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El%20dia%20que%20mi%20padre%20comenzo%20a%20hablar

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Diego Espiña Barros<br />

habían sufrido las consecuencias de la dictadura, o bien habían sido víctimas del posterior<br />

pacto con el que esta permitió el paso a la democracia.<br />

Dejando a un lado las circunstancias en las que tuvo lugar la santificada Transición española<br />

a la democracia, así como la gestión de la memoria colectiva —incluyendo el supuesto y célebre<br />

«pacto de silencio» entre las fuerzas vivas del país que tan bien analiza Paloma Aguilar<br />

en su canónico libro sobre la memoria de la Guerra Civil—, 15 nos encontramos con que<br />

desde mediados de los años noventa ha emergido una nueva construcción social de la memoria<br />

implicando a organizaciones sociales y partidos políticos. Este proceso culminó con<br />

la Ley de Memoria Histórica que hoy, con un gobierno de signo distinto al que la promulgó<br />

en 2007, ha sido de nuevo reducida a una especie de ostracismo no oficial que ha servido<br />

para dejar al descubierto las débiles costuras sobre las que se basa el sistema democrático<br />

español. 16 Y eso pese a que la ley distaba mucho de ser perfecta. Como señalaron Delgado,<br />

Demange y Géal, dicha normativa<br />

[p]ese a los muchos avances, se niega a implantar una determinada memoria histórica o a reconstruir<br />

una supuesta memoria colectiva y opta por amparar la recuperación de la memoria personal<br />

y familiar, que incluye el derecho a la reparación de las injusticias sufridas en forma de condenas,<br />

sanciones o violencia, «cualquiera que fueran el bando o la zona en la que se encontraran quienes<br />

las padecieron». 17<br />

Como se hizo durante los años de la Transición, sería de nuevo un ejecutivo socialista el<br />

encargado de renunciar a la idea de hacer justicia vía una recuperación de la memoria optándose<br />

por una equiparación de facto entre las víctimas, dejando a un lado las causas de la<br />

15<br />

Aguilar Fernández, P. Memoria y olvido de la Guerra Civil Española. Madrid, Alianza, 1996.<br />

16<br />

La Ley de Memoria Histórica (en realidad «Proyecto de Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se<br />

establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil o la dictadura»)<br />

fue una de las leyes más controvertidas aprobadas por el gobierno socialista durante la legislatura 2004-2008.<br />

Cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero trató de acercar posturas y consensuar la legislación, las<br />

negociaciones implicaron a todo el arco parlamentario y contaron incluso con la participación y el asesoramiento<br />

de académicos de diferentes ámbitos. El proceso se demoró más de dos años y estuvo vigilado por organizaciones<br />

internacionales como Amnistía Internacional. Sin embargo, los aspectos más controvertidos de la Ley, como<br />

la condena sin paliativos al régimen de Franco, la ilegitimidad de sus sentencias y la abolición de algunas de<br />

sus leyes provocó muchas tensiones en la sociedad española e hizo posible que la norma contase con un apoyo<br />

unánime. Finalmente, la Ley fue aprobada con el apoyo de todos los partidos políticos con representación parlamentaria,<br />

a excepción del principal grupo de la oposición, el Partido Popular, y los nacionalistas de Esquerra<br />

Republicana de Cataluña. Curiosamente, ambos se encuentran en las antípodas en cuanto a su ideología política.<br />

El 21 de octubre de 2007, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de Memoria Histórica que reconoce y<br />

extiende los derechos de las víctimas de la Guerra Civil, y permite la recuperación de los restos de los desaparecidos<br />

y las historias familiares así como la dignidad de los perdedores de la contienda. Tras el triunfo del Partido<br />

Popular en las urnas en 2012, la Ley se encuentra hoy prácticamente en suspenso y, aunque no ha sido derogada,<br />

las asociaciones por la recuperación de la memoria histórica denuncian que el nuevo ejecutivo no ha hecho nada<br />

por implementarla y que incluso ha puesto obstáculos para que se desarrollen algunos de sus aspectos prácticos.<br />

17<br />

Delgado, A., Demange, Ch. y Géal, P. «La Guerra Civil y la dictadura de Franco en la España democrática:<br />

actores y factores de un conflicto de memoria», en Tyras, G, y Vila, J. (eds.) Memoria y testimonio.<br />

Representaciones memorísticas en la España contemporánea, Madrid, Editorial Verbum, 2012, p. 57.<br />

CuCo, Cuadernos de cómic n.º 7 (diciembre de 2016)<br />

CuCoEnsayo<br />

97

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