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Consejos para la Iglesia - Elena G. de White

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Los celos y <strong>la</strong>s críticas<br />

Me duele <strong>de</strong>cir que hay lenguas indisciplinadas<br />

entre los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia. Hay lenguas falsas<br />

que se alimentan <strong>de</strong> maldad. Hay lenguas astutas y<br />

murmuradoras. Hay char<strong>la</strong>, impertinente<br />

entrometimiento, hábiles interrogaciones. Entre los<br />

amadores <strong>de</strong>l chisme, algunos son impulsados por<br />

<strong>la</strong> curiosidad, otros por los celos, mu chos por el<br />

odio contra aquellos por cuyo medio Dios ha<br />

hab<strong>la</strong>do <strong>para</strong> repren<strong>de</strong>rlos. Todos estos elementos<br />

discordantes trabajan. Algunos ocultan sus<br />

verda<strong>de</strong>ros sentimientos, mientras que otros están<br />

ávidos <strong>de</strong> publicar todo lo que saben, o aun<br />

sospechan, <strong>de</strong> malo contra otros.<br />

Vi que hasta el espíritu <strong>de</strong> perjurio, capaz <strong>de</strong><br />

trocar <strong>la</strong> verdad en mentira, lo bueno en malo, <strong>la</strong><br />

inocencia en crimen, está ahora activo. Satanás se<br />

regocija por esta condición <strong>de</strong> los que profesan ser<br />

el pueblo <strong>de</strong> Dios. Mientras muchos están<br />

<strong>de</strong>scuidando sus propias almas, buscan ávidamente<br />

una oportunidad <strong>de</strong> criticar y con<strong>de</strong>nar a otros.<br />

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