Revista_Asodi_Web_Dic2016
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MARÍA SOLEDAD MOL INA / PSI ÓLOGA ASODI<br />
La importancia<br />
de dormir bien<br />
PSICOLOGÍA<br />
Es bastante habitual escuchar que las personas en diálisis<br />
duermen mal, incómodos, que despiertan a menudo y les<br />
cuesta volver a dormir. En realidad esto no es privativo de las<br />
personas que se dializan, es un tema recurrente y transversal.<br />
Son tantos los aspectos que involucran la comprensión del proceso<br />
de descanso a través del sueño y tanta su importancia,<br />
que dedicaré un par de números para intentar entregarles algunos<br />
conceptos y recomendaciones básicas para, al menos,<br />
dar los primeros pasos para procurarnos un mejor dormir, por lo<br />
tanto, un descanso y calidad de vida más satisfactorios.<br />
En esta edición, hablaremos del sueño en términos generales<br />
y en la próxima revista nos focalizaremos exclusivamente en<br />
aquellos trastornos del sueño que afectan a las personas que se<br />
dializan, abordando por ejemplo, el molesto síndrome de piernas<br />
inquietas, entre otros.<br />
Dos son las características que definen el sueño, primero, que<br />
es un estado de reposo contrario al estado de vigilia, y segundo,<br />
que aun estando profundamente dormidos despertamos<br />
por algún estímulo externo. El sueño aparece diariamente en<br />
forma espontánea, tenemos un reloj interno que nos avisa<br />
cuando se ha terminado la luz solar y la mayoría de las personas<br />
respondemos a este reloj disponiéndonos al descanso. Una de<br />
las características del sueño es que cuando estamos durmiendo<br />
no tenemos conciencia de ello.<br />
acto de dormir o el sueño en sí mismo, es considerado como el<br />
mejor de los descansos que cualquier organismo puede tener,<br />
no solo por la recuperación energética que se realiza durante<br />
el mismo, sino por la cantidad de beneficios físicos y mentales<br />
que se desprenden de esta actividad, como por ejemplo, el proceso<br />
de ordenamiento de la memoria y de la información.<br />
Cuando la persona se duerme abandona la actividad cerebral<br />
típica de la vigilia (ondas alfa), pero no se produce un cambio<br />
que se mantiene igual hasta que se despierta, ya que hay oscilaciones<br />
periódicas a lo largo de la noche.<br />
El sueño pasa por cinco fases distintas y consecutivas de actividad.<br />
Estas cinco fases completan un ciclo que se repite a lo<br />
largo de la noche. Las fases son: Fase de adormecimiento, Fase<br />
de sueño ligero, Fase de sueño de profundidad media, Fase de<br />
sueño profundo y Fase de sueño REM o sueño paradójico. Es<br />
en esta última fase donde realmente todas las funciones del organismo<br />
se mantienen al mínimo, aunque el cerebro mantiene<br />
una intensa actividad ya que es cuando se producen los sueños,<br />
y se realiza la actividad regenerativa del organismo, tanto física<br />
como psicológica. La fase REM, del inglés - Rapid Eye Movement-<br />
es una etapa con características diferentes del resto de<br />
las otras y surge cuando estamos soñando. Las etapas REM surgen<br />
todas las noches, de 90 en 90 minutos durante el ciclo del<br />
sueño y tienen una duración aproximada de dos horas en total.<br />
El acto de dormir, propiamente dicho, es según el diccionario<br />
de la Real Academia Española, “estar en aquel reposo que<br />
consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo<br />
movimiento voluntario”. Durante el tiempo en que se duerme la<br />
actividad fisiológica disminuye, entre otros, el ritmo de la respiración<br />
y la presión sanguínea, además, el organismo presenta<br />
una menor respuesta a los estímulos externos. Uno de los factores<br />
más importante en el dormir es que se manifiesta una<br />
barrera entre la conciencia y el espacio externo.<br />
La palabra sueño, viene del latín somnus, se caracteriza por<br />
designar tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo. El<br />
Como ya mencioné, entre las funciones del sueño se encuentran<br />
las de recuperar energía y subsanar el desgaste producido<br />
en el cerebro; esta renovación favorece la realización de tareas<br />
a lo largo del día aumentando el rendimiento y, al actuar sobre<br />
las capacidades cognitivas, favorece una mayor atención,<br />
concentración, creatividad y una mayor capacidad de aprendizaje.<br />
También disminuye el estrés, ayuda al crecimiento, libera<br />
toxinas acumuladas, se segregan hormonas que renuevan los<br />
tejidos, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a la recuperación<br />
del organismo ante infecciones liberando anticuerpos.<br />
Dormir mejor y sentirse descansado al despertar más que<br />
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