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Consejos para la Iglesia - Elena G. de White

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entonces tendremos una escue<strong>la</strong> en <strong>la</strong> cual los<br />

ángeles se <strong>de</strong>leitarán en estar.<br />

Nuestras escue<strong>la</strong>s <strong>de</strong> iglesia necesitan maestros<br />

que tengan altas cualida<strong>de</strong>s morales; personas en<br />

quienes se pueda confiar; que sean sanas en <strong>la</strong> fe;<br />

que tengan tacto y paciencia; que an<strong>de</strong>n con Dios y<br />

se abstengan <strong>de</strong> toda apariencia <strong>de</strong> mal.<br />

Es malo poner a los niños bajo maestros<br />

orgullosos y <strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong> amor. Un maestro así<br />

hará mucho daño a aquellos cuyo carácter se está<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ndo rápidamente. No se los <strong>de</strong>be emplear<br />

si no son sumisos a Dios, si no tienen amor hacia<br />

los niños sobre quienes presi<strong>de</strong>n, si manifiestan<br />

parcialidad hacia los que agradan a su fantasía, y<br />

manifiestan indiferencia <strong>para</strong> los que son menos<br />

atrayentes, o hacia los que son inquietos y<br />

nerviosos, porque el resultado <strong>de</strong> su trabajo será<br />

una pérdida <strong>de</strong> almas <strong>para</strong> Cristo.<br />

Hacen falta, especialmente <strong>para</strong> los niños,<br />

maestros que sean apacibles y bondadosos, y que<br />

manifiesten tolerancia y amor hacia los que más lo<br />

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