció<br />

al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como<br />

otros, menos heroicamente, al placer. Premeditó con<br />

lucidez terrible sus culpas”.<br />

¿De qué culpas se trata? Si las puede premeditar, ¿no es<br />

acaso un traidor fiel a sus causas, sean cuales fueren? ¿Y<br />

esa fidelidad cómo se la mide? ¿Es la traición un acto ilegítimo?<br />

Nuevamente, la literatura se mofa de lo premeditado.<br />

“Judas eligió aquellas culpas no visitadas por ninguna<br />

virtud: el abuso de confianza y la delación. Obró con gigantesca<br />

humildad, se creyó indigno de ser bueno (…). Pensó<br />

que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que<br />

27<br />

DE VÉRTIGOS<br />

Y TRAICIONES<br />

Dostoievski o Arlt. Rastrea la figura en el espejo de la<br />

historia y en la asunción personal.<br />

La traición como renuncia<br />

En su libro de cuentos Artificios, publicado en 1944, que<br />

integra el volumen Ficciones (nueva edición, Sudamericana,<br />

2016), hay por lo menos tres cuentos fundamentales sobre<br />

la traición: “Tres versiones de Judas”, “La forma de la<br />

espada” y “Tema del traidor y del héroe”.<br />

En cada uno de ellos, Borges desvía el lugar del traidor:<br />

será pieza fundamental del engranaje histórico, héroe por<br />

anticipado y un cobarde audaz.<br />

En “Tres versiones de Judas” Borges inventa con increíble<br />

verosimilitud (¡a tal punto que dan ganas de verificarlo<br />

en Google!) a un teólogo Nils Runeberg, miembro de la<br />

Unión Evangélica Nacional, autor de ciertas tesis propuestas<br />

en un cenáculo como nuevas claves para descifrar un<br />

misterio central de la teología. Esa presentación le valió<br />

no deben usurparlo los hombres”. El cuento de Borges<br />

termina con la última tesis de Runeberg, ya “ebrio de<br />

insomnio y de vertiginosa dialéctica”: que Dios no encarnó<br />

en Jesús, sino en Judas. ¡El vértigo de la interpretación!<br />

Esa fue su verdadera manera de comprender la naturaleza<br />

humana, y avizorar su destino. Según Runeberg, “Dios se<br />

rebajó a ser hombre para la redención del género humano”.<br />

Y no lo hizo bajo la figura de Jesús; como escribe<br />

genialmente Borges: “afirmar que fue hombre y que fue<br />

incapaz de pecado encierra una contradicción”. En cambio,<br />

al elegir la figura de Judas, Dios se hizo hombre totalmente,<br />

“hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación<br />

y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de<br />

los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo<br />

ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo<br />

destino: fue Judas”. En este sentido, es completamente<br />

original y al mismo tiempo sensato, el modo en que Borges<br />

cuestiona la historia a través de la ficción.<br />

El traidor como héroe<br />

En “Tema del traidor y del héroe”, Borges imagina el<br />

argumento de una historia al amparo de Chesterton<br />

(“discurridor y exornador de elegantes misterios”) y<br />

Leibniz (“que inventó la armonía preestablecida”).<br />

Y cuando digo que imagina un argumento, es porque<br />

su cuento no se presenta como ficción realizada sino<br />

como la posibilidad de serlo. Es una treta interesante<br />

para cautivar al lector: hacernos cómplice de una idea<br />

considerando hasta el final su potencial narrativo para la<br />

realización de un cuento. Y de esa forma… ¡contarlo!<br />

Se trata de una reunión de conspiradores para determinar<br />

quién de entre ellos resultará ser traidor. Kilpatrick<br />

encomienda a Nola este descubrimiento y, en pleno<br />

cónclave, se anuncia que el traidor sería el mismo Kilpatrick.<br />

Así, “los conjurados condenaron a muerte a su<br />

presidente. Este firmó su propia sentencia, pero imploró<br />

que su castigo no perjudicara a la patria”. Se monta<br />

entonces la escena de su asesinato en un teatro donde,<br />

sin saberlo, todos hacen de actores. Es la redención<br />

del traidor, antes de que realice su traición. De allí que<br />

devenga héroe, teniendo destino de traidor. Y como Kilpatrick<br />

era idolatrado en Irlanda, “la más tenue sospecha<br />

de su vileza”, hubiera sido terrible para el pueblo. Su<br />

traición hubiera provocado un derrumbe de la creencia,<br />

una gran decepción. En el cuento “Tema del traidor y el<br />

héroe”, Borges plantea una historia en la que se define<br />

de antemano quién será el traidor para montar una<br />

escena donde lo maten convirtiéndolo en héroe con su<br />

inmolación.<br />

La audacia del traidor<br />

“La forma de la espada” comienza con una cicatriz rencorosa,<br />

la del que contará su historia al narrador. Aquí<br />

la traición es de doble filo: deja una marca en la cara,<br />

pero es la marca de un cobarde. Sin embargo, lo que<br />

importa no es su reticencia, su cobardía. Es el valor de<br />

asumirse como tal. Escribe Borges en el cuento: “Lo que<br />

hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres<br />

(…). Acaso Schopenhauer tiene razón: yo soy los<br />

otros, cualquier hombre es todos los hombres”. El final<br />

es sorprendente ya que el cobarde muestra sus agallas:<br />

se convierte en delator. Borges hace girar otra vez la<br />

figura considerando la posibilidad de que un traidor sea<br />

aquel cobarde que por única vez acomete audacia. Y si la<br />

traición revela la audacia de un cobarde, esta se duplica,<br />

cuando es el mismo traidor quien cuenta la historia.<br />

En este sentido, la traición es la revelación de una trama<br />

oculta. Por eso es tan codiciada y perfecta


–En el prólogo de Falso documental dice que volver<br />

Entrevista<br />

Es considerado uno de los<br />

a releer sus libros fue una experiencia perturbadora,<br />

dos<br />

¿qué tuvo de perturbador reencontrarse con sus textos<br />

escritores contemporáneos<br />

más antiguos? Con la generosa e inesperada propuesta de<br />

más importantes de Costa<br />

la editorial me sentí halagado a la vez que pensé que era muy<br />

Rica. La obra de LUIS<br />

sencillo: buscar los pdf de cada libro, ponerlos uno detrás del<br />

CHAVES incluye varios<br />

otro y listo, poesía completa. Estaba equivocado. Antes que<br />

géneros. Lleva ocho<br />

los archivos digitales, leí los libros, los impresos. Empecé con<br />

libros publicados. Dos de Los animales que imaginamos, un libro que salió en 1997 en<br />

Costa Rica y en 1998 en México. Digo las fechas porque para<br />

narrativa, una novela y<br />

que entendamos que los textos que venían allí adentro fueron<br />

cinco de poesía que acaban<br />

escritos de uno a dos años antes y muchos de los cuales nunca<br />

de ser reunidos en Falso<br />

había vuelto a leer completos después de escritos. 1995, 1996,<br />

documental (Seix Barral)<br />

parecen años de otro mundo, de otra vida. Me empecé a<br />

sofocar. Y aunque algo de lo que cuento tiene que ver con lo<br />

que Luis Chaves de 2016 piensa que es “bueno” en un poema,<br />

hablo en realidad de algo más importante: fue reencontrarme<br />

con esa persona que fui. Es decir, fue pararme frente al espejo<br />

del tiempo. Allí pasé del pudor a la resignación. Me dije: ese<br />

sos vos de entonces. Allí también empecé a desdramatizar la<br />

situación. Le vi el otro lado, con la lectura de ese libro y el<br />

siguiente, empecé a ver a todas las personas, los lugares y los<br />

momentos que están en cada texto, en cada libro.<br />

–El título del libro implica que detrás de lo documentado,<br />

de lo escrito, hay una cuota de falsedad, de<br />

mentira. Sin embargo, al leer su poesía uno tiene la<br />

sensación de que hay mucho contenido autorreferencial,<br />

¿con qué tuvo que ver la elección del título? El<br />

28<br />

libro lleva el título de uno de los textos de un volumen que<br />

publiqué en 2011, Monumentos ecuestres. El texto en cues-<br />

29<br />

tión es una prosa de un par de páginas que se inició como<br />

una carta después de una separación. Ese fue el detonador<br />

anecdótico, circunstancial, pero como sucede siempre,<br />

tomó otra dirección. Fue una especie de paneo sobre todo<br />

un período. Entonces vivía, por cierto, en Villa Crespo. El<br />

repaso que hace el texto tiene que ver ya no con sucesos,<br />

sino más bien con preguntas. Es decir, pasa de las personas a<br />

Fuera del radar<br />

los conceptos. El texto original tiene un subtítulo, a partir de<br />

“Esta es la nueva canción de la que te hablé hace 20 años”<br />

de Badly Drawn Boy. Un gran título de canción, ¿no?<br />

–En “Las mujeres de la casa” dice: “Esto era más largo.<br />

Contaba cosas que no le importan a un poema”, ¿qué<br />

es lo que verdaderamente le importa a la poesía? Ese<br />

poema del libro Iglú se redujo a unos versos, el primer<br />

POR Nando Varela Pagliaro


30<br />

©Carsten Meltendorf<br />

borrador tenía dos o tres páginas. No podría decir con certeza<br />

qué le importa a la poesía, sin duda eso nos mantiene escribiendo.<br />

En ese texto en particular, creo, lo afirmo como esos<br />

casos donde se pregunta con una respuesta (al revés de lo<br />

conocido, quienes responden con preguntas).<br />

–Su poesía y su narrativa van por carriles muy similares,<br />

¿cómo decide qué va a ser un poema y qué un<br />

texto narrativo? No hay un modo exacto, como decía<br />

aquella canción. He usado en narrativa fragmentos que<br />

primero fueron poemas. Y en poesía, pasajes que saqué de<br />

textos narrativos. Hay algo de principio del Lego, me refiero<br />

al juego de bloques de construcción. Alguna vez que escuché<br />

que un autor se preocupaba por el autoplagio, me sorprendió<br />

que se pudiera pensar así. Eso por un lado. Por el otro,<br />

creo que en realidad me estás preguntando sobre la materia<br />

prima (para la poesía o la narrativa) y en ambos casos, vienen<br />

del mismo lugar. Luego pasa que un impulso de escritura se<br />

extiende más que otro. Se acomoda diferente, pide más o<br />

menos aire. Y sucede también que uno patina, que le da el<br />

formato equivocado, la horma que no era. Como meter el<br />

pie izquierdo en el zapato derecho.<br />

–¿Piensa que cada vez tiene menos sentido seguir<br />

hablando de géneros literarios? Las categorías, las agrupaciones,<br />

la taxonomía, tienen otra utilidad, facilitan otras<br />

cosas. Tampoco creo que pierdan sentido en términos generales.<br />

Lo que sí es cierto es que muchos autores no parten de<br />

allí para escribir. O directamente no se lo plantean. Luego<br />

viene el momento con el editor, ¿y esto qué es?<br />

–“Las poetas hacen fila en la disco gay”, dice otro de<br />

sus versos. ¿cree que todavía hay cierto prejuicio en<br />

torno a la poesía? No creo. Lo que tiene la poesía es pocos<br />

lectores. Y está bien, es así. Es raro que alguien lea poesía si<br />

no la escribe también. Me refiero a la poesía publicada como<br />

tal, con la categoría “poesía”. Porque ya lo sabemos, la poesía<br />

está en todas partes.<br />

–“Termino de escribir esto que le debía a varias personas.<br />

Es tarde y hubiera querido hacerlo mejor. Pero<br />

es lo que hay”, escribe en un pasaje de Salvapantallas.<br />

Pedro Mairal dice que “escribir es algo que va a suceder<br />

mejor, más adelante”, ¿está de acuerdo?, ¿qué es<br />

escribir para usted? Comparto lo que dice Mairal. Va en<br />

la línea de que uno va haciendo lo que puede, lo mejor posible.<br />

Y eso no es suficiente, por supuesto. En mi país, como<br />

en cualquiera, hay unas batallas campales entre escritores<br />

que defienden una u otra forma de escribir. Por supuesto<br />

que tuve hormonas literarias cuando joven, pero ya pasó.<br />

No me meto ahí, no tengo el carácter para ir a defender<br />

algo que apenas estoy aprendiendo a hacer. Algo que no sé<br />

bien para dónde va. Algo que me hace bien y mal al mismo<br />

tiempo. Y con “mal” no me refiero al cliché del escritor que<br />

sufre, esa postura más bien juvenil. Para nada. Aquí digo<br />

mal para decir que me mantiene en ese estado constante de<br />

insatisfacción, de “la pegué en el palo”.<br />

–El primer fragmento de Salvapantallas cierra con una<br />

línea muy graciosa: “¡Mirá, ma, mirá! ¡Estoy escribiendo<br />

un libro! ¡Ahora sin manos!”, ¿cuánto piensa en el<br />

lector a la hora de sentarse a escribir? Hay tres o cuatro<br />

personas a las que les paso los borradores de lo que hago. Dos<br />

de esas personas no son escritores pero son muy cercanas y<br />

me resulta interesante su modo de ver las cosas. Su opinión es<br />

tan importante como la de las que sí escriben y les muestro los<br />

borradores. Mentiría si digo que escribo solamente para mí.<br />

–Nacho Iraola de Planeta se refiere a usted como el<br />

“Fabián Casas tico”. En la obra de Casas, el barrio y<br />

la infancia tienen un lugar central, en la suya, ¿qué<br />

lugar ocupan ambas cosas? A Fabián además lo conozco<br />

desde fines de los 90. Ya conté alguna vez que cruzamos,<br />

antes de conocernos personalmente, cartas escritas a mano.<br />

En Salvapantallas hay un pasaje donde voy con él y su padre<br />

a la cancha. Es, como otros amigos de Buenos Aires, parte<br />

de lo que llamo mi familia molecular (la familia ampliada<br />

vendría a ser). Hay, claro, puntos de contacto con Fabián.<br />

También tengo como materia prima todo lo que está cerca.<br />

Hay poemas de Fabián que he compartido con gente que<br />

me importa mucho. Luego está, también, el universo que es<br />

propio a cada autor, y más que a cada autor, a cada vida.<br />

–Vivió en distintos países. De hecho del 2003 al 2006<br />

se instaló en Villa Crespo, ¿qué extraña de sus días en<br />

Buenos Aires? Extraño, primero, a los amigos y amigas. A<br />

esa gente que te digo que es parte de mi familia molecular.<br />

Luego, la vida de ciudad grande, de metrópoli. Sé que ustedes<br />

son muy críticos con su propio lugar, es lo normal. Pero<br />

yo veo Buenos Aires a través de los ojos de alguien que viene<br />

de un lugar diminuto. Siempre queremos lo que está más<br />

allá, al otro lado de la cerca. Las aceras anchas, los árboles<br />

en plena ciudad, la pasión para todo (que sería lo bueno y<br />

también lo malo de Buenos Aires), la carne, por supuesto.<br />

Pero vuelvo al inicio, hay algo de los argentinos que cuando<br />

se hacen tus amigos es para siempre. Y si no es así, yo tuve<br />

suerte porque esa ha sido mi experiencia.<br />

–Si no tengo mal entendido, es el primer autor de Costa<br />

Rica que es editado en un sello tan prestigioso como<br />

Seix Barral, ¿por qué es tan poco lo que se conoce de<br />

la escena literaria de su país?, ¿qué autores deberíamos<br />

conocer? Este es un lugar muy pequeño. Cuando el<br />

mundo puso la mirada en Centroamérica (guerra de los 80),<br />

Costa Rica estaba del lado de los malos, participamos del<br />

conflicto centroamericano de forma contradictoria, por un<br />

lado solidarios; por otro, traidores. No hay ejército, no hay<br />

guerras, hay poco atractivo para el mundo mediático y para<br />

el editorial. Es un país fuera de los radares.<br />

–Usa Twitter, Facebook, sigue administrando su blog,<br />

¿cuál es su relación con las redes sociales?, ¿le sirven<br />

como motor de inspiración o de distracción? Soy muy<br />

disperso. No me ayudan mucho. El blog, que abrí en el 2004<br />

como una especie de libreta de apuntes, se fue convirtiendo<br />

en un lugar para anunciar publicaciones o lecturas o talleres,<br />

poco más que eso. En Facebook tengo solo una fan page, la<br />

peor forma de Facebook tal vez. Es solo un lugar para anunciar<br />

lo mismo del blog: publicaciones, etc. Twitter es otro<br />

soporte para la escritura, hay un personaje-de-twitter, cierto<br />

carácter que uno le confiere. No es uno, no soy yo, claramente.<br />

Pero me gusta ese personaje a veces provocador, a<br />

veces ridículo (que viene a ser cosas parecidas); otras veces,<br />

las más, inocuo que se ejercita en ese plano efímero.<br />

–Aunque Abelardo Castillo dice que preguntarle a un<br />

escritor qué está escribiendo es obligarlo a mentir,<br />

luego de Salvapantallas, ¿qué viene? ¿está escribiendo<br />

algo? Mintamos: viene otra novelita (siempre corta) y<br />

más poesía<br />

31


Ser<br />

editor<br />

OLFATO & OFICIO<br />

32<br />

La titular del Grupo Claridad –Heliasta, Claridad y unaLuna– escribe<br />

33<br />

sobre la labor del editor y de su labor en la industria del libro<br />

POR Ana María Cabanellas<br />

En los últimos tiempos leemos y nos dicen reiteradamente<br />

que ya los editores no somos necesarios, que la edición del<br />

autor es cada día más sencilla y que por ende los editores<br />

están de más. Es por esa razón que se hace cada vez más<br />

necesario explicar el rol de los editores.<br />

Los editores invertimos en contenidos, y esto no es una<br />

actividad pasiva. Se necesitan grandes aptitudes y… mucha<br />

buena suerte. La mayoría de las veces la diferencia entre el<br />

original y el producto final es enorme. Hay que seleccionar,<br />

editar o lo que conocemos como corrección de estilo, corrección<br />

lingüística y producción.<br />

Pensemos que las primeras obras de Dan Brown no llega-<br />

marketing, prensa, distribución, logística y todo lo hizo bien.<br />

Marketing, prensa, distribución y logística son esenciales para<br />

la difusión de una obra y es otra de las tareas del editor.<br />

En conclusión los editores invierten y crean, proveen contexto<br />

y son hombres de negocios que juegan a la lotería. Los libros<br />

que crean son parte del proceso creativo. La promoción de la<br />

edición es una parte esencial de la promoción de la cultura.<br />

El autor que quiera editar su obra sin un editor deberá hacer<br />

el mismo trabajo que hacen los editores. Debe invertir para<br />

que su obra no se reduzca a un montón de palabras sin ordenar,<br />

sin corregir y sin verificar.<br />

En mi vida laboral tengo la suerte de hacer un trabajo muy<br />

variado. Comencé muy joven junto a mi padre en Editorial<br />

Atalaya, ya desaparecida. Después de terminar mi carrera de<br />

Derecho, en 1970, junto a mi hermano y a mi padre fundamos<br />

una nueva editorial jurídica Editorial Heliasta SRL.<br />

Años después adquirimos Editorial Claridad SA, una editorial<br />

fundada en 1922 que edita libros de interés general y, en<br />

2006, creamos un nuevo sello editorial unaLuna especialiron<br />

a vender diez mil ejemplares. Su cuarto libro, El Código<br />

Da Vinci lo contrató otra editorial y vendió en inglés más de<br />

sesenta millones de ejemplares.<br />

El rol del editor es mucho más importante cuando se trata de<br />

libros de texto, diccionarios y libros de referencia para profesionales.<br />

Difícilmente haya un libro de texto que se venda por los<br />

méritos del autor, al que pocas veces se conoce por su nombre.<br />

En general, lo que hace al libro confiable es el sello editorial.<br />

La inversión puede ser muy importante y significativa.<br />

Los editores somos empresarios que tomamos riesgo (venture<br />

capitalists). Invertimos en veinte libros, doce fallan, en cinco<br />

no perdemos plata y eventualmente tres pagan por los demás.<br />

Nadie puede saber de antemano qué libros serán los más<br />

exitosos. Así, el libro de Lynn Truss Come, dispara y se<br />

va (Eats, shoots and leaves) vendió más de tres millones de<br />

libros en tapa dura, más lo que vendió en rústica. ¡Este libro<br />

es sobre puntuación!<br />

Si los editores supiéramos qué libros serán exitosos serían los<br />

únicos que publicaríamos. Pero no lo sabemos. La edición es<br />

el reflejo de la cultura en su totalidad y no solamente de lo<br />

que es un éxito comercial.<br />

Los editores proporcionamos contexto. No hay una sola<br />

y única forma de transformar la información abstracta en<br />

conocimiento útil. Hay innumerables formas de hacerlo.<br />

Los editores eligen uno de acuerdo con el público al que se<br />

dirigen. El arte consiste en hacerlo bien y hacer la conexión<br />

con aquellas personas que están interesadas en esta forma de<br />

presentar un tema. Seguramente el hombre gay de San Francisco<br />

y la madre católica de seis hijos en Nigeria necesiten la<br />

misma información para evitar el SIDA, pero no va a llegarles<br />

a esas personas si no se les provee la misma en el contexto<br />

adecuado. Son los editores los que proveen ese contexto.<br />

J. K. Rowlings, la autora de Harry Potter, es exitosa no<br />

solamente por ser una gran escritora, además su editor hizo<br />

zado en literatura infantil. Las tres editoriales conforman el<br />

Grupo Claridad. Son temáticas muy diferentes, que me llevan<br />

a leer numerosos originales y a seleccionarlos para armar<br />

tres catálogos diferentes.<br />

La editorial jurídica, Editorial Heliasta SRL, tiene llegada<br />

a todo el país y los libros se exportan, en especial los diccionarios<br />

jurídicos. En los últimos años hemos modernizado el<br />

aspecto de nuestras ediciones, y las tapas las diseña el mismo<br />

diseñador de las tapas de Editorial Claridad SA. Estamos<br />

muy orgullosos de nuestras tapas, que discutimos bastante<br />

antes de decidir con qué propuesta nos quedamos.<br />

En Claridad tenemos nuestros libros agrupados por colecciones,<br />

una de las últimas es la de novela y la serie negra. Pero la<br />

más importante es la de historia.<br />

UnaLuna es nuestro sello de libros infantiles, tiene diez años<br />

y nos da mucha satisfacción. Trabajamos mucho en la elección<br />

de títulos, en la presentación y en la tipografía. Lo mejor<br />

es ver en la feria a los chiquitos que conocen a nuestros personajes<br />

o las caritas expectantes cuando escuchan atentamente<br />

a las cuentacuentos.<br />

Mi trabajo también me permite viajar a ferias internacionales<br />

donde nos reunimos con agentes literarios u otras editoriales<br />

para adquirir nuevos títulos o vender derechos de autor de<br />

nuestros títulos. En los viajes también vendemos nuestros<br />

libros físicos. La exportación ha sido siempre muy importante<br />

para nuestro Grupo Editorial.<br />

Otra de mis tareas es la gremial empresaria. Siempre creí que<br />

el libro era un vehículo muy importante para la educación y<br />

la cultura, y por esa razón trabajo por el libro en las instituciones<br />

que se relacionan con él. Presidí la Cámara Argentina<br />

del Libro, el Grupo Interamericano de Editores y la Unión<br />

Internacional de Editores, esta última agrupa a todos los editores<br />

del mundo y tiene sede en Ginebra, Suiza y CADRA, la<br />

entidad colectiva de gestión de derechos de reproducción de<br />

libros en Argentina.<br />

En la actualidad integro los comités ejecutivos de todas estas<br />

instituciones y de IFRRO, que agrupa a las entidades de gestión<br />

de derechos de reproducción de todo el mundo. Se trata<br />

de una tarea muy interesante que me permite aprender de<br />

las experiencias de otros países y de otros editores y transmitirlas<br />

a mis colegas


34<br />

Entrevista<br />

tres<br />

JUAN FORN<br />

“Los escritores<br />

vivimos de pálpitos”<br />

Los viernes (Emecé) son tres tomos que reúnen sus columnas<br />

publicadas en la contratapa de Página/12. Casi un nuevo género<br />

POR Christian Kupchik<br />

Para mucha gente, el día que se encuentra<br />

entre el jueves y el sábado es el Forn, no<br />

el viernes. Eso se debe a que Juan Forn<br />

(Buenos Aires, 1959) acostumbró a una<br />

legión de lectores a buscar el último día de la<br />

semana el texto que publica en la contratapa<br />

de Página/12. Son historias curiosas, con<br />

personajes –escritores la mayor de las veces–<br />

del siglo XX, que giran entre la crónica,<br />

la biografía y la ficción. En todo caso, son<br />

historias muy bien armadas a pesar de la<br />

brevedad de la propuesta y que dejan algún<br />

tipo de resonancia en la conciencia lectora.<br />

Los textos fueron reunidos en tres tomos,<br />

Los viernes (Emecé), que consiguieron un<br />

éxito inmediato. Si Juan Forn no inventó<br />

un género, al menos devolvió a la columna<br />

literaria un dinamismo que no conocía desde<br />

los días de las “aguafuertes” de Arlt.<br />

–Es curioso, pero este estilo que desarrolla<br />

en Los viernes tiene un antecedente<br />

de hace casi dos milenios en<br />

Plutarco… Por supuesto, todos abrevamos<br />

del mismo lugar, de las Vidas paralelas de<br />

Plutarco, que después fueron las Vidas<br />

imaginarias de Marcel Schwob o las<br />

recreaciones de vidas famosas que hacía<br />

Alberto Savinio, Contad, hombres,<br />

vuestra historia. Me empecé a interesar<br />

cada vez más en los tipos que trabajan lo<br />

breve con intensidad, como esos cafés que<br />

venían envasados al vacío total y cuando los<br />

abrías adoptaban su tamaño real. Lo que<br />

más me interesa ahora es ese tipo de prosa<br />

compactada, condensada al máximo posible<br />

y el efecto residual, el elemento que deja en<br />

el lector es ese: la historia debe crecer en el<br />

interior de cada lector.<br />

–¿Cómo hace para lograr eso? ¿Trabaja<br />

con un método determinado? Trabajo<br />

personaje y el mundo detrás, la época,<br />

sean rusos, japoneses, mexicanos… Trato<br />

de transmitir los máximos signos de época<br />

posibles, hasta donde puedo, en lo que digo<br />

y si no entre líneas. Busco trabajar al máximo<br />

la complicidad, el sobreentendido. Es una<br />

época en la que hay tal proliferación de información,<br />

tenemos tanta información en la<br />

cabeza sin siquiera tener conciencia de que<br />

la poseemos, que tocando ciertos botones<br />

se despiertan ciertos ecos en el lector. Es<br />

muy fácil decir: “Perspectiva Nevsky-fogones-guardias<br />

rojas en las esquinas-cortes de<br />

luz” y el lector ya está ahí adentro. Y después<br />

está el viejo truco de trabajar los detalles.<br />

Es fundamental tomar atajos. La idea de hipervínculos dentro<br />

del texto. Después no faltarán los enfermos que googlean cada<br />

cosa que escribís para ver si es cierta.<br />

–Lo cierto es que ese estilo entre la crónica y la ficción<br />

que además aparece en la contratapa de un diario es un<br />

registro tan personal como inclasificable… Cuando empecé,<br />

lo único que me propuse deliberadamente fue jugar con las<br />

paradojas de la situación. La contratapa es el lugar donde los<br />

periodistas se supone tienen derecho a hacer uso de la primera<br />

persona, a diferencia del resto del diario. La manera en que uso<br />

la primera persona es casi enmascarada, prácticamente no estoy<br />

en los textos. Otra cuestión: la mayoría de los escritores que tienen<br />

una columna, tratan de escribirla lo más rápido posible para<br />

dedicarse a las cosas que les importan de verdad. Yo estaba en un<br />

momento de sequía creativa cuando me ofrecieron las contratapas.<br />

Y me dije: “¿Qué pasa si convierto esto en un laboratorio y<br />

pongo ahí toda mi libido?”. Estaba en Gesell, con toda mi biblioteca,<br />

incluidos esos libros que uno se promete leer para después.<br />

Y así fui engordando una grilla, con lecturas acumuladas. A veces<br />

tenía que entregar y me sentía atrapado por el horror vacui hasta<br />

que, caminando por la playa me llegaba una colita de la que agarrarme<br />

para ir siguiendo la deriva. Ya me acostumbré a pensar en<br />

digresiones, un poco por mi manera de leer y otro poco por estar<br />

solo y hablar conmigo mismo todo el día.<br />

–¿Cómo trabajó lo autobiográfico? Al principio se me impuso.<br />

Recuerdo que estaba en medio de una tragedia familiar,<br />

había muerto la hermana de mi mamá, y no sabía qué escribir,<br />

o mejor dicho, no podía escribir nada. Y escribí sobre mi madre.<br />

Al principio con mucha timidez, me daba vergüenza. Después<br />

hice otra sobre el mar. Y para mi estupor, mucha gente<br />

me decía: “Tenés que escribir más de vos, son las más lindas las<br />

autobiográficas”. Yo entiendo, pero no me permito más de una<br />

cada treinta, si se impone. En alguna que otra ocasión hablando<br />

de un tema en particular meto algo personal si veo que engancha<br />

más o menos bien. Pero tampoco quiero abusar.<br />

–¿Y cómo trabaja en la selección de temas y personajes?<br />

Te llaman, como te llaman ciertos libros en un estante. Hay<br />

ciertos nombres que uno oyó nombrar y reaparecen en un libro.<br />

Elegir la selección de textos que integran los tres tomos obedece<br />

a un sistema de contactos subterráneos. Casi todos los personajes<br />

que toco pertenecen al siglo XX, y una de las cosas que más<br />

me gusta de ese siglo es que nunca está quieto, es un remolino.<br />

–Haber puesto esa frontera temporal, ¿también fue deliberado?<br />

Más que deliberado fue un gusto personal. Me voy<br />

un poco más atrás de 1870 y ya empiezo a patinar, me siento en<br />

terra incógnita. Y de 1970 o 1980 para aquí, ya todo me produce<br />

dejá vu, salvo las cosas nuevas ya todo me parece producto<br />

de algo anterior. Cada tanto cristaliza un tipo, monstruos como<br />

Sebald, Bolaño… Cuando aparece algo nuevo, yo disfruto y<br />

celebro descubrir contemporáneos que tienen una empatía o<br />

una frecuencia similar a la mía. Pero el mundo expresivo verdaderamente<br />

elocuente para mí es el siglo que va de 1880 a 1980.<br />

–Queda clara la identificación con los personajes por los<br />

que siente empatía, ¿alguna vez abordó alguno por el<br />

que siente rechazo? Sí, claro… Por ejemplo, Pound y lo hice.<br />

Siento rechazo por Céline. Entiendo la fascinación que despierta,<br />

pero a mí no me funciona: lo único que veo al leerlo son<br />

los signos de admiración y me crispo. No entiendo por qué tiene<br />

que hablar gritando y desde ya que no comparto su fascismo.<br />

Hay otros casos más personales, como Saer. Para mí está fuera<br />

de discusión que Saer es un gran escritor, pero a mí no me habla.<br />

Esa sí fue una decisión estratégica: no hacerme el malito. Es fácil<br />

tomar en cien líneas a alguien y ridiculizarlo, pero no era eso lo<br />

que me importaba. A mí me interesa mucho lo que entiendo<br />

como la lógica interna de cada escritor y que es una suerte de<br />

código que va de lo estilístico a lo ético. Son decisiones…<br />

–¿No se vio tentado de ficcionalizar por completo una<br />

historia real? Lo que pasa es que eso tiene que ver con la<br />

elocuencia directa del libro del que te nutriste. Cuanto más te<br />

habló esa fuente, más ventrílocuo sos. Y después hay otra cosa<br />

que ya entra en el terreno de lo esotérico. Cada vez que bajo a<br />

caminar por la playa, me surge muy nítida una pregunta: ¿qué<br />

historia cuenta esta historia? ¿Qué me dice a mí, qué tiene que<br />

ver conmigo esto? ¿De dónde viene? Ese yo, en realidad, es yo<br />

y mis lectores, me pienso en plural. Y tarde o temprano algo<br />

baja y resuena con una cosa o la otra. Ahí me siento un poco un<br />

canal de algo más. Durante muchos años trabajé textos ajenos,<br />

a veces en presencia con el autor o en otros sobre traducciones<br />

o directamente como traductor. Fueron muchos años de lo que<br />

llamo el “síndrome camaleónico”. Para trabajar un texto de otro<br />

hay que entender su lógica, meterte tan adentro que terminás<br />

pensando con su cabeza y no con la tuya. Uno ve el revés de<br />

la trama y comienza a entender la mecánica interna de un<br />

libro y eso, practicado a lo largo del tiempo, se traduce en una<br />

gimnasia por la que es posible ver más allá de lo escrito. Los<br />

escritores nos hacemos los racionales pero vivimos de pálpitos.<br />

Nos pasamos la vida guiados o desoyendo pálpitos.<br />

–¿Se siente cansado a veces de las contratapas? ¿No tiene<br />

nostalgia de la prosa de largo aliento? Sí, la verdad es<br />

que me cansan un poco, de hecho bajé la frecuencia a quince<br />

días. Es algo que se sabe en el gremio: si uno hace una columna<br />

por mucho tiempo llega el momento en que pisa sobre huellas<br />

marcadas por uno mismo. Y no me gusta nada ni la idea de<br />

repetirme ni de que me salga demasiado fácil. Los únicos<br />

momentos donde extraño otro formato es allí, cuando me digo:<br />

“Ya me siento como pez en el agua haciendo esto”, entonces<br />

debería salir. La regla con la que siempre me guié como escritor<br />

es que una vez que algo te sale más o menos bien y rápido,<br />

hay que probar con otra cosa. No hay progreso posible si no se<br />

enfrentan dilemas insolubles<br />

35


Cosas malas tiene la vida.<br />

Qué te creíste con tu imaginación. Me traicionaste no tenés<br />

Pero ninguna peor que la traición.<br />

perdón, ahora fumate un viaje”. La canción habla de Sibyl<br />

Unos callan, otros olvidan.<br />

Vane, personaje de la novela clásica de Oscar Wilde El retrato<br />

de Dorian Gray. La letra de Páez interpreta la escena<br />

Tema de tapa<br />

Y yo lo canto recordándotelo.<br />

tres<br />

Hermética<br />

previa al suicidio de Vane, menospreciada violentamente por<br />

el protagonista. Según Páez, Wilde usó su afilada escritura<br />

para mostrar la torpeza y la necedad masculinas.<br />

El rock barrial también tiene sus canciones de amor y traición.<br />

Como La Beriso, con el tema “Sin tu amor”, editada<br />

en el álbum Vivo por la gloria aparecido en 2014. Es una<br />

clásica canción de desamor que rápidamente pone el conflicto<br />

en las primeras estrofas: “Vos elegiste ese lugar que<br />

ocupás, hoy vos sos dolor. No quiero verte pedir perdón, lo<br />

que hiciste fue traición”.<br />

Probablemente pocas canciones en el mundo tengan un mensaje<br />

tan claro y directo como “Sólo le pido a Dios” de León<br />

Gieco, incluida en el álbum 4°LP. Cuenta la historia que Gieco<br />

la compuso en su pueblo natal Cañada Rosquín, en Córdoba.<br />

Transcurría 1978, en pleno apogeo de la dictadura militar<br />

y con la posibilidad cierta de entrar en guerra con Chile por<br />

conflictos territoriales, Gieco escribió la canción inspirado en<br />

“A Hard Rain’s A-Gonna Fall”, tema de su ídolo Bob Dylan.<br />

El resultado fue una canción de versos tristes y ritmo monótono<br />

que no lo convenció demasiado. Gieco no tenía pensado<br />

incluirla en su disco, pero ocurrió una confusión.<br />

El bandoneonista Dino Saluzzi había grabado con el<br />

santafecino la versión de “Cachito Campeón de Corrientes”<br />

y supuestamente su trabajo estaba terminado. Sin embargo,<br />

por una confusión apareció por el estudio. Gieco se sorprendió<br />

pero luego decidió grabar algo para que el músico<br />

salteño no sintiera que se había quedado “al pedo”. Y se<br />

le ocurrió improvisar “Sólo le pido a Dios”, ese tema que<br />

36<br />

tenía archivado, mientras los grababa el técnico Amílcar<br />

37<br />

POR Juan Cibeira<br />

Un maestro de la literatura como el escritor estadounidense<br />

Tennessee Williams recomendaba desconfiar de quienes<br />

nos rodean como única forma de evitar las traiciones. “Debemos<br />

desconfiar unos de otros. Es nuestra única defensa<br />

contra la traición”. A pesar de que pueda sonar excesivo, algo<br />

de razón hay en esta frase, porque en verdad para que haya<br />

traición tiene que haber confianza, nunca hay traición en los<br />

enemigos. Y es algo tan antiguo como la frase de aquel Jesús<br />

de Nazaret que dijo “sé que uno de ustedes me traicionará”.<br />

En la música la traición aparece en todos los ritmos y estilos.<br />

Por ejemplo en el tango, género proclive al drama sentimental,<br />

la traición puede estar presente de muchas maneras.<br />

Carlos Gardel cantó: “Hoy un juramento mañana una<br />

traición, amores de estudiantes flores de un día son”, en el<br />

emblemático tango “Amores de estudiantes”, en este caso<br />

hablando de la fragilidad de los romances juveniles. En<br />

cambio, en “A la luz del candil”, una composición de 1927<br />

que permanece en la memoria colectiva con frases como<br />

“¡Arrésteme, sargento, y póngame cadenas!...” se relata<br />

puntillosamente una traición amorosa que termina en una<br />

tragedia cuando el traicionado ultima a los traidores.<br />

A veces la traición toma formas y destinatarios concretos.<br />

Como en el caso del Indio Solari y su mediática disputa<br />

con su compañero de ruta en Los Redondos, el guitarrista<br />

Skay Beilinson. Sin ambages, el ex líder y vocalista Redondo<br />

se despachó a fondo sobre el enfrentamiento con su<br />

ex compañero, apelando a esa relación de antaño. Dijo: “No<br />

siento nostalgia, porque la traición tiene una cosa jodida.<br />

Arruina el pasado”. Y remató: “La traición es jodida en los<br />

leales, de los que vos no esperás nada, te importa un queso”.<br />

En el terreno estrictamente musical, El Indio habla de traición<br />

en el tema “Había una vez”, del álbum Pajaritos, bravos<br />

muchachitos, cuarto disco solista junto al grupo Los Fundamentalistas<br />

del Aire Acondicionado. Dice en la estrofa final<br />

de la canción “Hay tantas partes tan lindas sin tu traición, y<br />

el mundo sigue girando aun sin tu amor”. Como es habitual<br />

con las letras del Indio, merecen más de una lectura, pero<br />

algunos críticos opinan que es un mensaje a su ex guitarrista.<br />

Regresemos al amor. La traición también genera impulsos<br />

creativos como los del cantante Justin Timberlake, que<br />

a fines de 2002 lanzó su álbum debut solista, Justified, en el<br />

que incluyó la canción “Cry Me a River”. El tema habla de<br />

un profundo desamor por una traición, un relato inspirado<br />

en un hecho de la vida real. Justin estaba en pareja con la<br />

ídola teen Britney Spears, pero en 2002 la relación estalló<br />

cuando Justin supo que la jovencita lo había engañado con su<br />

personnal trainer…<br />

Al menos a Justin le quedó el consuelo de haber hecho<br />

un hit, número uno en más de diez países, ganador de un<br />

premio Grammy 2004, y versionado por artistas como Kelly<br />

Clarkson, Leona Lewis y Taylor Swift.<br />

En cambio, para Gustavo Cerati la traición puede ser<br />

un crimen… sin resolver. La canción “Crimen”, del álbum<br />

Ahí vamos. Lanzado en 2006, este disco marcó un hito en la<br />

ascendente carrera solista del ex Soda. “Crimen” fue su gran<br />

hit, una metáfora de infidelidades y amor perdido que Cerati<br />

compuso en piano, algo inusual en un guitarrista líder. Entre<br />

celos y egos a punto de estallar, dice la canción “Una rápida<br />

traición, y salimos del amor. Tal vez me lo busqué”.<br />

Sin nombrar literalmente la traición, también hablan de ella<br />

desde Buddy Holly a Katy Perry. El que fuera ídolo en<br />

los 50 y una influencia fundamental para los Beatles, grabó<br />

en 1958 el tema “Crying, Waiting, Hoping”, una canción que<br />

habla de cierta mirada inocente frente a la primera traición.<br />

Por su parte, Perry le manda munición gruesa al personaje de<br />

su canción, que según cuenta la leyenda sería el comediante<br />

británico Russel Brand, con quien estuvo casada durante…<br />

catorce meses. A pesar del corto tiempo transcurrido, Perry<br />

quedó muy golpeada con la separación pero ella aseguró que<br />

la escribió antes del divorcio. Lo cierto es que el tema se transformó<br />

en un himno de las mujeres traicionadas y abandonadas,<br />

un desafiante renacer frente a la catástrofe amorosa.<br />

Quien no deja dudas es Fito Páez en su tema “La canción<br />

de Sybil Vane”, que integra el álbum Rock and Roll Revolution,<br />

editado en 2014. En un disco áspero, de punzantes<br />

guitarras y poderosas baterías, Páez descarga tanta electricidad<br />

como resentimiento en las letras. “La canción de Sybil<br />

Vane” arranca con dos pianos y batería y un Páez desatado<br />

que habla de traición: “Qué clase de mujer te pensás que sos.<br />

Gilabert. Un par de versiones bastaron para redondear la<br />

simple pero contundente versión original que se convertiría<br />

en una de las canciones argentinas más versionada en todo<br />

el mundo. En un texto que habla de no ser indiferente a la<br />

mentira y la injusticia, explícitamente se instiga a no olvidar<br />

la traición. “Sólo le pido a Dios que el engaño no me sea<br />

indiferente, si un traidor puede más que unos cuantos, que<br />

esos cuantos no lo olviden fácilmente”.<br />

“Sólo le pido a Dios” trascendió las fronteras argentinas y<br />

tiene innumerables versiones en todo el mundo. Las hay en<br />

hebreo, portugués, pakistaní, persa, iraní, gallego, inglés,<br />

alemán y hasta japonés. También fue versionada en distintos<br />

ritmos, desde el rock duro hasta la cumbia villera, del cuarteto<br />

al instrumental.<br />

Entre las muchas versiones que se han hecho localmente,<br />

una de las más populares es la que hizo Gieco en el festival<br />

B.A.Rock de 1982, acompañado por Miguel Cantilo,<br />

Piero y Raúl Porchetto


Entrevista<br />

cuatro<br />

El círculo<br />

recomienza<br />

Una historia natural de la curiosidad es su último<br />

libro, que coincidió con su retorno al país.<br />

ALBERTO MANGUEL habla de literatura y de su<br />

puesto como director de la Biblioteca Nacional<br />

POR Christian Kupchik<br />

38<br />

Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) ya contaba con una<br />

obra y una historia prodigiosa mucho antes de que su nombre<br />

se convirtiera en foco de controversias en el país al retornar<br />

al cabo de cinco décadas en el exterior para hacerse cargo de<br />

la Biblioteca Nacional. Obras como Guía de lugares imaginarios,<br />

La ciudad de las palabras o su fundamental Una historia<br />

de la lectura, traducida a una docena de idiomas y convertida<br />

en una obra de referencia sobre el tema, hablan de Manguel<br />

no solo como un autor erudito, sino también como un curioso<br />

sistemático. Precisamente, su retorno al país coincidió con la<br />

publicación de su último libro, Una historia natural de la curiosidad,<br />

donde plantea una serie de interrogantes fundamentales<br />

que hacen a la existencia. La curiosidad, en este caso,<br />

también pasa por la decisión de optar por el lugar público y<br />

resignar la posibilidad de una vida tranquila.<br />

–A partir de la anécdota que abre el libro se nos<br />

conduce a interrogarnos si la curiosidad tiene como<br />

móvil dar respuesta sobre ciertas cuestiones o abrirnos<br />

a nuevas preguntas… El móvil es, quizá, encontrar una<br />

respuesta, pero lo que alimenta y justifica la curiosidad es encontrar<br />

nuevas preguntas. Las respuestas cierran el diálogo,<br />

39


40<br />

pertenecen al género de catequismos. Las preguntas, en cambio, permiten<br />

el diálogo y corresponden a la literatura.<br />

–Detrás de las preguntas está la búsqueda de la verdad, pero la<br />

verdad también puede encerrarse en un dogma. Por supuesto. Sir<br />

Thomas Browne cita el Evangelio con la pregunta sobre la verdad y dice:<br />

“Y no se quedó para recibir la respuesta”. No sé si inventamos el concepto de<br />

verdad para consolarnos. Creo que al universo le interesa muy poco la verdad,<br />

y por ejemplo la astrofísica nos habla de leyes ambiguas, de reglas que son<br />

ciertas pero inconcebibles, que están más allá de cualquier cosa que podamos<br />

llamar verdad o mentira. Entonces, la dificultad existencial de vivir sin certitudes<br />

en algún momento nos resultó insoportable e inventamos el concepto de<br />

verdad para decir: “Bueno, no la alcanzamos pero al menos existe”.<br />

–¿Por qué eligió a Dante como guía en este viaje maravilloso por la<br />

curiosidad? Fue por casualidad. Hubiese podido elegir en otro momento<br />

de mi vida a Lewis Carroll o al Rey Lear. Sin embargo, hace diez años<br />

tuve una intervención quirúrgica importante, lo que me obligó a quedarme<br />

en mi casa. Leí entonces un texto que sabía profundo pero no había leído<br />

nunca: La Divina Comedia. Me encontré con un universo extraordinario,<br />

en el sentido más literal del término. No había nada ordinario en ese texto,<br />

no había límites. Cada lectura me abría nuevas puertas. Pensé entonces que<br />

iba a encontrar allí las preguntas que me estaba haciendo formuladas por<br />

Dante. Uno de los aspectos más poderosos de la Comedia es permitirnos<br />

olvidar que Dante es el artífice de ese mundo para creer que realmente está<br />

allí conversando con Virgilio o Beatriz, que son personajes de su imaginación.<br />

Creo que Dante intuyó que a través de esas conversaciones que, en<br />

efecto, son preguntas, accede a un conocimiento verdadero de sí mismo y<br />

del universo. Ese conocimiento escapa al dominio de las palabras. Tiene una<br />

revelación final cuando dice: “Lo vi, pero no puedo decir lo que vi”.<br />

–¿Le ocurrió lo mismo escribiendo sobre la curiosidad?<br />

No, lamentablemente no tuve nada parecido a la iluminación<br />

de Dante. Soy, quizá, poco merecedor de estas visiones. Me<br />

gusta mucho una frase del crítico canadiense Northrop<br />

Frye, quien afirmó que de haber estado presente en el nacimiento<br />

de Cristo, piensa que no hubiese oído a los ángeles<br />

cantar. Y concluye: “Digo eso porque no los oigo ahora, y no<br />

existe razón para suponer que se han callado”. Es lindo, ¿no?<br />

–En los siglos XVII y XVIII se extendieron los gabinetes<br />

de curiosidades, esos espacios que buscaban<br />

respuesta en la naturaleza, lo artificial, ¿qué ocurrió<br />

con esa búsqueda? Se ha transformado en otra cosa. Están<br />

por ejemplo esos videos curiosos que muestran un perro que<br />

habla o un bebé que salta por los aires. Estas cosas pertenecen<br />

también al género de las curiosidades y el museo se ha<br />

transformado en un hecho virtual. Pero es cierto, nuestras<br />

expectativas de lo curioso han disminuido mucho. Hoy nos<br />

resultan curiosas determinadas cosas que a nuestros antepasados<br />

les habrían parecido pavadas.<br />

–¿El avance tecnológico, Internet concretamente, que<br />

crea la ilusión de que todo se puede encontrar, no<br />

atenta de algún modo contra la curiosidad? En plena<br />

época humanista, Petrarca describe un diálogo con San<br />

Agustín en un texto titulado Mi secreto. Allí, en ese texto<br />

escrito once siglos antes, San Agustín le reprocha a Petrarca<br />

haber perdido el arte de la memoria debido a la forma en que<br />

era ejercida la lectura en su época. Para Agustín la lectura<br />

implicaba una memoria activa, y en días de Petrarca esa<br />

característica se había perdido. Siempre sentimos nostalgia<br />

del pasado y creemos que las nuevas tecnologías por un lado<br />

anulan y hacen perder ciertas cualidades que las preceden.<br />

Nos olvidamos que toda tecnología siempre fue nueva en un<br />

momento, y que hubo una precedente y otra que la sigue.<br />

Nuestros nietos seguramente observarán los actuales celulares<br />

o Internet como un anacronismo. Todo esto, vinculado<br />

con que “el pasado fue mejor” pertenece a una suerte de<br />

superstición que nos gusta, pero yo creo que es más útil considerar<br />

a la tecnología en relación al uso que le damos.<br />

–¿Las bibliotecas representan la última catedral de la<br />

curiosidad? ¿Por qué última? Pensamos linealmente, es decir,<br />

vamos de A a Z pasando por B, C, D, etc. La mayor parte<br />

de nuestros recorridos históricos, y sobre todo intelectuales,<br />

no suceden linealmente sino de manera espiralada, en elipsis,<br />

retrocediendo. Cuando hablamos de la biblioteca como último<br />

punto de la curiosidad también podemos ponerla como<br />

el primer punto: vamos allí, descubrimos cosas que incitan<br />

a nuestra curiosidad, que nos lleva a escribir o leer más. El<br />

resultado de todo eso será un libro que se incorpora a la<br />

biblioteca y el círculo recomienza. Me parece útil distinguir<br />

el viaje al que nos conduce la curiosidad como un trayecto sin<br />

meta predeterminado. A veces es un viaje circular, que nos<br />

lleva al punto de partida, y otras a horizontes desconocidos.<br />

–Dentro de esta clasificación, ¿a qué grupo pertenece<br />

el hecho de haber venido a asumir la dirección de la Biblioteca<br />

Nacional? Posiblemente a los dos. Hace un par de<br />

años decidimos con mi compañero vender la casa que teníamos<br />

en Francia, empaquetar los libros y enviarlos a un depósito<br />

en Montreal. Le habían ofrecido un trabajo interesante en<br />

Nueva York, de modo que nos instalamos allí. Hacíamos una<br />

vida muy tranquila, distinta a la que llevábamos en el campo<br />

francés, pero tranquila. Y entonces me llega esta propuesta.<br />

Me llevó bastante tiempo decidir, y si acepté fue por tres cosas,<br />

dos muy personales y la otra menos. Comenzaré por esta<br />

última. Conocí a Borges siendo un adolescente en la librería<br />

en la que yo trabajaba e iba a verlo a la Biblioteca Nacional.<br />

Es decir que aquello que me impulsó a los 14 años, más de<br />

cinco décadas después sentí que cerraba el círculo.<br />

La segunda razón es que me pareció arrogante no aceptar<br />

algo que Borges había aceptado. Creo que el ofrecimiento<br />

constituye un honor y rechazar un honor es arrogante. Tercero,<br />

y lo más personal, es esto: estudié en el Colegio Nacional<br />

Buenos Aires. No fui a la Universidad, pero ese aprendizaje<br />

de seis años en el Colegio Nacional Buenos Aires fue fundamental<br />

en mi vida, tanto que después sentí que la Universidad<br />

era aburrida. El resto de mi vida usufructué lo aprendido en<br />

el Colegio, con la sensación de que nada fue tan importante<br />

como lo que aprendí entonces. Al cabo de construir una carrera<br />

durante cinco décadas con ese material, sentí que aceptar la<br />

dirección de la Biblioteca era una forma de decir gracias.<br />

El agradecimiento pasa por ponerme al servicio de esta institución<br />

inmensa, ya no como escritor, sino como administrador,<br />

para poner en práctica ciertas ideas que había desarrollado<br />

sobre bibliotecas, sobre lecturas, y ver si funcionaban. No soy<br />

inocente, sé que es un contexto difícil en el que estamos. Hay<br />

un enfrentamiento, un conflicto de fuerzas irracionales. Siento<br />

que estoy tironeado en el medio de dos hinchadas de fútbol<br />

donde la razón no tiene lugar. Aun así, pienso que la Biblioteca<br />

tiene que sobrevivir como tal, como institución que guarda<br />

la memoria de nuestro país, de nuestra sociedad, de nuestros<br />

antepasados. Y también una institución que prepara material<br />

para los lectores futuros formándolos al mismo tiempo. Si<br />

puedo empezar a hacer esto, me sentiré feliz y será un lindo<br />

capítulo para terminar mi vida. Pensé que ya había llegado al<br />

capítulo final y me encuentro que hay otro tomo.<br />

–Aun cuando afirma que el escritor ha quedado de lado,<br />

estaba trabajando en una historia sobre la utopía… Sí, el<br />

proyecto está vigente, he tomado cantidad de notas, etc. Me lo<br />

pidió un editor francés que publica libros de arte y quería que<br />

escribiese textos para una serie de imágenes que ilustran la<br />

utopía. Es un proyecto que me sigue interesando muchísimo,<br />

que me parece esencial, sobre todo viviendo aquí. Todos los<br />

días me hago la misma pregunta: ¿cómo es posible que seres<br />

racionales que se deciden fundar un país –y estamos en el<br />

Bicentenario de la Independencia– no hayan logrado nunca,<br />

pero nunca en la Historia, ser felices y justos? Moderadamente<br />

felices y moderadamente justos. ¿Por qué? ¿Cuáles son las<br />

ambiciones que nos impiden concebir un proyecto común?<br />

Por supuesto, yo tampoco tengo la respuesta<br />

41


Entrevista<br />

cinco<br />

vivir<br />

para contarlo<br />

PABLO RAMOS habla de su último trabajo, Hasta que puedas quererte solo<br />

(Alfaguara), en el que cuenta su adicción a las drogas y que está estructurado<br />

a partir del Programa de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

42 43<br />

“El otro día iba camino a lo de mi hija y uno en la calle me grita:<br />

–¡Locura! ¡Tomá, una de la mejor! –y me la regala. Llamé a<br />

mi padrino.<br />

–¿Qué hacés?<br />

–La tengo en la mano.<br />

–¿Pero vos sos pelotudo que la agarraste?<br />

–Y, es un regalo.<br />

–Sí, un regalo del diablo, boludo.<br />

–Loco, no la puedo tirar.<br />

No me la metí, pero no la podía tirar. Tenía en la mano lo<br />

que me había cagado la vida y no lo podía tirar. Por eso<br />

Baudelaire me chupa un huevo porque no le creo nada.<br />

¿Qué paraíso artificial? Infierno artificial. Porque cuando<br />

yo la fui a comprar, la fui a comprar eligiéndola. Nadie me<br />

la puso. Mi mamá no se drogó en el embarazo. No me puso<br />

droga, me ponía café con leche arriba de la mesa.<br />

Al final vino el Ruso, un amigo de La Paternal y la tiramos,<br />

pero yo dije: ‘Boludo, se la hubiéramos regalado a alguien’.<br />

Me miró y me dijo: ‘¿Vos te escuchás? Escuchate, porque<br />

está hablando la enfermedad’. La enfermedad habla. Eso<br />

viene del alma, no viene de otro lugar. También está la<br />

obsesión. ¿Cuál es la obsesión? Una rayita. Si me tomo la<br />

raya, está la compulsión y después el egocentrismo. Pero yo<br />

iba camino a ver a mi hija. Entonces, mi amigo me pregunta:<br />

‘Si te tomás una raya, ¿seguís camino a ver a tu hija?’. Ni en<br />

pedo, le digo. Entonces qué hago, pienso en ella. Si me falla,<br />

caigo. El gran enemigo del adicto es la culpa. La culpa te<br />

hace seguir consumiendo”.<br />

El que habla es Pablo Ramos, uno de los pocos autores que<br />

cuando escribe, cuando da una nota o toca con su banda,<br />

siempre muestra hasta sus vísceras. Nunca tiene miedo al


44<br />

qué dirán. Es tan auténtico e intenso como los siete libros<br />

que lleva publicados. En el último, Hasta que puedas<br />

quererte solo, estructura su relato a partir del Programa de<br />

los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos y con una potencia<br />

literaria desgarradora describe cuánto duele descender<br />

al infierno de las adicciones. Sin guardarse nada y con una<br />

mirada profunda, revela desde adentro lo que la droga da y<br />

sobre todo, lo que quita.<br />

–En sus libros siempre hay muchos datos autorreferenciales,<br />

pero este es el primero en el que usted<br />

mismo es el personaje, ¿por qué quiso desnudarse<br />

tanto? Cuando la realidad es dura y muy significativa, al<br />

transformarla en ficción corrés el riesgo de prostituirla. Si<br />

la ficción que lográs es menor de lo que fue la realidad, no<br />

tiene sentido. Por eso, estas crónicas merecían que llevaran<br />

mi nombre real porque toda la gente sobre la que escribo,<br />

también figura con su nombre real. Me expuse tanto que en<br />

la tapa hasta puse una foto mía con mi hermano. Yo soy el<br />

más rubiecito de los dos nenes. Mis piernas no logran verse<br />

en la foto porque falló la cámara. Como si el destino ya lo<br />

supiera, van a andar un solo camino y uno va a ser la sombra<br />

del otro. Cuando mi hermano está bien, yo estoy mal y cuando<br />

yo estoy bien, mi hermano está mal. Por otra parte, este<br />

libro, de algún modo, reivindica la figura de mi padre que<br />

traté con tanta dureza en La ley de la ferocidad.<br />

–En este país en el que nos encanta poner etiquetas,<br />

¿le preocupa la lectura que se pueda hacer del libro?<br />

No me preocupan las etiquetas. El otro día me llamó un tipo<br />

de una radio y para presentarme dijo: “Vamos a hablar con<br />

Pablo Ramos, adicto, también guionista”. Ni escritor dijo.<br />

Cuando termino de escuchar la presentación, el tipo repetía:<br />

“Hola, ¿se escucha?”. Y yo no decía nada. A los segundos le<br />

respondí: “Disculpá, lo que pasa es que me estaba inyectando.<br />

Lo primero que hago es inyectarme heroína porque<br />

antes que nada soy es un adicto, ¿no?”. El tipo me pidió<br />

perdón y que le contara mi novela. “Te cuento”, le digo y<br />

empecé a hablarle de La ley de la ferocidad. Hasta que me<br />

cansó: “Para la próxima, aunque sea, sacale el nylon y leé la<br />

contratapa para hacerme una entrevista”. Que ese tipo me<br />

rotule, me importa muy poco. Me podría llegar a preocupar<br />

algún enemigo literario que tengo, pero tampoco me preocupa<br />

porque el libro se sostiene. La prueba es que la primera<br />

edición se agotó sin hacer ni una sola nota de prensa.<br />

–¿Quiere decir que si un libro es bueno, el periodismo<br />

sirve de poco? Sirve de poco cuando le dan con un caño a<br />

un libro. Ojalá los críticos se dedicaran a hablar solo de los<br />

libros que les gustan.<br />

–En cuanto al proceso de escritura, ¿este libro le costó<br />

todavía más que la Ley de la ferocidad? Este libro me<br />

costó muchas recaídas de mi hermano y mías. Por eso tardé<br />

tanto en publicarlo. No estaba seguro si estaba haciendo algo<br />

valioso o estaba escrachando a mucha gente que quiero.<br />

–Ahora que está en la calle, ¿qué devolución recibió<br />

de su entorno que forma parte del libro? Ellos sienten<br />

que el libro les dio una voz y están tan contentos que hasta<br />

se lo regalan a otros diciéndoles que están adentro del libro.<br />

Además, no elegí gente que tomaba merca y salía a robar,<br />

sino que escribí sobre los que se drogaban porque buscaban<br />

calmar un dolor.<br />

–Me acuerdo de que la primera vez que charlamos,<br />

hablamos mucho de Maradona y los puntos de contacto<br />

en la historia de vida de ambos. En una de las tantas<br />

frases de Diego, él dice “qué jugador hubiera sido<br />

si no me hubiera drogado”. En su caso, ¿piensa qué<br />

escritor hubiera sido sin la droga? Diego lo dice porque<br />

jugó drogado. Yo no tengo nada publicado que haya escrito<br />

drogado. Todo lo que escribo borracho o drogado es un<br />

desastre. Creo que me rescaté a tiempo. Mi cabeza está tan<br />

o menos entera que la de cualquiera. Además supongo que<br />

entre los dos hay distintas maneras de tomar. Yo empecé a<br />

tomar porque tenía dos laburos y quería quedarme despierto<br />

para poder leer o escribir. Durante dos años leí como un<br />

loco. Leía más de seis horas por día. Por suerte en esa época<br />

no podía comprar diez gramos de cocaína, compraba solo<br />

uno. Después la adicción te va atrapando y por eso terminé<br />

como terminé. Cuando tuve la empresa y ganaba tanta guita,<br />

tenía un kilo de merca en la caja fuerte por las dudas.<br />

–En el libro dice algo así que como “el que tiene el<br />

bolsillo lleno tiene la razón o al menos los demás le<br />

dan la razón”. Ahora que ya no es empresario y se dedica<br />

solo a la literatura, ¿sigue siendo igual su relación<br />

la plata? Todo sigue siendo igual. Yo no cambié en nada,<br />

las personas no cambian, nadie cambia. Mi relación con la<br />

guita sigue siendo tan promiscua como antes. Ahora, tal vez<br />

tengo algunas herramientas más. Si estoy sobrio al momento<br />

de elegir, puedo elegir tomarme un vino, tomarme una raya<br />

o elegir no hacerlo y llamar a alguien. Por eso siempre es<br />

“solo por hoy”. Ante la tentación, siempre se habla de dejar<br />

la droga para mañana, total el puntero ya sabemos que va a<br />

estar ahí, siempre esperando. Yo lo que hago es tratar de armarme<br />

planes. Por suerte mi hija Antonia vino a mi vida y<br />

fue una especie de centro al pie que me tiró el universo. Ella<br />

es la luz de mis ojos. Además la soñé mucho. En una de las<br />

canciones que le escribí lo digo: “Una vez te soñé, una vez te<br />

creí ver”. Ya le hice tres canciones. Estoy enamorado de ella.<br />

En mis sueños aparecía una voz y me decía “estoy llegando,<br />

¿cómo me vas a encontrar?”. Y yo decía: “limpio”<br />

y me despertaba.<br />

–En el libro pareciera que la única salida posible es<br />

la fe, la religiosidad, ¿es así? Es importante el trabajo<br />

espiritual y la fe, pero no tiene por qué ser la fe en Dios.<br />

Puede ser la fe en algo, en Narcóticos Anónimos, en un<br />

programa de doce pasos, la fe en un padrino que vos elegís.<br />

Yo tengo uno con quince años de recuperación. Si uno<br />

tiene fe en su padrino, lo que él piensa es más sano que lo<br />

que piensa uno. Yo pensaba al revés, decía: “Me drogo porque<br />

me quedé sin laburo, me drogo porque mi mujer me<br />

dejó”. Hasta que vino Mario C. y me dijo “a vos te echaron<br />

del laburo porque te drogás y tu mujer te dejó porque te<br />

drogás, vos pensás al revés”.<br />

–“La ayuda no llega si no se pide”, escribe en el libro,<br />

¿le costó pedir ayuda? Claro, porque lo más difícil es pedir<br />

ayuda todo el tiempo, pedir ayuda cuando uno está bien.<br />

Porque una vez que consumiste, ya no sirve la ayuda. Hoy<br />

tengo apenas siete meses limpio y es un montón. Mantenerse<br />

limpio implica un constante examen de uno mismo. Los<br />

grupos son contención, no es un tratamiento. Aparte está la<br />

terapia que es fundamental para salir.<br />

–Para salir hay que tener a qué aferrase, ¿cuáles son<br />

esas cosas a las que se aferra? Hoy me aferro a mi hija<br />

Antonia, a un par de compañeros y a la escritura. El libro<br />

dice que es hasta que puedas quererte solo y yo ni en pedo<br />

me quiero solo. Apenas aprendí a no odiarme solo.<br />

–¿Qué piensa que se podría hacer desde el gobierno?<br />

En Ámsterdam hay una plaza en la que te vienen a inyectar<br />

la heroína o la codeína. También te dan un folleto en el que<br />

te muestran que podés salir de eso. Desde el gobierno deberían<br />

mirar el problema más de frente. Pero la realidad es que<br />

más avanza este gobierno y más kirchnerista soy. Es cierto,<br />

en salud Cristina no hizo tanto, pero daba el contexto para<br />

que si seguía un proyecto así, en algún momento se miraran<br />

estas cuestiones. Es increíble que la solución a estos problemas<br />

esté por fuera de entes gubernamentales. En televisión<br />

ni siquiera se ven anuncios de NA o AA. Los pocos que vi,<br />

los vi en la época de Cristina en la Televisión Pública. Alguna<br />

vez habría que hablar realmente de la legalización de las<br />

drogas, pero con este gobierno dudo mucho que esto pase.<br />

–Por último, ¿qué le gustaría que ocurra con el libro?<br />

Me gustaría que me llamen para hablar, que vaya más por el<br />

camino de las drogas que del de la literatura. Con que ayude<br />

a uno solo, ya me alcanza<br />

45


y terminó ganándolo pero el daño ya estaba hecho.<br />

Frances Farmer fue otra traicionada por su entorno. Pero<br />

en su caso, no fue una secretaria quien la apuñaló por la<br />

Tema de tapa<br />

espalda sino su propia madre. La actriz tenía carácter, era<br />

cuatro<br />

rebelde y gustaba de los excesos. Hoy su comportamiento<br />

no hubiera horrorizado a nadie y si hubiera sido una estrella<br />

en estos días probablemente saldría de copas con Lindsay<br />

Lohan. Pero en ese momento las cosas eran distintas y<br />

simplemente la tildaron de loca. Luego de ser encontrada<br />

conduciendo borracha por las calles de Los Ángeles, la<br />

internaron en un hospital psiquiátrico. Al poco tiempo se<br />

escapó y fue a refugiarse a los brazos de su madre en Seattle,<br />

pero la mujer estaba empecinada en que su hija volviera a<br />

Hollywood. Frances le dijo que prefería volver al hospital<br />

antes que pisar otro estudio y su madre le tomó la palabra.<br />

Cuando la actriz despertó una mañana, la casa estaba llena<br />

de hombres de blanco que venían a buscarla. Frances estuvo<br />

cinco años en el pabellón de violentos del ala psiquiátrica de<br />

un hospital. Allí fue sometida a baños helados (una tortura<br />

a la que los médicos llamaban hidroterapia), electroshock y<br />

hasta una lobotomía.<br />

Pero no todas las traiciones que ocurren en el universo<br />

Hollywood tienen tan trágicos desenlaces. Muchos de ellos<br />

incluso fueron perpetrados en nombre del cine y funcionaron<br />

de maravilla. Seguramente Tippy Hedren no opine lo mismo,<br />

pero tampoco podría negar que su pánico en algunas escenas<br />

Desde su fundación a fines del siglo XIX, Hollywood se convirtió en una gran fábrica de historias<br />

de Los pájaros (1963) logra atravesar la pantalla. Esto no se<br />

maravillosas. Tal vez porque la ciudad vive de relatos o porque el destino es un animal irónico, las<br />

debe a su talento en el arte de fingir sino a que realmente<br />

historias más increíbles siempre estuvieron detrás de escena. Ya sean traiciones que terminaron en<br />

estaba asustada. El viejo Hitchcock le había prometido<br />

que las aves iban a ser mecánicas pero en medio del rodaje se<br />

tragedia o simples mentiras piadosas que quedaron como anécdotas memorables, la tierra prometida<br />

decidió por algo más realista. A su vez pensó que sería todavía<br />

del espectáculo esconde entre las sombras historias dignas de convertirse en relatos de luz y plata<br />

más efectivo si mantenía a su actriz engañada. Por eso cuando<br />

Alfred dijo acción, soltaron todo tipo de aves sobre la pobre actriz.<br />

Resultado: un film excepcional y una pobre Tippy Hedren<br />

POR Agustina Zabaljáuregui<br />

46 47<br />

EN LA HOGUERA<br />

DE LAS VANIDADES<br />

Sobrevivir en la fábrica de sueños no parece ser tarea fácil,<br />

a veces Hollywood puede ser tan hostil y traicionera como<br />

la selva más feroz. Dentro de ese ecosistema los grandes<br />

estudios supieron ser los predadores más peligrosos. Una<br />

estrella que cayó en las garras de su traición fue la actriz<br />

Peg Entwistle, una figura prometedora de Broadway que<br />

decidió probar suerte en la joven industria del cine. Llena<br />

de esperanza Peg se mudó a Hollywood y pronto consiguió<br />

un contrato con el estudio RKO. Su primer papel fue en un<br />

largometraje titulado Trece mujeres (1932), todo indicaba<br />

que sería un gran éxito. Sin embargo no fue así y aquel gran<br />

primer papel de Miss Enwistle en la pantalla grande quedó<br />

reducido a tres minutos de celuloide. La pobre estrella de<br />

teatro, apagada y deslucida en la industria cinematográfica<br />

ni siquiera fue invitada a la premier de su propio debut. La<br />

película fue un fracaso y RKO, que estaba recortando gastos<br />

decidió terminar abruptamente su contrato con la chica de<br />

Broadway. Pero Peg no se iba a ir de aquella glamorosa ciudad<br />

sin sus quince minutos de fama. La actriz escribió el final<br />

perfecto para su guión y se dispuso a interpretar su último<br />

papel, por el que tristemente terminó siendo recordada.<br />

Entwistle caminó hasta el famoso cartel de Hollywood ubicado<br />

en el monte Lee, subió al punto más alto de la H y se arrojó<br />

al vacío. Al parecer dos días después llegó a su domicilio<br />

una carta ofreciéndole su primer papel protagónico para El<br />

caserón de las sombras (1932) junto a Boris Karloff.<br />

Otra conocida víctima de las traiciones de los estudios fue la<br />

maravillosa Judy Garland, quien alcanzó la cima del éxito a<br />

los 16 años con El mago de Oz (1939). A pesar de que la Metro<br />

Goldwyn Mayer tenía contrato con Garland desde sus trece,<br />

recién tres años después, con el éxito de ese film el estudio<br />

se dio cuenta de que estaba sentado en una mina de oro y la<br />

sometieron al trabajo esclavo más glamoroso de todos. Pero<br />

para que la joven Judy rindiera y de paso contrarrestara su<br />

tendencia a engordar, comenzaron a llenarla de anfetaminas.<br />

La adicción fue casi inmediata y con el correr de los años, en<br />

los que Judy hacía tres películas por temporada, empezaron<br />

las crisis nerviosas y el insomnio, que combatió con morfina.<br />

Pronto llegaron los intentos de suicidio y las recomendaciones<br />

médicas para que redujera sus horarios laborales. La MGM<br />

vio aquella joven mina de oro convertida en un agujero negro<br />

y decidió terminar su contrato. A pesar de que Judy siguió<br />

actuando y cantando el resto de su vida nunca se recuperó de<br />

su adicción. El 22 de junio de 1969 fue encontrada sin vida por<br />

su quinto ex marido, Judy había muerto de una sobredosis.<br />

Una víctima más de las traiciones en Hollywood fue John<br />

Gilbert, un galán que supo brillar durante la era del cine<br />

mudo. Su fama era extraordinaria, fue rival de Rodolfo<br />

Valentino y pareja de Greta Garbo. Sin embargo tenía<br />

un poderoso enemigo dentro del estudio, este era ni más ni<br />

menos que Louis B. Mayer, el dueño de la última M de<br />

MGM y miembro del selecto grupo que inventó la industria<br />

del cine. Cuenta la mitología viperina de Hollywood que este<br />

polémico productor quería terminar su contrato con Gilbert<br />

debido a la pésima relación que tenían y aprovechó el nacimiento<br />

del cine sonoro para acabar con su carrera. Dicen que<br />

ya de por sí la voz del actor era bastante aguda para la imagen<br />

barítona que proyectaba. Mayer vio en esa característica un<br />

profundo pozo donde empujar a su enemigo. El productor le<br />

pidió al ingeniero de sonido que le suba tres puntos al tono<br />

de la voz del actor y Gilbert terminó hablando como un castrato<br />

en su debut sonoro titulado paradójicamente Su noche<br />

gloriosa (1929). Luego de esa, hizo algunas películas más<br />

pero al parecer nunca se recuperó de aquel golpe y terminó<br />

refugiándose en la caricia del gin tonic. John murió casi pobre,<br />

víctima del alcohol en 1936. ¿Qué hizo Hollywood con su<br />

trágica historia? Una película, por supuesto. Ha nacido una<br />

estrella (1937) narra su vida y la de otros actores que perecieron<br />

en las garras de la fábrica de ilusiones.<br />

Pero los grandes estudios no son los únicos traidores en esa<br />

glamorosa ciudad, a veces el enemigo está mucho más cerca.<br />

Ese fue el caso de Clara Bow, una exitosa actriz que tuvo sus<br />

años de esplendor durante la época del cine mudo y una de<br />

las que inspiró al dibujante Max Fleischer para la creación<br />

de la adorable Betty Boop. A diferencia de John Gilbert, Clara<br />

logró una decente transición hacia el cine sonoro. Pero su<br />

caída no estaría relacionada con su desempeño actoral sino<br />

con los secretos que se acumulaban entre sus sábanas. Fue su<br />

secretaria y confidente, Daisy DeVoe, quien se encargó de<br />

incinerar a la pobre Clara vendiendo a la revista del momento,<br />

una extensa y detallada lista de amantes que habían visitado la<br />

habitación de la actriz. Entre los supuestos romances de Bow<br />

se destacaban Bela Lugosi, Gary Cooper, John Wayne<br />

y el plantel entero del Thundering Herd, un equipo de fútbol<br />

universitario de California. Clara llevó a su ex secretaria a juicio<br />

bañada en excremento de pájaro, rasguñada y en estado de<br />

shock clínico. Otro engaño por amor al arte fue el que perpetró<br />

Ridley Scott en complicidad con el actor John Hurt<br />

hacia la tripulación del Nostromo, la nave de Alien (1979). Al<br />

parecer ni la misma Sigourney Weaver estaba al tanto de<br />

que una criatura galáctica explotaría del pecho de su colega<br />

en el momento en que este se descompone. Sus reacciones<br />

son maravillosas y si a esto le sumamos esa asquerosísima pero<br />

perfecta criatura diseñada por Giger, nos da como resultado<br />

una de las escenas más recordadas del cine fantástico. Un<br />

engaño un poco más inocente fue el que Coppola le hizo a<br />

Lenny Montana en la filmación de El padrino (1972). Mientras<br />

el actor practicaba las líneas de Luca Brasi, el personaje<br />

que va a pedirle un favor a Corleone el día de la boda de su<br />

hija, Coppola dejó la cámara encendida. Montana estaba igual<br />

de nervioso por tener que compartir una escena con Marlon<br />

Brando que su personaje de tener que pedirle un favor al<br />

padrino. Ese momento quedó en el film y nadie se atrevería a<br />

decir que aquello fue un malicioso accidente


©José Carrasco<br />

Ricardo III Todos los sábados a las 19:45 en Andamio 90, Paraná <strong>66</strong>0 (CABA).<br />

Entrevista<br />

seis<br />

48<br />

Caprichos del Poder<br />

La magnífica versión de Ricardo III, traducida y dirigida por FRANCISCO CIVIT<br />

hace foco en la complicidad del hombre común con el villano de turno<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

–¿Cómo describe su versión de Ricardo III? Es un texto<br />

que tiene 53 personajes, de los cuales solo sacamos dos,<br />

tratando de mantener el corpus de la obra intacto. La versión<br />

condensa el espectáculo original, pero no eliminamos escenas.<br />

El mayor desafío al comienzo fue hacer a 51 personajes<br />

con 13 actores. Si no éramos inteligentes y no combinábamos<br />

bien nuestros recursos, no íbamos a llegar a hacerlo. Una<br />

vez armado el sistema de producción empecé a meterme<br />

más en lo que cuenta la obra. Shakespeare no era precisamente<br />

un tipo al que le interesara el rigor histórico, en esta<br />

obra hay personajes que conviven pero que en la realidad<br />

histórica vivieron en siglos diferentes. Esa falta de interés por<br />

lo que sucedió fehacientemente versus el gran interés por la<br />

idea central, nos heredó una libertad de interpretación muy<br />

grande. La obra habla de una persona que quiere obtener el<br />

poder a toda costa y que no concibe la paz como algo bueno<br />

o sagrado. Él no tiene un plan en cuanto al poder, tiene el<br />

capricho del poder por el poder mismo y una vez que lo<br />

obtiene por los peores medios posibles, no sabe qué hacer<br />

con él y solo intensifica su maldad. Lo único que quiere es<br />

afianzarse en su poder y eliminar a sus enemigos, sin hacer<br />

ninguna construcción política. En lo personal yo quería enfatizar<br />

la cuestión de la complicidad del ciudadano común con<br />

un villano como este.<br />

–¿Cómo fue la elección de esta pieza en particular?<br />

Para mí siempre es un proceso muy difícil elegir un material<br />

y, a veces, angustiante. El teatro me da la posibilidad<br />

de discutir temas que me tienen inquieto. El año pasado,<br />

al momento de comenzar este proyecto, me sentía muy interpelado<br />

por la situación política, el poder, la generación de<br />

statu quo que no se sostienen, pero todos nos ponemos de<br />

acuerdo en aceptar, etc. La primera historia que me pasó por<br />

la cabeza fue Áyax de Sófocles, pero un amigo titiritero,<br />

Facundo Di Paolo, con quien teníamos largas charlas, en<br />

un momento me miró y me dijo: “Eso que estás buscando lo<br />

vas a encontrar en Ricardo III”. Tenía toda la razón. A partir<br />

de ahí aparecieron miles de dificultades porque, dentro<br />

del mundo del teatro independiente, el espacio ideal para<br />

hacer a Shakespeare hace diez o quince años era el Teatro<br />

San Martín, pero en el presente esa posibilidad no existe.<br />

Entonces hubo que pensar antes que nada cómo resolver en<br />

términos de producción.<br />

–¿Piensa que en la obra hay una relación que se<br />

establece socialmente con la figura del villano y sus<br />

resonancias en la historia argentina? La historia argentina<br />

conoce de muchos villanos y el tipo común, en mayor<br />

o menor medida, siempre es cómplice del villano, incluso<br />

por oposición. El villano es una construcción social. Si las<br />

condiciones no están dadas, él no prospera. Pero cuando<br />

prospera lo hace con una complicidad inicial de quienes son<br />

también sus víctimas, tarde o temprano. De esta ecuación,<br />

surge la idea “Todos somos el villano”, que me interesaba<br />

para esta obra.<br />

–¿Por eso, en su versión, Ricardo es interpretado por<br />

distintos actores y actrices? Sí, por eso se me ocurrió<br />

transformarlo en un personaje colectivo. Que todos los<br />

actores lo interpretaran. Sabíamos que era una apuesta<br />

bastante compleja y arriesgada, pero me parece que, hoy por<br />

hoy, si nos vamos a dedicar a un arte que tiene 2300 años de<br />

antigüedad sin correr riesgos probablemente no obtengamos<br />

resultados muy interesantes. En el caso de esta versión,<br />

sé muy bien que habiendo tantos personajes interpretados<br />

colectivamente el espectador que no conoce el texto original<br />

puede perderse en algún momento, pero sale del teatro<br />

entendiendo perfectamente lo que vio.<br />

–¿Por qué decidió trabajar sobre una traducción<br />

propia? Por cabeza dura (risas). Las que había disponibles<br />

son muy antiguas y las que no lo son tienen el problema de<br />

estar pensadas para un mercado latinoamericano, con un<br />

español bastante particular, y ni hablar de las españolas… Yo<br />

quería darle dinamismo al texto y que fuera simple para el<br />

oído nuestro. Al traducir estás destruyendo y construyendo<br />

otra cosa, es inevitable. Más aún sino querés caer en un texto<br />

condenado a lo museístico. Al momento de traducirla supe<br />

que debía apostar a una comprensión rápida por parte del<br />

espectador, tratando de salvar lo máximo posible del lenguaje<br />

“shakespereano”, pero sin perder nunca el foco puesto en<br />

la trama. Me ayudó Pedro Merlo, uno de los actores que<br />

domina muy bien el inglés. Fue un proceso muy complejo<br />

porque había que condensar la obra y pensar en un espectador<br />

contemporáneo, no en el espectador isabelino para el<br />

que estaba pensada.<br />

–También la actualizó durante el trabajo con los actores…<br />

Sí, afortunadamente son grandes actores y, además,<br />

grandes músicos, tienen concepciones plásticas muy buenas<br />

y afrontaron un trabajo muy exigido que implicó encontrar<br />

un código de actuación. Trabajamos juntos en rescatar el<br />

humor que tiene la obra, en sacarle solemnidad. Tengo la<br />

suerte de tener a trece actores con un nivel de entrega profundo<br />

y son personas muy talentosas. Me emociona contar<br />

con ellos.<br />

–¿Por qué dirige? Me acerqué a la dirección como actor,<br />

quería saber qué pensaba el directo cuando me dirigía.<br />

Empecé con clásicos, lo primero fue Paria de August<br />

Strindberg.<br />

–¿Por qué los clásicos? Haber hecho varios clásicos responde<br />

al pragmatismo: son textos maravillosos, escritos como<br />

nunca se volvió a escribir, tienen vigencia perenne y no pagás<br />

derechos. Eso no fue óbice para que hiciera cosas dentro<br />

del teatro contemporáneo con gran placer y orgullo por el<br />

resultado de mi trabajo en la dirección, como hasta hace muy<br />

poco con 24 horas de viaje, de Gilda Bona. Pero el clásico<br />

tiene una nobleza que le permite trascender en el tiempo.<br />

Hay obras de dos mil años que siguen funcionado<br />

49


RECOMENDADOS<br />

POR MÓNICA TRACEY<br />

RANKING<br />

GATOS ILUSTRES<br />

Doris Lessing<br />

Lumen<br />

Desde la fascinación, la curiosidad, el conocimiento<br />

y la ignorancia a los que la enfrentó<br />

una larga vida rodeada de gatos, Lessing<br />

intenta descifrar su tangible misterio, sin<br />

ahorrar en el relato la crueldad de la naturaleza,<br />

tomando incluso esa crueldad en mano<br />

propia. Su observación admirada genera<br />

un perfil psicológico de los más cercanos,<br />

asimilable muchas veces a los humanos.<br />

Delicioso, el retrato de los gatos comparte<br />

espacio en esta edición con los dibujos de la<br />

catalana Joana Santamans, convirtiendo el<br />

libro en un objeto precioso, imprescindible<br />

para los amantes de los gatos que soporten<br />

la dureza de algunos momentos.<br />

EL RUIDO DEL TIEMPO<br />

Julian Barnes<br />

Anagrama<br />

La vida y la obra del compositor ruso<br />

Shostakovich, signadas primero por la<br />

revolución soviética y luego por la mirada<br />

despiadada del estalinismo, es el centro desde<br />

el cual Barnes irradia su escritura hacia el<br />

sentido de la música, las relaciones del arte<br />

con el poder, la arrasadora máquina que se<br />

pretendió necesaria para cumplir el sueño<br />

de una sociedad igualitaria. Víctima, traidor,<br />

colaborador, ¿qué opciones tiene el artista<br />

frente a un poder omnímodo? ¿Cuáles son<br />

los límites? Barnes elige el monólogo en tercera<br />

persona para mostrar otra posible cara<br />

de la sumisión de Shostakovich al régimen<br />

totalitario.<br />

CUANDO TEMBLAMOS<br />

Guillermo Saccomanno<br />

Planeta<br />

El sur, la Patagonia, la costa atlántica, el frío,<br />

la nieve, el viento, la desolación conforman<br />

el paisaje que, quieto o tormentoso, refleja el<br />

alma de quienes lo habitan en seis travesías,<br />

seis cuentos, donde el miedo es temblor.<br />

Desamparo al amparo de alguna calidez,<br />

retaceada. Frases breves cuentan un mundo<br />

helado, la sangre helada, también. Siempre<br />

el miedo como hilo conductor, como certeza.<br />

Y algunas, mínimas, complicidades que<br />

atenúan esos viajes de dolorosa iniciación,<br />

esos exilios.<br />

FICCIÓN<br />

1. MUJER Y MAESTRA<br />

Viviana Rivero<br />

Emecé<br />

2. DESPUES DE TI<br />

Jojo Moyes<br />

Suma de Letras<br />

3. RANDOM<br />

Estanislao Bachrach<br />

Sudamericana<br />

4. LA NOCHE DE LA USINA<br />

Eduardo Sacheri<br />

Alfaguara<br />

5. LA CHICA DEL TREN<br />

Paula Hawkins<br />

Planeta<br />

NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1. YO ACUSO<br />

Margarita Stolbizer<br />

Margen Izquierdo<br />

2. LA COMIDA EN LA HISTORIA<br />

ARGENTINA | Daniel Balmaceda<br />

Sudamericana<br />

3. ELLAS<br />

Daniel López Rosetti<br />

Planeta<br />

4. OTRO MUNDO<br />

Manuel Lozano<br />

Sudamericana<br />

5. LA TORTA PERFECTA<br />

Osvaldo Gross<br />

Planeta<br />

1. GATURRO 26<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

2. EL PRINCIPITO<br />

Antoine De Saint-Exupéry<br />

El Ateneo<br />

3. EL PRINCIPITO<br />

Antoine De Saint-Exupéry<br />

Salamandra<br />

4. ABREMENTE 6/7<br />

Editores de Catapulta<br />

Catapulta<br />

5. EL PRINCIPITO<br />

Antoine De Saint-Exupéry<br />

Catapulta<br />

1. WIGETTA Y LOS GUSANOS GUASONES<br />

Vegetta77 Y Willyrex<br />

Temas de hoy<br />

2. HARRY POTTER AND THE CURSED<br />

CHILD PARTS I & II<br />

Joanne K. Rowling | Little Brown<br />

3. VIRTUAL HERO 2<br />

LA TORRE IMPOSIBLE<br />

El Rubius | Temas de hoy<br />

4. #CHUPAELPERRO<br />

Germán Garmendia<br />

Altea<br />

5. SOY LUNA Nº 1<br />

N/D<br />

Vértice<br />

50 51<br />

EL CAMINO DE LA CREATIVIDAD<br />

Facundo Arena<br />

Ediciones B<br />

EL ABSOLUTO<br />

Daniel Guebel<br />

Random House<br />

LA GRAN AVENTURA DE LOS GRIEGOS<br />

Javier Negrete<br />

El Ateneo<br />

MÚSICA<br />

1. MÚSICA EN TI<br />

Soy Luna (Elenco)<br />

Universal<br />

PELÍCULAS<br />

1. EL LIBRO DE LA SELVA<br />

Jon Favreau<br />

Walt Disney<br />

Por un camino que toma como faro la<br />

intuición, Arena se plantea en este curso<br />

teórico-práctico ayudar a otros a conectarse<br />

con su capacidad creativa, con la fuerza revitalizante<br />

de ese torbellino que habita a todos<br />

pero suele ser acallado por mil motivos,<br />

casi todos, simples temores de hacer lo que<br />

estamos llamados a hacer. Con anécdotas<br />

de su propia lucha por encontrar y poner<br />

en acción su creatividad, reflexiones acerca<br />

de los procesos creativos y sus frenos, y<br />

ejercicios prácticos para conectarse con<br />

los deseos más personales, este productor<br />

musical y escritor propone una entusiasta<br />

salida a través de la acción.<br />

Una familia de genios que se remonta al siglo<br />

XVIII, seis generaciones que cambiaron<br />

el arte, la ciencia, la mística, la política y el<br />

rumbo del Universo, sin haberse llevado el<br />

crédito de su obra. El único personaje real<br />

de la genealogía es Alexander Scriabin,<br />

un compositor ruso de principios del siglo<br />

XX que inventa el acorde místico, un acorde<br />

que tocado a una determinada frecuencia<br />

produce una vibración espiritual. Siete<br />

años de elaboración y siete años de estiba<br />

se necesitaron para gestar la novela más<br />

ambiciosa de Guebel.<br />

Partiendo de la Creta Minoica como influencia<br />

fundamental del mundo griego, el filólogo<br />

y escritor español Javier Negrete recorre la<br />

historia de Grecia hasta su decadencia y caída<br />

en manos de Roma, con un tono irreverente<br />

y una intención didáctica, que se cumple y<br />

llega a distintos lectores. Con documentación<br />

y silencios, muchos puestos en palabras a<br />

través de los estudios arqueológicos que se<br />

iniciaron a finales del siglo XIX, este ensayo<br />

descontracturado no solo da cuenta de hechos<br />

y personajes sino de la apasionante tarea de<br />

lectura y reconstrucción de la historia, y de<br />

tanto que no se ha podido develar y tal vez<br />

nunca llegue a saberse.<br />

2. APAGUE LA LUZ Y ESCUCHE<br />

Ricardo Arjona<br />

Sony<br />

3. SOY LUNA<br />

Soy Luna<br />

Universal<br />

4. LIVE AT THE HOLLYWOOD BOWL<br />

The Beatles<br />

Universal<br />

5. GLORY (DELUXE)<br />

Britney Spears<br />

Sony<br />

2. STAR WARS - EL DESPERTAR DE LA FUERZA<br />

J. J. Abrams<br />

Blu Shine<br />

3. EL CLAN<br />

Pablo Trapero<br />

20Th Century Fox<br />

4. DEADPOOL<br />

Tim Miller<br />

20Th Century Fox<br />

5. LEAL<br />

Robert Schwentke<br />

Transeuropa<br />

Esta información comprende los libros (ficción/ no ficción/ infantiles/ juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. desde el 05/09/16 y el 11/09/16


Música<br />

alternativa<br />

La paradoja de estos tempos<br />

POR Sergio Varela<br />

En tiempos de collage y<br />

patchwork, donde el cover,<br />

la reversión, es una de las<br />

expresiones musicales más<br />

acordes a la posmodernidad,<br />

la canadiense DIANA KRALL<br />

se luce en esta categoría de<br />

la época con Wallflower<br />

Cuando Robert Zimmermann, más conocido como Bob<br />

Dylan, se presentó en Inglaterra con la banda eléctrica The<br />

Hawks, y sorprendió con una insuperable versión de Balada<br />

para un hombre flaco, la audiencia reaccionó gritándole “Judas”,<br />

por haber “traicionado” su anterior estilo folk acústico.<br />

Hoy, cincuenta años después de esa anécdota, el público<br />

actual quizás objetara una traición del legendario juglar si<br />

abandonara la guitarra eléctrica con la que lo han conocido.<br />

En el arte no hay traiciones posibles. Porque el artista solo<br />

tiene un compromiso de calidad, no de forma, con sus<br />

espectadores. Nadie es prisionero de una elección, ni esta se<br />

convierte en maldición gitana o tragedia griega.<br />

El colmo de las “traiciones” son los covers, las versiones de<br />

canciones de otros músicos, donde lo que algunos esperan es una<br />

simple réplica en otra voz, cuando lo más deseable es una versión<br />

casi completamente nueva de aquella canción original.<br />

Wallflower, un disco de covers de la pianista y cantante<br />

canadiense Diana Krall, afortunadamente, se inscribe en<br />

esta última línea.<br />

Imagínense “California dreaming”, aquel himno hippie coral<br />

de The Mamas & The Papas, convertido casi en una bossa<br />

nova jazzística. Y lo que es mejor, el tema suena aquí mucho<br />

mejor que el original.<br />

Ese mismo renacer virtuoso se da en su versión de “Desperado”,<br />

una clásica balada de los Eagles que en la voz y las<br />

teclas de Diana adquiere una profundidad, una reverberación<br />

extraordinaria.<br />

La perlita del disco es “If I take you home tonight”, de Paul<br />

McCartney, porque además es un “falso cover”, ya que el<br />

ex beatle había escrito esta canción especialmente para un<br />

disco en el que había colaborado con Diana, y el tema nunca<br />

se publicó. La canadiense le pidió a Sir Paul expresa autorización<br />

para versionarlo ella sola. Una especie de traición a la<br />

traición de los covers: un tema inédito y con el visto bueno<br />

del autor que lo había escrito para cantarlo con ella.<br />

Diana Krall es una estupenda pianista de jazz, una virtuosa<br />

vocalista de varios géneros, pero que impregna cada canción<br />

de una textura suave y envolvente, con reminiscencias de<br />

bossa nova. También es una inspiradísima compositora.<br />

Quizás sea una especie de traición a ese talento asegurar<br />

desde estas líneas que Wallflower es su mejor disco. Podemos<br />

disculparnos con su maravillosa versión de “Sorry seems to be<br />

the hardest word”, de Elton John. No sin antes escuchar el<br />

tema que da título al disco, nada menos que del gran Judas<br />

en persona, el mismísimo Bob Dylan.<br />

Diana “traiciona” a todos y cada uno de los sonidos originales,<br />

con el mismo acierto con que un buen traductor reescribe<br />

en su lengua el texto original en otro idioma. La canadiense<br />

los reinterpreta en el lenguaje del jazz, y ese es el gesto más<br />

genuino que puede concebirse para esa línea musical. La<br />

banda de sonido de la improvisación y la reinterpretación<br />

permanente de clásicos y standards.<br />

Nadie se atrevería a llamar Judas a Diana Krall por sus<br />

extraordinarias interpretaciones de temas ajenos reunidos<br />

en Wallflower. Antes bien, por el contrario, sería un gesto de<br />

absoluta deslealtad estética no reconocer, y volver a subrayar<br />

cuantas veces resulte necesario, que es, probablemente, su<br />

mejor disco<br />

53


54<br />

Música<br />

clásica<br />

Una parte del cuerpo<br />

La prestigiosa pianista ELENA BASHKIROVA ofreció una entrevista exclusiva a <strong>Quid</strong>,<br />

en la que se refiere al Festival Internacional de Música de Cámara, que organiza desde<br />

hace dieciocho años, y a su destacada labor como instrumentista<br />

POR Nadia Koval<br />

Elena Bashkirova creció en una familia de músicos profesionales.<br />

Su padre es el legendario pianista y el pedagogo<br />

Dimitri Bashkirov, que da clases en el Conservatorio<br />

Estatal de Moscú ya hace muchos años. Bashkirova regularmente<br />

participa en numerosos conciertos con las principales<br />

orquestas y directores famosos. Desde el principio de su carrera,<br />

Elena se dedicó a la música de cámara. En 1998 fundó<br />

el Festival Internacional de Música de Cámara de Jerusalén.<br />

Cuando llamé a para entrevistarla, lo primero que evité en<br />

nuestra conversación fue la mención de su matrimonio con<br />

Daniel Barenboim. Pensé que hablar de ello otra vez sería<br />

injusto para una artista tan importante. Bashkirova es una<br />

destacada pianista, ampliamente conocida en el terreno de la<br />

música clásica.<br />

–Elena, cuando uno la ve en el escenario, no puede<br />

negar el increíble carisma que transmite su cara y su<br />

sonrisa, ¿de dónde proviene ese encanto? No lo sé.<br />

¿Puede ser de familia? (risas).<br />

–¡Sin duda! Cuénteme, por favor, si tuvo en su infancia<br />

alguna impresión musical tan fuerte que la haya orientado<br />

completamente a la música... Crecí en una familia<br />

musical. Lógicamente, mis padres me enviaron a estudiar a la<br />

Escuela Central de Música en Moscú. Pero en aquellos tiempos<br />

me interesaban muchas otras cosas. Además tengo que<br />

admitir que era bastante holgazana (risas). No pensaba en ser<br />

una pianista. No obstante, a la edad de 15 años, mi padre me<br />

llevó a estudiar a su clase en el Conservatorio Tchaikovski.<br />

Desde entonces se despertaron en mí las ganas de dedicarme<br />

a la música profesionalmente y tocar en el escenario. También<br />

recuerdo que cuando tenía 12 años, fui a ver la presentación<br />

de Tristán e Isolda de Wagner y quedé tan impresionada<br />

por la belleza de la música que empecé a soñar ser un<br />

régisseur de ópera. Y aunque finalmente me he convertido en<br />

una pianista, el entendimiento de cómo funcionan las voces<br />

en la ópera me ayuda a interpretar la música instrumental.<br />

–¿Qué significan para usted las palabras “amar la música”?<br />

Creo que la noción “amar la música” es diferente para los<br />

amateur y los profesionales. Para mí, como profesional de la música,<br />

es algo que me pertenece completamente, como una parte<br />

de mi cuerpo, como una mano sin la cual es muy difícil vivir.<br />

–Es algo orgánico, ¿no es así? ¡Absolutamente! Además, la<br />

música es una importantísima parte de nuestra vida emocional,<br />

porque a través de ella expresamos todos nuestros<br />

sentimientos, todas las alegrías y las penas.<br />

© Dan Porges<br />

–Mi próxima pregunta está relacionada con la anterior.<br />

Conocida ampliamente la expresión de que para ser un<br />

buen artista hay que “tocar con el alma”, ¿qué entiende<br />

usted por estas palabras? Cada músico posee su propio<br />

carácter y temperamento. A razón de esto, cada uno interpreta<br />

la música como le dicta su esencia interior. Algunos hacen<br />

la misma obra más alegre o más triste, más mental o más<br />

sentimental. Obviamente nosotros los profesionales, sabemos<br />

cómo reproducir lo que refleja la partitura. Es decir, lo que<br />

está escrito gráficamente. Pero hay algo “más allá”. Con esto<br />

me refiero a una máxima expresión artística, una concentración<br />

extrema en el momento de la interpretación. Esto es lo<br />

que sucede en el concierto, cuando cada frase musical tiene<br />

que llegar al público con la máxima emoción.<br />

–¿En qué consiste la particularidad del género de música<br />

de cámara? Para mí, este tipo de música es completamente<br />

necesaria para cualquier músico, sea un instrumentista o un<br />

cantante. Porque aquí tenemos la cuestión del diálogo. Estar<br />

en un ensamble enseña no solamente a tocar sino también<br />

escuchar a los partners. Es particularmente útil para saber qué<br />

piensa cada uno de los integrantes sobre una u otra obra. Además,<br />

tocar en un grupo de cámara ayuda después a adaptarse<br />

a tocar en una orquesta. Por otro lado, la música de cámara<br />

le enseña al público a escuchar la música con más precisión,<br />

seguir las voces, etc. Por eso estoy convencida de que esta música<br />

es para pensar y reflexionar, y no para escuchar de fondo.<br />

–De sus propios sentimientos y experiencias, ¿qué<br />

ciudades del mundo son más musicales? Ciertamente<br />

algunas ciudades son más musicales que otras. Buenos<br />

Aires es una de las ciudades donde el público sabe escuchar.<br />

Berlín, donde yo vivo, también. Y, obviamente, Viena es una<br />

de las más musicales. A estos lugares uno va con más ganas<br />

porque se sabe allí espera un público que conoce bien lo que<br />

uno va a hacer. Por otro lado, por ejemplo, Jerusalén no es<br />

una ciudad musical en el sentido común. No obstante, allá<br />

también hay gente que ama la música y está obsesionada con<br />

cada evento y que no quiere perderse ningún concierto con<br />

participación de los artistas famosos.<br />

–Su Festival de Música de Cámara ha celebrado el<br />

18° aniversario, ¿cuáles son sus planes para el futuro?<br />

Nuestro festival se desarrolla como cualquier otro organismo<br />

vivo. Cuando empezamos, en él participaban músicos de una<br />

generación, ahora son de otra. Pero para mí es muy importante<br />

que todos ellos toquen juntos, para que los jóvenes<br />

aprendan de los más experimentados. Y también trabajamos<br />

seriamente sobre el contenido de nuestros programas de conciertos.<br />

Queremos que las obras conocidas se presenten junto<br />

con la música contemporánea y con las obras menos conocidas.<br />

De todos modos, la idea principal es que cada próximo<br />

festival sea más lindo que el anterior. Lo digo sinceramente y<br />

de corazón, cuando me siento cansada de la gran cantidad de<br />

cosas que tengo que hacer, el entusiasmo de mis amigos-músicos<br />

y el amor y el apoyo del público me dan fuerzas y ganas<br />

para seguir adelante<br />

RECOMENDADOS<br />

RECOMENDADOS DE NOTA PRINCIPAL:<br />

Elena Bashkirova y Jerusalén International Chamber<br />

Music Festival. DVD<br />

El Festival Internacional de Música de Cámara de<br />

Jerusalén continúa siendo leal a la audiencia desde<br />

hace dieciocho años y ofrece una programación<br />

desafiante de conciertos en los que se reúnen los<br />

músicos más importantes del mundo incluyendo<br />

artistas que participan todos los años y otros que<br />

asisten por primera vez. Todo esto permite a los<br />

oyentes disfrutar de los instrumentos y las voces.<br />

En este DVD recomendado se presentan obras de<br />

Mozart, Carter, Brahms y Hindemith, interpretadas<br />

por N. Altstaedt, M. Martin, K. Gerstein y G. Eshed,<br />

entre otros.<br />

NOVEDAD:<br />

Ksenija Sidorova, Carmen<br />

La acordeonista Ksenija Sidorova, firmó un contrato<br />

de exclusividad con Deutsche Grammophon y su<br />

primer álbum con la famosa compañía discográfica<br />

representa una “nueva visión de Carmen”: son<br />

fragmentos instrumentales de la ópera de Bizet<br />

basados en estilos musicales de América, Asia y<br />

Europa. “Quería aportar algo nuevo a esta música,<br />

para que Carmen hable con una voz diferente. El<br />

acordeón no tiene que respirar como un cantante,<br />

así que no hay restricciones a lo que puedo hacer<br />

con esta música”, afirmó la acordeonista.<br />

PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA:<br />

Giuseppe Sinopoli, Ottorino Respighi, Los Pinos de<br />

Roma y otras obras<br />

A pesar de las severas críticas que ha recibido durante<br />

años, tachándosela de pretenciosa y hueca,<br />

Los Pinos de Roma se ha convertido en la obra más<br />

popular de la célebre trilogía romana escrita por<br />

el compositor italiano Ottorino Respighi. Discípulo<br />

de Rimski-Kórsakov y seguidor de la corriente<br />

neoclásica italiana, sentía también auténtica<br />

fascinación por el colorido de la música de Wagner<br />

y sus seguidores. Cada movimiento de Los Pinos de<br />

Roma retrata los pinos de diferentes partes de la<br />

ciudad de Roma a lo largo del día, y es una música<br />

fresca y atrapante.<br />

LIBRO RECOMENDADO:<br />

Alfred Brendel, De la A a la Z de un pianista<br />

Algunos artistas no se resignan a dejarnos un único<br />

testimonio de su genio. Toman la pluma y escriben<br />

sobre su arte, su manera personal de vivirlo o<br />

de valorarlo. No les basta con manchas de color<br />

que quedan sobre el lienzo o las notas musicales<br />

grabadas en una cinta magnetofónica. Quieren<br />

tomar la palabra y ser más explícitos, iluminar desde<br />

adentro su legado. Este es el caso del libro de<br />

Alfred Brendel, gran especialista del piano clásico<br />

y romántico y uno de los intérpretes de piano más<br />

destacados y reconocidos de la pasada centuria.<br />

55


Entrevista<br />

siete<br />

“Con el alma,<br />

hasta el último día”<br />

PEDRO AZNAR acaba de publicar su último disco, Contraluz (DBN),<br />

ilustrado con sus fotografías, otro lenguaje que se suma a su música<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

Pedro Aznar creció en el barrio de Liniers. Durante su<br />

infancia, en el barrio que es popularmente conocido por el<br />

equipo de fútbol Vélez Sarsfield y por el santuario de San Cayetano,<br />

todavía había algunas calles de tierra que en verano<br />

se llenaban de mariposas. En esas calles, Pedro podía pasarse<br />

horas jugando con sus amigos, pero cuando volvía a su casa<br />

siempre tenía un lugar muy privado: la música. Ese rincón<br />

era demasiado personal y casi nadie podía seguirlo hasta<br />

ahí. Era tal su fascinación que apenas tenía seis años cuando<br />

pidió que le regalaran el disco Revolver de los Beatles. A<br />

sus padres esa música les parecía ruido a tachos, pero igual<br />

le dieron el gusto. Era claro que a Pedro lo traspasaba una<br />

pasión. Por eso, a los nueve años, decidieron anotarlo para<br />

estudiar guitarra con una profesora del barrio; cinco años<br />

después estaba tocando jazz-rock con Madre Atómica y con<br />

solo 18 ya jugaba en las ligas mayores con Charly García,<br />

David Lebón y Oscar Moro en Serú Girán. Desde entonces,<br />

su nombre forma parte de las referencias insoslayables<br />

de la historia de nuestro rock nacional.<br />

En esta entrevista con el autor de “A cada hombre, a cada<br />

mujer”, hablamos de Contraluz –su último disco–, del narcicismo<br />

de los artistas, de su experiencia musicalizando los poemas<br />

de Borges y de los sueños que le quedan por cumplir.<br />

–Se podría decir que Contraluz es como un libro<br />

de cuentos con una variedad estilística muy amplia.<br />

Teniendo en cuenta las nuevas formas de escuchar<br />

música, ¿cada vez tiene menos sentido pensar al disco<br />

de manera conceptual? No, no creo que haya dejado de<br />

tener sentido. Un álbum conceptual es como una sinfonía,<br />

con varios movimientos que pertenecen a un todo. Se puede<br />

escuchar por Internet un solo movimiento, si uno quiere,<br />

pero eso es algo que ya pasaba con la radio o la televisión, la<br />

obra se segmentaba, pero quien la escuchaba en un concierto<br />

o en el disco, tenía la obra entera. Las nuevas formas de escuchar<br />

no eliminan, necesariamente, a las demás. Simplemente<br />

suman otras.<br />

–Las fotografías que ilustran Contraluz también son de<br />

su autoría, ¿estas otras disciplinas artísticas terminan<br />

influenciando su trabajo como músico? Creo que sí. En<br />

este disco las letras están llenas de imágenes, son muy “visuales”.<br />

Mi profundización en la fotografía, en estos últimos<br />

años, terminó impregnando mi música, sin duda. Y no solo<br />

en las letras, sino en los paisajes sonoros. Un tema como “La<br />

pregunta” tiene un espacio que recuerda a los paisajes de la<br />

estepa patagónica, como los que fotografié en mi muestra<br />

“Tú eres eso”.<br />

–Cuando uno escucha un disco suyo, percibe detrás<br />

un enorme cuidado. En ese trabajo, que uno imagina<br />

bastante planificado, ¿hay detalles que terminan siendo<br />

fruto de la improvisación? ¿Es de los que llegan<br />

al estudio sabiendo perfectamente cómo quiere que<br />

suene su canción o muchos arreglos surgen azarosamente?<br />

Hay un poco de las dos cosas. Ciertas canciones ya<br />

tienen sus mundos diseñados de antemano, y en el estudio<br />

simplemente se los plasma. En otros casos, el estudio es<br />

una paleta de colores para pintar lo que todavía no está del<br />

todo definido. Los “accidentes” creativos son los más lindos,<br />

momentos en que de algo inesperado surge un camino al<br />

que no se habría llegado a través de un desarrollo lógico o<br />

premeditado. La fuerza y la sorpresa del momento presente<br />

son herramientas indispensables.<br />

–Es sabido que además de lo musical, disfruta muchísimo<br />

del sonido como fenómeno. Las grandes bandas,<br />

desde los Beatles en adelante, usan al estudio de<br />

grabación como un instrumento más. Sin embargo, en<br />

nuestra música nacional no son tantos los artistas que<br />

se atreven a este tipo de experimentación, ¿por qué<br />

cree que pasa eso? No puedo hablar de los demás a riesgo<br />

de caer en una generalización hecha sin un conocimiento<br />

profundo de sus obras. Sí puedo hablar de lo que a mi música<br />

respecta. Yo busco que cada canción tenga su propia atmósfera,<br />

y que “ella misma vaya pidiendo” cómo y en qué espacio<br />

sonoro habitar. Es un trabajo intuitivo, que involucra una<br />

escucha muy atenta: la propia música te va guiando hacia la<br />

sonoridad que mejor le queda. Ese trabajo lo hacemos con el<br />

ingeniero Ariel Lavigna, quien viene grabando y mezclando<br />

mis discos hace ya once años. Cada nuevo álbum ha<br />

tenido su propia impronta, y dentro de ellos, cada canción es<br />

su propio mundo. Todo lo que nosotros tenemos que hacer es<br />

saber escuchar lo que cada una necesita.<br />

–Su obra está impregnada del eclecticismo de esa joya<br />

que es Revolver de los Beatles. A la hora de escribir<br />

nuevas canciones, ¿su faro sigue estando puesto en esa<br />

dirección o de algún modo, también está atento a los<br />

nuevos fenómenos que fomenta la industria de la música?<br />

La era beatle del 65 al 68 es una referencia clásica, un<br />

momento creativo único que sentó un precedente de excelencia<br />

altísimo. Ese metro patrón sirve para medir el alcance de<br />

una canción de rock, a mi entender. Pero también es necesario<br />

estar atento a lo que pasa hoy, por supuesto, aun cuando muchas<br />

cosas sean una reformulación de cosas pasadas.<br />

–Alguna vez dijo que “cualquiera que se sube a un<br />

escenario es narcisista”. Con los años, ese narcisismo,<br />

¿aumenta o disminuye? Hay muchas clases de narcisismo.<br />

Yo prefiero el del amor a la propia obra, pero siempre sin<br />

perder del todo la objetividad. Si no estás un poco enamorado<br />

de lo que hacés, no vas a tener la energía necesaria para<br />

andar de acá para allá mostrándolo. Necesitás estar orgulloso<br />

de lo que hacés, y al mismo tiempo no marearte con vanidades<br />

tontas. A mí, personalmente, lo que me dieron los años<br />

fue una mayor confianza en mi intuición; hay algo que me<br />

dice que voy por buen camino, y que ese camino no se termina<br />

nunca, estás siempre en “modo búsqueda”. Y ahí estoy,<br />

confiado y feliz con lo que hago, pero consciente de ser una<br />

voz válida entre muchas otras más.<br />

–Estará de acuerdo con que ese narcisismo, propio<br />

del artista, hace que muchos grupos se separen en su<br />

56 57


58<br />

mejor momento. Después de veinte años al frente de<br />

su propio proyecto, ¿volvería a ser parte de un grupo?<br />

¿Hay algo que extrañe de aquellas épocas en que las<br />

decisiones eran consensuadas con otros integrantes?<br />

Lo que hace que los grupos se separen es, habitualmente,<br />

una lucha de egos, en el peor caso, o una necesidad de espacio<br />

de expresión individual, en el mejor. No creo que vuelva<br />

a formar parte de un grupo, ya que disfruto muchísimo de la<br />

libertad que tengo para crear. Pero tampoco lo descarto por<br />

completo: es muy poderosa la interacción de varias cabezas<br />

creativas en forma de equipo. Si volviera a darse eso, lo consideraría,<br />

claro.<br />

–En su proyecto solista, ¿cuán abierto está a la opinión<br />

de los músicos que lo rodean? Depende de la canción y<br />

del contexto. Hay ciertas cosas que compongo que funcionan<br />

bien haciéndolas al pie de la letra, no admiten mayores<br />

cambios. Otras están abiertas a que cada músico les aporte su<br />

propia visión.<br />

–Alguna vez contó que Charly recordaba que usted de<br />

chico le dijo que él en la época de Sui Generis hacía<br />

cancioncitas en sol mayor. Y eso que llamaba cancioncitas<br />

podía ser “Confesiones de invierno”, un tema que<br />

luego homenajeó en su repertorio, ¿por qué no son<br />

tantos los artistas que se atreven a salir del sol mayor?<br />

Ese comentario fue una provocación de un chiquilín insolente.<br />

Yo crecí tocando las canciones de Sui Generis con mis<br />

amigos en la esquina de mi casa, tienen un valor emocional<br />

altísimo para mí. Además de ser canciones hermosas, profundas<br />

y brillantemente escritas. Pero ya sabemos que, cuando<br />

los chicos crecen, necesitan separarse de sus padres y sus<br />

mentores para desarrollar su propia personalidad. A los 17<br />

años yo había descubierto el jazz y pensaba que iba a salvar<br />

el mundo. Y lo de las “cancioncitas en sol mayor” era una<br />

mojada de oreja. Al mismo tiempo, esa rivalidad y ese desafío<br />

de nueva generación que inyecté en Serú Girán, donde yo<br />

era diez años menor, en promedio, y casi un desconocido en<br />

medio de consagrados, hizo que el grupo explotara creativamente.<br />

Con Charly, hoy, nos reímos al recordar esas anécdotas.<br />

Y hace ya un rato largo que no tengo la inseguridad de<br />

la adolescencia y lo reconozco y honro como uno de los más<br />

grandes artistas que dio nuestro país, en cualquier rubro.<br />

En cuanto a “salir del sol mayor”, no habría por qué hacerlo.<br />

La profundidad, la belleza y el alcance de una obra no dependen<br />

de su complejidad ni del virtuosismo en la realización.<br />

Se puede comunicar una idea poderosa y conmovedora con<br />

pocos elementos y una técnica rudimentaria. Pero hay que<br />

tener sangre de artista en las venas y algo hondo para decir. Si<br />

no, no vale gran cosa.<br />

–Estos días se conmemoran treinta años de la muerte<br />

de Borges. En el año 2000 lanzó un disco musicalizando<br />

los poemas del autor de El Aleph, ¿cómo recuerda<br />

esa experiencia? Fue un gran honor que me convocaran<br />

para hacerlo, y un hermoso desafío artístico. Fue un trabajo<br />

muy fluido, donde la creatividad brotó libre y espontáneamente.<br />

Y es que no todos los días se trabaja con un letrista<br />

tan bueno. Lo estrenamos en el Teatro Colón el día del<br />

centenario del nacimiento de Borges, el 24 de agosto del<br />

99, y lanzamos el CD al año siguiente. Hubo participaciones<br />

magistrales de Mercedes Sosa, Rubén Juárez, Víctor<br />

Heredia, Jairo, Lito Vitale y el grupo A.N.I.M.A.L.<br />

Este año vamos a lanzar, finalmente, el DVD del concierto.<br />

Después de buscar denodada e infructuosamente la grabación<br />

que había hecho en su momento Canal (á), decidimos<br />

restaurar una cinta VHS que grabé yo mismo de la transmisión<br />

por cable, porque el registro de esa noche no merecía<br />

estar perdido. Lo está editando y procesando Ariel Hassan,<br />

así que está en las mejores manos.<br />

–En Contraluz, el tema que da nombre al disco, canta:<br />

“Cuando el corazón anda sin dueño, los ojos no ven<br />

personas sino sueños”. Si recorre su carrera, ¿todavía<br />

le quedan muchos sueños por cumplir? El principal sueño<br />

era emocionar e inspirar a la gente de la misma manera<br />

que mis héroes musicales lo hicieron conmigo. Recibo tantas<br />

lindas muestras de que eso se logró, que podría decir con<br />

confianza que el sueño está cumplido. Y al mismo tiempo, el<br />

desafío recomienza cada vez que enfrento la hoja en blanco,<br />

entro a un estudio o subo a un escenario. Hay que dejar el<br />

alma en cada nota, cada vez, hasta el último día.<br />

–Por último, si aquel niño que con seis años pidió que<br />

le compraran Revolver de los Beatles se encontrara<br />

con este hombre que es hoy usted, ¿cómo cree que lo<br />

vería? ¿Qué le diría? Qué buena pregunta... Lo imagino<br />

y me emociono. Creo que el pibe se asombraría y pensaría<br />

“guau, este tipo está haciendo todo lo que yo quiero hacer<br />

cuando sea grande”, pero, como ya sabemos, necesitaría<br />

hacer su parricidio simbólico y tal vez me diría: “muy lindo<br />

todo, pero... ¿no se le ocurren cosas mejores?”


Entrevista<br />

ocho<br />

CHANGO SPASIUK es un favorito de algunos<br />

directores de cine a la hora de darle sonido a<br />

sus films. Lo mismo ocurre con la música que<br />

ha hecho para producciones televisivas. Con<br />

Otras músicas el artista despunta esta faceta<br />

menos conocida de su actividad, compilando un<br />

selecto conjunto de canciones que acompañaron<br />

ficciones y documentales, y un par de<br />

sorprendentes versiones de otros autores<br />

La otra cara<br />

de la música<br />

–¿Qué lo impulsó a rescatar las canciones que forman<br />

parte de Otras músicas? Tenía miedo que se pierdan las<br />

canciones, aunque uno las pudiera encontrar en esas películas<br />

o documentales, pero de alguna manera creí que valía la<br />

pena compilarlas en un solo disco. Quería compartirlas, también,<br />

porque es música que me gustó componer y grabar, y<br />

que disfruto escuchando. A lo largo de todos estos años cada<br />

vez que me encontraba con el back up de ese material y me<br />

ponía a escucharlo de manera aleatoria, me daba cuenta de<br />

que era música muy agradable y me preguntaba: “¿Por qué<br />

no guardar esto en disco con la gente que me sigue y respeta<br />

este trabajo?, “¿por qué no compartir con ellos este proceso<br />

creativo?”. Es música compuesta y grabada entre disco y disco,<br />

quedó muchísimo material afuera pero lo que seleccioné<br />

es gran parte de lo que me agrada oír.<br />

–¿Cómo es su dinámica de trabajo en estos casos? Me refiero<br />

a componer en función de la obra de otro… Componer<br />

es componer, no importa para qué. Sentarse a componer es<br />

algo muy particular y digamos que no tiene relación directa con<br />

el objetivo posterior. En el desarrollo, donde se eligen instrumentos,<br />

se termina de orquestar y demás, es donde empiezan<br />

a cambiar las dinámicas de trabajo porque hay directores que<br />

te dan un guión para que te pongas a pensar con qué sonido<br />

acompañarlo, otros directores empiezan a trabajar con vos una<br />

vez que ya tienen filmada la película y en la posproducción,<br />

mientras editan lo hacen con discos mío y luego me llaman para<br />

ver si puedo componer tal o cual cosa en un sentido similar. Inclusive<br />

pegan texturas sonoras que no son mías pero me piden<br />

que haga algo con ese espíritu…, en fin, cambia la dinámica de<br />

trabajo de acuerdo a la persona cuya obra vaya a acompañar.<br />

Componer es componer, pero el proceso cambia en función de<br />

los proyectos y está bueno que sea así porque uno va aprendiendo<br />

de cada una de esas maneras diferentes de trabajar. En<br />

todos estos proyectos no solamente veo una oportunidad de<br />

trabajar, sino una oportunidad de aprender.<br />

–El disco incluye un tema que popularizó la gran<br />

cantante de jazz Billie Holiday, ¿por qué? Sí, exacto, es<br />

“Gloomy Sunday”, un tema de un compositor húngaro de los<br />

años 30 que popularizó luego, como vos decís, Billie Holiday,<br />

en 1941. Es un tema rodeado de un montón de mitos que van<br />

desde los datos biográficos de Rezső Seress, el autor, hasta<br />

las infinidad de versiones que se han hecho por músicos muy<br />

diferentes entre sí. La razón por la que lo incluí en Otras músicas<br />

es que el año pasado un sello alemán hizo un tributo a este<br />

autor y me propusieron hacer una versión para este disco. Hasta<br />

ese momento yo no conocía su historia y, dentro de lo que<br />

son mis posibilidades, hicimos una versión instrumental que<br />

enviamos y de cientos de versiones que recibieron eligieron<br />

diez y la que interpretamos nosotros es una de esas. Cuando<br />

empecé con Otras músicas me pareció que iba a estar bueno<br />

incluir esta versión instrumental de esta canción hermosa cuyo<br />

título en castellano es “Domingo triste”.<br />

–¿Siempre le interesó el jazz? Sí, obvio, el jazz me ha gustado<br />

siempre. Es un mundo sonoro inmenso y en el cual uno<br />

siempre puede encontrar hermosos discos, hermosos arreglos<br />

y maneras de tocar.<br />

–También hay una versión de un tema de Luis Alberto<br />

Spinetta, ¿cómo trabajó en ella? “Seguir viviendo sin<br />

tu amor” es una versión que hice para un proyecto de unos<br />

años atrás, en la que músicos de folclore hacían temas de<br />

Spinetta. Ni bien me llamaron acepté y les dije que quería<br />

versionar ese tema en particular porque no me canso de su<br />

melodía, su armonía, no me canso de escucharlo o tocarlo.<br />

Hicimos primero una versión muy artesanal en casa, trabajamos<br />

con Marcos Villalba el percusionista, luego tuve una<br />

devolución en la que me pedían que fuera “más folclórica”, y<br />

ni siquiera respondí. Hay como un consenso de que cuando<br />

un músico de rock versiona una canción folclórica se acepta<br />

muy positivamente pero cuando es al revés, es como que el<br />

músico de folclore tiene que pedir permiso o algo así. Entonces<br />

dentro de ese disco tributo no quedó mi versión, pero<br />

la guardé, y ahora está en Otras músicas. Me gusta cómo la<br />

grabé y cómo suena.<br />

–¿Y cómo es su relación con el rock? Es fluida. Tengo<br />

respeto por varios músicos de rock y sigo en contacto con<br />

ellos. También he disfrutado mucho mis intervenciones en<br />

conciertos de rock, porque más allá de las texturas sonoras o de<br />

estar ante músicas rurales o urbanas o de vanguardia o como<br />

quieras denominarlas, en el fondo cada uno está tratando de<br />

buscar la belleza desde donde está parado, como puede. Como<br />

diría Atahualpa Yupanqui: “Cada uno se tapa hasta donde<br />

le alcanza la cobija”. Es decir que cada uno lo intenta con sus<br />

virtudes y sus limitaciones, con sus posibilidades y desde la<br />

comprensión de las cosas que tiene<br />

60 61<br />

POR Nancy Giampaolo


–¿Es cierto que cuando le propusieron interpretar a<br />

Entrevista<br />

una cordobesa para Educando a Nina se negó? ¿Qué<br />

nueve<br />

la decidió a dar el sí? Me negué rotundamente, al comienzo,<br />

es cierto: te diría que me dio hasta una especie de fobia<br />

la idea. Resulta que me llamaron de Underground y me<br />

propusieron hacer un personaje que solo iba a estar en tres<br />

capítulos. Accedí, pero luego me cuentan que es cordobesa<br />

y ahí dije que no. La razón es que nunca fui buena para<br />

imitaciones y nunca tuve oído para las tonadas. En particular,<br />

el acento cordobés me parecía terriblemente difícil e imposible<br />

de imitar para mí. Además era por tres capítulos en un<br />

comienzo. Pero me dijeron que iba a haber un coach que nos<br />

iba a ayudar y mi novio me alentó, y me fui convenciendo.<br />

–¡Y el personaje fue un éxito y duró mucho más que<br />

tres capítulos! Que su novio, el músico Juan Ingaramo<br />

sea cordobés ¿ayudó en todo momento? Sí, pero ojo.<br />

Tener un novio cordobés también me metía mayor presión<br />

porque pensé que tanto sus amigos como su familia me iban<br />

a tirar a la hoguera (risas). Con él no practiqué demasiado<br />

porque, como en todos los vínculos amorosos, puede complicarse<br />

el tema de la enseñanza. Igual me apoyó un montón.<br />

También me ayudó su hermana enseñándome modismos<br />

típicos de Córdoba y, por supuesto, haber tenido un coach<br />

que me entrene en el canal, fue fundamental.<br />

–El hecho de haber pensado que no podía hacer un papel<br />

y luego superar el desafío, ¿resultó más reconfortante?<br />

Sí, fue un desafío, porque nunca me lucí por imitar<br />

a alguien, y en cierta forma esta fue la primera vez. Poder<br />

hacerlo dignamente me reconfortó un montón. Al principio<br />

sentí el rechazo propio del miedo, pero cuando logré hacerlo<br />

la sensación de recompensa fue mayor, es verdad. También<br />

62 creo que le saqué partido para la actuación en general porque 63<br />

A pedir de boca<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

VIOLETA URTIZBEREA<br />

interpretó a una cordobesa<br />

que dio que hablar en<br />

Educando a Nina, el gran<br />

hit televisivo de 2016.<br />

Además, forma parte de<br />

una pieza teatral con tintes<br />

surrealistas y una película<br />

de terror que se rodará en<br />

los próximos meses<br />

el hecho de estar dándole una atención extra a la manera de<br />

hablar despertó cosas incluso físicas que se jugaron al momento<br />

de hacer el personaje.<br />

–Hace unos años la entrevisté y me dijo que era una<br />

especie de fan de la moda, ¿cómo es hoy su relación<br />

con la moda? Tengo épocas, cuando estoy actuando mucho<br />

y estoy tan montada prefiero, en la vida cotidiana, pasar más<br />

desapercibida y adopto un look más relajado porque ya tengo<br />

como mucha carga de producción en todas las horas en las<br />

que estoy grabando y es como que el cuerpo luego me pide<br />

ponerme jogging y zapatillas, más cara lavada. En cambio,<br />

en otros períodos tengo más ganas de divertirme con la ropa,<br />

encarar la producción como algo lúdico.<br />

–Hábleme de Despierto, la obra de teatro que preparó<br />

mientras grababa para Underground… Despierto es<br />

una obra muy linda, es como un cuentito pequeño que habla


64<br />

un poco de lo miedos. Tiene un contexto onírico, se rige por<br />

normas propias del mundo de los sueños. Es bastante surrealista<br />

y arbitraria, si se quiere. Es un chico que vive solo en el<br />

bosque con un oso al que le enseña hablar. Y en la segunda<br />

escena aparezco yo, que hago de mejicana y vengo a aportar<br />

información y a romper un poco la dinámica de ellos dos.<br />

–Con su novio, ¿intervienen y opinan sobre lo que hace<br />

el otro? Recontra opinamos y nos miramos. Él mira las cosas<br />

que hago y yo escucho su música. La verdad es que me pasa<br />

algo particular (y aclaro que de ninguna manera es un discurso<br />

armado aunque suene un poco así) que es que a mí me encanta<br />

lo que hace Juan, por suerte. Lo súper admiro, voy a sus<br />

recitales chocha de la vida cada vez que puedo. Ir a verlo tocar<br />

es realmente un plan genial para mí, me sé de memoria todas<br />

sus canciones. Y también admiro su autogestión, me encanta<br />

cómo escribe y arma sus canciones, el criterio con el que convoca<br />

a los músicos, cómo las graba. Todo eso me hace pensar<br />

que es muy capo. Y con todo esto que te cuento es obvio que<br />

me importe mucho su opinión sobre lo que yo hago porque es<br />

muy sensible, tiene muy buen gusto artístico. En Despierto,<br />

por ejemplo, él hizo la música y para mí fue, es y será hermoso<br />

poder generar algo juntos. Es increíble cuando desde el amor<br />

surge un acto creativo. Es como un ideal…<br />

–Además de televisión y teatro, hay una película en la<br />

que va actuar próximamente, ¿no? Es una película de<br />

Ignacio Roger, de género, cosa que acá en Argentina no<br />

es común, lamentablemente. El género es el terror, cosa que<br />

me encanta y que hace posible entrar en un tipo de actuación<br />

diferente a las que vengo haciendo en la televisión, por ejemplo.<br />

Con todo eso es evidente que se trata de una película que<br />

me entusiasma. Y el plus que termina de transformarla en un<br />

proyecto genial es que el director es mi amigo y los actores que<br />

forman el elenco son Dolores Fonzi, Julieta Zylberberg<br />

y Esteban Lamothe, más no se puede pedir


Entrevista<br />

diez<br />

MIKE AMIGORENA habla de<br />

su primer disco como solista,<br />

Amántico (Sony), un “vintage<br />

contemporáneo” como él<br />

mismo lo define<br />

Romántico<br />

de hoy y siempre<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

<strong>66</strong> 67<br />

Aunque se hizo famoso como actor, perseveró en la música<br />

con Ambulancia y Mox, sus dos bandas, y editó un libro<br />

objeto llamado Mike Buc, cuya portada es una selfie hecha<br />

en un baño. Este año se atrevió a un disco solista, donde<br />

interpreta unas cuantas canciones románticas que evocan los<br />

tiempos de Palito Ortega y Sandro, además de algunos<br />

toques que lo acercan a la faceta de cantor que explotó su<br />

comprovinciano, Leonardo Favio. Lanzado en julio por<br />

Sony, Amántico tiene arreglos, dirección y producción de<br />

Luis Cardoso, y se grabó en Romaphonic Studios, Family<br />

Groove Studio y Nak Studio. Amigorena no dudó en<br />

componer algunas letras y se entrenó duro para optimizar<br />

su dicción en castellano. Motivaciones y expectativas de una<br />

placa definida por su mentor como “Clásico de hoy”.<br />

–La última vez que dio una entrevista para <strong>Quid</strong><br />

estaba presentando un libro, y ahora un disco, no me<br />

puede negar que es una persona versátil… No sé si<br />

versátil, pero sí inquieto y en búsqueda permanente.<br />

–¿Qué lo motivó a sacar un disco solista? Varias cosas,<br />

pero te diría que una de las motivaciones más fuertes que<br />

tuve para hacer este disco es la idea de viajar por el país, de<br />

tocar en distintos lugares, de meterme con mi música en la<br />

casa de la gente. Recorrer el interior, la costa, dar vueltas<br />

por todo el país con las canciones de Amántico es algo que<br />

realmente me entusiasma muchísimo. Probar el disco en<br />

escenarios distintos, con públicos diferentes es una suerte.<br />

–¿Cómo se gestó Amántico? De una combinación de cosas,<br />

no es que haya habido un factor único que lo detonara.<br />

Por una parte, lo que te decía de ir de gira, pero también me<br />

ilusionaba y me desafiaba en lo personal tener un disco mío.<br />

Y por otra parte, Sony, hace ya dos años, me propuso hacer<br />

algo sin Mox, mi banda, y me brindó el tiempo y las condiciones<br />

necesarias para que saliera tan bien como salió.<br />

–Un disco con mucho tiempo de preparación… Sí,<br />

por un lado es la primera vez que canto en castellano, y me<br />

entrené mucho para hacerlo bien. Se puede cantar en castellano<br />

sin que se te entienda un pomo, o se puede hacerlo<br />

bien, con una dicción correcta que haga que las letras de las<br />

canciones no se pierdan.<br />

–¿Las letras son suyas? Cuatro de ellas sí. Las otras son de<br />

Luis Cardoso. Todas hablan del amor en aspectos diversos,<br />

todas me representan un poco. Todas tienen algo de personal<br />

y algo universal. Yo le canto a la mujer como tag, o como<br />

idea, pero hablo del amor, que una cosa que nos toca a todos,<br />

más allá del género, la edad, y la experiencia particular.<br />

–¿En quién o quiénes se referenció fundamentalmente?<br />

Sandro, Leonardo Favio, Tom Jones, Palito Ortega,<br />

Nicola Di Bari…<br />

–¿Y cómo define el sonido general del trabajo? Como<br />

un vintage contemporáneo, algo con invocaciones del pasado,<br />

hecho con elementos de hoy, modernos. Puede ser que<br />

Amántico sea más elegante que Palito o Sandro por estar<br />

hecho hoy, y no en aquella época. Es una recreación del<br />

espíritu de esa época: un clásico de hoy.<br />

–¿Y el arte de tapa? La llamé a Nora Lezano, que es<br />

una fotógrafa maravillosa, con la que me entendí súper bien<br />

y a la que admiro un montón y, en una especie de trabajo<br />

colectivo, hicimos las fotos de tapa y del interior buscando<br />

que transmitieran esa cosa elegante, romántica y como<br />

medio soñadora


INFANTILES<br />

Poesía para niños<br />

Lunática se llama el libro<br />

de Martha Riva Palacio<br />

bellamente ilustrado por<br />

Mercé López. Se trata<br />

de la obra ganadora del<br />

Premio Hispanoamericano<br />

de Poesía para niños 2014,<br />

recientemente editado<br />

por Fondo de Cultura<br />

Económica.<br />

La magia de un espejo<br />

Julián y el caballo de piedra<br />

(Pípala) es el último libro<br />

de Félix Bruzzone<br />

con dibujos de Germán<br />

Wendel. Un hermoso<br />

trabajo que habla sobre<br />

los deseos y la magia para<br />

alcanzarlos.<br />

Cuento de la India<br />

Inspirado en las enseñanzas<br />

tradicionales de la India,<br />

Ghislaine Roman escribió<br />

La princesa de la pluma<br />

blanca (El Ateneo), ilustrado<br />

por Sophie Lebot. Un libro<br />

recomendable para leer y<br />

mirar.<br />

Para nombrar las emociones<br />

Una propuesta muy interesante dirigida a padres<br />

y niños para estimular la inteligencia emocional.<br />

Emocionario (V&R)<br />

tiene textos de Cristina<br />

Núñez Pereira y Rafael<br />

Valcárcel y está ilustrado<br />

por diversos artistas como<br />

Adriana Keselman,<br />

Anita Morra, Cyntia<br />

Orensztajn, entre muchos<br />

otros talentosos ilustradores.


INFANTILES / JUVENILES<br />

Un huésped muy particular<br />

Eric (Ediciones Santillana)<br />

es el título de este relato<br />

curioso y muy divertido del<br />

australiano Shaun Tan y<br />

diseñado por el autor, Inari<br />

Kiuru y Bruno Herfst.<br />

Cuenta la historia de un<br />

estudiante extranjero que<br />

llega a vivir a la casa de una<br />

familia muy normal.<br />

INFANTILES / JUVENILES<br />

PARA MIRAR EN FAMILIA<br />

Para los más chicos,<br />

llega Peppa Pig.<br />

Fiesta de disfraces,<br />

del director Neville<br />

Astley. La simpática<br />

cerdita hace de las<br />

suyas y se le pliegan<br />

papá y mamá cerdita, y<br />

todos sus amigos.<br />

Una de amor<br />

Los jardines de Árida<br />

(Pípala), de Paul Bieguel,<br />

con ilustraciones<br />

de Charlotte Dematons,<br />

es la historia de<br />

una princesa que se<br />

enamora del hijo de<br />

un jardinera. La bruja<br />

Sirdis se interpondrá<br />

en este amor casi imposible.<br />

Del director Mark Osborne<br />

(Kung Fu Panda), ya está disponible<br />

para mirar en casa El<br />

principito, basada en la novela<br />

de Antoine De Saint Exupéry.<br />

En formato blu-ray,<br />

este film animado contó con<br />

el diseño de Lou Romano,<br />

conocido por su trabajo en<br />

Los increíbles y Up, de Pixar.<br />

Romano ayudó a establecer<br />

el aspecto y la atmósfera de la<br />

película en términos de diseño,<br />

iluminación y color tanto<br />

en 2D como en CGI.<br />

De hadas y poderes mágicos<br />

El hilo de oro (Fondo de Cultura<br />

Económica) es el nuevo trabajo<br />

de la alemana Cornelia Funke,<br />

una de las escritoras más importantes<br />

de la literatura infantil y<br />

juvenil. Esta vez, el Hada Oscura,<br />

traicionada por el rey Kamièn,<br />

buscará un remedio para olvidar<br />

su gran amor por él. Mientras<br />

tanto, Will Reckless, emprenderá<br />

la desesperada caza del hada<br />

para salvar a su amada Clara del<br />

profundo sueño en que la han<br />

sumergido.<br />

Para los amantes de la ciencia<br />

ficción, se estrenó Leal,<br />

la tercera entrega de La<br />

Serie Divergente. Dirigida<br />

por Robert Schwentke<br />

y protagonizada por Shailene<br />

Woodley, Theo<br />

Jame y Jeff Daniels. En<br />

esta entrega, Tris y Cuatro<br />

tendrán una batalla despiadada<br />

fuera de las paredes<br />

de Chicago y que amenaza<br />

a toda la humanidad.


Historia<br />

y política<br />

Sergio Morero, La noche de los bastones<br />

largos, Eudeba<br />

Se cumplen cincuenta años de aquel<br />

bochornoso episodio producido a un mes<br />

de la irrupción en el poder del general<br />

Juan Carlos Onganía y su golpe cívico<br />

militar autodenominado “Revolución Argentina”.<br />

Sergio Morero, por entonces<br />

encargado de la columna de actualidad<br />

universitaria del semanario Primera Plana,<br />

fue testigo presencial de los hechos y la<br />

persona que bautizó al hecho como “la noche<br />

de los bastones largos”. El libro recoge<br />

el testimonio de figuras de nuestro mundo<br />

académico y científico que fueron víctimas<br />

del terror estatal desatado la noche del<br />

29 de julio de 19<strong>66</strong> cuando la Guardia<br />

de Infantería armada de largos bastones<br />

ingresó ilegalmente en distintas facultades<br />

que habían sido tomadas por autoridades,<br />

docentes y alumnos en defensa de las conquistas<br />

logradas en 1918 por la Reforma<br />

Universitaria como el co-gobierno, la autonomía<br />

y la libertad de cátedra y que fueron<br />

mancilladas, decreto 16.912 mediante,<br />

por Onganía y sus cómplices civiles. La<br />

Guardia de Infantería no ahorró insultos<br />

patadas, golpes de machetes y palazos<br />

que por “orden superior” y razones obvias<br />

debían apuntar a la cabeza, pero no solo,<br />

como lo demuestra la querella criminal<br />

iniciada por el decano Rolando García<br />

contra el general Fonseca, en donde constan<br />

según el informe forense lesiones en el<br />

cráneo, la espalda y la fractura de parte de<br />

la mano derecha.<br />

Los estudiantes, mientras salían, debieron<br />

pasar por una doble fila de policías<br />

que los golpeaban a los varones y, como<br />

buenos caballeros defensores de la moral<br />

occidental, golpeaban y manoseaban a las<br />

DOS SOBRE<br />

INTOLERANCIA<br />

POR Felipe Pigna<br />

estudiantes. En la Facultad de Arquitectura<br />

se repitieron las escenas de barbarie<br />

a pesar de que allí no se había preparado<br />

orgánicamente ningún acto de resistencia.<br />

En total, en aquella noche nefasta ideada<br />

por Onganía y sus secuaces, se llevaron<br />

a doscientas personas detenidas, aunque<br />

los partes oficiales hablaban de 140.<br />

Otras quince fueron llevadas a distintos<br />

hospitales públicos.<br />

Renunciaron los decanos de Filosofía y<br />

Letras, Ciencias Exactas y Arquitectura.<br />

En Exactas de un total de 675 docentes<br />

dejaron sus cargos 330 (<strong>66</strong> profesores, 87<br />

Jefes de Trabajos Prácticos, 105 ayudantes<br />

y 72 técnicos). Institutos como los de<br />

Biología Marina, Cálculo, Meteorología,<br />

Televisión Educativa (pionero en América<br />

Latina), quedaron desmantelados y<br />

muchos de los renunciantes debieron continuar<br />

sus brillantes carreras en el exterior.<br />

Un testimonio altamente recomendable.<br />

Sülim Granovsky, Los otros genocidios<br />

de Hitler. Homosexuales, testigos<br />

de Jehová, cristianos, políticos,<br />

intelectuales, gitanos, discapacitados<br />

físicos y mentales,<br />

Ed. Peña Lillo-Continente<br />

Este interesante y documentado trabajo<br />

de Sülim Granovsky, periodista,<br />

militante antifascista y corrector de la primera<br />

edición argentina del Diario de Ana<br />

Frank, sigue la línea de su anterior libro<br />

El genocidio silenciado. Holocausto del<br />

pueblo armenio. En este caso se ocupa de<br />

las “otras” víctimas de Hitler además de<br />

su blanco principal, los judíos. La llamada<br />

limpieza racial en procura de la “raza<br />

aria” incluyó el exterminio de grupos étnicos,<br />

religiosos, culturales y discapacitados<br />

que de seguir vivos y reproduciéndose,<br />

en el concepto demencial del Reich,<br />

arruinarían esa utópica pureza racial.<br />

No está demás aclarar que la ciencia se<br />

encargaría de demostrar la falsedad del<br />

concepto de raza, como quedó establecido<br />

por la Unesco en 1959 que aconsejó el<br />

uso de la clasificación lingüística para las<br />

diferentes etnias. A los testigos de Jehová<br />

se los perseguía por sus fuertes convicciones<br />

antibélicas y su decisión de no delatar<br />

a nadie. Los homosexuales resultaban<br />

peligrosos porque según los jerarcas del<br />

Reich, esa “enfermedad” era “contagiosa”.<br />

Al respecto decía Adolf Hitler:<br />

“La homosexualidad hace encallar todo<br />

rendimiento. Y a esto se añade el hecho<br />

de que el homosexual es un hombre<br />

radicalmente enfermo en el plano psíquico.<br />

Es débil y se muestra flojo en todos<br />

los casos decisivos. Nosotros debemos<br />

comprender que si ese vicio continúa expandiéndose<br />

en Alemania sin que lo combatamos,<br />

será el final de Alemania, el fin<br />

del mundo germánico”. En cuanto a los<br />

discapacitados resultaban una carga muy<br />

gravosa para un Estado que soñaba con<br />

seres “perfectos”. Los gitanos, declarados<br />

como “una plaga” fueron particularmente<br />

perseguidos y un millón y medio de ellos<br />

murió en los campos de concentración.<br />

Según uno de los ideólogos del nazismo,<br />

Alfred Rosenberg, “el ideal del<br />

amor al prójimo debía ser reemplazado y<br />

subordinado a la idea del honor nacional<br />

que equivale a la sola y única ley”<br />

OTROS RECOMENDADOS<br />

Los Oesterheld | Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami,<br />

Sudamericana.<br />

16 de junio de 1955: bombardeo y masacre. Imágenes,<br />

memorias, silencios | Juan Besse y María<br />

Graciela Rodríguez (editores), Biblos.<br />

Historia argentina 1916-1955 | Alejandro Cataruzza,<br />

Siglo XXI.<br />

Ensayos argentinos. De Sarmiento a La Vanguardia<br />

| Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, Siglo XXI.<br />

Embarcados. Los trabajadores marítimos y la vida<br />

a bordo | Laura Caruso, Imago Mundi.<br />

Marcas de identidad. Juan Vucetich y el nacimiento<br />

transnacional de la dactiloscopia (1888-1913) |<br />

Mercedes García Ferrari, Prohistoria Ediciones.<br />

Rotas cadenas. Los sucesos que llevaron a la<br />

declaración de la Independencia argentina en 1816<br />

| Andrés Bufali, Vergara.<br />

1816. La trama de la independencia | Gabriel Di<br />

Meglio, Planeta.<br />

Amantes poderosas de la historia | Ángela Vallvey<br />

Arévalo, El Ateneo.<br />

Todo lo que necesitás saber sobre la Guerra Civil<br />

Española | Diana Fernández Irusta, Paidós.<br />

73


Tema de tapa<br />

cinco<br />

Una roca en la izquierda<br />

POR Emilia Simison*<br />

Según la Real Academia Española la<br />

traición es una falta que se comete<br />

quebrantando la fidelidad o lealtad<br />

que se debe guardar o tener. Por lo<br />

tanto, para que ella exista, para que<br />

sea realmente traición, es condición<br />

necesaria algún tipo de lazo o cercanía<br />

entre los involucrados. Quizás por<br />

eso tiene tanta mala fama, tanta que<br />

Dante Alighieri le reserva en La<br />

Divina Comedia el noveno círculo del<br />

Infierno. Allí, dentro de una caverna de<br />

hielo y frío perpetuos se encuentra con<br />

cuatro recintos: la Caina, que toma su<br />

nombre de Caín y está reservada para<br />

quienes traicionan a sus familias, la Antenora,<br />

por el traidor de Troya Antenor,<br />

para quienes traicionan a la patria, la<br />

Tolomea, por Tolomeo quien asesinó<br />

a sus invitados durante un banquete,<br />

para quienes traicionan a sus huéspedes<br />

y Judeca, por Judas Iscariote, para<br />

quienes traicionaron a sus benefactores:<br />

para estos últimos esperan los<br />

peores castigos. Quien nos traiciona es,<br />

entonces, alguien que supimos tener<br />

cerca, un familiar, un conciudadano, un<br />

anfitrión, un protegido… Sin embargo,<br />

no hace falta ahondar demasiado para<br />

descubrir, por un lado, que quienes<br />

para algunos personifican la traición<br />

son para otros simples víctimas de sus<br />

circunstancias o, incluso, valientes<br />

héroes y, por el otro, que nadie parece<br />

ser inmune a la posibilidad de ser traicionado<br />

cuando menos se lo espera, y<br />

menos aún en el mundo de la política.<br />

Remontémonos, por ejemplo, a la<br />

conquista de América. Allí tenemos a<br />

personajes como Francisco Pizarro<br />

que no solo es considerado un traidor<br />

por haber asesinado a Atahualpa aun<br />

luego de que se hubiera pagado por<br />

él lo que se calcula entre los rescates<br />

¿Et tu, Bruto? — ¡Cae entonces, César!<br />

César, Escena 1, Acto III, Julio César, William Shakespeare<br />

más caros de la historia sino que luego<br />

fue ejecutado por sus propios hombres,<br />

claro está, a traición. También ha<br />

despertado y despierta gran controversia<br />

e interés el caso de la denominada<br />

Malinche. Regalada por su madre<br />

luego de la muerte de su padre y dada<br />

a su vez a Hernán Cortés después<br />

de la derrota de los tabasqueños en la<br />

llamada “Batalla de Centla” junto con<br />

otras diecinueve mujeres, Malinalli,<br />

luego de ser bautizada con el nombre<br />

de “Marina”, se convirtió en intérprete<br />

y amante de Cortés a quien le prestó<br />

inestimable ayuda durante la conquista.<br />

De hecho, se volvieron tan cercanos<br />

que una pronunciación errónea de su<br />

nombre, “Malintzin”, parece haber<br />

sido utilizada para referirse a ambos<br />

(ahí tienen, Brangelina) y el término<br />

malinchismo se utiliza aún en México<br />

para referirse peyorativamente a<br />

personas que prefieren un estilo de<br />

vida diferente a su cultura local ligado<br />

a costumbres extranjeras. Para algunos<br />

una traidora, para otros una víctima,<br />

para otros la madre de una nueva<br />

nacionalidad, los debates en torno a su<br />

figura continúan vigentes.<br />

Un poco más abajo en el continente,<br />

las guerras de la independencia y conformación<br />

del Estado argentino están<br />

plagadas de acusaciones cruzadas de<br />

traición. Pensemos por ejemplo en la<br />

complicada relación entre Justo José<br />

De Urquiza y Juan Manuel De<br />

Rosas. Aunque el primero hizo publicar<br />

en un editorial “que cuando un<br />

poder extraño nos provoque, esa será<br />

la circunstancia indefectible en que<br />

se verá al inmortal general Urquiza al<br />

lado de su honorable compañero el<br />

gran Rosas, ser el primero que con su<br />

noble espada vengue a la América” y<br />

dicen que estando ya en el poder dijo<br />

a un embajador inglés que “hay un<br />

solo hombre para gobernar la Argentina,<br />

y es don Juan Manuel de Rosas”,<br />

mientras que, en su exilio, parece ser<br />

que Rosas le guardaba siempre un<br />

lugar libre en la mesa, para muchos<br />

su relación es un caso paradigmático<br />

de traición. De hecho, para el famoso<br />

escritor José Hernández, Urquiza<br />

fue “más que todo, el Jefe Traidor del<br />

Gran Partido Federal, y su muerte,<br />

mil veces merecida, es una justicia<br />

tremenda y ejemplar del partido otras<br />

tantas veces sacrificado y vendido por<br />

él”. ¿Y cómo muere Urquiza? Sí, exacto,<br />

traicionado.<br />

También Rosas fue acusado de traición<br />

contra su colaborador Horacio Quiroga,<br />

asesinado en una emboscada<br />

al regresar de una misión que este le<br />

había encargado y sin embargo parecen<br />

haber sido colaboradores de los más<br />

cercanos. Como relata su sobrino, el<br />

escritor Lucio V. Mansilla, Rosas les<br />

daba cada sábado a todos sus sobrinos<br />

“una docena de divisas coloradas,<br />

nuevitas, que nos hacían el efecto de<br />

la muleta al toro. Un peso fuerte, en<br />

plata blanca, que nosotros después<br />

cambiábamos en moneda corriente,<br />

discutiendo el precio con nuestros<br />

respectivos tatitas, y un retrato litografiado<br />

de Quiroga, diciéndonos siempre<br />

estas mismas, mismísimas palabras (y<br />

repitiéndoselas a cada uno): ‘Tome, sobrino,<br />

ese retrato de un amigo, que los<br />

salvajes dicen que yo mandé matar’”.<br />

Todos casos que ilustran la recomendación<br />

de Frank Underwood, el personaje<br />

protagónico de la serie House of<br />

Cards interpretado por Kevin Spacey,<br />

de que en política es recomendable<br />

saludar con la mano derecha pero<br />

tener una roca en la izquierda.<br />

Además, muestran como la traición, y<br />

las acusaciones de haberla cometido,<br />

encuentran terreno fértil en la cercanía.<br />

Y es que solo podemos sentirnos<br />

traicionados por alguien de quien esperábamos<br />

algo. Como señala Claudia<br />

Hilb, doctora en Ciencias Sociales,<br />

docente de la UBA e investigadora del<br />

CONICET, al analizar los discursos<br />

de Ricardo Alfonsín y Carlos Menem<br />

para intentar explicar por qué el<br />

desempeño del primero en el cargo fue<br />

sentido como una traición en mucha<br />

mayor medida que el del segundo, la<br />

diferencia estaría en la extensión de<br />

sus promesas. Así, el sentimiento de<br />

traición experimentado por los votantes<br />

de Alfonsín se derivaría del hecho de<br />

que este prometió demasiado mientras<br />

que las promesas electorales vagas<br />

de Menem le habrían dado un mayor<br />

margen de maniobra.<br />

Y ya que nos acercamos a la política<br />

más actual es interesante ver cómo<br />

en los últimos años las acusaciones de<br />

traición se han multiplicado en torno<br />

a un fenómeno emparentado con la<br />

traición a los benefactores de la Judeca:<br />

el transfuguismo político. Este término<br />

hace referencia al comportamiento en<br />

que un representante popular democráticamente<br />

elegido, abandona la<br />

formación política en la que se encontraba<br />

para pasar a engrosar las filas de<br />

otra y se presenta como un fenómeno<br />

extendido en varias partes del mundo<br />

y, en especial, en América Latina.<br />

El presidente de Ecuador, Rafael<br />

Correa, en respuesta a algunos casos<br />

dentro de su propio partido lo definió<br />

explícitamente de “traición al pueblo<br />

que los eligió” resaltando que “solitos<br />

no llegaban a ninguna parte”. A su vez,<br />

en Argentina se lo ha denominado con<br />

términos como borocotizar a partir del<br />

notorio caso de Eduardo Lorenzo<br />

Borocotó que a tres semanas de su<br />

elección como diputado nacional por<br />

el macrismo en la ciudad de Buenos<br />

Aires pasó a revistar como legislador<br />

afín al oficialismo kirchnerista. Y<br />

desde ya que no fue el único. Según<br />

datos presentados por los doctores<br />

en Ciencia Política Mark P. Jones<br />

y Juan Pablo Micozzi en el libro<br />

La política en tiempo de los Kirchner<br />

compilado por Andrés Malamud<br />

y Miguel De Luca, un 31% de los<br />

diputados del período 2005-2009 en<br />

la Cámara de Diputados de la Nación<br />

cambió de bloque parlamentario: once<br />

pasaron del Frente para la Victoria a<br />

la oposición, ocho de la oposición al<br />

oficialismo y diecinueve mudaron de<br />

bloque al interior del arco opositor. Y<br />

es que parece que de esto nadie se zafa<br />

ya que, como declaró el ex presidente<br />

Fernando De La Rúa en una<br />

entrevista con Catalina Bontempo<br />

publicada el 16 de julio de 2016 en<br />

Infobae “los peronistas son tremendos<br />

para la traición, pero los radicales<br />

también”. No obstante, nuevamente<br />

nos encontramos con que si bien estos<br />

legisladores son vistos como traidores<br />

de un lado, aparecen como mentes libres<br />

y valientes del otro. Quizás, como<br />

sostenía el político y periodista francés<br />

Georges Clemenceau, esto se deba<br />

a que “un traidor es un hombre que<br />

dejó su partido para inscribirse en otro.<br />

Un nuevo convencido es un traidor<br />

que abandonó su partido para inscribirse<br />

en el nuestro”<br />

74 75<br />

*Mg en Ciencia Política (UBA-UTDT). Beca M.I.T.


Entrevista<br />

once<br />

“No soy<br />

un fetichista<br />

de lo nuevo”<br />

GUILLERMO MARTÍNEZ acaba de publicar La razón literaria, un libro que reúne ensayos,<br />

artículos y algunas conferencias que el autor de Crímenes imperceptibles dio en los últimos años.<br />

Una charla a fondo donde habla de su escritura, del mundo literario, del periodístico y del tenis<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

–De algún modo La razón literaria es una continuación<br />

de La fórmula de la inmortalidad, ¿qué cambió de su<br />

forma de ver y entender la literatura desde aquel libro a<br />

este? Las ideas y los clichés que pongo en cuestión responden<br />

a una línea que desde lo académico baja a los suplementos<br />

culturales, pero que no necesariamente está en discusión de<br />

forma horizontal en la literatura argentina. Sobre todo, a partir<br />

de la aparición de muchas editoriales independientes y del surgimiento<br />

de otras maneras de comunicarse entre los escritores<br />

y sus lectores. Ya no hay tanta mediación de la crítica dominante<br />

con respecto a lo que se hace y a cómo se valora lo que se<br />

hace. Han surgido otros modos de validación y otros modos de<br />

intervención, lo que hizo que hoy los suplementos culturales<br />

hayan perdido algo de fuerza y centralidad.<br />

–Esos cambios a los que se refiere, ¿le parecen positivos<br />

o negativos? En algunos casos positivos, porque hay una mayor<br />

libertad, tanto para escribir en cualquiera de las estéticas<br />

que se elijan, como para publicar. En otro sentido, extraño algo<br />

que tiene que ver con la formación literaria o la posibilidad de<br />

cotejar estéticas en base a lo que lecturas anteriores conectan<br />

con lo que se hace ahora. Me parece que se perdió ese<br />

vínculo. Ahora no necesariamente lo que se escribe lleva en sí<br />

una reflexión literaria sobre lo que ya está hecho en tal o cual<br />

campo. Muchas veces, cuando uno lee parece como si fuera<br />

una literatura de circunstancia, una literatura confesional, muy<br />

ligada al aquí y ahora, y a mí me interesa más la forma en que<br />

la literatura se conecta con lo que se ha hecho anteriormente.<br />

–En algún punto, ¿no es bueno olvidarse de la tradición<br />

a la hora de escribir? Sí, cuando lo que aparece es original.<br />

La espontaneidad tiene el problema de que muchas veces no<br />

tiene ningún tipo de hondura y repite sin saberlo cosas que ya<br />

están dichas mil veces. Por eso yo diferencio en el libro el concepto<br />

de lo de nuevo del de lo original. Lo interesante, tanto<br />

en ciencia como en literatura, es el concepto de lo original, que<br />

es lo nuevo que se mide con lo anterior. Yo apunto, en mi interés,<br />

a esa clase de literatura, la que tiene en cuenta el peso de<br />

lo que ya se haya hecho para intentar decir algo, que de algún<br />

modo lo tenga en cuenta y dé un paso más allá. Lo nuevo por<br />

lo nuevo en sí, me parece que muchas veces se queda en un<br />

intento efímero, sin peso, sin valor, que uno inmediatamente<br />

reconoce que ha sido intentado otras veces en otros sentidos.<br />

No soy un fetichista de lo nuevo.<br />

–En el libro, habla mucho de la importancia de la imaginación,<br />

¿no cree que desde lo real o desde la llamada<br />

no ficción también se puede hacer buena literatura?<br />

Sin duda que se puede hacer una gran novela basada solo en<br />

datos reales, pero es un tipo de literatura que no me interesa.<br />

Porque es una literatura en la que es muy difícil encontrarse<br />

con la invención de algo inesperado, de algo que no se corresponda<br />

con lo prosaico y con lo realista. A mí me interesa<br />

una literatura que tenga un pie en la realidad pero que sea<br />

algo que uno, con los sentidos habituales y con el conocimiento<br />

testimonial, no hubiera alcanzado, algo que se rija por<br />

otra clase de leyes.<br />

76 77


78<br />

–También habla de Aira y de lo que él postula acerca<br />

de la novela, la trama y los personajes. Fabián Casas<br />

en uno de sus Ensayos bonsái dice que César Aira le<br />

terminó haciendo mucho mal a la literatura, ¿piensa<br />

que pasó eso? Aira es una voz y una línea interesante en la<br />

literatura contemporánea. En cuanto a sus novelas, rescato<br />

la parte de la imaginación. Lo que sí creo que ha hecho daño<br />

en la crítica argentina, ha sido cómo han pasado a convertirse<br />

en dominante las ideas de Aira sobre la literatura. Me parece<br />

que la suya es una línea posible, pero que no puede ser un<br />

imperativo categórico para toda la literatura argentina. Que<br />

una literatura se convierta en la única posible dentro de un<br />

mundo cultural, es una idea que a mí me preocupa y con la<br />

que discuto a lo largo del libro.<br />

–¿Por qué Aira terminó influyendo tanto en las nuevas<br />

generaciones de narradores? Porque el otro modelo, el<br />

de Borges, que está muy presente en la literatura argentina,<br />

tiene una cantidad de dificultades mayores. Es una literatura<br />

erudita, que justamente recoge y lleva en sí tradiciones<br />

literarias enteras. Cada cuento de Borges es muchas veces<br />

una especie de reunión o condensación de cantidades de<br />

fuentes literarias, que es también muy exigente en cuanto a<br />

la escritura. Basta ver cómo adjetiva o la forma obsesiva con<br />

la que corrige. Borges es un ejemplo intimidante para quien<br />

quiera escribir. En cambio, el modelo de Aira es mucho más<br />

cercano, por eso tiene tantos imitadores. Ni siquiera necesita<br />

seguirse con consecuencia una trama, porque hay algo así<br />

como un escudo teórico que les da el título de vanguardistas.<br />

Entonces es una clase de novela que no tiene demasiadas<br />

exigencias en cuanto a la escritura. Aira ha mostrado que se<br />

puede hacer literatura de manera muy simple.<br />

–En Aira y en muchos escritores se nota detrás una<br />

construcción de la imagen del escritor, ¿piensa en la<br />

construcción de su imagen? La imagen no creo que sea<br />

algo que dependa de uno. Yo escribo desde los 8 años, a los<br />

14 participé en mis primeros concursos y publiqué mi primer<br />

libro antes de los 18. Sin embargo, para la inmensa mayoría<br />

de la gente sigo siendo un matemático que un día decidió ser<br />

escritor. Son como marcas que el público elige para etiquetar<br />

a los escritores. En el fondo, hay una especie de gran comodidad<br />

o pereza intelectual. A la gente no le gusta leerse la obra<br />

entera de un escritor y detectar todas las variantes, prefiere<br />

identificarlo con uno o dos libros, uno o dos adjetivos. Conti<br />

va a ser el escritor desaparecido durante la dictadura, a nadie<br />

se le ocurre ver todos los vaivenes o matices que tiene la obra<br />

de Conti. Walsh va a ser el escritor que escribía novelas<br />

policiales hasta que un día despertó a las ideas revolucionarias,<br />

a nadie se le ocurre ver literariamente cuál es toda la complejidad<br />

de Walsh. Entonces los escritores quedan identificados<br />

con esos pocos clichés. Eso también le critico de algún modo a<br />

la mirada académica, porque en general en la crítica académica<br />

se discuten nombres, en lugar de discutir cuál obra de cada<br />

nombre. Ricardo Piglia para mí no es un nombre, hay una<br />

variedad de líneas dentro de la obra de Piglia.<br />

–Habla de distintas líneas dentro de un escritor. En su<br />

caso, es muy claro; por un lado están las novelas y los<br />

cuentos y por otro, la vertiente que tiene más que ver con<br />

el ensayo. ¿Estos libros apuntan al mismo público? Estos<br />

libros los leen únicamente las personas que tienen interés no<br />

solamente en la literatura sino en esta parte casi recóndita que<br />

es la discusión de estéticas literarias. Son libros que se leen muy<br />

poco con respecto a lo que son los libros de ficción, pero a mí<br />

me interesan igual como línea de pensamiento, de reflexión.<br />

–¿Le parece que está ausente el debate en la literatura,<br />

que cada vez hay menos debate o diálogo? Hay algo peor<br />

que eso, hay algo así como un debate en silencio por el cual<br />

se aceptan o rechazan obras del canon sin exponer nunca los<br />

argumentos. De algún modo, hay unas obras privilegiadas que<br />

ingresan a los estudios universitarios, pero nunca queda en<br />

claro cuáles son los valores que se toman en cuenta. En el acto<br />

de elegir cuál es el adentro y afuera en cada ámbito, cuando se<br />

decide qué novela reseñar en un suplemento cultural y cuál no<br />

vale la pena, hay una crítica de valor. Tanto en el mundo académico<br />

como en el mundo del periodismo cultural, se ejerce una<br />

crítica de valor que no osa decir su nombre.<br />

–Hablaba de Borges, ¿cuánto se puede seguir escribiendo<br />

sobre él? Como tema es tan infinito como cualquier otro<br />

tema, yo creo estar llegando a mi propio límite. Pero es verdad<br />

que cada diez años releo su obra y es un estímulo permanente.<br />

Hay un pequeño verso de Manuel Mujica Láinez que dice<br />

algo así como “no importa cuánto te esfuerces, ni la ilusión que<br />

te forjes, lo mejor que hayas escrito, antes ya lo escribió Borges”.<br />

–En uno de los ensayos escribe sobre los escritores de<br />

culto, ¿no piensa que en algún punto todos los escri-<br />

tores terminan siendo de culto, que la literatura es<br />

cada vez más un fenómeno de culto? Totalmente, pero<br />

aun así siempre me refiero al pequeño mundo de los lectores<br />

sofisticados. La categoría de escritor de culto tiene sentido en<br />

el mundo de los lectores que van a las librerías de viejos, que<br />

se forman en su biblioteca, que están interesados en la perla<br />

oculta, que se susurran de boca en boca el nuevo nombre<br />

secreto. Hay una cofradía en cada país de la búsqueda de los<br />

autores con los que uno puede fanfarronear. A esa subcategoría<br />

me estoy refiriendo, que muchas veces lleva a la luz y<br />

descubre nombres extraordinarios.<br />

–Pero una vez que es descubierto por todos, ahí ya<br />

deja de ser tan buen escritor… En general sucede eso y<br />

ha pasado muchas veces en la historia. El propio Javier Cercas<br />

era un escritor de culto hasta que tuvo su primer éxito y<br />

claro, ahí se convirtió en un escritor malo.<br />

–En otro de los ensayos, habla de su relación con el<br />

tenis, ¿podría hacer un paralelismo entre ser tenista<br />

y ser escritor? Hay un paralelismo respecto a la cuestión<br />

de la técnica y lo espontáneo o lo inspirado. Yo he escuchado<br />

a escritores consumados que dicen “escribí mi primera<br />

novela en medio de una cantidad de deliberaciones, cálculos,<br />

balances, correcciones y ahora la segunda la quiero escribir<br />

como me salga, que fluya”, con la idea de que lo espontáneo<br />

es mejor. Hay una especie de mito de que cuando uno menos<br />

piense, cuando uno le dé libertad al inconsciente, o cuando<br />

uno se pinche las venas con la lapicera y escriba con sangre<br />

de las entrañas, mejor. Ahí me parece que sí hay una buena<br />

analogía con el tenis, porque en el tenis lo más importante es<br />

poder incorporar la técnica de tal forma que en el momento<br />

del juego no sea algo en lo que uno tenga que pensar sino<br />

que se convierta en algo instintivo. ¿Quién es más libre, el<br />

jugador que recién comienza y solo le puede pegar a la pelota<br />

de la misma manera, o Roger Federer que ya le pegó mil<br />

millones de veces de todas las maneras posibles y cuando va<br />

a un partido instintivamente ya sabe cuál es la mejor elección<br />

y puede hacer lo que quiera con naturalidad porque absorbió<br />

la técnica? Otra analogía tiene que ver con la lectura y el tenis.<br />

Para mí la lectura es una cuestión de balance entre lo que<br />

tira el escritor y lo que puede asimilar y devolver el lector.<br />

No es exactamente que el lector completa, sino que además<br />

debe tener el suficiente nivel como para hacer una empatía<br />

con aquello que está sugiriendo el autor. Se parece también<br />

al tenis en el sentido de que es interesante cuando los dos<br />

contrincantes son parejos, de otro modo no funciona.<br />

–En uno de los ensayos habla de los escritores que en un<br />

momento dijeron basta y dejaron de escribir, ¿imagina<br />

su vida sin la escritura? Tengo en carpeta una cantidad de<br />

libros pensados. Es verdad que a medida que uno escribe, se<br />

vuelve más difícil escribir y sostener la concentración. Hasta<br />

ahora, siempre que empecé un cuento o una novela, traté de<br />

terminarlos, por lo que confío en que esas ideas que tengo en<br />

carpeta las pueda intentar. Ya son suficientes para ocuparme<br />

varias décadas, que no sé si tendré por delante


Entrevista<br />

doce<br />

El<br />

lector<br />

salvaje<br />

Luego de tres libros de cuentos y uno de poesía,<br />

el autor de El loro que podía adivinar el futuro acaba<br />

de publicar su primera novela, La maestra rural<br />

(Literatura Random House)<br />

POR Nando Varela Pagliaro<br />

La literatura llegó a la vida de Luciano Lamberti de un<br />

modo misterioso. En su casa natal, en Córdoba, no había muchos<br />

libros. Sin embargo, él leía todo lo que encontraba. Lo<br />

primero que devoró fue una Biblia ilustrada en tres tomos,<br />

que le llenó la cabeza de imágenes. Luego llegaría el turno<br />

de los poemas de Juana De Ibarbourou y Pablo Neruda.<br />

Bajo la sombra de ellos, escribió sus primeros poemas.<br />

A partir de ahí la lectura y la escritura fueron algo natural y<br />

orgánico, que simplemente estaban ahí, que no se cuestionaban.<br />

Tanto fue así que cuando tuvo que elegir una carrera,<br />

Letras era casi el único camino posible. Su paso por la<br />

Universidad Nacional de Córdoba le dio cierto orden en las<br />

lecturas y le mostró un panorama mucho más amplio, aunque<br />

cree que las cuestiones teóricas no le aportaron nada. “No soy<br />

un teórico, ni siquiera cuando reseño o escribo para el blog<br />

de Eterna Cadencia. Soy más bien un lector salvaje que se<br />

guía por el placer y la perturbación que le provocan los libros.<br />

Es mi forma de entenderlos. Además, durante el cursado de<br />

la carrera nunca dejé de escribir o de leer por fuera de los<br />

programas. Saer, por ejemplo, que leí entero en esa época,<br />

no figuraba en ningún programa. Tampoco Faulkner. Y un<br />

gran etcétera de escritores que me fascinaban”.<br />

81


Acaba de publicar su primera novela: “Quería probar escribir<br />

algo más ambicioso. Igual, el cuento y la poesía son mucho<br />

más perfectos que la novela. Lo que ofrece la novela es la posibilidad<br />

de tener al lector al lado tuyo mucho más tiempo”.<br />

El resultado de escribir algo más ambicioso se llama La<br />

maestra rural, una novela coral, en la que el autor cordobés<br />

utiliza elementos realistas y fantásticos para descubrir la historia<br />

que hay detrás de Angélica Golik, una poeta de pueblo<br />

casi ignota. “Comencé a escribirla pensando que iba a ser<br />

un largo diario. Después se sumaron las otras voces, y se fue<br />

dispersando. Tardé tres años en encontrar la forma adecuada<br />

y disfruté mucho con ese trabajo y la posterior corrección,<br />

donde todo no hizo más que mejorar”. A pesar de ser un debutante<br />

en el género, Lamberti siente que La maestra rural<br />

es una continuación natural del resto de su obra. “Es muy<br />

lambertiana, digamos. Pero eso lo veo después, cuando ya<br />

terminé, no mientras tanto. Creo que algunos temas y climas<br />

y recursos humorísticos o viscerales están en todo lo que<br />

escribo. Aunque soy el menos indicado para hablar de eso”.<br />

–En alguna entrevista previa decía que se imaginaba<br />

viviendo en el campo y hachando leña, ¿qué lo llevó<br />

a venir a vivir la ciudad? Cuestiones personales, relacionadas<br />

con mi reluciente paternidad me trajeron a vivir en<br />

Buenos Aires. De todas formas fue un cambio necesario y<br />

muy positivo. Hacía muchos años que vivía en Córdoba y ya<br />

sentía que me estaba apelmazando.<br />

–¿Cuánto piensa que va a influir en su literatura el ritmo<br />

de una ciudad como Buenos Aires? Espero que influya<br />

en acelerar mi producción, ya que la Capital tiene la fama<br />

de ser acelerada. Me pasó algo raro: cuando vivía solo y no<br />

tenía hijos perdía mucho más el tiempo. Ahora escribo más,<br />

aunque resulte paradójico. Cuando los cordobeses éramos<br />

jóvenes y conocimos a algunos escritores porteños, nos ayudó<br />

mucho la liviandad con la que se tomaban las cosas, aunque<br />

a lo mejor esa no es la palabra adecuada. En el interior uno<br />

se toma las cosas con más densidad, está buscando todo el<br />

tiempo la “Gran Obra” y no termina escribiendo nada o lo<br />

que escribe es un bodrio. Eso es diferente en Buenos Aires,<br />

donde todo el mundo tiene una novelita bajo el brazo.<br />

–Me imagino que el hecho de estar en la capital lo hace<br />

estar mucho más cerca de los circuitos de sociabilidad,<br />

¿cuán necesario es formar parte de la red de conflictos,<br />

amistades y vanidades para que una obra circule? Yo<br />

tuve la suerte de conocer escritores porteños que me ayudaron<br />

mucho, como Juan Terranova, cuando todavía vivía en Córdoba.<br />

Ahora mi vida social se limita a nada. No voy a presentaciones<br />

de libros y si me junto con algún escritor amigo lo hago<br />

más en calidad de amigo que de escritor. De todas formas, no<br />

me parece malo buscar que tu obra se mueva. Algunos lo ven<br />

como un pecado imperdonable. Yo no. Escribo para ser leído,<br />

que otros escriban para no serlo, es su problema. A lo mejor no<br />

los leen porque son un plomazo, no porque son geniales.<br />

–Se dice que el chisme funciona como el motor de la<br />

vida en los pueblos y en esta novela de algún modo<br />

también funciona así. De hecho, ese fue el título de<br />

una nota que le hicieron en Infobae, ¿cómo cree que<br />

opera el chisme en nuestro mundo literario? Desconozco<br />

el mundo de los chismes literarios, afortunadamente. A<br />

veces, con mis artículos, supongo que enojo a alguien. Me lo<br />

dicen pero yo no me entero. Lo hago siempre en contra de mi<br />

voluntad, no pretendo ser uno de esos que se pelean con todo<br />

el mundo, pelearse es agotador y te quita tiempo para escribir.<br />

Porque además te seguís peleando en tu cabeza durante horas.<br />

–En tiempos de series y redes sociales, ¿atreverse a<br />

escribir una novela es cada vez más un acto kamikaze?<br />

Escribir a secas es kamikaze. Pero lo viene siendo desde hace<br />

rato. Uno como escritor sueña con las épocas doradas donde<br />

se leía más de lo que veía en televisión. Mientras haya lectores,<br />

habrá escritores, e incluso cuando los últimos lectores se<br />

hayan extinguido todavía habrá libros para ellos, esperándolos.<br />

Las series, por otro lado, le roban todo a la literatura: sus<br />

estrategias, las formas del suspenso, así que la literatura le<br />

puede robar legalmente a las series.<br />

–Yendo al proceso de escritura en sí, ¿cuáles son los<br />

riesgos y los beneficios de estructurar la novela a partir<br />

de un relato coral? Los beneficios tienen que ver con darle<br />

al lector algo tan fragmentario como lo es la experiencia<br />

contemporánea, hecha de saltos y de intereses fugaces. Los<br />

riesgos, con caer en la digresión perpetua, buscando más el<br />

clima que el hecho de contar una historia.<br />

–¿Diría que La maestra rural es una novela de ciencia<br />

ficción? ¿Sigue teniendo sentido hablar de géneros o<br />

cada vez cuesta más encontrar libros que no crucen<br />

las barreras de un género a otro? Borges decía que los<br />

géneros piden ser transgredidos, que es parte de su naturaleza.<br />

Y era un escritor de género. Mi novela es, hasta cierto<br />

punto, realista, y en un momento gira hacia otra cosa. Es una<br />

mezcla. Pero para mí los géneros no son una mala palabra.<br />

No me molesta ser encasillado ni nada de eso.<br />

–Tanto en sus cuentos como en la novela, siempre hay<br />

momentos de humor. Isidoro Blaisten decía que el<br />

humorismo es una forma de la piedad, que un humorista<br />

es un escritor que se ríe de nervios. En su caso,<br />

¿qué importancia le da al humor? Para mí el humor es un<br />

ingrediente esencial. No sé si puedo escribir algo que carezca<br />

de humor, enseguida me parece falso. No digo que yo sea un<br />

escritor humorístico ni que haga chistes, sino que la mirada<br />

no solemne sobre el mundo es lo que hace que lo escrito<br />

perdure y no vaya a parar a la papelera de reciclaje.<br />

–Angélica Golik, la protagonista de la novela, es una<br />

mujer que escribe casi en secreto, desde la pureza del<br />

oficio; con mucha pasión y honestidad. Según su experiencia,<br />

¿qué cambia cuando se empieza a ver el lado<br />

utilitario de la escritura? No conozco el lado utilitario de la<br />

escritura, aunque me encantaría que me lo presenten. Yo creo<br />

que todo el mundo escribe para conocerse a sí mismo, para<br />

ser mejores y para ser queridos, desde el que vende miles de<br />

ejemplares hasta la señora que les escribe poemas a los nietos.<br />

–El narrador de La maestra rural, en un pasaje de<br />

la novela, dice: “No importa quién soy, importan mis<br />

libros”. En el mundo editorial de hoy, ¿no es al revés?<br />

¿No importa cada vez más la imagen del escritor que<br />

lo que ese escritor pueda escribir? Lamentablemente<br />

sí, es la situación, muchas veces se vende más al autor que<br />

al libro. Una chica linda y sus confesiones sexuales son muy<br />

redituables. Y muchos quieren ser escritores sin haber escrito<br />

una palabra. Pero eso es así en todos los ámbitos, y ha sido<br />

así desde mucho tiempo atrás, así que resignarse y tratar de<br />

hacer lo mejor con lo que uno tiene es el remedio óptimo. Si<br />

no, todo es mala sangre y resentimiento.<br />

–“Cada generación lee del mismo modo una serie recortada<br />

de libros y eso es lo que la identifica y lo que se ve<br />

en lo que escribe”, dice Ricardo Piglia en los diarios de<br />

Emilio Renzi. Teniendo en cuenta esto, ¿cómo diría que<br />

leen los escritores de su generación? No tengo la menor<br />

idea. No sé en nombre de qué puedo hablar de mi generación.<br />

Sé la forma en la que yo leo, en esta etapa de mi vida, y a veces<br />

ni siquiera eso. Sé que en mi lectura busco el deslumbramiento<br />

imposible que sufría a los 12 o 13 años al leer un libro. Sé<br />

que escribo los libros que me gustaría leer, pero nunca salen<br />

tan bien como los imagino y de ahí que siga escribiendo. Uno<br />

escribe el libro siguiente para tapar la vergüenza del anterior.<br />

–¿Con qué otros escritores de su generación siente que<br />

dialogan sus libros? Supongo que con Mariana Enríquez,<br />

Leonardo Oyola, Hernán Vanoli, Celso Lunghi.<br />

–¿Qué toma de ellos? ¿Es de los que creen que se<br />

aprende más de la mala literatura que de la buena? Se<br />

aprende de todo, no solo de lo que uno lee sino también de lo<br />

que ve, escucha y vive. De ellos me gusta el trabajo que hacen<br />

sobre los géneros, que es algo que se ve cada vez más en<br />

la Argentina y me parece muy saludable, en contraposición al<br />

realismo miserabilista o la novela experimental aburrida con<br />

consignas de los años 60.<br />

–¿Cómo es su relación con la tradición literaria? No<br />

lo sé. Trato de dejarme influir por los escritores que me<br />

gustan, de mezclar muchos para que no se note. Me gusta<br />

la literatura estadounidense, la rusa. No pasa un año sin que<br />

lea algo de Salinger o algo de Tolstoi. No leo muchos<br />

latinoamericanos clásicos, excepto a los del Boom. Me gustan<br />

Borges, Arlt, Saer, el Piglia crítico. Para mí todo se puede<br />

leer dentro de un género, o de la ruptura de un género, y eso<br />

significa un diálogo constante con el pasado. A veces está más<br />

claro, a veces más disimulado.<br />

–Desde hace algunos años viene dando talleres de<br />

escritura, ¿qué le aporta como escritor esa experiencia<br />

cotidiana? Me sirve para enseñar lo poco que sé, para<br />

aprender del comercio de ideas, para concebir a la literatura<br />

como un hecho social, también. Siempre estoy buscando nuevas<br />

lecturas para llevar al taller, y las consignas tienen que ver<br />

con problemas o desafíos que me surgen a mí como escritor.<br />

–¿Y el hecho de trabajar en periodismo cómo interfiere<br />

en su narrativa? Lo veo como cosas bastante separadas.<br />

Pero pasa algo extraño. Uno nunca sabe qué va a quedar de<br />

lo que escribe. Es lo que pasa con Levrero, por ejemplo.<br />

Su “literatura” es menos interesante que La novela luminosa<br />

o El discurso vacío o todos aquellos libros pensados como<br />

“diario”. A lo mejor estaba más suelto, tenía menos presión<br />

de escribir algo importante. A mí me encantan las columnas<br />

de Juan Forn los viernes en Página/12. Me gustan más que<br />

su literatura, incluso.<br />

–Por qué escribir de algún modo es la pregunta que<br />

ronda la novela. Sé que la debe haber respondido<br />

muchas veces, pero como uno cambia, ¿también puede<br />

cambiar la respuesta? Hay dando vueltas una frase que<br />

dice que leemos para vivir muchas vidas. Escribir, o haber<br />

escrito (que son cosas distintas) permite también dos cosas.<br />

Una es vivir desde distintos puntos de vista, desde distintas<br />

experiencias que uno nunca podría tener si no es a través<br />

de las palabras. La otra, experimentar la existencia con una<br />

intensidad más profunda que la de la vida cotidiana. Los<br />

grandes escritores logran cambiar la forma de ver el mundo.<br />

Sus libros son mucho más interesantes que la vida, que no<br />

tiene principios ni finales y a veces ni siquiera clímax.<br />

–¿Qué está escribiendo ahora? ¿Qué es lo próximo que<br />

se viene? Ahora estoy escribiendo cuentos fantásticos y una<br />

novela sobre el fin del mundo<br />

82 83


84<br />

Entrevista<br />

trece<br />

La loca pasión<br />

de una madre<br />

Con su nueva novela, Hija (Planeta) ANA MARÍA SHUA explora la maternidad desde un lugar muy<br />

poco usual. En diálogo con <strong>Quid</strong>, la autora ofreció detalles sobre la escritura de un texto inquietante al<br />

que califica como una suerte de ucronía personal<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

–¿Cuál o cuáles son las diferencias principales al momento<br />

de encarar la escritura de una novela y cualquier otra<br />

clase de texto? Puedo escribir cuentos o microrrelatos acerca<br />

de casi cualquier cosa. Pero solo puedo escribir novelas sobre<br />

cuestiones que me atañen en forma directa y personal, las novelas<br />

me salen directamente de las tripas. En este caso, tenía necesidad<br />

de expresar mis sentimientos, tan fuertes y contradictorios,<br />

sobre la maternidad. Toda la culpa, el amor, el odio, la responsabilidad,<br />

la loca pasión que incluye. Por otra parte, con La muerte<br />

como efecto secundario ya le había “pasado factura” a los padres:<br />

¡era hora de meterme con los hijos! No quería contar sobre un<br />

terrible hijo varón, quizás porque hay ya muchas novelas con ese<br />

tema. Tenía ganas de meterme con los problemas que puede<br />

causar una hija mujer. Pero yo tengo tres hijas y de ningún modo<br />

quería dañarlas o simplemente ofenderlas o molestarlas. Entonces<br />

pensé en un personaje que me sirviera para expresar todo<br />

eso y fuera la perfecta contracara de mis hijas. Como las tres son<br />

rubias, mi cuarta hija tenía que ser morocha. Y un personaje tan<br />

duro, frío, tan mala persona, que ninguna pudiera sentirse de<br />

ningún modo tocada. El mal existe, hay gente mala en el mundo<br />

y tienen padres y no siempre los padres son culpables. Ahí está<br />

esa genial novela de Carrére, El adversario, que cuenta un<br />

caso real en el que un hombre termina por matar a toda su familia<br />

para ocultar un secreto. Sin culpa, creo que esa es la clave<br />

de la conducta de esta chica: es lo que en lenguaje psicoanalítico<br />

argentino se solía llamar una psicópata, alguien que actúa<br />

sin sentir culpa jamás. La madre, en cambio, es terriblemente<br />

culposa y constantemente está tratando de justificar y explicar<br />

a su hija y echarse la culpa de las calamidades que provoca. La<br />

historia se cuenta siempre desde el punto de vista de Esmeralda,<br />

la madre. El padre, Guido, tampoco es un mal padre, aunque no<br />

sea el mejor marido siempre se ocupa de su hija.<br />

–¿Por qué decidió ambientar Hija en la década del<br />

70? La historia de Esmé, su marido y su hija, por razones de<br />

comodidad, va siguiendo líneas de mi propia historia personal,<br />

pero a la pobre le pasan todas las cosas de las que yo zafé. A la<br />

hermana de Esmé la matan en la dictadura, la mía se escapó a<br />

tiempo en el 76. Yo viví seis meses en París (y por mi conocimiento<br />

personal del tema elegí ese exilio en particular), Esmé y<br />

Guido se quedan seis años. Mi marido, no puedo asegurar que<br />

sea o haya sido fiel porque nunca hay que jactarse de esas cuestiones,<br />

pero sí puedo asegurar que al menos es prolijísimo y me<br />

viene durando ya cuarenta años. El marido de Esmé es infiel y<br />

descuidado. Yo tuve tres hijas, Esmé tuvo una sola. Yo dejé la<br />

publicidad a los 34 años para dedicarme a la literatura, Esmé<br />

no era escritora y nunca pudo despegarse. Por eso digo que esta<br />

novela es una especie de ucronía personal: qué hubiera sido<br />

de mí si todo hubiera salido espantosamente mal. Así mandé a<br />

sufrir a mi pobre álter ego, con muchos de mis sentimientos y<br />

sensaciones pero una historia completamente distinta a la mía.<br />

–¿Por qué incluyó el diario de construcción de la novela,<br />

intercalado en la ficción principal? Se me ocurrió incluir el<br />

diario de construcción de la novela a partir de un libro de Laureance<br />

Binet que cuenta un hecho histórico (el atentado con<br />

Heydrich en Praga,<br />

durante la Segunda<br />

Guerra) y al mismo<br />

tiempo la investigación<br />

que realiza para poder<br />

contarlo. Me fascinó<br />

cómo combina las dos<br />

historias. ¿Se podrá<br />

lograr esto mismo en<br />

un libro de ficción?, me<br />

pregunté. Y me dieron<br />

ganas de intentarlo. Me<br />

parece muy interesante<br />

el efecto, porque como<br />

lectora siempre tengo<br />

curiosidad por saber de<br />

dónde saca el autor sus<br />

materiales, qué es verdad<br />

y qué es inventado, y<br />

también todas las dudas<br />

y los problemas que se<br />

le van planteando por<br />

el camino. Era todo un<br />

desafío escribir una novela casi tradicional, respetando todas<br />

las reglas de la verosimilitud, y al mismo tiempo contándole al<br />

lector los entretelones de la escritura.<br />

–En el diario interpela varias veces muy directamente al<br />

lector, ¿cuál o cuáles son los efectos que supone que esas<br />

interpelaciones provocan? Algunas de las interpelaciones al<br />

lector tienen la función de hacerle tomar conciencia de todo lo<br />

que uno sabe de un libro antes de terminar de leerlo, por ejemplo,<br />

como bien decís, cuántas páginas faltan para que termine:<br />

eso condiciona la lectura y también la escritura.<br />

–Hay, también en el diario, declaraciones que pueden<br />

resultar polémicas para ciertas mentalidades como las<br />

que hablan de la locura y el odio que puede formar<br />

parte del amor materno, ¿son cosas que necesitaba decir<br />

o van en función de la ficción? Sí, tenía que hacer todos<br />

esos comentarios tan duros sobre el amor materno porque eran<br />

esenciales para entender mejor a mi personaje, a la novela y<br />

también porque yo misma tenía necesidad de contarlo de ese<br />

modo tan crudo y directo.<br />

–Y se hace referencia a autores muy diversos, ¿por qué<br />

ellos y no otros, cómo fueron apareciendo en ese mapa<br />

narrativo que armó? El mapa narrativo de lecturas está<br />

directamente relacionado con lo que iba leyendo mientras<br />

escribía la novela. Por eso son tan arbitrarias. Cuando uno convive<br />

con una novela, todo lo que le pasa –y eso incluye lo que<br />

lee– se convierte de un modo u otro en material para lo que<br />

está escribiendo. El diario es un verdadero diario, lo escribí así<br />

como está publicado, inmediatamente después de cada capítulo,<br />

jamás hubiera podido recrearlo al final, porque me habría<br />

olvidado de lo que me estaba pasando en cada momento. La<br />

novela me llevó unos tres años de trabajo<br />

85


Tendencia<br />

ALIMENTACIÓN ESPECÍFICA<br />

¿es posible comer rico?<br />

merables libros sobre bienestar personal. Sin embargo, Sobre la<br />

dieta para las enfermedades resultó mucho más específico en su<br />

intento de determinar el efecto de la alimentación en el cuerpo.<br />

Vivere memento: acuérdate de vivir<br />

Un poco más acá en el tiempo, apenas un poco, Andrea Purita<br />

acaba de publicar El método de la dieta de los 3 días, de<br />

la editorial Urano, que a primera vista parece ser un libro de<br />

dietas pero no lo es, o mejor dicho, no en el sentido moderno<br />

de la palabra “dieta”.<br />

En él, Andrea aborda varios temas referidos a la salud y<br />

ofrece una nueva manera de concebir la alimentación para<br />

bajar de peso y sostener el logro a lo largo del tiempo. A<br />

limine, puede leerse un capítulo que habla de la importancia<br />

de estar sanos por dentro, para estar bellos por fuera. “Lo que<br />

comemos es lo que irradiamos”, dice.<br />

–¿En qué enfermedades es importante cuidar la<br />

alimentación? La dieta no hay que cuidarla cuando uno se<br />

enferma, pero cuando la enfermedad se instala, la comida es<br />

esencial para mejorar.<br />

–¿Cuáles son las enfermedades que requieren atender<br />

la dieta? Hay varias, pero las más conocidas son hipertensión,<br />

diabetes, ácido úrico, colesterol alto, sobrepeso, obesidad<br />

y celiaquía.<br />

–¿Cómo debe tratarse la relación del paciente con la<br />

comida? Mi lema es “el alimento bien utilizado previene y<br />

cura enfermedades, y una dieta mal implementada, enferma”.<br />

–¿Es posible armar una guía para conocer el papel de<br />

los alimentos en cada caso? En mi nuevo libro describo<br />

cuáles hacen bien y cuáles hacen mal en algunas de estas<br />

patologías. Se trata de una sección donde sugiero los sí y los<br />

no de los alimentos. Además, hay una sección para alimentos<br />

benéficos, como las semillas, el té y los alimentos que se<br />

recomiendan como cardioprotectores.<br />

que nos pasa, por eso, en cuanto notamos algo que nos hace<br />

sentir diferentes, debemos prestar atención a lo que comemos<br />

y cómo nos sentimos luego.<br />

–En el prólogo menciona la posibilidad de vivir la<br />

enfermedad sin sufrimientos… Sí, esa es mi visión con<br />

respecto a la comida. Como digo, es mi deseo que para este<br />

tipo de enfermedades, todos podamos colaborar con información<br />

necesaria, escrita a conciencia y con amor.<br />

Veni, vidi, vinci: Vine, vi y vencí<br />

Todas las cosas cambian y nosotros con ellas. Modificar<br />

los paradigmas de la vida implica una batalla personal que<br />

inicialmente puede parecer un imposible. Pero es sabido que<br />

tomar un hábito lleva entre treinta y cuarenta días, por lo<br />

que la parte más importante es atravesar la primera etapa. La<br />

propuesta de Recetas para celíacos es acompañar a los que<br />

deban recorrer el camino de la comida sin gluten con información<br />

clara, precisa y explicada en un lenguaje sencillo.<br />

–¿Cómo vive el nuevo celíaco la imposición de llevar<br />

un régimen distinto al que están acostumbrados? En<br />

general, en estos casos la primera imagen que asoma es la de<br />

una alimentación aburrida, sin gusto, triste y monótona.<br />

–Es un gran impacto… Sí, pero nada de eso es cierto. La<br />

variedad de ingredientes, la combinación de alimentos y la<br />

búsqueda de sabor de cada plato permite disfrutar de una<br />

buena mesa, saludable y sin malas consecuencias. De a poco<br />

se aprende a comer diferente.<br />

Nam et ipsa scientia potestas est:<br />

el conocimiento es poder<br />

Es importante hacer una pausa de tanto en tanto y reflexionar<br />

sobre qué tipo de vida queremos llevar. Hipócrates armó sus<br />

seis pilares para una vida saludable, Andrea tiene sugerencias<br />

para lograrlo en la actualidad:<br />

–Comer rico y saludable hoy en día, ¿es posible? Creo<br />

86 87<br />

<strong>Quid</strong> pro quo: una cosa por otra<br />

realmente que en estos tiempos donde estar apurado es<br />

Determinadas condiciones de salud nos llevan a adoptar un régimen especial para evitar síntomas<br />

La palabra celíaco viene del latín coeliacus que refiere a los moneda corriente, cuidar la alimentación debe ser una prioridad<br />

para estar saludables. Todo esto, claro, disfrutando del<br />

que interfieran en el desarrollo de las actividades cotidianas o, peor, que nos hagan sentir enfermos.<br />

problemas del vientre. Este es uno de los casos en los que la<br />

Una tendencia editorial son los libros sobre dietas específicas para diferentes requerimientos.<br />

forma de comer cambia la vida del paciente. La sensibilidad alimento de cada día.<br />

Un ejemplo de ello es el trabajo de ANDREA PURITA, El método de la dieta de los 3 días<br />

al trigo, la avena, la cebada y el centeno obliga a reemplazar –¿Cómo se llega a esa instancia? La comida debe ser<br />

estos ingredientes por otros sin gluten (que es lo que permite una gratificación, no una tortura, ya que no hay motivo para<br />

una mejor unificación de los elementos en las preparaciones<br />

POR Fernanda Argüello<br />

sufrir al momento de comer. Se puede aprender a crear en<br />

y lo que afecta a los intestinos). Andrea escribió el prólogo de la cocina y entusiasmarse con las recetas. Esa es una buena<br />

Recetas para celíacos, de Urano, y cuenta que además de las motivación para cuidarse.<br />

recetas, el libro detalla los síntomas, explica la contaminación<br />

Sangre, cólera, melancolía y flema. Esos son los humores en pueden entrar en una casa con el bien de los enfermos como<br />

cruzada, y trata otras cuestiones aún bastante desconocidas Acta est fabula: se acabó el cuento<br />

los que Hipócrates se basó para explicar la tipología constitucional<br />

de la persona. Luego de la materia, los humores en la vida cotidiana. Así es como llega a Sobre la dieta, escrito<br />

–¿Cómo se cuida un celíaco? Primero es importante reco-<br />

gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre<br />

objetivo, se dispuso a investigar la influencia de los humores<br />

sobre esta enfermedad.<br />

“Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido<br />

son los componentes del cuerpo humano que permanecen inalterables<br />

durante las transformaciones de la naturaleza viva. estar saludable, a saber: la alimentación, el ejercicio, la higietidos<br />

y armar el régimen de alimentación que corresponda. mí la suerte contraria”. Sí él lo dice…<br />

en el cual enumera los seis pilares de todo ser humano para<br />

nocer la condición para poder seleccionar los alimentos permi-<br />

entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre<br />

Estamos hechos de lo mismo, pero funcionamos diferente. ne, la actividad sexual, las evacuaciones y el descanso.<br />

–¿Qué piensa de los diagnósticos de celiaquía? Hay<br />

Ex professo, Hipócrates conquistó la teoría a través del empirismo.<br />

En la época en la que los médicos lo eran de oficio, la estuvo cerca. En busca del equilibrio del ser, su contenido ha<br />

muchas veces es difícil estar seguros. Lo más acertado es Página web www.delsurestética.com<br />

Si no es el primer libro sobre dietas del mundo, digamos que<br />

Andrea Purita: Matrícula Nacional 1420<br />

muchos estudios tradicionales para diagnosticarla, aun así,<br />

Consultorio 011 4807-8333<br />

misma persona que redactó un juramento según el cual solo sido tan útil que hoy en día se encuentra en las páginas de innu-<br />

prestar atención a nuestro cuerpo. Los síntomas hablan de lo Twitter @andreapurita | Facebook andreapurita


Curiosidades en<br />

INTERNET<br />

POR LUCILA ROLÓN<br />

@LUPITTAR<br />

88<br />

Una joven Patti Smith y un joven<br />

Robert Mapplethorpe en el<br />

Chelsea Hotel, donde vivieron juntos:<br />

15 minutos de video donde aparecen en<br />

su clima diario, junto a otros personajes<br />

de la época, grabados para un documental<br />

alemán<br />

https://www.youtube.com/watch?-<br />

v=6Wtfo9OJAuE<br />

El fotógrafo Robert Sijka retrató la<br />

majestuosa belleza de los Maine Coons,<br />

una típica raza de gatos de los Estados<br />

Unidos<br />

http://themindcircle.com/maine-coon-cat-photography/?utm_content=bufferb2a<strong>66</strong>&utm_medium=social&utm_source=twitter.<br />

com&utm_campaign=buffer<br />

Un artista ha logrado hacer cantar a<br />

los árboles a través de un tocadiscos<br />

modificado que, basado en un software<br />

especial, interpreta al piano las variaciones<br />

de los anillos de crecimiento de<br />

los troncos<br />

https://vimeo.com/30501143<br />

El color en el cine es el eje de este<br />

video que compila distintas películas<br />

hasta formar un arco iris<br />

https://vimeo.com/161998331<br />

Un tributo a David Bowie por la<br />

banda Arcade Fire ideal para escuchar<br />

toda la vida<br />

https://t.co/ycUvbJNCqU<br />

Pokemon Go es tan adictivo que hasta<br />

Morgan Freeman cayó en la tentación<br />

de jugar<br />

https://twitter.com/PokeballsGo/status/755258028031631360<br />

Una lista para colgar en la heladera, de<br />

50 maravillosas canciones de todos los<br />

tiempos<br />

http://www.nme.com/photos/<br />

the-500-greatest-songs-of-all-time-100-1/330996#/photo/3<br />

El íkaro se le canta a cualquier objeto<br />

para cargarlo de energía y así limpiarlo o<br />

protegerlo. Para los shipibo-konibo-xetebo,<br />

la palabra y las vibraciones del canto<br />

tienen poder; y el íkaro, como canto<br />

sagrado y de poder, incide en la persona<br />

u objeto y logra su transformación<br />

https://www.youtube.com/watch?v=f0lgQw1X3hs&feature=player_embedded<br />

Un mapa de las combinaciones genéticas<br />

que detalla los distintos tonos del<br />

color de ojos<br />

http://thatbucketlist.contcve16.<br />

com/funfacts/the-perfect-guide-to-what-your-children-might-look-like/?uid=thatbucketlist<br />

Borges está vivo, un documental dirigido<br />

por Mariano Cohn y Gastón<br />

Duprat a 30 años de la muerte del<br />

gran escritor argentino<br />

http://tn.com.ar/sociedad/borges-esta-vivo-el-documental_686273<br />

TV / SERIES<br />

LOS BORGIA<br />

De género, histórica y de suspenso. Su creador es<br />

Neil Jordan, originaria de Canadá, con tres temporadas<br />

y 29 episodios.<br />

La serie narra principalmente la historia de la familia<br />

Borgia, familia noble, con origen en el pueblo<br />

aragonés de Borja y establecida en Játiva, reino de<br />

Valencia, y posteriormente en Gandía, muy influyente<br />

durante el Renacimiento. La serie se basó en<br />

esta familia, luego instalada en Italia, conformada<br />

por el Papa Alejandro VI y Vannozza De Cattanei,<br />

junto a sus hijos César, Lucrecia, Juan y<br />

Gioffre Borgia.<br />

Su realización data de 2011 y nos relata cómo el<br />

ambicioso Rodrigo Borgia llegó a ser el Papa<br />

Alejandro VI, a base de matar, engañar, traicionar<br />

y sobornar a todos los que se encontraban a su<br />

alrededor.<br />

El protagonista principal es Jeremy Irons en un<br />

papel profundo que muestra muy bien cómo fue el<br />

personaje histórico. Su mayor enemigo fue el<br />

Cardenal Della Reveré, un hombre que conocía<br />

la oscuridad del Papa y que luchó para quitarlo<br />

del poder.<br />

Esta es la versión americana, pero también existen<br />

la versión europea 2011(francoalemana) y una película<br />

española del director Antonio Hernández.<br />

Una historia para conocer y ver<br />

SHADES OF BLUE<br />

POR Laura Berti<br />

Se trata de una serie de televisión dramática y de acción, creada por Adi<br />

Hasak, su país de origen es Estados Unidos y la acción transcurre en<br />

Nueva York. Hasta ahora tiene una sola temporada de trece episodios,<br />

transmitidos en Estados Unidos, desde el 7 de enero de 2016.<br />

En Shades of Blue el principal elemento diferencial son los personajes,<br />

no se centra en el esquema de un caso por episodio sino que toma una<br />

premisa y construye el resto de serie sobre este conflicto. Harlee Santos<br />

(Jennifer López) tiene que traicionar a su jefe y mentor, el teniente<br />

Matt Wozniak (Liotta), cuando el FBI descubre sus irregularidades<br />

como agente de policía. No solamente no siguen el reglamento del<br />

Departamento de Policía sino que utilizan sus contactos criminales para<br />

ganarse un dinerito extra a final de mes.<br />

El factor López se encuentra en el retrato de su personaje. La celebrity<br />

seguramente utilizó su posición privilegiada en Hollywood y su título de<br />

productora ejecutiva para pedirse un personaje hecho a medida.<br />

Pero lo más curioso es darse cuenta que Shades of Blue tiene otra cara,<br />

la protagonizada por el scorsesiano Liotta y que también representa muy<br />

bien la figura de Barry Levinson, que dirige los dos primeros episodios.<br />

Resulta difícil de imaginar que estos nombres se apuntarían a una simple<br />

campaña de imagen de López y las sospechas se confirman. Mientras que<br />

Jennifer tiene un papel hecho para ella, Liotta y Levinson confirman que<br />

Shades of Blue también es una obra criminal de la vieja escuela.<br />

La serie no apuesta por ninguna filigrana estética. Lo que busca es enmarcarse<br />

en el género criminal, tanto televisiva como cinematográficamente,<br />

y Liotta vende perfectamente la corrupción de Wozniak. Cada vez que<br />

aparece, se le teme, y es un muy buen ingrediente si tenemos en cuenta<br />

que Shades of Blue se sustenta en la traición de Harlee y la obsesión de<br />

Wozniak por encontrar al topo que intuye que se esconde en su pequeño<br />

círculo de amigos policías. Por no destripar detalles del personaje que se<br />

revelan más adelante, que el espectador se divertirá descubriendo.<br />

Ahora solo falta averiguar si se mantiene el balance o si la tira, que ha<br />

funcionado en Estados Unidos, y tendrá una segunda temporada, se decanta<br />

por alguna de sus dos vertientes. Por el bien de López, que quiere<br />

demostrar su valía en el terreno interpretativo, mejor que sigan por el<br />

sendero del drama policial clásico si quiere que su maniobra funcione.<br />

Hay que verla<br />

89


Arte<br />

La Fundación Proa, a propósito<br />

de su 20º Aniversario desde su<br />

creación, expone por primera vez<br />

en Argentina, una retrospectiva<br />

de KAZIMIR MALEVICH, punta de<br />

lanza del arte contemporáneo<br />

Malevich estaba hecho de cartón duro, pintado por él mismo<br />

con colores fuertes, montado sobre marcos de alambre rígido.<br />

El texto estaba escrito en un lenguaje que combinaba el<br />

habla inconsciente con el habla de la intuición y tan solo un<br />

piano en malas condiciones acompañaba a los cantantes. Se<br />

representó en 1913 y se consideró el evento teatral más audaz<br />

y exitoso, si bien no gustó ni a la crítica ni al público. Sin<br />

embargo, fue la piedra de toque para el desarrollo posterior<br />

de la obra de Malevich, la creación del suprematismo, y se<br />

ubicó en el nacimiento de nuevas formas de representación.<br />

Es casi milagroso que a poco más de un siglo de aquella<br />

representación y en un lugar tan distante, podamos ver<br />

reconstrucciones de esos trajes y un video de una de sus<br />

puestas, en ese bello rincón de La Boca donde Proa comienza<br />

la celebración de sus veinte años con esta impresionante<br />

muestra que reúne casi sesenta obras representativas de las<br />

distintas etapas del creador ruso.<br />

Así, se necesitó un esfuerzo importante para traer las obras<br />

del Museo del Estado Ruso de San Petersburgo y, antes, un<br />

trabajo de décadas para reunir en ese museo la colección de<br />

Malevich, cuya obra se disgregó por el mundo a partir de la<br />

imposición del realismo socialista como arte oficial, que dejó<br />

en un lugar de sospecha, silencio y olvido a los movimientos<br />

90 91<br />

Malevich: la pura<br />

sensibilidad<br />

POR Mónica Tracey<br />

Colección del Museo del Estado<br />

ruso de San Petersburgo<br />

Contra el viento y la marea de la historia, acompañándola sin<br />

embargo desde un surco más radical, determinándola incluso,<br />

la obra y el pensamiento de Kazimir Malevich recorren el<br />

momento más convulsionado de Rusia, desde los que serían<br />

los últimos años del zarismo, la Revolución soviética, que<br />

apoyó, hasta la funesta desviación fatalmente liderada por<br />

Stalin. En ese contexto crea un ojo que será fundante de la<br />

mirada del siglo XX. Su Cuadrado Negro, que se ubica en la<br />

base de esta nueva concepción, y constituye una de las obras<br />

más icónicas del siglo pasado, siendo considerado el nacimiento<br />

del arte abstracto, fue exhibido en 1915. “El cuadrado<br />

negro sobre fondo blanco fue la primera forma de expresión<br />

de la sensibilidad no-objetiva: cuadrado=sensibilidad; fondo<br />

blanco=la Nada, lo que está fuera de la sensibilidad”, explicará<br />

en el Manifiesto Suprematista de ese mismo año.<br />

“Estos cuadros o son muy buenos o son muy malos”, dijeron<br />

los integrantes de la comisión que seleccionaba las obras para<br />

la Exposición de la Asociación de Pintores Moscovitas frente<br />

a los trabajos presentados por Malevich, evidenciando una<br />

perplejidad que marcaría el inicio de esa nueva mirada que<br />

se había empezado a gestar entre fines del siglo XIX y, con<br />

fuerza ya definitiva, en las primeras dos décadas del XX.<br />

El artista nacido en Kiev en 1878 ya había experimentado la<br />

pintura simbolista, la impresionista y había incursionado en<br />

el cubo-futurismo, movimiento que resumía las búsquedas<br />

del cubismo y del futurismo italiano. Siempre, viendo algo<br />

más, intentando algo más. Su obra estuvo signada por un<br />

pensamiento que se movía en pos de ensanchar los límites, de<br />

redimensionar el espacio, de crear otra relación hombre-universo,<br />

de mirar desde otro lugar. “Por suprematismo entiendo<br />

la supremacía de la sensibilidad pura en las artes figurativas.<br />

Los fenómenos de la naturaleza objetiva en sí misma, desde<br />

el punto de vista de los suprematistas, carecen de significado;<br />

en realidad, la sensibilidad como tal es totalmente independiente<br />

del ambiente en que surgió”, afirma en el Manifiesto.<br />

“El artista se ha desembarazado de todo lo que determinaba<br />

la estructura objetivo-ideal de la vida y del arte: se ha liberado<br />

de las ideas, los conceptos y las representaciones, para escuchar<br />

solamente la pura sensibilidad”, dice.<br />

La ópera futurista Victoria sobre el sol que crea junto al compositor<br />

Mijaíl Matiushin y el escritor Alexei Krushenij<br />

marca un punto de inflexión. El vestuario diseñado por<br />

de vanguardia.<br />

Después de haber celebrado la llegada de la Revolución en<br />

1917, con la que colaboró en distintas funciones artísticas,<br />

el creador del suprematismo fue siendo relegado. Quien<br />

había afirmado en su Manifiesto “El arte ya no quiere estar<br />

al servicio de la religión ni el Estado”, y creía fervientemente<br />

que la Revolución propiciaría esa nueva concepción, no<br />

tardó en comprender que el curso de la historia fluía lejos<br />

de sus ideales de una sociedad y un arte nuevos. Ya con<br />

Stalin en el poder, Malevich fue encarcelado e interrogado<br />

si bien se salvó de las purgas que alcanzaron a muchos otros<br />

artistas. Su pintura, en esos últimos años, volvió a la representación<br />

figurativa, aunque con marcas evidentes de sus<br />

búsquedas suprematistas, que la alejan del retrato convencional,<br />

e impone, como toda su obra anterior, un encuentro<br />

estético de extraña intensidad.<br />

Malevich murió en San Petersburgo en 1935. En Buenos<br />

Aires, por primera vez podemos acercarnos a la contundencia<br />

de su obra que estará expuesta en Proa hasta noviembre


92<br />

VIDA GOURMET<br />

Un mundo de pequeños detalles que hacen la diferencia<br />

POR Mónica Tracey<br />

Doscientas recetas de dulzuras<br />

y el ABC de la repostería<br />

Más sabor, distintos saberes, sentir<br />

más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />

catas, un camino para conocerse en<br />

las propias elecciones.<br />

Tanto para quienes se inician en ese camino sin retorno hacia<br />

el mundo de postres y tortas como para quienes ya se atreven a<br />

hacer del mundo algo más dulce por mano propia, este libro es<br />

casi imprescindible, además de por sus recetas más que tentadoras,<br />

muy especialmente por la información precisa y detallada<br />

de los cómo, porqué y para qué de sus principales ingredientes.<br />

Aunque la inclinación natural frente a un libro de recetas sea<br />

elegir una y poner manos a la obra, en este, el primer libro<br />

de Anna Olson traducido al castellano, vale la pena leer la<br />

introducción y cada una de las notas que agrega a algunas de<br />

las recetas y de las secciones: todas aportan, todas dan un dato<br />

necesario para hacernos más sabios a la hora de mezclar y hacer<br />

esa dulce magia que suele dar tanta felicidad. Un completo<br />

ABC que hace la diferencia. Incluso los iniciados encontrarán<br />

algún secreto que dará una vuelta de tuerca a sus preparaciones.<br />

¿Por qué la sal y qué sal es recomendable en repostería? La<br />

función del azúcar más allá de su dulzura, ¿cómo y cuándo se<br />

puede reemplazar sin terminar con un postre desinflado? Una<br />

extensa explicación cubre los secretos del chocolate: cuál usar<br />

según la preparación, cómo tratarlo, hasta detalla el punto de<br />

ebullición del agua para derretirlo a baño María. No se olvida<br />

del punto del horno, de qué moldes son convenientes, cuándo<br />

enmantecarlos, cuándo enharinarlos, ni de aclarar qué preparaciones<br />

son aptas para freezer, crudas y cocidas.<br />

Y las medidas, claro. “Usar la intuición e ir probando mientras<br />

cocina lo pueden llevar lejos en el mundo de la cocina, pero<br />

estos métodos no son siempre posibles en el mundo de la<br />

pastelería, ya que un batido crudo no tiene gusto a nada hasta<br />

que está terminado y cocido. El éxito de la repostería depende<br />

en gran medida de saber medir con precisión”, dice Anna<br />

Olson. Y para facilitar la tarea, incluye un completo cuadro de<br />

equivalencias entre volumen y gramos.<br />

En cuanto a las recetas, recorren un completo panorama de la<br />

pastelería, con variedades de cookies, cremas, tartas, budines,<br />

scons, muffins, panes frutados y tortas clásicas, algunas vestidas<br />

de casamiento. Con la detallada explicación de cada paso hasta<br />

la deslumbrante decoración y haciendo fáciles aun las preparaciones<br />

complejas. “Cuando trabajo en una receta en mi cocina<br />

y debo hacer todo por mí misma, trabajo como una cocinera<br />

casera no como una chef que tiene un staff que la ayuda. Mis<br />

recetas llegan a ser muy sencillas cuando tengo que lavar mis<br />

propios platos”, cuenta la autora, sonriente.<br />

Este estilo de Anna Olson de allanar las dudas que atormentan<br />

al repostero inexperto y apuntar a la sencillez en las recetas<br />

que comparte en sus libros y en sus programas de televisión la<br />

ubicó como una de las reposteras más exitosas en 190 países.<br />

Anna nació en Canadá, es chef y pastelera y conduce los<br />

programas de televisión Repostería con Anna Olson –que se<br />

emite por la señal Elgourmet.com en América Latina y Canal<br />

Cocina de España– y Bake –que se emite por Food Network<br />

de Canadá y Estados Unidos–. A propósito de la presentación<br />

de Repostería con Anna, la autora pasó por Buenos Aires,<br />

donde también compartió clases magistrales con nuestro gran<br />

Osvaldo Gross.<br />

Acorde con los tiempos, Olson promueve el movimiento<br />

“de la granja a la mesa” que tiene como objetivo cuidar la<br />

salud evitando los procesos industriales en la alimentación.<br />

Por otra parte, en su libro propone algunas recetas bajas<br />

en azúcar y grasa, libres de gluten, libres de lactosa y libres<br />

de huevo, identificadas con un cartelito. Sin embargo, ella<br />

tiene su particular forma de atender estos lineamientos.<br />

“Siempre he creído en una dieta balanceada, y así es como<br />

yo me alimento. No soy uno persona de dietas, pero creo<br />

que debemos comer muchas verduras y frutas. Los quesos,<br />

tocino y dulces sí se pueden comer, pero como un regalo. Un<br />

bocadito pequeño de un dulce de buena calidad hecho en<br />

casa es más satisfactorio que una gran porción de un dulce<br />

procesado”, asegura, y en su libro, da doscientas formas de<br />

lograr ese pequeño y delicioso bocadito<br />

VINO, AMIGOS, JUEGO<br />

Y APRENDIZAJE<br />

Esa es la propuesta de Curso completo sobre vinos, que<br />

además de información sobre las principales cepas, viñedos y<br />

elaboración, enseña a conocer de vinos degustándolos, y para<br />

eso propone un encuentro con amigos y proporciona un paso<br />

a paso de cómo ir descubriendo los secretos del vino que son,<br />

aunque inicialmente no podamos identificarlos, los que nos hacen<br />

sentir una experiencia completa al beber. ¿Se puede pedir<br />

algo mejor en un libro sobre vinos?<br />

Las degustaciones proponen vinos del mundo y algunos de<br />

nuestras tierras, y se explica qué vinos comprar, cuándo hacerlo,<br />

cómo descorcharlos, qué copas usar y, lo más importante,<br />

cómo lograr conectar los olores y sabores que va soltando el<br />

vino con nuestros sentidos. Identificarlos es maravilloso porque<br />

nos permite conocer eso que nos da placer y a la vez despertar<br />

la complejidad de la capacidad dormida de nuestro olfato y<br />

nuestro gusto. El paso a paso de la degustación se acompaña<br />

con fichas y autotests para constatar el avance del aprendizaje.<br />

En manos de dos expertos,<br />

el escritor suizo Beat<br />

Koelliker y el pedagogo y<br />

empresario del vino alemán<br />

Michael W. Pleitgen, el<br />

libro da todos los elementos<br />

para emprender seriamente<br />

el conocimiento del vino<br />

en forma práctica y cuenta<br />

con comentarios acerca de<br />

viñedos y cepas del mundo, y<br />

de los procesos que llevan de<br />

la uva al vino, del periodista y<br />

enólogo André Dominé.<br />

Dos guías imprescindibles para<br />

elegir vinos de los nuestros<br />

DESCORCHADOS 2016<br />

Patricio Tapia<br />

Editorial Planeta<br />

LOS BUENOS VINOS<br />

ARGENTINOS 2016<br />

Elisabeth Checa | Editorial Vocación<br />

93


Museos<br />

del mundo<br />

Observando al destructor<br />

PACIFIC TSUNAMI MUSEUM está dedicado a prevenir tsunamis y así reducir el riesgo que pueden producir<br />

POR Martín Garrido<br />

Hawái está en el llamado Círculo de Fuego, denominado así<br />

por el riesgo de la actividad sísmica y volcánica. Los terremotos<br />

suelen ser una noticia más frecuente que los maremotos,<br />

a los que llamamos tsunamis (del japonés, puerto y olas). La<br />

relación dramática entre ambos se registró a partir del terrible<br />

sismo de Valdivia en 1960 cuando sus efectos se sintieron<br />

a más de 11.000 kilómetros en la isla grande de Hawái, en la<br />

bahía de Hilo.<br />

Esta ciudad, más pequeña que la ciudad de Buenos Aires<br />

en Argentina, donde viven 43.000 habitantes (menos que en<br />

La Boca o Parque Patricios) se destaca por sus atracciones<br />

naturales que atraen a miles de turistas. Tiene su aeropuerto,<br />

varios grandes hoteles, centros de compras, etc. Y, además,<br />

integra el Parque Nacional de Volcanes junto a playas, cascadas,<br />

jardines tropicales, selvas y un alto promedio de días de<br />

lluvia que no desalientan al visitante.<br />

Entre las singularidades de la bahía de Hilo está la de poseer<br />

uno de los pocos museos dedicados a los tsunamis en todo el<br />

mundo. Fundado en 1988 por sobrevivientes del referido maremoto<br />

de 1960. No es comparable el “precio” humano con<br />

el de Chile, en Hawái solo hubo 61 víctimas mortales. Pero,<br />

desde siempre, practican el consejo: “Más vale prevenir que<br />

curar”. En un edificio sobre el agua desarrollan una actividad<br />

local y relacionada con otros centros igualmente dedicados<br />

al estudio de las catástrofes naturales y lo que hay que saber<br />

para prevenirse y así reducir las consecuencias de convivir<br />

con olas de más de quince metros, aunque les guste el surf.<br />

Al recorrerlo se pueden conocer los signos de advertencia, qué<br />

hacer aunque el fenómeno provenga de largas distancias, como<br />

actuar en las evacuaciones y, por último, pero no menos importante,<br />

la relación con los volcanes que tienen sus cimientos en<br />

las profundidades del Océano Pacífico. Es una tarea conjunta<br />

con historiadores, científicos y técnicos para usar videos, cámaras<br />

constantes sobre el mar, modelos que explican los movimientos<br />

de las placas tectónicas. El director y cofundador es el<br />

doctor Walter Dudley, profesor emérito de la Universidad<br />

de Hawái y el autor del libro que recogió testimonios de las<br />

experiencias propias y ajenas, todas necesarias para lograr que<br />

ninguna persona tenga que morir en un tsunami. Hay muchos<br />

registros de sus efectos, desde la remota destrucción de la civilización<br />

Minoica en Grecia hasta la más reciente de 2011 en el<br />

Océano Índico con olas de más de treinta metros, que afectó a<br />

once países y causó más de 230.000 muertos.<br />

Información útil<br />

130 Kamehameha Ave Hilo, Hawaii 96720<br />

Tel.: 808-935-0926 Fax: 808-935-0842<br />

Mail: tsunami@tsunami.org<br />

95


Turismo<br />

internacional<br />

El paraíso de las olas<br />

POR Horacio de Dios<br />

Las pinturas de Paul Gauguin, las aventuras de Corto Maltés,<br />

las imágenes de un paraíso tropical en la Polinesia más<br />

al norte, con la música funcional de caderas ondulantes del<br />

hula-hula, el sharong y el batik mantienen su primer plano<br />

como atracción exótica clásica.<br />

Pero el mundo no es lo que era y Hawái actualizó sus proposiciones<br />

para el siglo XXI. El descubrimiento del capitán<br />

inglés James Cook en 1799 quedó atrás como el ataque a<br />

Pearl Harbor, en 1941, que ya no recuerda el 7 de diciembre<br />

como el Día de la Infamia, como lo calificó el presidente<br />

Roosevelt al declarar la guerra al Japón. Hoy su idea fuerte<br />

histórica, panorámica y costera. En especial las playas para<br />

practicar surf.<br />

En este deporte, una de las leyendas más respetadas es la<br />

vida y obra de John M. Kelly (1919-2007), que nació en<br />

San Francisco y llegó a Honolulu con su familia a los 4 años,<br />

a los 6 hacía surf con su madre y a los 9 estaba desarrollando<br />

una tabla precursora de las que hoy se estacionan en las<br />

playas. Fue un activista del deporte y de la preservación del<br />

medio ambiente y los derechos humanos. Murió a los 88<br />

años, dictó cursos para geriátricos y vivió en la misma casa<br />

donde inventó con un cortaplumas su primera tabla.<br />

es “Aloha” saludo y despedida deseando bienaventuranzas Desde ese punto hay 140 playas, que la entidad S.O.S. lucha<br />

La lista es mucho más amplia si se incluyen los pasajeros de Aerolíneas no era transpolar aunque la publicidad lo anunciara<br />

96 al extranjero. El rosario de islas de todo tamaño a lo largo por preservar, y bordeándolas se llega a la Bahía de Pearl Harbor,<br />

paso Britney Spears, Paris Hilton, Cameron Díaz, así. Simplemente era directo sobre el Pacífico.<br />

97<br />

de 2400 kilómetros tiene su centro en Honolulu, su capital<br />

en el archipiélago. Abarca 28.000 kilómetros cuadrados, con<br />

el 42% de agua. Viven más de 1.300.000 habitantes, en su<br />

mayoría en la isla de Oahu, donde se fusionan tradiciones originarias<br />

con las influencias asiáticas y de los Estados Unidos.<br />

Desde 1959 es su estado número 50, el único en el Pacífico.<br />

un puerto natural en el interior de un lago. Es la base de<br />

la flota del Pacífico y de acceso turístico gratuito. Es un museo<br />

al aire libre, se puede subir a algunos barcos y sorprende la<br />

cantidad de japoneses entre la caravana de visitantes.<br />

Elton John y los conocidos de siempre. A los que se suman<br />

los seguidores del cholulismo, una historieta de “Locos por<br />

los Astros” que nació en Argentina y prendió en todas partes.<br />

El Hawái de Obama con surf<br />

En Honolulu nació en 1961 Barack Husseim Obama. Allí<br />

creció y estudió antes de seguir a Columbia y Harvard y<br />

convertirse en senador primero y luego en presidente de los<br />

Estados Unidos en el año 2009.<br />

La capital es una suerte de ciudad-estado y destino para<br />

turistas de todo el mundo. Desde California, las cinco horas<br />

de vuelo no son un obstáculo para las escapadas de fines de<br />

semana. Y en las fotos de recuerdo de los visitantes se alternan<br />

los típicos tranvías de San Francisco, los cable carril, con<br />

los mismos que se usan en Honolulu donde hay cuatro líneas<br />

de trolleys para recorrer los lugares de mayor importancia<br />

Waikiki y volcanes<br />

Las playas, junto al buen clima y mucho sol, son las grandes<br />

tentaciones. Por eso Waikiki tiene renombre mundial. En<br />

este barrio se concentra el 90% de la oferta y la tradición<br />

desde 1880 con el establecimiento del hotel Sans Souci (“sin<br />

pena”) que fue pionero entre los centros de vacaciones junto<br />

al mar (Beach Resorts). También atrae por la fiesta principal<br />

de los bailarines hula-hula (antiguo y moderno) en recuerdo<br />

del penúltimo rey de Hawái (1836-1891) llamado “El Monarca<br />

Alegre”. La canción “Aloha Oe” está considerada el himno<br />

no oficial de Hawái.<br />

Pero los surfistas más competitivos prefieren la zona norte<br />

donde las olas son más altas y fuertes. El surtido no se limita<br />

a esta área. De las trece zonas climáticas que existen en el<br />

mundo, en Hawái hay once, cada una con un ecosistema único<br />

en características diferentes en altura, presión, lluvias, vientos,<br />

topografías. Una imagen emblemática es la del Mauna Loa<br />

(“montaña larga”) que pertenece al Parque de los Volcanes y es<br />

el más grande del mundo en su extensión y altura 4170 sobre<br />

el nivel del mar y otros 5000 bajo el agua. Está activo y bajo<br />

intensa observación por el Observatorio Vulcanológico.<br />

El Parque Nacional de los Volcanes creado en 1916 ofrece a<br />

los científicos una perspectiva sobre el nacimiento de las islas<br />

hawaianas y a los visitantes, vistas de los dramáticos paisajes<br />

volcánicos. El parque incluye 1348 km² y más de la mitad se<br />

encuentra en estado salvaje y es ideal para caminatas custodiadas<br />

por expertos, a esa zona se la conoce como Reserva de<br />

la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad.<br />

Se dice que, si cualquier roca o arena negra se toma para sacar<br />

del lugar, la persona que lo hizo es maldecida por las deidades<br />

hasta que la devuelva a su lugar. Algunos descreídos piensan<br />

que la amenaza fue inventada por los guardianes para que no<br />

se llevaran piedras. Por las dudas lo más seguro es mirar y solo<br />

mirar, sin llevarse nada de recuerdo. Y menos una maldición.<br />

Para cazar celebridades<br />

Esta amplitud de posibilidades atrae a los ricos y famosos. Y,<br />

también a los perseguidores de celebridades, paparazzi con<br />

teléfonos celulares para acumular recuerdos al paso. Algo así<br />

como el Caribe sobre el Atlántico.<br />

Nicole Kidman, que nació en Hawái pero creció en Australia,<br />

compró una propiedad y otro tanto hizo Bette Midler<br />

también hawaiana. También se puede encontrar a figuras<br />

como el novelista como Michael Crichton (Jurassic Park);<br />

Oprah Winfrey, la mujer más rica del show business;<br />

Clint Eastwood; Lance Armstrong, el ciclista; y el<br />

astronauta Buzz Aldrin compañero del primer pisotón en la<br />

Luna de Neil Alden Armstrong.<br />

Los descendientes notables<br />

Un viajero de living, sin necesidad de pasaporte, puede<br />

recorrer las islas con grandes escritores. Por ejemplo Robert<br />

Louis Stevenson, admirado por Borges y autor entre<br />

otras maravillas de La Isla del Tesoro. También en las crónicas<br />

del joven Mark Twain y numerosos cuentos de Jack<br />

London. Ninguno de ellos se quedó a vivir pero su paso<br />

tuvo frutos, como el novelista James Michener (1907-1997)<br />

combatiente y autor de Sucedió en el Pacífico. La personalidad<br />

más notable, entre los residentes extranjeros fue Joseph<br />

Campbell (1904-1987), estudioso de mitologías y religiones<br />

comparadas. Se casó con la hawaiana Jean Erdman que fue<br />

primera figura del ballet de Martha Graham. Juntos crearon<br />

la Fundación que sigue sus enseñanzas (www.jcf-myth.<br />

org). Y hace poco, en Waikiki, su viuda, también respetuosa<br />

del hula, bailó para celebrar el centenario de su nacimiento.<br />

El cine también es una herramienta útil para ayudarnos a<br />

conocer lo que vale la pena, como la literatura. Y la película<br />

Los descendientes (2011) dirigida por Alexander Payne con<br />

George Clooney describe la toma de conciencia del heredero<br />

de una vasta extensión en la isla de Kauai para mantenerla<br />

en la familia en lugar de ganar mucho dinero para un resort.<br />

Moraleja volcánica: ¡No traicionar a los ancestros!<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

Horacio de Dios<br />

El mundo mira al Pacífico<br />

Mi primer viaje con propósitos turísticos fue a Colombia en 1968<br />

para la inauguración de una estatua de Carlos Gardel del escultor<br />

argentino Santiago Chierico. La comitiva era más que singular, desde<br />

Aníbal Troilo hasta Tito Luciardo sin olvidar a Edmundo Rivero. Era un<br />

capítulo de tango en Medellín, lugar de culto que suma festivales,<br />

monumentos, plazas, calles y recientemente agregó un muro de<br />

Gardel con gigantografías de Marino Santa María frente al aeropuerto<br />

donde se mató en 1935.<br />

Rescato la historia por el valor emotivo para un porteño de los<br />

60, como me gusta presentarme, y porque era la primera vez que<br />

viajaba al Pacífico. Habitualmente la ruta de mis guías seguía el<br />

Atlántico, desde Miami a Europa, su ruta. Ahora, cada día con más<br />

intensidad, comprendo que se me fue corriendo el mapa. Primero<br />

Chile y Perú, después el salto a Oceanía en el primer vuelo en 1980<br />

en Aerolíneas Argentinas desde Río Gallegos a Auckland, Nueva<br />

Zelanda en un Boeing. Once mil kilómetros sin escalas. Al llegar,<br />

con quince horas de reloj en contra, no sabía dónde estaba ni que<br />

día era. Era un jet lag demoledor que no lograba superar con las<br />

pastillas de melatonina. Nada que ver con mi experiencia sobre el<br />

Atlántico donde todavía no eran comunes los vuelos non stop.<br />

Luego, siempre con escalas en Australia, pude llegar a Singapur<br />

y también a Japón en un viaje sobre el Polo. En realidad, el de<br />

El mundo no es lo que era, respecto de la aviación tampoco.<br />

Incluso, hoy, se puede llegar a Kuala Lumpur, en Malasia, pasando<br />

por Sudáfrica al Este de Buenos Aires y volver con otras aerolíneas<br />

por Europa con escalas. Lo que no cambia, aunque uno se vaya<br />

acostumbrando a la diferencia horaria cuando va hacia el naciente<br />

(Este) o hacia el poniente (Oeste).<br />

Una sugerencia útil es respetar nuestro propio ritmo de actividad<br />

y descanso, aguantando el sueño hasta que vayan coincidiendo y<br />

poner el reloj con el horario del destino a llegar.<br />

Y es lo que está pasando no solo con el turismo sino con los negocios<br />

y la política internacional. El mundo está mirando al Pacifico.


98<br />

Cocina<br />

LA MANO<br />

QUE NOS<br />

DA DE<br />

COMER<br />

La gran traición de la industria alimentaria<br />

es uno de los temas más preocupantes<br />

de la actualidad ya que implica cuestionar<br />

una larguísima tradición de costumbres<br />

y mentiras en las que se basa la salud de<br />

toda la humanidad<br />

POR Marina García<br />

Las bases de la alimentación parten, más que de un conocimiento analítico,<br />

de un aspecto psicoemocional que atraviesa toda razón: “quien te<br />

da de comer, te da lo mejor para vos” y dado que este rol está generalmente<br />

cubierto por la madre o abuelos, obtiene una visa al inconsciente<br />

y se asocia al alimento con el amor, “quien te ama te alimenta”... Pero<br />

aunque suene triste decirlo, no siempre “quien te alimenta de ama”.<br />

Sobre estos pilares de comportamiento se construye la comunicación<br />

de la industria alimentaria la cual tergiversa hábilmente la información<br />

al punto de vender como “saludable” un producto que apenas tiene<br />

valor nutricional. Y lo peor es que no se trata de raras excepciones sino<br />

que es la regla en casi todo el mundo, y sus consecuencias se hacen<br />

notar hace años: altos índices de obesidad, diabetes, patologías hepáticas<br />

y disfunciones propias de un estado de malnutrición relacionado<br />

directamente al consumo de “alimentos” industrializados.<br />

Con tal situación, los principales perjudicados (además de los consumidores)<br />

son los entes de salud pública que deben atender casos<br />

de niños con hígado graso, colesterol elevado e incluso cardiopatías<br />

asociadas al estilo de vida; esto a la larga implica un gasto altísimo de<br />

recursos y una morbilidad que condiciona el funcionamiento normal<br />

de toda una sociedad.<br />

Comprendiendo tal situación, el gobierno de Chile lleva adelante una<br />

campaña sin precedentes en el combate –no de la industria, pero sí de<br />

la mentira– de la comunicación engañosa y la elaboración de productos<br />

con alto contenido de sustancias poco nutritivas.<br />

Así es como desde junio de 2016 entró en vigencia un procedimiento<br />

de reetiquetado que indica –en base al análisis de cada producto– si<br />

es alto en: sodio (sal), grasas saturadas (animales e hidrogenadas), en<br />

calorías y/o azúcares (especialmente refinadas como JMAF y sacarosa).<br />

De esta forma se obliga a los productores a rotular sus envases<br />

con unos hexágonos (de excelente lectura y visualización) cuando se<br />

superan los límites preestablecidos los ingredientes mencionados.<br />

Con tales recursos se orienta a los consumidores a comprar aquellos<br />

alimentos que contengan menos “sellos de advertencia” o mejor aún<br />

ninguno, como es el caso de verduras y frutas.<br />

Si bien este fue el objetivo del uso del “cuadro de información nutricional”<br />

que incluyen hoy en día casi todos los alimentos empaquetados,<br />

ocurre que las trampas técnicas como “contenido de porciones por<br />

envase” o la ignorancia del público respecto a qué cantidad es lo recomendable,<br />

lo volvieron casi inútil ya que nadie los consulta.<br />

Queda por ver cuál será el seguimiento que el Ministerio de Salud de<br />

Chile hará sobre el tema y cuáles serán los artilugios que la comunicación<br />

alimentaria seguirá aplicando para “mandar fruta” en los atractivos<br />

envases de aquello que llamamos comida<br />

ALIMENTACIÓN PARA SANAR<br />

Susana Zurschmitten<br />

La autora es toda una referente<br />

de la nutrición natural<br />

y fiel a su estilo de amable<br />

sabiduría emprende este<br />

libro con información<br />

y consejos que resultan útiles<br />

para todo público, ya que<br />

explica con detalle (pero sin<br />

aburrir), los pros y contras<br />

de los alimentos cotidianos y<br />

su relación con la salud.<br />

CÓMO COMO<br />

Natalia Kiako<br />

El fenómeno “blogger” ha sabido<br />

dar buenos frutos y este es el caso<br />

de kiakothecook.com.ar, un espacio<br />

donde la autora (que no es chef ni<br />

nutricionista) comparte la experiencia<br />

de recetas saludables que<br />

va probando para su familia. En<br />

este libro recopila sus 88 favoritas<br />

y mantiene la idea de orientar<br />

al lector con variantes y tips que<br />

le permitan encontrar su propio<br />

rumbo gastronómico.<br />

FAST FOOD CONSCIENTE<br />

Pablito Martin<br />

En esta nueva edición, el “niño<br />

mimado” de la alimentación<br />

consciente nos lleva a un nuevo<br />

desafío: cocinar de un modo<br />

saludable no solo es rico, sino<br />

también rápido, y con esta<br />

convicción ahuyenta al fantasma<br />

sempiterno del “como mal<br />

porque no tengo tiempo”. Para<br />

quienes estén pensando en<br />

cambiar sus hábitos alimentarios,<br />

este libro es un golazo.


Dossier<br />

tecnología<br />

Fotografía de Napoleon Sarony<br />

99<br />

Nikola Tesla<br />

El injuriado<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

“El presente es vuestro, pero el futuro es mío. El desarrollo del hombre depende fundamentalmente<br />

de la invención. Es el producto más importante de su cerebro creativo. En el espacio<br />

hay energía y es cuestión de tiempo que el ser humano logre aprovecharla. El científico no<br />

busca resultados instantáneos ni espera que sus ideas avanzadas sean aceptadas fácilmente, su<br />

deber es sentar bases, señalar el camino a los que vendrán. Cualquier persona, en tierra o mar,<br />

podrá recibir noticias de cualquier lugar del mundo o mensajes particulares destinados solo a<br />

ella con un aparato sencillo y barato que cabe en el bolsillo”.


100<br />

Quien afirmó lo anterior fue un físico, matemático, inventor e ingeniero eléctrico nacido en<br />

1856, en Similjan, la actual Croacia, llamado Nikola Tesla. Su nombre está inexorablemente<br />

ligado al de Thomas Edison, quien comenzó siendo su empleador y terminó constituyéndose<br />

en una especie de némesis. La historia lo dejó bastante de lado durante el siglo XX, pero de un<br />

tiempo a esta parte se lo reivindica en virtud de magníficos descubrimientos que hoy son la base<br />

de tecnologías de campos tan diversos y fundamentales como la medicina y el transporte, entre<br />

muchos otros. Además, se lo considera un visionario porque muchas de sus predicciones (algunas<br />

disparatadas para sus contemporáneos) se han ido cumpliendo con el paso del tiempo. Catalogado<br />

por muchos como filántropo y místico, es una figura a la que vale la pena analizar a la luz de<br />

un presente en el que los recursos del planeta están en riesgo como nunca antes.<br />

Su padre, Milutin Tesla, era sacerdote ortodoxo y su madre, Djuka Mandic, tenía, también,<br />

una acentuada vocación religiosa. Nicola fue el cuarto de cinco hermanos de los que el<br />

mayor, llamado Dane, murió debido a un accidente mientras practicaba equitación. Nikola<br />

tenía cinco años y estaba presente. La mayor parte de sus biógrafos coinciden en señalar<br />

este episodio como una herida que lo persiguió toda su vida, al punto de llegar a atribuirse la<br />

responsabilidad. Desde 1861, asistió a la escuela primaria de su ciudad natal, donde estudió<br />

alemán, aritmética y religión. Su excepcional habilidad para la matemática generaba desconfianza<br />

en el cuerpo docente que lo obligaba a realizar varias veces una misma prueba para<br />

demostrar que no se había copiado.<br />

En 1862, la familia se trasladó a Gospic, y en 1870 a Karlovac, donde, ya adolescente, fue<br />

influenciado por su profesor de matemática Martin Sekulic. Se recibió en 1873 y volvió a Similjan<br />

donde enfermó de cólera y estuvo postrado durante nueve meses con riesgo de morir en<br />

varias ocasiones. Su padre le prometió solventar la mejor escuela de ingeniería si se recuperaba<br />

de la enfermedad, dejando de lado sus aspiraciones de tener un hijo sacerdote como él mismo.<br />

En 1874, evitó su reclutamiento en el ejército austrohúngaro huyendo a Tomingaj, cerca de<br />

Gracac. Al año siguiente, se matriculó gracias a una beca en la Escuela Politécnica de Graz,<br />

Austria. Durante su primer año nunca perdió una clase y obtuvo las calificaciones más altas,<br />

pero en el segundo año hubo un giro inesperado en su personalidad que le valió la pérdida de<br />

su beca: se volcó a la ludopatía. Para tercer año estaba tan adicto a los juegos de azar que se<br />

jugó la plata de la matrícula. Nunca se graduó en la universidad y, en 1878, dejó Graz y cortó<br />

relaciones con su familia, tratando de ocultarles sus problemas y su abandono de los estudios.<br />

Se trasladó a Maribor (actual Eslovenia), donde trabajó como dibujante por 60 florines al mes,<br />

un sueldo muy bajo que dilapidaba en partidas de cartas. En marzo de 1879, su madre se trasladó<br />

hasta ahí para suplicarle que volviera a casa, pero se negó. Unos pocos días después, fue<br />

deportado a Gospic bajo vigilancia policial por no tener permiso de residencia y al mes siguiente<br />

la muerte de su madre lo hizo tratar de encarrilarse nuevamente. Empezó dando clases a los<br />

estudiantes de su antigua escuela, y en1880, dos de sus tíos le dieron dinero para que viajara<br />

a Praga donde tenía intención de estudiar en la universidad. Pero llegó demasiado tarde para<br />

inscribirse y no estudió Griego ni Checo, asignaturas obligatorias. Se conformó con ir a conferencias<br />

en la universidad, aunque, como oyente no pudiera recibir nunca calificaciones de los<br />

cursos. En 1881, se trasladó a Budapest para trabajar en una empresa local, llegando a ser jefe<br />

Padre de Nikola Tesla, Milutin,<br />

sacerdote ortodoxo en Similjan.<br />

La familia en su casa de Similjan.<br />

Milutin junto a su esposa<br />

y madre de los cinco niños,<br />

Djuka, muy religiosa e inventora<br />

de varios electrodomésticos,<br />

incluyendo una batidora<br />

mecánica. A su lado, el hijo<br />

mayor Dane, quien falleció poco<br />

después de esta fotografía al<br />

caerse de un caballo mientras<br />

Nikola (último a la derecha)<br />

estaba presente. Sus hermanas<br />

(al centro y a la izquierda) Milka,<br />

Angelina y Marica.<br />

En 1884, Tesla llegó a Nueva York<br />

con una carta de recomendación<br />

dirigida a Edison. De inmediato<br />

fue contratado para trabajar<br />

en Edison Machine Works para<br />

diseñar motores y generadores.<br />

de electricistas. Se destacó por gestionar muchas mejoras en el equipo de la estación central y<br />

haber perfeccionado un teléfono que nunca se patentó.<br />

Se cuenta que Tesla podía memorizar libros completos y realizar mentalmente complejos<br />

cálculos matemáticos. Hablaba y escribía con fluidez siete idiomas: húngaro, latín, francés,<br />

checo, inglés, alemán e italiano, pero simpatizaba también con la idea de un idioma universal<br />

para “facilitar la comprensión mutua” (coincidentemente, el esperanto nació durante los años<br />

en los que tuvo lugar la “Guerra de las corrientes” que él protagonizó junto a Edison). Pero<br />

sus hitos más grandes se traducen en hallazgos revolucionarios como cuando, en 1893, consiguió<br />

transmitir energía electromagnética sin cables, construyendo el primer radiotransmisor.<br />

Antes de eso, en 1887 y ya en lo que sería su destino final, los Estados Unidos de Norteamérica,<br />

había construido el motor de inducción de corriente alterna mientras trabajaba en los<br />

laboratorios del famosísimo magnate George Westinghouse, donde también concibió el<br />

sistema polifásico para trasladar la electricidad a largas distancias. La medicina le debe, por<br />

ejemplo, la terapia mecánica o vibratoria que descubrió accidentalmente un día en el que se<br />

subió a una máquina inmensa que estaba probando. Las vibraciones que producía el aparato<br />

se transmitieron a su cuerpo. Intuyó que en ese cosquilleo podía haber algo interesante y<br />

pidió a sus asistentes que también lo experimentaran. Pocos instantes después, todos tuvieron<br />

que ir al baño. Aunque él aún no lo sabía, había conseguido replicar los movimientos peristálticos<br />

que mueven el alimento por el tubo digestivo.<br />

Gracias a sus desarrollos, en 1896, la central de las Cataratas del Niágara consiguió proveer<br />

de electricidad a la ciudad de Búfalo, ubicada a 32 kilómetros. También concibió algo llamado<br />

“aeroplano de despegue y aterrizaje vertical”, hoy conocido como helicóptero. Llegó a inventar<br />

un precursor primitivo que luego perfeccionó el español Juan De La Cierva, pero en<br />

su momento se atrevió a asegurar que este tipo de medio de transporte sería un instrumento<br />

básico para la industria y el comercio. No se equivocó.<br />

En 1882, empezó a trabajar en la Continental Edison Company de Francia, para diseñar y<br />

mejorar equipos eléctricos. En junio de 1884, se trasladó a la ciudad de Nueva York con una<br />

carta dirigida a Edison, escrita por el presidente de la compañía francesa, Charles Batchelor:<br />

“Conozco a dos grandes hombres, y usted es uno de ellos. El otro es el joven portador<br />

de esta carta”. La recomendación surtió efecto y fue contratado por Edison para trabajar en<br />

Edison Machine Works, diseñando motores y generadores, pero renunció rápidamente para<br />

dedicarse a la investigación experimental y a la invención en forma excluyente.<br />

Al año siguiente aseguró que tenía las ideas y la capacidad operativa necesarias para rediseñar<br />

los motores y generadores de Edison mejorando su servicio y economía. Edison le dijo: “Tengo<br />

cincuenta mil dólares para usted si puede hacerlo”. Tras meses de trabajo, Tesla cumplió<br />

con la tarea y demandó el pago, pero Edison le dijo que había estado bromeando: “Cuando<br />

seas un americano cabal, lograrás comprender una buena broma yanqui”. A cambio, le ofreció<br />

un aumento de salario pasando de 10 a 18 dólares semanales, oferta que Tesla rechazó.<br />

Paralelamente, la demanda de electricidad aumentaba junto a la necesidad de construir centrales<br />

eléctricas más grandes y de hacer llegar la energía a distancias cada vez mayores. Además, la rápida<br />

distribución de los motores eléctricos industriales estimuló la demanda de un voltaje disímil<br />

101


a los 110 voltios usados para la iluminación doméstica. El sistema de Edison, que manejaba la<br />

corriente directa, era inadecuado para las necesidades de abastecimiento del momento.<br />

El problema del transporte era todavía más complicado porque la transmisión interurbana de<br />

grandes cantidades de energía en 110 voltios era muy cara y sufría pérdidas formidables por<br />

disipación en forma de calor. Westinghouse, que fundó Westinghouse Electric para competir<br />

con General Electric de Edison, basó su sistema en los descubrimientos y las patentes de Tesla,<br />

quien pregonaba fanáticamente la superioridad de la corriente alterna. Su argumento se basaba<br />

en que las pérdidas en la transmisión de electricidad dependen del voltaje: a mayor voltaje,<br />

menores pérdidas. Y a diferencia de la corriente utilizada por Edison, el voltaje de la corriente<br />

alterna se puede elevar con un transformador y ser transportado largas distancias con escasas<br />

pérdidas en forma de calor. De ese modo, antes de proveer energía a los clientes, el voltaje se<br />

puede reducir a niveles seguros y económicos. Edison estaba conmocionado por la aparición de<br />

la tecnología de Tesla, que amenazaba sus intereses en un campo que él mismo había creado.<br />

Edison y Westinghouse se enfrentaron en una batalla de relaciones públicas, que los medios de<br />

la época designaron grandilocuentemente como “La guerra de las corrientes”, a fin de decretar<br />

un sistema ganador que se transformara en el imperante. Hubo un revés contra la corriente alterna<br />

cuando, en una aparente paradoja, Edison propuso utilizarla en su más reciente invención,<br />

la silla eléctrica. Lo que juristas y forenses anunciaron como el comienzo de un método piadoso<br />

de aplicación de la pena capital fue técnicamente un desastre porque después de diez segundos<br />

de aplicación de varios amperios de corriente alterna a un condenado a muerte, seguía vivo, y<br />

hubo que darle una “segunda vuelta” de casi un minuto mientras se doblaba de dolor, largaba<br />

espuma por la boca y sangre por los poros. El hombre murió por cocción. Es famosa la frase de<br />

Westinghouse a propósito del hecho: “Mejor hubieran usado un hacha”.<br />

De lleno en una abierta campaña de desprestigio contra Tesla, Edison electrocutó a perros<br />

y gatos frente a diversos auditorios. Era asistido en las sombras por un ingeniero, Harold<br />

Brown, encargado de convencer al mercado de los peligros de la corriente creada por su<br />

ex empleado. Llegaron a matar un elefante en público con descargas eléctricas (hecho que<br />

quedó documentado en una película, actualmente conservada, exhibida comercialmente por<br />

la productora del mismo Edison). El animal, atracción del parque de Coney Island, había<br />

sido condenado por matar a tres visitantes de la feria. A la larga, montar estos espectáculos de<br />

animales electrocutados frente a periodistas terminó siendo ineficaz porque la intención del<br />

empresario estadounidense era manifiestamente perceptible.<br />

Sin embargo, el episodio propició otro momento emblemático, no carente de cierto lirismo:<br />

con el objeto de contrarrestar las afrentas de Edison, Tesla se expuso a una corriente alterna<br />

que atravesó su cuerpo sin causarle ningún daño. Ante esta prueba, Edison ya no pudo ejecutar<br />

muchas más trampas y su prestigio quedó fugazmente disminuido. Pero ganar una batalla<br />

no es ganar la guerra.<br />

El espíritu de Tesla era opuesto al de Edison por completo, y sus intereses no tenían nada en<br />

común. El filántropo croata tenía una sensibilidad que probablemente no significara mucho<br />

para el empresario estadounidense. Solía hablar poéticamente, ajeno al mundo de los negocios:<br />

“Yo soy parte de una luz y es la música. La luz llena mis seis sentidos: la veo, oigo, siento,<br />

Tesla sufrió una campaña de<br />

desprestigio por parte de Edison<br />

(foto izquierda) para desestimar<br />

sus inventos luego de que el croata<br />

renunciara a su empresa.<br />

“Yo soy parte de una luz y es<br />

la música. La luz llena mis seis<br />

sentidos: la veo, oigo, siento,<br />

huelo, toco y pienso. Pensar en<br />

ella significa mi sexto sentido.<br />

Las partículas de luz son nota<br />

escrita. Un rayo puede ser una<br />

sonata entera. Mil bolas de<br />

relámpagos es un concierto.<br />

Para este concierto, he creado<br />

una Bola de Relámpagos (Ball<br />

Lightning), que se puede<br />

escuchar en los picos helados<br />

del Himalaya”.<br />

huelo, toco y pienso. Pensar en ella significa mi sexto sentido. Las partículas de luz son nota<br />

escrita. Un rayo puede ser una sonata entera. Mil bolas de relámpagos es un concierto. Para<br />

este concierto, he creado una Bola de Relámpagos (Ball Lightning), que se puede escuchar en<br />

los picos helados del Himalaya”. Posiblemente su crianza religiosa haya sido clave en su personalidad,<br />

el hecho de exponer su propia integridad como respuesta a la ejecución de hombres<br />

y animales a cargo de sus rivales tiene bastante de parábola bíblica, Su discurso, aún más. Y su<br />

mentalidad no contemplaba la violencia como solución a nada. Tampoco parecía creer en el<br />

papel preponderante de las corporaciones en la prestación de un servicio que él juzgaba como<br />

un derecho y servicio social. Quizás fuera esta creencia la que determinó su destino final,<br />

cuidadosamente planificado y ejecutado.<br />

En 1893, Tesla logró, financiado por Westinghouse, hacerse cargo de la iluminación de la Feria<br />

Internacional de Chicago y pudo exhibir sus generadores, dínamos y motores de corriente<br />

alterna que terminaron imponiéndose en todo el mundo. Pero no se conformó y siguió trabajando<br />

con la idea de llevar energía eléctrica a todos los hogares, sin cables ni costos más allá<br />

del mantenimiento del generador de energía. Estuvo cerca de lograrlo, con la construcción de<br />

la torre Wardenclyffe, establecida entre 1901 y 1917 con una antena de 30 metros. Diseñada<br />

para la telefonía comercial transatlántica, la Wardenclyffe fue una torre-antena de telecomunicaciones<br />

inalámbricas, retransmisiones de radio y la transmisión de energía con el sistema wifi<br />

como lo conocemos hoy. Llegó a terminar su proyecto pero los grandes grupos económicos<br />

de entonces presionaron para que la torre dejara de operar. En resumidas cuentas, Tesla le<br />

ganó la guerra como inventor a Edison, pero este ganó la guerra empresarial gracias a su gran<br />

capacidad para los negocios y su habilidad para la propaganda.<br />

Tesla y sus aspiraciones se situaban lejos del mundo de los negocios y en cambio se inclinaban<br />

hacia lo artístico y la mística (intereses que nunca convocaron realmente a Edison). Dijo en una<br />

entrevista para la revista Immortality en su laboratorio en Colorado Springs en el año 1899:<br />

“PERIODISTA: Los futuristas dicen que el Vigésimo y Vigésimo primer siglo nacieron en la<br />

cabeza de Nikola Tesla. Celebran el campo magnético a la inversa y cantan himnos al motor<br />

de inducciones. Su creador fue llamado el cazador que atrapó la luz en sus redes desde las<br />

profundidades de la tierra, y el guerrero que capturó fuego del cielo. Padre de la corriente alterna,<br />

hará que la física y la química dominen la mitad del mundo. La industria lo proclamará<br />

como su supremo santo, un banquero de los mayores benefactores. En el laboratorio de Nikola<br />

Tesla por primera vez se ha roto un átomo. Se ha creado un arma que produce vibraciones<br />

sísmicas. Allí se descubrieron rayos negros cósmicos. Cinco razas le rezarán en el templo del<br />

futuro, porque les ha enseñado un gran secreto –que los elementos de Empédocles se pueden<br />

regar con las fuerzas de la vida de los éteres.<br />

TESLA: Sí, estos son algunos de mis descubrimientos más importantes. Aun así soy un hombre<br />

derrotado. No he logrado lo más grande que he podido.<br />

PERIODISTA: ¿Qué sería eso, señor Tesla?<br />

TESLA: Quería iluminar toda la Tierra. Hay electricidad suficiente para convertirse en un segundo<br />

sol. La luz aparecería alrededor del ecuador, como un anillo alrededor de Saturno. La humanidad<br />

no está preparada para lo grande y bueno. En Colorado Springs he empapado la Tierra<br />

102 103


104<br />

por la electricidad. También podemos regar las otras energías, como la energía mental positiva.<br />

Se encuentran en la música de Bach o Mozart, o en los versos de los grandes poetas. En el interior<br />

de la Tierra, hay energía de alegría, paz y amor. Sus expresiones son una flor que crece de<br />

la tierra, los alimentos que salen de ella y todo lo que hace patria del hombre. He pasado años<br />

buscando la manera de que esta energía pudiera influir en la gente. La belleza y el aroma de las<br />

rosas pueden ser utilizados como una medicina y los rayos del sol como alimento. La vida tiene<br />

un número infinito de formas y el deber de los científicos es encontrarlas en todas las formas de<br />

la materia. Tres cosas son esenciales en este sentido. Todo lo que hago es una búsqueda de ellas.<br />

Sé que no las voy a encontrar, pero no voy a renunciar.<br />

PERIODISTA: ¿Qué son estas cosas?<br />

TESLA: Un problema es la comida. ¿Qué energía, estelar o terrestre, para alimentar a los<br />

hambrientos de la Tierra? ¿Con qué vino regar toda la sed, para que se puedan animar en su<br />

corazón y entender que son dioses? ¡Otra cosa es destruir el poder del mal y el sufrimiento en<br />

el que pasa la vida del hombre! A veces se producen como una epidemia en las profundidades<br />

del espacio. En este siglo, la enfermedad se había extendido desde la Tierra en el Universo. La<br />

tercera cosa es: ¿Existe un exceso de luz en el Universo? Descubrí una estrella que por todas las<br />

leyes astronómicas y matemáticas podría desaparecer, y que nada parece ser modificado. Esta<br />

estrella está en esta galaxia. Su luz puede aglutinarse con tal densidad que ocupe una esfera<br />

más pequeña que una manzana, pero más pesada que nuestro Sistema Solar. Las religiones y las<br />

filosofías enseñan que el hombre puede llegar a ser el Cristo, Buda y Zarathustra. Lo que estoy<br />

tratando de demostrar es más salvaje, y casi inaccesible. Es lo que hay que hacer en el Universo<br />

para que cada ser nazca como Cristo, Buda o Zarathustra. Sé que la gravedad es propensa a todo<br />

lo que tenga que volar y mi intención no es hacer los dispositivos de vuelo (aviones o misiles),<br />

sino enseñar al individuo a recuperar la conciencia sobre sus propias alas... Además, estoy tratando<br />

de despertar la energía contenida en el aire. Hay fuentes de energía principales. Lo que se<br />

considera como espacio vacío es solo una manifestación de la materia que no ha sido despertada.<br />

No hay espacio vacío en este planeta, ni en el Universo... los agujeros negros, de los que los<br />

astrónomos hablan, son las más poderosas fuentes de energía y vida”.<br />

A lo largo de su vida, patentó más de setecientos inventos entre los que hay rarezas como un<br />

submarino eléctrico en 1898. Algunos científicos serbios aseveran que el sistema de operación<br />

del Sojourner está basado en la patente del submarino eléctrico diseñado por Tesla. La unidad SI<br />

de intensidad de flujo magnético es la TESLA, denominada en su honor. Otras cosas de uso muy<br />

frecuente y popular como la resonancia magnética utilizada en medicina, el control remoto y los<br />

Rayos X, también se remontan a él. La salud fue un tópico que lo interpeló notablemente, experimentaba<br />

con su propio cuerpo una suerte de ascetismo muy poco común. Nunca se casó: alegaba<br />

que la castidad era necesaria para el desarrollo de sus habilidades científicas, pero hacia el final de<br />

su vida, expresó frente a un periodista: “A veces siento que al no casarme hice un sacrificio demasiado<br />

grande en virtud de mi trabajo”. Asimismo, en la entrevista realizada en 1899, dio cuenta de<br />

algunas de sus teorías sobre el cuerpo humano, haciendo gala de su amor por la literatura:<br />

“TESLA: El cuerpo del hombre es una máquina perfecta. Conozco mi circuito y lo que es<br />

bueno para él. Alimentos que casi toda la gente come, para mí son nocivos y peligrosos. A<br />

Cómic de 1941 donde se narra la<br />

vida de Tesla. La edición formaba<br />

parte de una colección titulada<br />

Héroes reales. Historias reales en<br />

Cómic.<br />

“Estoy buscando la manera de<br />

conservar la energía humana.<br />

Se trata de las formas de la<br />

Luz, a veces directamente de la<br />

luz celestial. No la he buscado<br />

para mi propio beneficio, sino<br />

para el bien de todos. Creo que<br />

mis descubrimientos hacen la<br />

vida de la gente más fácil y más<br />

llevadera, y la canalizan hacia la<br />

espiritualidad y la moralidad.”<br />

veces visualizo cocineros del mundo que están todos conspirando contra mí... Toque mi mano.<br />

PERIODISTA: Está fría.<br />

TESLA: Sí. El torrente sanguíneo puede ser controlado, como muchos procesos en y alrededor<br />

de nosotros. ¿Por qué está asustado, joven?<br />

PERIODISTA: Es una historia que Mark Twain escribió, ‘Un misterioso extraño’, ese libro<br />

maravilloso de Satanás, inspirado por usted.<br />

TESLA: La palabra ‘Lucifer’ es más encantadora. Al señor Twain le gusta bromear. Cuando<br />

era niño fui sanado una vez al leer sus libros. Cuando nos reunimos aquí y se lo conté, estaba<br />

tan conmovido que lloró. Nos hicimos amigos y él venía a menudo a mi laboratorio. Una vez<br />

pidió que le mostrara una máquina que por la vibración provoca un sentimiento de felicidad.<br />

Era uno de esos inventos para el entretenimiento, lo que a veces me gusta hacer.<br />

Advertí al Sr. Twain que no permaneciera bajo estas vibraciones. Él no hizo caso y se quedó<br />

más tiempo. Terminó por salir como un cohete, sujetándose los pantalones, rumbo a una habitación<br />

determinada. Fue diabólicamente divertido, pero me mantuve serio.<br />

Pero para ajustar el circuito físico, además de los alimentos, el sueño es muy importante.<br />

Tras un trabajo largo y agotador, que requiere un esfuerzo sobrehumano, con una hora de<br />

sueño estaría completamente recuperado. He adquirido la capacidad de administrar el sueño,<br />

quedarme dormido para despertarme en el momento designado. Si descubro algo que no<br />

entiendo, me obligo a pensar en ello en mi sueño, y así encontrar una solución.<br />

La quinta condición de ajuste es la memoria. Tal vez en la mayoría de las personas, el cerebro<br />

es el guardián de los conocimientos sobre el mundo y el conocimiento adquirido a través de la<br />

vida. Mi cerebro está ocupado en cosas más importantes que recordar, está recogiendo lo que<br />

se requiere en un momento dado. Esto es todo lo que nos rodea. Solo debe ser consumido.<br />

Todo lo que una vez hemos visto, escuchado, leído y aprendido, nos acompaña en forma de<br />

partículas de luz. Para mí, estas partículas son obedientes y fieles. Como estudiante aprendí de<br />

memoria el Fausto de Goethe, mi libro favorito, en alemán, y ahora puedo recitarlo integro.<br />

Sostuve mis inventos durante años “en mi cabeza”, antes de llevarlos a cabo (…).<br />

PERIODISTA: Para usted, ¿es lo mismo la ciencia o la poesía?<br />

TESLA: Estos son los dos ojos de una persona. A William Blake le fue enseñado que el<br />

Universo nació de la imaginación, que se mantiene y existirá mientras haya un último hombre<br />

sobre la Tierra. Ella era la rueda con la que los astrónomos pudieron recoger las estrellas de<br />

todas las galaxias. Es la energía creativa idéntica a la energía de la luz.<br />

PERIODISTA: ¿Para usted la imaginación es más real que la vida misma?<br />

TESLA: Da luz a la vida. Me he alimentado con mi pensamiento, he aprendido a controlar las<br />

emociones, sueños y visiones. Siempre he apreciado y nutrido mi entusiasmo. Toda mi vida he<br />

pasado mucho tiempo en éxtasis. Esa fue la fuente de mi felicidad. Me ayudó durante todos<br />

estos años en cargar con un trabajo que sería suficiente para unas cinco vidas. Lo mejor es<br />

trabajar de noche, por la luz estelar y el estrecho vínculo.<br />

PERIODISTA: Usted ha dicho que yo soy, como todo ser, la Luz. Esto me halaga, pero confieso<br />

que no entiendo muy bien.<br />

TESLA: ¿Por qué es necesario comprender, señor Smith? Basta con creer. Todo es luz. En<br />

105


uno de sus rayos está el destino de las naciones. Cada nación tiene su propio rayo en la gran<br />

fuente de luz que vemos como el sol. Y recuerde: nadie que ha estado allí ha muerto. Se ha<br />

transformado en luz, y como tal, todavía existe. El secreto radica en el hecho de que las partículas<br />

de luz restauran su estado original.<br />

PERIODISTA: ¡Esta es la resurrección!<br />

TESLA: Prefiero llamarlo regresar a una energía anterior. Cristo y muchos otros conocían el<br />

secreto. Estoy buscando la manera de conservar la energía humana. Se trata de las formas de<br />

la Luz, a veces directamente de la luz celestial. No la he buscado para mi propio beneficio,<br />

sino para el bien de todos. Creo que mis descubrimientos hacen la vida de la gente más fácil y<br />

más llevadera, y la canalizan hacia la espiritualidad y la moralidad”.<br />

Tesla falleció el 7 de enero de 1943, solo, en la habitación de un hotel neoyorkino. Su cuerpo<br />

fue encontrado por una mucama que decidió desobedecer el cartel de “no molestar” que había<br />

colocado en la puerta dos días antes. Su muerte detonó una activa campaña para soslayar sus<br />

méritos atribuyéndolos a otros beneficiarios: Edison, en primer lugar, pero también Guillermo<br />

Marconi, quien utilizando diecisiete patentes de Tesla para su primera retransmisión radial<br />

en 1901, nunca lo mencionó. El episodio fue legalmente corregido por la Corte Internacional,<br />

recién en 1943, pero todavía hoy la cultura popular señala a Marconi como inventor de la radio.<br />

Edison, a su vez, fue proclamado padre de la electricidad y no vaciló en difamar a Tesla<br />

después de muerto, acusándolo en algunas ocasiones de delirante. En tanto, el FBI incautó<br />

todos los documentos, estudios e investigaciones del croata como si hubiesen constituido<br />

una amenaza para la nación y su familia tardó años en recuperarlos, gracias a la asistencia de<br />

la embajada de la antigua Yugoslavia. Actualmente se encuentran expuestos en el Museo de<br />

Nikola Tesla de su tierra natal.<br />

Dijo, cuando terminaba el siglo XIX: “Nuestros cuerpos están hechos a partir de material similar,<br />

y nuestra alma tiene relación con los filamentos irrompibles. La tristeza incomprensible<br />

que nos abruma a veces significa que en alguna parte, en el otro lado del planeta, un niño o un<br />

hombre generoso murió. El universo entero está en ciertos períodos enfermo de sí mismo, y<br />

de nosotros. La desaparición de una estrella y la aparición de los cometas nos afectan más de<br />

lo que podemos imaginar. Las relaciones entre las criaturas de la Tierra son aún más fuertes,<br />

a causa de nuestros sentimientos y pensamientos la flor olerá aún más bella o se caerá en el<br />

silencio. Debemos aprender estas verdades para ser sanados. El remedio está en nuestros<br />

corazones e igualmente en el corazón de los animales que llamamos Universo”<br />

106<br />

FUENTES<br />

www.epec.com.ar<br />

Daniel E. Arias, Clarín, Buenos Aires, 2 de agosto de 1994.<br />

http://www.mariajuliaolivan.com.ar/<br />

https://hipertextual.com/2014/07/nikola-tesla-genios-historia<br />

http://teslaespanish.blogspot.com.ar/<br />

http://www.freedomtek.org/en/texts/nikola_tesla_interview_1899.php

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