Consejos para la Iglesia - Elena G. de White

sus vecinos e invitarlos a venir a esas reuniones.
Así harán brillar su luz por las buenas obras.
Manténganse a solas con Dios los que trabajan,
llorando, orando y trabajando por la salvación de
sus semejantes. Recuerden que están corriendo una
carrera y luchando por una corona de inmortalidad.
Mientras que son tantos los que aman la alabanza
de los hombres más que el favor de Dios, sepamos
trabajar con humildad. Aprendamos a ejercer fe
mientras presentamos nuestros vecinos al trono de
la gracia e intercedemos con Dios para que
conmueva sus corazones. Se puede hacer así una
obra misionera eficaz, y alcanzar tal vez a quienes
no escucharían a un ministro o a un colportor. Los
que trabajen así en lugares nuevos aprenderán
cuáles son las mejores maneras de acercarse a la
gente, y podrán preparar el camino para otros
obreros.
Visitad a vuestros vecinos y mostrad interés en
la salvación de sus almas. Despertad y poned en
acción toda fuerza espiritual. Decidles a aquellos
que visitáis que el fin de todas las cosas está cerca.
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